_- Una película que me sorprendió gratamente, sobre nuestra guerra, llamada civil, dirigida por una mujer y que retrata verazmente lo que fue en realidad la llamada por los sublevados "Cruzada Nacional". Y que ni fue nacional (pues participó Alemania, Italia, Portugal y mercenarios marroquíes, sin cuya ayuda y la falta de armamento del ejercito legal, la derrota de la República no habría sido posible. Ni fue cruzada por la participación de mahometanos,...
Un film totalmente recomendable, para ver, estudiar y dialogar sobre él.
“En el tema de la Guerra Civil no hay que buscar venganzas, pero sí recordar a quienes fueron valientes”
Helena Taberna Directora de cine
ANA OLIVEIRA LIZARRIBAR
IRUÑEA. Alegre y vitalista en su vida cotidiana, Helena Taberna prefiere para su cine historias hondas que contribuyan a horadar siquiera milímetros en las profundidades que encierra la existencia.Y con La buena nueva lo ha vuelto a hacer. En un intento de arrojar luz a un período oscuro de la historia reciente de Navarra, la directora retrata el drama de quienes se convirtieron en héroes a su pesar y lo hace a través de “una hermosísima historia de amor” y de la convicción de quien cree que, aún en las situaciones más duras y tremendas, si uno se esfuerza se puede encontrar belleza. Y la belleza “nunca estorba y siempre conmueve”, afirma Taberna, que en este caso también hace las veces de productora de la película, con el riesgo que ello conlleva, así que agradecería que “esta vez el Gobierno de Navarra síme apoye”.
Quedan apenas unos días para dar comienzo al rodaje de su segundo largo de ficción, y parece que ya lo tiene casi todo atado, escenarios incluidos.
Sí, la fase de preparación está siendo muy intensa. Estoy encantada porque hemos encontrado unas localizaciones espléndidas, con una presencia especial del gris en distintos lugares como las piedras de la plaza de Leitza, las de la casa del cura, la cantera de Aldatz... Hemos encontrado una iglesia preciosa en Itxaso (Gipuzkoa), que esunrareza, porque conserva el púlpito y tiene unos frescos iguales a los que imaginamos en el guión.
Llegados a este punto, seguramente tendrá ya ganas de lanzar el primer ‘¡acción!’
Ganas y susto (risas). Sí, porque el rodaje es, por supuesto, muy importante, pero esta vez de alguna manera siento que esta película es más mía que otras, porque no solamente he escrito el guión con Andrés Martorell, sino que estoy implicada en toda la producción como empresaria, y por eso tengo más capacidad de decisión, lo cual supone más responsabilidad, pero también más placer, ya que puedo incidir en los aspectos estéticos y artísticos de la película.
Después de Yoyes, aborda un proyecto diferente en la época y el tema concreto, pero también reconoce que ambas historias guardan similitudes, ¿el cineasta, como cualquier artista, en el fondo apuesta siempre por el mismo tipo de relato?
Eso se suele decir, y en parte puede que así sea, porque, en el fondo, los temas que te interesan siempre están ahí. Una escritora de cine que sigue mi carrera leyó el guión y me dijo que en ambos proyectos está presente la lucha entre la libertad individual y el compromiso social. Y es cierto que es un tema que mí me importa mucho: esa posibilidad del individuo de volar solo sin alejarse demasiado de los demás, y que el compromiso con ellos nunca suponga una losa para él. Y puede que, en efecto, estos elementos estén presentes en mi trabajo, porque, al final, las pasiones humanas son eternas y siempre estamos contando historias en las que el amor y el odio ocupan un lugar fundamental.
También es cierto que tanto en Yoyes como en La buena nueva, la ficción parte de hechos reales. Teniendo en cuenta, además, su faceta como documentalista, está claro que la realidad le interesa como foco generador de historias.
Me gusta la realidad, y fantasear a partir de ella. De hecho, en este caso la ficción está más presente, ya que Yoyes sí era un personaje real y Miguel, el cura que protagoniza La buena nueva, no. Tiene elementos de mi tío, pero he tenido total libertad para construir personajes y situaciones dentro, eso sí, de un marco histórico fiel a la época.
Hay una corriente de opinión que enseguida se muestra contraria a cualquier proyecto intelectual y artístico que aborde la Guerra Civil, por aquello de no revolver el pasado, dicen sus defensores. ¿Qué opina de estos postulados?
Si hiciésemos caso a esas opiniones, no hubiésemos podido disfrutar de una película tan bella como El laberinto del fauno, por ejemplo. Además, ese planteamiento contiene varias mentiras. Una de ellas es decir que a la gente no le interesan estas historias, porque, cuando se hacen bien, llenan las salas de cine.Y lo que está claro es que en una sociedad que realmente sea libre se debe hablar de todo. Respecto a este tema en concreto, creo que hace falta entrar a limpiar una herida que dura ya 70 años. Desde luego, soy prudente y sé que una película no lo puede hacer todo, pero sí quiero que esta película sirva de homenaje a quienes sufrieron en aquel momento y creo que mucha gente se va a sentir identificada y reconfortada al saber que su silencio, su bondad y su sufrimiento de tantos años va a tener un lugar en el cine y en la historia de nuestro pueblo.
Además, según ha comentado en alguna ocasión, esta historia, lejos de ser revanchista, quiere ser sanadora y dejar un lugar a la esperanza.
