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miércoles, 15 de junio de 2022

_- Esther Duflo, economista contra la desigualdad y la pobreza

 

_- Nacida en París en 1972, Esther Duflo fundó en el año 2003 el J-PAL (Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab), una red de 181 profesores de 58 universidades del mundo, con el objetivo de contribuir al estudio de cómo la reducir la pobreza garantizando que las políticas públicas estén guiadas por la evidencia científica.

Esta red de economistas colabora con gobiernos y organizaciones sociales para detectar las experiencias de ayuda al desarrollo que realmente funcionan en la práctica. Tratan de aplicar a las políticas sociales los mismos sistemas de estudio científico que se aplican en otras ciencias como la medicina o la industria farmacéutica. Realizan investigaciones cuantitativas y cualitativas sacando conclusiones sobre las que tienen resultados positivos, negativos o neutrales.

«La clave está en saber cómo hay que gastar el dinero, no cuánto», escribió Duflo en su libro Repensar la pobreza, donde se refiere a su interés en la aplicación concreta de las ideas económicas. Este grupo de economistas se ha labrado una importante reputación en el ámbito económico por su capacidad para aplicar al mundo real las teorías de la lucha contra la pobreza.

En el año 2013 el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, incluyó a Esther Duflo en el comité presidencial para el desarrollo, un grupo creado para promover ideas relacionadas con la reducción de la desigualdad.

En el año 2019 recibió el premio Nobel de Economía, junto con Abhijit Banerjee y Michael Kremer, “por su enfoque experimental para aliviar la pobreza global” señaló la Real Academia de las Ciencias de Suecia.

En 1999 la economista francesa se doctoró en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y se unió al profesorado ese mismo año, permaneciendo allí el resto de su carrera. Banerjee y Duflo son académicos del MIT, mientras que Kremer es investigador de la Universidad de Harvard.

Su aportación reside en su forma de mirar los problemas sociales. Como ella misma describe, tenemos que evaluar las políticas sociales con la misma precisión que los efectos de un nuevo medicamento. No vale apoyarse en ideas preconcebidas o en nuestra propia intuición sobre los resultados que esperamos. Así, en sus primeras investigaciones abordó y demostró con evidencias que la educación tiene un impacto positivo en los salarios. Hasta entonces solo se había probado la existencia de una clara correlación pero no de una relación de causalidad.

Son menos conocidas sus investigaciones sobre desigualdad hombre /mujer, donde también ha realizado aportaciones reseñables.

Se pregunta sobre la relación entre empoderamiento femenino y desarrollo económico. La alta correlación entre ambos factores se usa en numerosas ocasiones como argumento para defender que, a partir del impulso del desarrollo económico, la igualdad entre mujeres y hombres estará eventualmente garantizada.

Con el análisis de relaciones causa/efecto evidencia que esto no es así, y presenta la siguiente conclusión

«Para lograr la equidad entre hombres y mujeres, en mi opinión, será necesario continuar tomando medidas de política que favorezcan a las mujeres a expensas de los hombres, y puede que sea necesario continuar haciéndolo por mucho tiempo.».

Pero, haciendo gala del mismo pragmatismo que en los estudios sobre pobreza, matiza, «Si bien esto puede resultar en algunos beneficios colaterales, esos beneficios pueden o no ser suficientes para compensar el costo de las distorsiones asociadas con dicha redistribución. Esta medida de realismo necesita moderar las posiciones quienes formulan políticas en ambos lados del debate sobre desarrollo / empoderamiento.».

En India sus estudios identificaron un alto nivel de absentismo laboral entre los profesores y descubrieron que si se les hacían contratos a corto plazo (renovables según el desempeño), los alumnos conseguían mejores resultados. En otro proyecto analizaron cómo el precio afectaba la demanda de pastillas antiparasitarias y a partir de esa experiencia determinaron cuándo y cuánto se debe cobrar por medicamentos en un determinado contexto.

La mayor parte de sus investigaciones están centradas en economías subdesarrolladas, si bien también se ha referido a las políticas públicas que deberían aplicarse en los países más ricos del mundo para contribuir a la igualdad. En ese contexto se ha pronunciado en diversas ocasiones a favor de subir los impuestos a las rentas más altas para disminuir la desigualdad.

Referencias
Banerjee, A.V. & Duflo, E (2015) Repensar la pobreza: un giro radical en la lucha contra la desigualdad global. Ed. Taurus ISBN: 978-84-306-0903-1

Duflo, Esther. Women Empowerment and Economic Development, Journal of Economic Literature 50 (4) (2012) 1051-1079 DOI: 10.1257/jel.50.4.1051

EAPN España. El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2020. 11º Informe 2021.

