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lunes, 19 de mayo de 2025

_- Muere José Mujica, el audaz político uruguayo que asombró al mundo como "el presidente más pobre"

José "Pepe" Mujica saluda con una bandera de su partido, el Frente Amplio, detrás.

_- "No vivas temblando frente a la muerte", decía el "Pepe" Mujica. "Acéptala como los bichos del monte".

No era mediodía aún cuando José Mujica nos sorprendió ofreciéndonos "un trago" al terminar de entrevistarlo en la intimidad de su casa en 2012, a la mitad de su mandato como presidente uruguayo.

Lavó unos vasos, les echó unos hielos y los regó generosamente de whisky. Después los repartió, para comenzar una charla distendida, que saltó de un tema a otro.

"De la política voy a salir con las patas para adelante", dijo en ese encuentro con BBC Mundo el exguerrillero tupamaro, que gobernó Uruguay entre 2010 y 2015.

Con eso quería decir que pensaba practicar la actividad que abrazó desde joven hasta la hora de su muerte, que le llegó este martes a los 89 años.

Por la simpleza con que vivió como presidente, sus críticas al consumismo o las reformas sociales que impulsó —que entre otras cosas convirtieron a Uruguay en el primer país en legalizar el mercado de marihuana—, Mujica fue una figura especial para la izquierda latinoamericana.

Su popularidad tuvo alcance global, algo inusitado para un mandatario uruguayo, aunque en su propio país de 3,4 millones de habitantes su legado genera controversias.

José Mujica parado sobre un camino de tierra Fuente de la imagen,Gerardo Lissardy Pie de foto,

Mujica vivía en una chacra con una humilde casa en las afueras de Montevideo.

"Una carrera infinita"

Mientras fue mandatario, Mujica evitó mudarse a la mansión presidencial como acostumbran hacer los jefes de Estado alrededor del planeta.

En cambio, permaneció junto a su esposa, la política y exguerrillera Lucía Topolansky, en la modesta casa de ambos en las afueras de Montevideo, sin servicio doméstico y con escasa seguridad. Nunca tuvieron hijos.

Lucía Topolansky y José Mujica sentados dentro de su casaFuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,

Mujica, en su casa en las afueras de Montevideo, junto a su esposa Lucía Topolansky. Esto, sumado al hecho de que vistiera siempre de manera informal, se lo viera a menudo conduciendo su Volkswagen "escarabajo" celeste de 1987 y donara gran parte de su salario, hizo que algunos medios lo llamaran "el presidente más pobre del mundo".

Pero Mujica, conocido por el apodo de "Pepe", siempre rechazó ese título.

"Dicen que yo soy el presidente pobre. No, yo no soy presidente pobre", dijo en aquella entrevista en su casa.

"Pobres son los que quieren más, los que no les alcanza nada", añadió. "Esos son pobres, porque se meten en una carrera infinita. Entonces no les va a dar el tiempo de la vida ni nada".

"Años de soledad"

Aunque muchos solían verlo como alguien ajeno a la clase política, Mujica nunca fue un outsider de esa actividad.

Decía que su pasión por la política, así como por los libros o la tierra, se la transmitió su madre, que lo crió en un hogar de clase media junto a su hermana menor: el padre de ambos murió cuando él tenía 8 años.

De joven fue militante del Partido Nacional, una de las fuerzas políticas tradicionales de Uruguay, que más tarde sería oposición de centroderecha a su gobierno.

José Mujica al ser liberado de prisión en 1985Fuente de la imagen,AFP Pie de foto,

Mujica estuvo más de 14 años preso y fue torturado por pertenecer a la guerrilla de los Tupamaros. Fue liberado en 1985. En la década de 1960 participó de la fundación del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), una guerrilla urbana de izquierda que practicó asaltos, secuestros y ejecuciones influida por la revolución cubana y el socialismo.

Decía que "de pura casualidad" él nunca cometió un asesinato.

Fue capturado cuatro veces.

En una de ellas, en 1970, recibió seis balazos y estuvo cerca de morir. Poco después se escapó de la cárcel pero volvieron a atraparlo en 1972. Logró fugarse otra vez y, cuando cayó nuevamente ese mismo año, quedó preso hasta 1985.

Una de estas fugas, en septiembre de 1971, la hizo por un túnel junto a otros 105 presos tupamaros y quedó registrada como una de las más numerosas en la historia de las prisiones uruguayas.

