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lunes, 10 de junio de 2024

_- Sicilia mágica: lugares que debes visitar en tu viaje a esta isla de Italia. Es la isla de mayor tamaño del Mediterráneo, también una de las que más historia y patrimonio cultural atesora. Palacios renacentistas, ciudades que son una obra maestra del barroco más clásico y pueblecitos en las montañas son algunas de las pistas para quienes quieran sacarle el máximo partido a su viaje. Y no olvides que en Siracusa vivió el gran sabio Arquímedes.

Qué ver en Sicilia
_- Un grupo de turistas en la plaza Pretoria en la ciudad de Palermo.
La isla de mayor tamaño y más poblada del Mediterráneo es también una de las más hermosas y de las que más historia y patrimonio cultural atesora. En Sicilia los antiguos griegos construyeron templos impresionantes que hoy pueden visitarse en bastante buen estado; los romanos legaron uno de los restos de sus villas más esplendorosas; y los normandos, castillos e iglesias medievales.

Árabes, bizantinos, la Corona de Aragón y el rey español Carlos III se sucedieron en el dominio de la isla, que también ofrece al viajero palacios renacentistas, ciudades que son una obra maestra del barroco más clásico y pueblecitos en las montañas de donde partieron hacia Nueva York los emigrantes que se convirtieron en los capos más legendarios de la mafia. Unas playas bañadas por aguas cristalinas y una gastronomía exquisita se añaden a una oferta “que no se puede rechazar”, que diría Vito Corleone.

Italia más allá de su deliciosa cocina y cultura: 15 experiencias para disfrutar de su naturaleza

Palermo

La caótica capital siciliana es una ciudad muy agradable, con un centro histórico adecuado para recorrer a pie y en el que, entre decenas de antiguos palacios de fachadas que no les vendría mal una manita, brotan monumentos que no hay que perderse: la Fontana Pretoria, en la plaza del mismo nombre, fue adquirida en el siglo XVI y la desnudez de sus ninfas escandalizó al clero y a los burgueses palermitanos; la catedral, erigida en el año 1185, muestra una fusión única de estilo árabe —fue mezquita durante la dominación sarracena— y normando con elementos renacentistas añadidos en los siglos posteriores. Junto a la cripta, el tesoro guarda joyas que pertenecieron a Catalina de Aragón y a otra reina normanda. El Palacio de los Normandos, un castillo medieval, es la sede actual del Parlamento de Sicilia y los mosaicos persas que forman palmeras, leopardos y pavos reales en la estancia donde dormía el rey Roger II son de una belleza extraordinaria —varios días a la semana el palacio se puede visitar—
 
El pórtico de la catedral de Palermo, en Sicilia.El pórtico de la catedral de Palermo, en Sicilia.

Y los cinéfilos tienen que visitar obligatoriamente el espléndido Teatro Massimo, construido en estilo neoclásico a finales del siglo XIX y sede de la Ópera, en cuyas escaleras cae asesinada la hija del capo que encarna Al Pacino en una de las escenas finales de El Padrino III.

Pizza y baño en Mondello

La enorme playa de Mondello.La enorme playa de Mondello.

A unos 12 kilómetros al norte del centro de Palermo —se llega cómodamente en un autobús urbano—, la playa de Mondello es ideal para un baño en un mar que hasta bien entrado el otoño mantiene una buena temperatura. Y también para almorzar una pizza bien hecha en una de las numerosas pizzerías asentadas en el paseo marítimo, como Sebastian.

La catedral de Monreale

Interior de la catedral de Monreale.

Interior de la catedral de Monreale. 

A solo ocho kilómetros al suroeste de la capital de la isla, la catedral de Monreale está considerada como el mejor ejemplo de una arquitectura que incorpora elementos normandos, árabes, bizantinos y clásicos, a medida que los sucesivos invasores se apoderaban de Sicilia. Sus partes más antiguas datan del siglo XII y su interior está decorado con mosaicos bizantinos que ocupan más de 6.000 metros cuadrados en muros, arcadas e, incluso, columnas de su afamado claustro románico de Santa Maria la Nuova.

El Valle de los Templos

A las afueras de la encantadora y pequeña ciudad de Agrigento, sobre la costa sur de la isla, la colonia helena de Akragas fue una de las más importantes de la Magna Grecia y, hacia el siglo V antes de Cristo, se erigieron varios templos de estilo dórico de los que cinco han resistido el paso del tiempo en diferentes estados de conservación. Del más impresionante, el Templo de la Concordia, se puede decir que se ha mantenido casi intacto hasta la actualidad y su fachada oeste, en la que seis columnas sostienen el arquitrabe y el tímpano, es el símbolo de la lista de los patrimonios mundiales de la Unesco —la zona arqueológica de Agrigento está protegida por este organismo desde 1997—. El Valle de los Templos, que en realidad se erigen sobre un risco, es la mayor atracción para un viajero en Sicilia.
 