Por supuesto. No hay que buscar venganzas, pero sí recordar a esa gente que fue capaz de ser valiente. Además, creo firmemente en que el cine tiene una función catártica y que, por ejemplo, con Yoyes hubo una sanación de la mirada hacia ese momento y ese personaje. Y estoy convencida de que La buena nueva va a ser un proyecto que va a reconocer, y el reconocimiento siempre es bueno. Sería muy ambicioso por mi parte querer contar toda una época y unos acontecimientos, pero todo lo que cuento es verdad y habrá quien complete esta propuesta con su propia información y quien se identifique con la historia, porque hechos similares sucedieron en muchas partes. En mi caso,me hace especial ilusión que vayan a participar figurantes de Alsasua y que vayan a visitar el rodaje los chavales del instituto para saber cómo se hace una peli, pero también para conocer parte de su historia.Todo esto, como es lógico, dificulta la producción, pero no me importa, porque me apetece hacer un homenaje a las gentes que me precedieron y que han tenido que estar tantos años en silencio.
Ha mencionado a su tío, el sacerdote alsasuarra Marino Ayerra, autor del libro No me avergoncé del evangelio, ¿qué ha supuesto esta figura en su vida para que le sirviera de inspiración para su nuevo filme?
Es una figura muy atractiva desde el punto de vista dramático; una especie de héroe romántico que es capaz de llegar hasta las últimas consecuencias por defender aquello en lo que cree, que en su caso es el evangelio. Mi gran pena es no haberle conocido, recuerdo que en mi infancia existía un cierto silencio en torno a su persona, aunque había mujeres en Alsasua que me contaban el bien que les hizo su presencia. Por ello, y siempre desde el afecto, este personaje me llevó a conocer ese episodio tan terrible de nuestra historia y comprobar que entonces, además de los dos bandos, también hubo dos iglesias. Siempre me pareció un período interesante para retratar, de hecho ya estaba presente en mi primer trabajo, Alsasua 1936, así que ahora, con madurez y sintiéndome más cineasta, me ha parecido que era el momento de hacerlo.Yeso que el proyecto es ambicioso y tiene dificultades de todo tipo... Parece que tengo tendencia a cosas que no son precisamente fáciles (risas).
¿Dónde reside esa ambición?
Me interesa contar bien el contexto histórico, y para eso, como es lógico, hace falta dinero: tienen que estar los figurantes adecuados, los desfiles deben ser correctos, el vestuario...Y tengo que decir que dispongo de un equipo estupendo que lo está gestionando todo muy bien. Me tranquiliza saber que llevo un gran soporte detrás y que ya se han localizado todos los escenarios, porque creo que los espacios son importantísimos, cuentan muchas cosas.
Y el reparto resulta fundamental para la credibilidad de una historia. ¿Por qué se decidió por Unax Ugalde?
Es un actor excelente, pero, sinceramente, al principio no pensaba que pudiera contar con él, porque está en un nivel muy alto. Hizo Alatriste, pronto estrenará El amor en los tiempos del cólera y ahora mismo tiene proyectos para elegir por todo el mundo.Pero el no ya lo tenía, así que, como creía mucho en mi historia y sabía que los buenos actores suelen tener la sensibilidad suficiente como para detectar un proyecto interesante, le cité a tomar un café y, si ya me gustaba en el cine, en persona mucho más.Le entregué el guión justo un día antes de se fuera a rodar a Londres y me llamó antes de las 24 horas, cosa que me encantó porque yo soy muy apasionada y me gustó que siguiera sus impulsos. Me dijo que el guión le había conmovido y que hacía la película seguro.Es más, me confesó que ya antes de reunirnos conocía parte del guión a través de Gorka Aginagalde, que hará el papel de Hugo, el antagonista, porque ambos son muy amigos y cuando Gorka fue a hacer la prueba a Madrid, durmió en casa de Unax, que le ayudó a ensayar su parte.
¿Y el resto del reparto?
Estoy muy contenta, porque están entrando actores de primer nivel con una generosidad sin límite.Por ejemplo, a Guillermo Toledo le ha gustado tanto el proyecto que trabajará en condiciones especiales.Y los ensayos han sido una delicia. Bárbara también está genial y funciona muy bien con Unax.
Con Yoyes, primero, y con Extranjeras, después, ha visitado medio mundo de festival en festival, ¿le gustaría repetir experiencia con La buena nueva? ¿Para cuándo el estreno?
Me gustaría llevarla al Festival de Berlín de 2008, y creo que podrá verse en cualquier país porque es una historia universal. Con Yoyes pensé que sólo iba a interesar a gente de mi generación y que conociese la historia del País Vasco y resulta que gustó en los sitios más insospechados. Si aciertas y la película tiene esa verdad y ese pálpito universal, llegará a todo el mundo. No hay nada más universal que lo que sale del propio corazón y de las vivencias de uno.
Pero antes de hablar de estrenos, lanzarse a producir y dirigir una película hoy en el cine español es, cuando menos, todo un riesgo teniendo en cuenta cómo están las cosas.
Es todo un riesgo, así que estoy esperando a ver si esta vez el Gobierno de Navarra se decide a apoyarme con una cantidad significativa como ha apoyado antes otros proyectos similares. Su ayuda nos es imprescindible para culminar con éxito La buena nueva.
Lo que está claro es que Helena Taberna está entregada a este proyecto como antes lo hizo con otras historias que, de algún modo, sentía la necesidad de contar. ¿Cree en el compromiso del artista, del creador, con un tiempo y una sociedad?
Me asusta hablar del compromiso como una carga. Yo me veo comprometida sobre todo con la vida, soy una persona vital y apasionada, y entiendo que la vida en plenitud consiste en ver las luces y las sombras, y creo que un cineasta debe estar al lado de la sombra para reconfortar a la gente, reconociendo su dolor y transformándolo en arte, sublimando, así, la existencia.
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domingo, 25 de marzo de 2018
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