Durante los más de 14 años que sumó en prisión fue torturado y sobrevivió en condiciones infrahumanas, pasando por períodos de aislamiento en aljibes o cajas de hormigón.

Cuando los militares uruguayos dieron el golpe de Estado de 1973, lo incluyeron en un grupo de "nueve rehenes" tupamaros que amenazaron con matar si la guerrilla volvía a actuar.

Solía decir que en ese tiempo conoció de primera mano la locura, sufriendo delirios y llegando a hablar con hormigas, pero también que aprendió a conocerse mejor a sí mismo.

"Esos años de soledad", le dijo Mujica a BBC Mundo bajo los árboles de su chacra (pequeña hacienda), "fueron probablemente los que más me enseñaron".

"La realidad es terca"

Mujica quedó libre con una amnistía que recibió en 1985, al finalizar el régimen militar uruguayo. Ese día era su recuerdo de mayor felicidad.

"Lo de la presidencia es una tontería. No se compara", aseguraba.

Antes de llegar al cargo máximo, fue diputado y senador, y en 2005 ministro de Ganadería y Agricultura del primer gobierno del Frente Amplio, la coalición uruguaya de izquierda.

José Mujica y su perra de tres patas ManuelaFuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,

Mujica y su perra de tres patas Manuela, que murió en 2018: "Es el integrante más fiel que tuve en el gobierno", dijo en una entrevista con BBC Mundo. En esos años, su popularidad creció rápido y recorrió el país sin cesar, hasta que se volvió candidato presidencial del Frente Amplio.

Sin renegar de su pasado guerrillero, cuidó su imagen y sus palabras más que de costumbre para ganar la confianza de uruguayos al centro del espectro político, y venció en la segunda vuelta de las elecciones de 2009 con casi 53% de los votos.

Tenía 74 años y, para el resto del mundo, aún era un desconocido.

Eran tiempos de triunfos para la izquierda latinoamericana, que tenía entre sus principales figuras al entonces presidente brasileño Luiz Inácio "Lula" da Silva y a su par venezolano Hugo Chávez.

Aunque mantuvo una relación cercana con ambos, Mujica marcó distancia del socialismo chavista y gobernó a su manera, dando muestras de pragmatismo y audacia en varias ocasiones.

Durante su mandato, con un contexto internacional bastante favorable, la economía uruguaya creció a un promedio anual de 5,4%, se redujo la pobreza y el desempleo se mantuvo en niveles bajos.

Pese a la prédica de Mujica sobre la austeridad, su gobierno también aumentó significativamente el gasto público, lo que amplió el déficit fiscal y llevó a sus opositores a acusarlo de despilfarro.

Además fue criticado por no haber podido revertir los crecientes problemas en la educación uruguaya, aunque había prometido que la enseñanza sería una prioridad máxima de su gestión.

José Mujica recibe la banda presidencial uruguaya del presidente saliente Tabaré Vázquez en marzo de 2010Fuente de la imagen,AFP Pie de foto,

Sobre su presidencia, Mujica se reprochaba no haber logrado eliminar la pobreza en Uruguay; sus críticos lo acusaban de haber aumentado el déficit fiscal. Sin embargo, días después de haber dejado la presidencia sostuvo que su peor cuenta pendiente era que en Uruguay aún hubiera pobreza.

"¿Por qué no lo cambié? Porque la realidad es terca", dijo en una charla con la audiencia global de la BBC, donde le llovieron preguntas de países vecinos y lejanos, como Irán, Indonesia o Azerbaiyán.

Cuando terminó su gobierno, Mujica tenía un alto índice de popularidad doméstica (próximo al 70%) y fue electo senador, pero también dedicó parte de su tiempo a viajar por el mundo.

"Este mundo está loco"

En la curva ascendente de su fama internacional hubo un punto crítico: su discurso en la cumbre Río+20 de la ONU sobre desarrollo sustentable, en junio de 2012 en Río de Janeiro.

Ante decenas de jefes de Estado y de gobierno, criticó la sociedad de consumo que, advertía, lleva a la gente a trabajar más para pagar deudas.

"Estas cosas son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. Tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor arriba de la Tierra, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos", sostuvo.

Aunque él mismo definió sus palabras como "elementales", el discurso causó sensación en internet y fue reproducido millones de veces en YouTube: todo un éxito para un presidente que ni siquiera usaba las redes sociales.