ORKESTRA (2021). Construir la competitividad al servicio del bienestar. Informe de competitividad del País Vasco 2021 Instituto Vasco de la Mujer – Gobierno Vasco. Informe 45 – La brecha de género en las pensiones en la CAPV.

https://mujeresconciencia.com/2020/06/02/esther-duflo-un-nobel-al-foco-pragmatico-de-la-desigualdad/

Eva Ferreira, Elinor Ostrom: la primera mujer Nobel en Economía, Mujeres con ciencia, Vidas científicas, 19 enero 2017,

[2] Esther Duflo: Experimentos sociales para luchar contra la pobrezaconferencia TED2020 (en inglés con subtítulos en castellano) y transcripción en castellano 

Mónica Martínez-Bravo, Esther Duflo: Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales 2015, Nada es Gratis, 22 mayo 2015.

Esther Duflo, Women Empowerment and Economic DevelopmentJournal of Economic Literature 50 (4) (2012) 1051-1079 

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/ester-duflo-economista-desigualdad-

https://rebelion.org/esther-duflo-economista-contra-la-desigualdad-y-la-pobreza/

viernes, 22 de noviembre de 2019

El Nobel a Esther Duflo premia una revolución en economía

Eugenio Fernández Vázquez
IPS

La Premio Nobel de Economía 2019, Esther Duflo, junto con otro de los dos economistas a los que se ha concedido este año el galardón, Abhijit Banerjee, durante una visita a una zona pobre de India. El tercer premiado es Michael Kremer. Crédito: Sciencesnews

El lunes 14 se anunció que Esther Duflo, la gran estudiosa de la economía de la pobreza y de las políticas públicas, ganó el Premio Nobel de Economía . La Academia Sueca explicó que tomó su decisión por “el enfoque experimental del combate a la pobreza” que Duflo, su colega Abhijit Banerjee y Michael Kremer han usado e impulsado en las últimas dos o tres décadas.

Duflo es la persona más joven y apenas la segunda mujer en ganar el Nobel de economía, y de hecho tiene mucho en común con Elinor Ostrom, la primera en recibir el galardón.

Igual que ella, ha sido la abanderada no solo de un nuevo enfoque para la economía, sino de nuevas temáticas y nuevas dimensiones de esa disciplina, que contribuyen a anclarla a lo terrenal, a lo real.

Tanto Ostrom como Duflo se han ocupado de temas que han quedado tradicionalmente de lado en la ciencia económica: la acción colectiva y la pobreza, respectivamente.

No es de extrañar que hayan sido mujeres las premiadas por ello, pues son dos áreas que solo se pueden entender a cabalidad desde perspectivas feminizadas, por lo que tienen de ancladas en la tierra y en la vida cotidiana, y por lo que implican de atención al cuidado, la solidaridad y los vínculos con el otro, algo muy ajeno a la sensibilidad heteropatriarcal.

Uno de los artículos que lanzó a la francesa Duflo al estrellato explicó justamente cómo la presencia de mujeres en la política cambia la forma en que esta se ejerce y los temas a los que se da importancia.

Se trata de un estudio en el que ella y Raghabendra Chattopadhyay mostraron que en India las alcaldesas daban prioridad a temas relacionados con tareas asignadas a las mujeres, como la infraestructura vinculada al agua, al contrario que los hombres.

Algo similar ocurre en todas partes y a todos los niveles.

La economía –que, como todas las disciplinas, es dominada por hombres desde siempre- se ha ocupado poco de aspectos “femeninos” de la forma en que las sociedades lidiamos con la escasez de recursos y de la vida en general.

Siendo que las mujeres tradicionalmente han sido las que lidian con la reproducción y los cuidados, y las que más padecen la pobreza y sus violencias, estos elementos fundamentales para entender el día a día del grueso de las sociedades habían quedado olvidados por los economistas.

El trabajo de Duflo ha sido en eso revolucionario, pues ella ha investigado la pobreza desde una perspectiva enormemente innovadora, al concentrarse no en sus grandes indicadores, sino en sus manifestaciones concretas, sus efectos en la vida de la gente, la forma en que se reproduce, sus posibles soluciones.

Esa forma de anclarse en lo cotidiano, de fijarse en los efectos de lo micro y en los mecanismos de la pobreza es algo nunca antes visto, y creo yo que solo una mujer podía lograrlo.

Además, casos como el de Duflo ilustran cómo las mujeres, en gran medida por venir de fuera y también por la experiencia distinta del mundo, pueden hacer preguntas muy incisivas y novedosas, que habían permanecido pendientes.