El 'Ícaro caído', obra del artista Igor Mitoraj, se exhibe frente al Templo de la Concordia en el Valle de los Templos, en Agrigento, Italia. El Valle de los Templos incluye las ruinas de siete templos, las murallas de la ciudad, el ágora, el foro romano, la necrópolis y los santuarios rupestres.El 'Ícaro caído', obra del artista Igor Mitoraj, se exhibe frente al Templo de la Concordia en el Valle de los Templos, en Agrigento, Italia. El Valle de los Templos incluye las ruinas de siete templos, las murallas de la ciudad, el ágora, el foro romano, la necrópolis y los santuarios

Y los cinéfilos tienen que visitar obligatoriamente el espléndido Teatro Massimo, construido en estilo neoclásico a finales del siglo XIX y sede de la Ópera, en cuyas escaleras cae asesinada la hija del capo que encarna Al Pacino en una de las escenas finales de El Padrino III.
 
Vistas en Cefalú.
 Vistas en Cefalú. 

Este pueblecito sobre la costa norte siciliana es uno de los principales centros turísticos de la isla, sobre todo en verano, debido a su buena playa, la belleza de su centro histórico medieval —con una atractiva Piazza del Duomo, la Catedral normanda, el antiguo Lavadero o el Palazzo Maria—, la iglesia barroca del Purgatorio y la Rocca, esa colina que domina la ciudad donde quedan los muros de la ciudadela árabe con sus añadidos normandos y un templo romano de la diosa Diana del siglo IV.

De nuevo, los cinéfilos tendrán la oportunidad de identificar la explanada —si miran desde la playa hacia donde termina la fila de casas costeras— donde se instalaba el cine de verano, cuyas proyecciones, a veces, se interrumpían por la lluvia, en el filme Cinema Paradiso (1989). En los restaurantes de Cefalú se pueden probar algunos de los mejores platos de spaghetti frutti di mare de Italia (y del mundo).

Siracusa

El Teatro Greco, en el centro de Siracusa.El Teatro Greco, en el centro de Siracusa.

Siracusa es una de las primeras colonias griegas establecidas en Sicilia; la fundación de esta ciudad en la costa oriental de la isla se remonta al siglo VII antes de Cristo y fue consagrada a la diosa Artemisa. El barrio histórico de Ortigia conserva joyas como la catedral barroca, edificada sobre un templo griego cuyas columnas dóricas del siglo V antes de nuestra era aún se pueden admirar en el interior de la iglesia y en la propia fachada, o la Fontana Aretusa, un manantial en cuyas aguas retornó a la tierra la ninfa cuando escapó de la Arcadia y que ya eran el principal recurso hídrico de la ciudad helena. Los restos del Teatro Greco y otros de la época romana aparecen por doquier en el centro de Siracusa.

Hay varias playas a las afueras, pero en la misma ciudad hay plataformas de roca estupendas para pegarse un chapuzón. Y a solo 30 kilómetros al sur de Siracusa, no hay que perderse el mejor exponente del barroco siciliano en los fastuosos palacios e iglesias de la localidad de Noto, patrimonio mundial de la Unesco, lo cual no es mucho decir en Sicilia.
 
Un ingenioso mosaico en la Villa Romana del Casale.Un ingenioso mosaico en la Villa Romana del Casale.

Villa Romana del Casale 

En pleno centro de la isla, muy cerca del pueblo Piazza Armerina, espera la Villa Romana del Casale. Esta mansión del siglo III es el principal monumento de la época romana que puede admirarse —¡y mucho!— en Sicilia. Al haber permanecido enterrada hasta los años cincuenta del pasado siglo, cuando se descubrió, su estado es excelente y el viajero quedará maravillado por la belleza de los mosaicos que adornan prácticamente toda la planta del edificio, una superficie de unos 3.500 metros cuadrados.

Taormina

Una de las plazas que podremos encontrar en Taormina.

Una de las plazas que podremos encontrar en Taormina.