Mujica saluda a miles de jóvenes que lo escucharon en una universidad de Río de Janeiro poco después de terminar su presidencia. Fuente de la imagen,Yasmin Botelho Media Ninja Pie de foto,

Mujica saluda a miles de jóvenes que lo escucharon en una universidad de Río de Janeiro poco después de terminar su presidencia. A la posterior entrevista de Mujica con BBC Mundo en su casa siguieron muchas otras con medios de comunicación de todas partes, que lo visitaban intrigados por su forma de vida como presidente, su cultivo de flores y Manuela, su perra de tres patas.

Durante su gobierno, Uruguay también llamó la atención por leyes sociales que aprobó el Parlamento, como la despenalización del aborto, el reconocimiento del matrimonio homosexual y la regulación del mercado de marihuana por parte del Estado.

Mujica aseguraba que nunca probó el cannabis y que legalizarlo no estaba en sus planes cuando llegó a la presidencia, pero en pleno mandato decidió hacerlo con el argumento de que la prohibición había fracasado y quería rescatar parte del mercado del narco.

Por todo esto, recibió elogios de figuras como el premio Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa, fue ubicado entre las 100 personalidades más influyentes de 2013 por la revista Time y Uruguay fue nombrado el país del año por The Economist.

Un jeque árabe llegó a ofrecerle un millón de dólares por su auto, que siguió siendo propiedad y símbolo de Mujica: en algunos países que visitó tras dejar la presidencia, como Guatemala o Turquía, lo esperaron con "escarabajos" en el aeropuerto.

José Mujica en su Volkswagen "escarabajo" celeste de 1987.Fuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,

El Volkswagen "escarabajo" de Mujica se volvió otro símbolo de su figura. Él se mostraba sorprendido con tanta fama.

"¿Qué es lo que le llama la atención al mundo? ¿Que vivo con poca cosa, una casa simple, que ando en un autito viejo? ¿Esas son las novedades? Entonces este mundo está loco porque le sorprende lo normal", reflexionó antes de dejar la presidencia.

También indicaba que su forma de gobernar estaba en sintonía con las tradiciones republicanas y liberales que Uruguay cultivó desde comienzos del siglo XX.

El auge de su figura coincidió con un desencanto con los políticos tradicionales en muchos países y un vacío que Mujica ocupó parcialmente en la izquierda de América Latina, tras la muerte de Chávez y los escándalos de corrupción que salpicaron a Lula.

La muerte

Mujica también será recordado por comentarios polémicos que realizó siendo jefe de Estado.

"Esa vieja es peor que el tuerto", dijo en 2013, sin notar que había un micrófono encendido, aludiendo a la entonces presidenta argentina Cristina Fernández y a su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner.

Durante el Mundial de fútbol de Brasil 2014 declaró que los dirigentes de la FIFA en ese momento eran "una manga de viejos hijos de puta", tras la sanción que aplicaron al goleador uruguayo Luis Suárez por morder a un rival.

Al mismo tiempo, los discursos de Mujica solían incorporar referencias a temas como el amor y la felicidad, a veces con tono de autoayuda.

"Cada mañana que te levantes piensa, y haz 10 minutos de balance, si lo que has hecho está bien o está mal", aconsejó a miles de jóvenes que lo ovacionaron en una universidad de Río de Janeiro meses después que dejara la presidencia.

José MujicaFuente de la imagen,AFP

Tampoco faltaban las referencias a su propia vejez y la proximidad inexorable de la muerte, esa que acaba de llegarle y que él mismo sugería tomar como algo natural, sin dramas.

Al revelar en abril de 2024 que le habían detectado un tumor en el esófago que trataría con radioterapia, sostuvo que en su vida “más de una vez anduvo la parca rondando”, pero esa vez creía que iba "con la guadaña en ristre”.

“Al fin y al cabo, que me quiten lo bailado”, concluyó.

En enero le dijo al semanario uruguayo Búsqueda que el cáncer se extendía a su hígado y, debido a su edad y enfermedades crónicas, evitaría someterse a más tratamientos.

Poco antes, había alcanzado uno de sus últimos logros políticos: que su delfín Yamandú Orsi fuera electo presidente de Uruguay en noviembre y que su agrupación dentro del Frente Amplio, el Movimiento de Participación Popular, obtuviera la mayor bancada en el Parlamento desde el retorno de la democracia al país, sin figurar él en sus listas.