Solo una outsider que no pertenece a uno de esos clubes masculinos formales e informarles que lo dominan prácticamente todo y que tienen todo por perder cuando se sacude una disciplina, podía haber detectado, descrito y puesto de relieve algo tan importante como la necesidad de poner atención a la forma en que se implementan las políticas públicas, sus interacciones e intersecciones con otras dinámicas, sus efectos inesperados.

Eso es justo lo que hizo Duflo al ofrecer la conferencia Richard T. Ely de la Asociación de Economía Americana , de Estados Unidos.

En el Nobel para Esther Duflo no solo hay que celebrar el premio a una economista revolucionaria y al estudio de la pobreza y sus soluciones. También hay que festejar que se da un lugar preponderante a esas dimensiones de la economía que suelen olvidarse: las interacciones a nivel local, los mecanismos por los que operan los fenómenos económicos –incluidas las políticas públicas- y la salida de la pobreza.

El premio también nos recuerda la importancia de diversificar la economía y todas las áreas del conocimiento y la acción, pues de otra forma nos quedamos con una sola perspectiva y nos perderemos de innovaciones tan cruciales como las que ella ha logrado.

Eugenio Fernández Vázquez, consultor ambiental en el mexicano Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.

Este artículo fue publicado originalmente por Pie de Página, una publicación del colectivo mexicano Periodistas de a Pie.

RV: EG

Fuente:
http://www.ipsnoticias.net/2019/10/nobel-esther-duflo-premia-una-revolucion-economia/

sábado, 2 de junio de 2018

La ciencia avala un plan para intentar eliminar la ultrapobreza. Una estrategia de choque para salir de la miseria logra que los participantes generen hasta cuatro euros por cada uno invertido

Hace un lustro, la economista Dambisa Moyo, nacida en Zambia y doctorada en Oxford, provocó un terremoto en el mundo de la cooperación. En los 15 años anteriores, según relataba en su libro Cuando la ayuda es el problema, los países ricos habían transferido un billón de dólares a África en forma de ayuda al desarrollo. ¿Había mejorado eso la vida de los africanos? No, según ella: los beneficiados por las ayudas estaban peor que antes, “mucho peor”, atrapados en un círculo vicioso de corrupción, dependencia del dinero de los países ricos y distorsión de sus mercados.

El libro de Moyo se enfrentaba a otro clásico, El fin de la pobreza, del economista estadounidense Jeffrey Sachs, que proponía una hoja de ruta para acabar con la miseria mediante una ayuda al desarrollo bien planificada. El debate se podría resumir en lo que piensa cualquiera que dona parte de su sueldo a una organización de ayuda al desarrollo: ¿esto valdrá para algo?

Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista Science, arroja luz al asunto y bendice, mediante el método científico, un plan para luchar contra la pobreza extrema. Sus autores han seguido durante tres años a 21.000 de las personas más pobres del mundo, en seis países: Etiopía, Ghana, Honduras, India, Pakistán y Perú. Los analizados son una ínfima parte de los 1.000 millones de ultrapobres, aquellos que viven con menos de un euro al día. Durante dos años, estos 21.000 escogidos participaron en un plan de ayuda al desarrollo conocido como “modelo de graduación”, concebido en 2002 por la ONG BRAC, de Bangladesh.

Diferentes organizaciones ofrecieron a estos hogares en pobreza extrema un abanico de medios de vida, a elegir, desde colmenas de abejas en Etiopía a la cría de cobayas en Perú o de cerdos en Honduras. A continuación, los participantes recibieron formación para gestionar sus nuevos recursos, como instrucciones para revender animales después de engordarlos.

Dentro de este empujón para salir de la miseria, los hogares recibieron una ayuda mensual en forma de comida o dinero en metálico, con el objetivo de que los beneficiados se pudieran centrar en sus nuevos negocios. Durante todo el proceso, un equipo de asesores visitaba las casas semanalmente para solucionar dudas y animar a los participantes a guardar dinero en una cuenta de ahorro para futuribles emergencias. Además, las familias recibían formación en sanidad, para evitar enfermedades. Al cabo de dos años, se las dejaba solas.

El equipo de investigadores ha evaluado la eficacia de esta estrategia. Para ello, han empleado el mismo método que se utiliza para determinar si funciona un medicamento: comparar dos grupos de personas similares, uno sometido a la intervención y el otro, no. Y funcionaba.

Tras un año de independencia, los participantes habían conseguido mantener sus negocios y disfrutar de un mayor nivel de vida que sus vecinos: más ingresos, más ahorros, más salud y mayor consumo de alimentos. “Por cada euro invertido, la gente generaba entre 1,33 y 4,33 euros, dependiendo del país”, explica una de las autoras, la economista francesa Esther Duflo, galardonada el miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.

