A pesar de su proverbial discreción, la palentina María Teresa Turrión Torrallo no ha podido evitar la proyección pública que entraña estar al cuidado de los hijos de los duques de Cambridge, el mayor de ellos destinado a ser un día rey de Reino Unido. A cargo del príncipe Jorge desde su nacimiento, hace cuatro años, y luego también de su hermana Carlota, la llegada de un tercer retoño (Luis) hace justo una semana acaba de convertirle en la supernanny del reino. Porque, aunque la familia siga creciendo, los padres de los pequeños príncipes han dejado claro que no quieren mayor ayuda que la de su niñera española.
La inamovible presencia de Turrión en el palacio de Kensington desde que Guillermo y Catalina fueron padres por primera vez, responde a la confianza depositada por la pareja real en esta niñera, hoy de 47 años, formada en el exclusivo Norland College. Fundado en 1892, en el centro de Bath se cursa uno de los títulos más exigentes del mundo en cuanto a cuidado infantil y provee de cuidadoras para sus hijos a lo más selecto de la aristocracia británica, amén de millonarios afamado como el Rolling Stone Mick Jagger. Entre las asignaturas que se imparten al alumnado, se incluyen clases de artes marciales y de reacción ante un posible ataque terrorista. La palentina fue una de sus diplomadas estrella y, tras trabajar para varias familias de la alta sociedad londinense, fue recomendada a los duques.
La primera imagen que la prensa británica obtuvo de la nanny Turrión fue la de su paseo por los jardines del palacio de Kensington —residencia oficial de los duques de Cambridge— empujando el carrito real de Jorge, el bebé recién nacido. Su atuendo parecía especialmente informal (jersey y pantalones, coleta recogiendo la melena), en una clara distinción entre el espacio privado y público de la familia real. A puerta cerrada, Jorge (4 años), Carlota (2 años) y pronto el recién nacido Luis son niños tratados como tales, “y con mucho amor”, según ha relatado a The Telegraph Kathryn Mews, una de las exalumnas de Norland y hoy autora de varios libros sobre crianza. Luego llegan algunas normas y explicaciones para conseguir que se comporten bien en público, una función en la que la niñera palentina ha sido clave para que los principitos hayan cumplido sus regias funciones sin estridencias.
Una de las imágenes más replicadas por la prensa británica, con Teresa Turrión Torrallo como protagonista, es aquella en la que aparece en pose cómplice y sonriente junto a Isabell II, reina pero también bisabuela de los niños a los que está contribuyendo a criar. La niñera luce para la ocasión un sobrero con la inicial grabada de la escuela Norland, asimismo visible en un emblema prendido de su blusa, que solo es mostrado en ocasiones especiales como pronto será el bautizo de Luis. Toda esa parafernalia le procura visibilidad, para que los menores de la familia real identifiquen a su protectora entre el mar de gente que suele trufar los actos oficiales.
En esas ocasiones, la prensa española ha estado especialmente pendiente de los atuendos de los pequeños royals: vestidos por su niñera con piezas de ropa infantil acuñada en San Sebastián, Valladolid o de firmas nacionales asentadas en Londres. Desde que Jorge lució a sus dos años un abrigo de la marca española Pepa&Co, los artículos sobre la moda lucida por los príncipes han sido recurrentes también en el Reino Unido, pero aceptados con gracia desde el palacio de Kensington. Una señal de que los pequeños y su niñera se llevan muy bien, gracias a la sabía combinación entre la ternura de la niñera para con los niños y al tiempo la capacidad de hacerse respetar, por muy azul que sea su sangre.
La principal inquietud de Kate Middleton, subrayan medios próximos a Kensington, es que María Teresa quisiera dejar sus funciones. Las niñeras que ejercen en familias aristocráticas o muy adineradas no suelen superar la barrera de los cinco años. Pero la super niñera de palacio es una persona descrita desde su entorno como "casada con su trabajo" y los Windsor esperan y confían en que siga en su puesto al menos hasta que el príncipe Jorge empiece la escuela secundaria.
Hace varias décadas, la que fuera niñera de Isabel II publicó un libro sobre sus experiencias que hizo que desde palacio borraran su nombre para siempre. Las apuestas apuntan, en cambio, que el futuro rey Jorge y sus hermanos pequeños siempre recordarán con cariño a María Teresa Turrión Torrallo.
https://elpais.com/elpais/2018/04/30/gente/1525109510_564720.html
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