"Es un premio, si se quiere un premio consuelo, porque está llegando al final del partido", reflexionó Mujica sobre esa elección en otra entrevista con BBC Mundo días más tarde. "Siempre pensé que el mejor dirigente no es el que hace más; es el que deja una barra que lo supera con ventaja".

En el libro "Una oveja negra al poder", de los autores Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, Mujica reflexionó que "a nadie le gusta la muerte, pero a determinada altura sabés que un poco antes o un poco después va a llegar".

"Y, ¡por favor!, no vivas temblando frente a la muerte. Acéptala como los bichos del monte. El mundo va a seguir dando vueltas y no va a pasar nada, no va a quedar nada de todo ese temor al pedo", dijo. "Hay que ser más primitivo".

domingo, 20 de septiembre de 2015

Mujica: “No vinimos al mundo solo a trabajar y comprar” El expresidente uruguayo inaugura un congreso en Córdoba

El octogenario expresidente de Uruguay y todavía senador, José Mujica, pasó tres lustros en la cárcel durante la dictadura de su país. Aislado, solo y sin hablar con otra persona que no fuese él mismo, empezó a cambiar su visión del mundo. Pero antes, cambió la de sí mismo: “Pertenezco a una generación que quiso cambiar el mundo pero cometió el terrible error de no querer cambiarse antes a ella”.

Una catarsis vital sintetizada en una veintena de palabras que Mujica ha pronunciado en Córdoba, durante la inauguración del Congreso de la Sabiduría y el Conocimiento, organizado por la Cadena Ser y en el que participan, entre otros, Fernando Savater, Antonio Muñoz Molina o Elvira Lindo. Junto a Mujica se sentaron la presidenta de la Junta andaluza, Susana Díaz, la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, los rectores de las dos universidades de la ciudad y el director general de la Ser, Vicente Jiménez. Una multitud, comparada con la celda de aislamiento y tortura en la que vivió en Uruguay. “Allí pensé que las cosas tienen un principio y un final. Y no. Lo que tiene un principio y un final, simplemente, es la vida. El resto es transitar”, explicó el miércoles, ante un grupo de periodistas e intelectuales, en la Posada del Potro de la Córdoba. “Esto, la vida, es un minuto y se va. Tenemos la eternidad para no ser y solo un minuto para ser”, se indignaba. Por eso, lo que más ofende hoy al exmandatario es “la poca importancia que le damos al hecho de estar vivos”.

Desde que el 1 de marzo este antiguo guerrillero tupamaro dejó de ser máximo responsable político de su país, ha viajado por el mundo. Sin querer, Mujica se ha convertido en un referente para muchos. “Tiene ventaja esto de ser viejo, porque de joven uno puede creerse en demasía estos elogios”, dijo anoche al abarrotado auditorio cordobés que le regaló largos aplausos. Su mensaje humanista, su forma de ser sencilla y accesible y su discurso claro han calado en el público. Especialmente en España, poco habituada a este tipo de perfiles políticos. “Pero yo no soy ni un filósofo ni un intelectual. Lo fui hasta los 25. Hasta esa edad lo leía todo, desde la guía telefónica a Séneca”, bromeó.

El filósofo romano nacido en Córdoba fue una constante en su charla. Su visión de la moderación, su concepción de la riqueza y la pobreza sirvieron a Mujica para hilvanar su visión del mundo. “Séneca nos decía no es pobre quien tiene poco, sino quien mucho desea. Y la tribu aimara añade pobre es el que no tiene comunidad. Estos son los valores que realmente importan”, subrayó. Y así puso en la diana a la economía de mercado y al sistema de crecimiento basado en el consumo. “Yo no planteo un atraso ni una paralización, solo lucho contra la identificación de que la felicidad es la capacidad de comprar cosas nuevas”. Para Mujica, uno de los terrores y errores del actual modelo social y económico es la “esclavitud” del trabajo. “No vinimos a este mundo solo a trabajar y comprar; vinimos a vivir. La vida es un milagro; la vida es un regalo. Y solo tenemos una”.