En India, el programa, centrado en la cría de cabras, supuso una inversión de 290 euros por cada familia. El retorno ha sido el máximo de los países analizados, el 433%. En Etiopía, la entrega de ovejas, cabras o colmenas, más el asesoramiento, costó 775 euros por hogar. Cada euro invertido generó 2,6. En Honduras, una enfermedad en las gallinas empleadas hizo fracasar el programa. Fue el único país en el que se perdió dinero, con un retorno negativo del -200%.

Esther Duflo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU), insiste en que es “rentable” para los gobiernos. En Etiopía, afirma, “se espera que el programa llegue a tres millones de personas”. Y también se está ampliando en India y Pakistán. Reducir a cero el número de ultrapobres “se debe, y se puede, en 2030”, afirman los autores en Science.

“Este estudio respalda lo que estamos intentando hacer todos, programas integrales con intervenciones completas en varios ámbitos para romper la trampa de la pobreza. Pero no todo contexto es susceptible de aplicar estos programas, no existe una receta universal”, opina la economista española Marta Valdés, directora del Área de Desarrollo Temático y Metodológico de Oxfam, una confederación de ONG que lucha contra la pobreza en 90 países.

Valdés, que no ha participado en el estudio, subraya los efectos psicológicos en los participantes: “El hecho de que sientan que la sociedad piensa en ellos y que ellos son importantes para la sociedad es crítico”. Sin embargo, pide más seguimiento. “Estos programas son rentables para los gobiernos, porque dinamizan la economía, pero hay que ver si los efectos se mantienen en el tiempo”, recalca.

https://elpais.com/elpais/2015/05/14/ciencia/1431619490_109589.html

miércoles, 7 de marzo de 2012

Dos economistas investigan científicamente la mejor forma de lucha contra la pobreza desde el MIT

Despojar la lucha contra la pobreza de los prejuicios propios del mundo rico y de condicionantes ideológicos no es sencillo. Pero resulta tremendamente efectivo cuando se acompaña de experiencias de campo.

Ester Duflo (París, 1972) y Abhijit Banerjee (Calcuta, 1961) forman parte de los randomistas —una corriente dentro de la economía del desarrollo que apuesta por trabajar sobre el terreno con pruebas aleatorias para identificar las medidas más efectivas— y aplican sus tesis desde el Laboratorio J-PAL de acción contra la pobreza, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). A ese proyecto destinan buena parte de los numerosos premios que han recibido en su carrera, como el John Bates Clark para Duflo al mejor economista menor de 40 años. La conversación es vía telefónica.

Pregunta. ¿Se consideran unos revolucionarios?
Abhijit Banerjee. No, en absoluto. Creo que más bien hemos cristalizado algo que estaba ahí.
Ester Duflo. Yo diría que en muchos sentidos nuestra postura es justo lo contrario a una revolución. Hay mucha gente en la lucha contra la pobreza que quiere ser revolucionaria, lograr un objetivo que resuelva todo el problema. Y nuestra aproximación es más gradual.

P. ¿En qué se diferencia la lucha contra la pobreza del siglo XXI?
E. D. Aunque parezca increíble, en que hay más dinero, tenemos acceso a una mejor tecnología y sabemos más que hace 100 o 50 años sobre cómo manejar la ayuda. Eso ha hecho el problema más sencillo porque ahora es una cuestión de cómo distribuir esos recursos, de voluntad y de acción. Eso es más fácil que lidiar con un mundo de escaseces.
A. B. Ahora, especialmente en Europa, la gente se siente pobre dadas las dificultades económicas. Pero visto en perspectiva, son tremendamente ricos, como nunca antes en la historia y lo mismo pasa con España. Y no debemos olvidarlo. Con el tiempo nos daremos cuenta de que los problemas en Europa son muchísimo más pequeños que los que tenga cualquier país pobre.

P. ¿La crisis financiera ha restado atención a la pobreza?
E. D. Cuando estalló la crisis muchos temíamos que la ayuda se frenara en seco. Pero por el momento se ha mantenido. Mi percepción es que el interés de la gente se ha reducido pero tampoco se opone a las ayudas. Algo es algo.