Esta es otra antigua colonia griega fundada siete siglos antes de nuestra era. Las playas de la hermosa Taormina, en la costa oriental de Sicilia y bañada por el mar Jónico, son un destino turístico desde el siglo XIX. Entre los monumentos que han sobrevivido a su rico pasado se cuentan el castillo Sarraceno, sobre una colina a las afueras; el antiguo Teatro Griego, en muy buen estado y con vistas al mar y al volcán Etna que cortan la respiración; el Palazzo Corvaja, en una fortaleza medieval normanda; y varios palacios y fuentes barrocas e iglesias góticas diseminados por el centro histórico. Sin olvidar una interesante necrópolis que data de la dominación árabe. La atracción de Taormina a los turistas más chic se ha reflejado en la desternillante segunda temporada de la serie White Lotus.

Corleone

Un rincón de Corleone,  a 60 kilómetros al sur de Palermo.

Un rincón de Corleone, a 60 kilómetros al sur de Palermo.
 
Los mitómanos y estudiosos de la Cosa Nostra siciliana no se perderán la visita a este pueblo, a 60 kilómetros al sur de Palermo, asentado en un valle a 500 metros de altitud. En Corleone nacieron los jefes de las más crueles familias mafiosas como Totò Riina, Il capo dei capi, o Bernardo Provenzano. Y también es la villa donde el novelista Mario Puzo y el director Francis Ford Coppola situaron el origen de Vito Corleone, el Padrino.

Antes del regreso a casa, al borde de la autopista A29 que conduce al aeropuerto Falcone-Borsellino, una sencilla columna recuerda al juez y héroe antimafia Giovanni Falcone, su esposa y dos escoltas en el lugar donde fueron asesinados por la explosión de una bomba en 1992. Seis meses más tarde, su colega y amigo Paolo Borsellino caería también asesinado por la mafia.

lunes, 7 de mayo de 2018

-- Los nuestros. Tuve que volver a escucharlo, pues, tratándose de la ministra de Defensa, creí que se refería a otra cosa.

-- De todo lo que se ha dicho estos días en el caso del master de la presidenta de la Comunidad de Madrid, tan español como un chiste de Forges (“Tranquila, Concha, no te precipites, no es lo que estás pensando ¿No has oído hablar de la realidad virtual?”, le decía el Mariano forgiano a su esposa en uno de ellos tras sorprenderlo ésta en el dormitorio matrimonial con dos señoritas), lo que a mí más me ha llamado la atención es lo que dijo María Dolores de Cospedal en la convención del PP de Sevilla: "Tenemos que defender a los nuestros". Tuve que volver a escucharlo, pues, tratándose de la ministra de Defensa, creí que se refería a otra cosa.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal durante la Convención Nacional del PPrn rn rn
En la convención nacional del PP en Sevilla.
Pero no, lo había entendido bien. La ministra de Defensa, que como secretaria general de su partido ha tenido que negar también la evidencia más de una vez como su compañera Cristina Cifuentes estos días, por lo que sabe de lo que habla por experiencia, se refería con lo de nuestros a ésta y a sus compañeros del PP, no a nuestros militares destacados en países extranjeros o en misiones peligrosas en el nuestro propio. Da igual que la presidenta de Madrid hubiera mentido o no. Había que defenderla porque es de los nuestros, o sea, de los suyos.

La división de los los ciudadanos entre los nuestros y los demás remite a la época tribal, cuando nuestros antepasados se agrupaban en manadas para defenderse unos de otros, y, en tiempos más recientes, a las mafias italianas (“Nunca digas lo que piensas a alguien fuera de la Familia”, le decía don Vito Corleone a su hijo Sonny en El Padrino), pero escuchada en boca de la ministra de Defensa hace dudar hasta de su patriotismo ¿Pues qué es el amor a la patria sino el amor a todos sus miembros sean del color que sean?

Al final, la exaltada arenga de la ministra de Defensa se quedará en la intención, pues Rajoy obligará a dimitir a la presidenta de Madrid, no porque considere su comportamiento inmoral, sino para no perder el poder, pero en la historia de la infamia nacional quedarán para siempre esas palabras que demuestran que para Cospedal, como para muchos miembros de su partido, la política es una actividad mafiosa. Se protege a los nuestros y se ataca a los demás. Aunque, como el PP siga por ese camino, le va a pasar como a aquel viejo alcalde franquista que, reciclado en las filas de la UCD cuando el régimen de Franco sucumbió, le decía a un gobernador civil provincial de visita en su pueblo: “Señor gobernador, la confusión es tal que yo ya no sé si soy de los nuestros”.

https://elpais.com/elpais/2018/04/13/opinion/1523626077_397986.html