  MADRID.- El octogenario expresidente de Uruguay llegó tarde a su cita con la prensa en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. Pero llegó. Los medios le aguardaban en la entrada. "Dejen que se siente", señalaban desde el equipo organizador. Pero los periodistas no daban tregua. Aún caminaba hacia su asiento cuando ya tenía la primera pregunta sobre Venezuela. "Ahora está reunido el Unasur y pase lo que pase espero que las decisiones se tomen en América Latina y que no vengan los poderosos de otros países del mundo a decirnos lo que tenemos que hacer", contesta Mujica con una sonrisa. El tono es tan pausado como su paso.

El motivo de la conferencia de prensa es la presentación del libro Una oveja negra al poder, una biografía del político que repasa su trayectoria hasta el poder y su encuentro con figuras como Obama, Fidel Castro, Putin, Chávez o Cristina Fernández de Kirchner. La obra está escrita por los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, dos viejos amigos del expresidente poco sospechosos de comulgar con sus ideas políticas.  

 "[Los autores] han hecho su trabajo con honradez y más de una vez tuvimos lío, pero son mis amigos. Por eso vengo acá, pero yo no escribí eso. Hay un 10% de cosas con las que tuve lío con ellos, pero, básicamente es un relato honrado y real", señala Mujica para concluir la conferencia de prensa.

Antes, había respondido a todas las preguntas de los periodistas. Sin aspavientos, sin precipitaciones y tomándose unos cuantos segundos antes de responder. Llama la atención su facilidad para la autocrítica. En ningún momento presume de su acción de gobierno y sí se lamenta por no haber encarado mejor algunas cuestiones o no haber conseguido algunos de sus objetivos. Intenta mojarse poco en los temas europeos y habla más extensamente de las cuestiones que afectan a América Latina. "No quiero meter la pata", dice.

A continuación, Público ofrece un resumen de las reflexiones que en la tarde del sábado Mujica realizó ante la mirada de la prensa.

1. La unidad de la izquierda y el Frente Amplio de Uruguay
"El problema más grave que tienen las fuerzas de izquierdas en el mundo es la falta de unidad. Nosotros hemos construido una fuerza política donde está todo el espectro de la izquierda. Todo lo que se le pueda ocurrir está ahí. Desde la democracia cristiana al partido comunista. Puede parecer que es una Torre de Babel pero hace 40 años que navegamos juntos y somos el partido más fuerte del país por el hecho de estar juntos. No es una suma aritmética. Es una suma que concita apoyo porque es una alternativa real. No queremos ser testimoniales, queremos hacer. Por eso nos sometemos a los acuerdos colectivos del partido. Dependemos del todo. ¿Saben cuánto nos costó aprender eso? Una vida."

2. Sobre la afirmación de Felipe González de que la Chile de Pinochet respetaba más los derechos humanos que la Venezuela de Maduro

"Es una cosa reciente. No sé si es lo que González ha dicho ni el contexto. En América Latina en los últimos 30 o 40 años Pinochet no tiene parangón. Para comparar a Pinochet hay que hablar de Franco. Y de ahí para arriba. Así que me cuesta entender esa afirmación."

3. Sobre los refugiados sirios
"La gente que se va de Siria, en términos globales, no son estrictamente pobres de máxima necesidad. Con esto no digo que sea gente rica. Estoy diciendo que tienen algún poder de nivel adquisitivo porque entonces no tendrían plata para salir. Los pobres de Siria quedan encerrados debajo de la tierra. Pero, ¿qué pasa? Todos quieren ir a Alemania. En todo caso, como consuelo, Suecia o Noruega. Si les hablas de América Latina los horrorizas. No son aquellos españoles o italianos que fueron a hacer las américas.

A mi país llegaban 40.000 [inmigrantes] por año y nos construyeron el país. A Argentina llegaban 300.000 por años. Cuando terminó la Guerra Civil en España llegaron a México un millón de personas. No son los mismos. Pertenecen a otro tiempo. Y este tiempo, que tiene mejor comunicación, les hace soñar en que país quieren estar. ¿Qué pasa con los que están en Uruguay? Yo pedí que me mandaran campesinos y la ONU me mandó gente macanuda que no se remangaba las mangas. No laboraron fuerte. Han laborado, pero suavecito.

Han hecho trabajos de oficina y en mi país están en el campo. Seguramente que lo que le aportamos no es lo mismo que lo que ofrece Europa. Tampoco nosotros podemos darle lo que no le damos a nuestros compatriotas. Nosotros tenemos compatriotas que viven con 20.000 pesos, que es lo que le damos a ellos.