P. ¿Es realmente el comercio la solución a la pobreza?
A. B. Creo que el comercio ha sido una fuerza de desarrollo muy importante en el mundo. Miremos el caso de China. Ahora bien, ¿es la solución para todos los países? no es tan claro. Parte del problema es la propia China, que es muy eficiente, muy productiva y competitiva y hace difícil que otros países en desarrollo, como Egipto, puedan colocar sus productos. Los beneficios del comercio se reparten de forma desigual en el mundo.
E. D. Muchos países tienen primero que hacer frente a la pobreza para poder plantearse vender sus productos al exterior. Si eres un país como Senegal y crees que ese es tu camino para salir de la pobreza, primero tienes que tener una fuerza laboral formada y nutrida, necesitas capital y luego lleva bastante tiempo crear una reputación. No es tan sencillo.

P. ¿Los microcréditos suponen realmente un salto cualitativo?
E. D. Es un tema controvertido al que dedicamos un capítulo entero del libro [“Repensar la pobreza”] y no estamos en ninguno de los dos extremos. Creo que es una herramienta útil para las empresas muy pequeñas y para familias del mundo pobre, sin contacto previo con el sistema financiero, no solo los créditos, sino con el ahorro y el pago de facturas... pero no cambia dramáticamente sus perspectivas de salir de la pobreza. Mejora su vida, algo que ya está bien, no pedimos más, pero no supone un cambio radical. Otro factor positivo es su gran alcance, llega a cientos de miles de personas y eso, si miramos pros y contras, es positivo.

P. ¿Por qué muchas veces la ayuda oficial resulta ineficiente?
A. B. Parte del problema es que pensamos que la gente pobre lo es porque no tiene dinero y que con darles dinero eso cambia. No es así y muchas veces desistimos porque ese giro radical no se produce, sin analizar qué hicimos bien o mal. Parte del dinero, además, se asigna por razones ideológicas y no por su efectividad.

P. ¿El enorme crecimiento de los emergentes de los últimos años ha llegado a los más pobres?
A. B. En países grandes, con fuerte crecimiento durante varios años, como Ghana o Bangladesh, la reducción de la pobreza ha sido notable. Pero han sido pocos, hay muchos países que han mantenido solo un crecimiento modesto. En todo caso, no hay una consecuencia automática entre crecimiento y pobreza, aunque estén relacionados. Debe haber voluntad política y los Gobiernos deben adoptar medidas dirigidas a ese objetivo y no siempre se hace de forma efectiva.

P. ¿Apoyan la llamada tasa Robin Hood para financiar la lucha contra la pobreza?
A. B. Yo pienso que hay muchos países, como Estados Unidos o India, que podrían fácilmente hacer que los ricos pagaran más. Esa es, sin duda, una de las principales razones por las que está creciendo la desigualdad.
E. D. No sé por qué tenemos que llamarlo tasa Robin Hood. Tenemos que avanzar hacia un sistema fiscal más progresivo, redistributivo y que genere ingresos suficientes para prestar los servicios que quieren sus ciudadanos. Tanto los países ricos como los pobres tienen que revisar sus sistemas tributarios, demasiado complicados y con muchas vías de escape que lo hacen menos progresivo de lo que nos creemos. En los países pobres, en particular, la tributación no está muchas veces planteada de forma eficiente y provoca un aumento de la inflación, por ejemplo. Es un tema que ambos deben replantear.

P. ¿Cuál es el mayor error sobre las políticas de desarrollo?
A. B. Es difícil porque hay unas cuantas. Pero diría que es la impaciencia. Ese convencimiento generalizado de que si no logramos eliminar la pobreza en, digamos, cinco años hemos fracasado. No es así. Nada cambia en un día.
E. D. Yo lo combinaría con la creencia de que una sola cosa lo conseguirá. Ninguna solución sirve para todos los problemas.

Leer todo el artículo de El País aquí.
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En 2020, han vuelto a publicar juntos el libro: Buena economía para tiempos difíciles: En busca de mejores soluciones a nuestros mayores problemas Libro de Abhijit Banerjee y Esther Duflo. En Taurus. Los dos recibieron diversos premios y galardones, incluido el Nobel en 2019.

...Su rigor experimental conduce sobre todo a las recomendaciones que cabría esperar de unos académicos progresistas de Boston: impuestos más altos a los ricos para limitar la desigualdad, más ayuda tanto para los pobres nacionales como para los extranjeros, más migración y un comercio más libre, pero con más ayuda para los que salen perdiendo.

Hay pistas para una agenda más imaginativa que lleve la economía global a responder mejor a las necesidades, miedos y deseos de la gente. El libro, sin embargo, rehúye los debates éticos y sociológicos necesarios para dar cuerpo a estas sugerencias... Parte de la crítica de "cinco días".

Más en este blog sobre Esther Duflo, https://verdecoloresperanza.blogspot.com/2019/11/el-nobel-esther-duflo-premia-una.html