Comprendo también que tienen una barrera cultural. Mi país es muy laico. En Uruguay va preso el hombre que le pega a una mujer o a los niños. Hay otras sociedades donde el hombres es el rey. Son sociedades que tienen ese choque. En nuestro país tienen que entender que no va eso. La cultura nos mete freno y nos crea cosas que son difíciles. Cuando era joven pensaba que cambiando las relaciones de producción y distribución íbamos a mejorar la sociedad. Hoy estoy convencido de que si no cambias la cultura no cambias nada. Y el cambio cultural es más lento y difícil que el cambio material."

4. El futuro de Grecia
"Pobre Grecia. Me da la impresión, aunque me puedo equivocar, de que han jugado con la honradez de Tsipras y ha estado contenido por unas fuerzas que le superaban a él y a Grecia. Ha tenido que hacer cosas que no le gustan y que no está de acuerdo. La política tiene estas cosas. No sé si Europa está pensando en hacer un protectorado en Grecia o algo por el estilo. Espero que no. La cuenta de Grecia es impagable. Impagable. Las convulsiones van a continuar."

5. El futuro de Europa
"Europa tiene un ingreso per cápita importante está sufriendo algo que está pasando en todas sociedades donde mejora ingreso. Baja la tasa natalidad. Parecería que la fecundidad masiva importante es un don de los pobres. La bajada de natalidad está provocando que la fuerza de trabajo europea tiende a envejecer rápidamente con lo cual los costos futuros de la Seguridad Social van a ser enormes en proporción al nivel población activa. O aumenta la productividad enormemente de los sectores laborales para que soporten un peso impositivo muy serio para transferir recursos a la Seguridad Social. ¿Quién va a pagar la jubilación en el futuro? ¿Las pensiones? O pasa esto o los viejos futuros lo van a pasar mal.

La otra opción es rejuvenecer la fuerza de trabajo. Lo que es un problema hoy, la venida de muchos inmigrantes, si Europa logra que se adapten, más que un problema es una posibilidad para rejuvenecer estas sociedades. Observen las medidas que tomó el Gobierno de China. ¿Se acuerdan que era un hijo? Ahora ya están aflojando las riendas. ¿Por qué? Porque los chinos piensan en el largo plazo. Saben que ese problema se le viene. Europa tiene algo de eso. Alemania se dio cuenta hace rato."

6. América Latina
"América Latina es un continente muy rico en recurso y es el continente más injusto que hay en la Tierra. Es el que reparte peor. Tenemos una gigantesca deuda social con nuestra gente. Dentro de ese panorama, por historia y no por logro de los gobiernos actuales, no me quiero vestir con una camisa que construyó el país, Uruguay siempre fue el que repartió mejor pero en un continente muy injusto. Nadie puede estar conforme con la equidad. Ha habido una reforma sustantiva. El Gobierno de Lula ha significado cuarenta millones pobres menos, pero ¿cuántos pobres hay en Brasil? Brasil tiene una Etiopía dentro y tiene una Francia también adentro. ¡Cuánta falta de equidad y cuánta diferencia entre pobres y ricos! Este es uno de los problemas más graves de la humanidad.

El 1% de la población del mundo tiene el 48%/49% de la riqueza que ha habido en el planeta. En América Latina son más aún. Los problemas son difíciles y algunos no se pueden arreglar desde el Gobierno. Lo más difícil son los hombres. Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perrita. Somos los hombres los que fallamos."

7. Los límites de la acción de Gobierno
"Cuando hablamos de hacer y no hacer tenemos que hablar de los límites que nos imponen las circunstancias de cada uno de los pasos que damos. Todo lo que soñamos o creemos que es mejor siempre encontramos limitaciones fruto de las sociedades en las que vivimos. Limitaciones porque hay contradicciones de clase, contradicciones de interés, de corporaciones… Todo eso vive. Una sociedad tiene múltiples aspectos confrontados entre sí.

En ese marco, podemos lograr algunos resultantes, pero sería vanidoso no reconocer que siempre logramos mucho menos de lo que nos proponemos. Por ejemplo, en mi país, que es pequeño, tenemos un 0,5% de indigentes y alrededor de un 10% de pobreza matemática. No puede haber indigentes en mi país. No debería haber indigentes. Nosotros bajamos mucho el número pero tampoco estamos conformes. Podría haber mucho menos pobreza. Pero hay que reconocer eso. Decía un amigo que gobernar en una democracia no es ejercer una monarquía."