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lunes, 13 de marzo de 2023

El rey, el campesino y el asno

Érase una vez un rey que quería ir a pescar. Llamó a su meteorólogo y le preguntó sobre la evolución del tiempo. El meteorólogo tranquilizó al rey diciéndole que podía ir a pescar sin problemas porque no iba a llover.

Para estar apuesto ante la reina el rey se vistió con sus mejores galas. En el camino se cruzó con un campesino subido en su asno que, al ver al rey, le dijo: “Majestad, debería usted dar la vuelta porque dentro de poco va a llover”. El rey pensó: “¿Cómo puede este mendigo presagiar el tiempo que va a hacer mejor que mi especialista diplomado y generosamente pagado que me ha dicho lo contrario?… y continuó su camino. Pero poco tiempo después se puso a llover torrencialmente. El rey volvió al palacio totalmente empapado y la reina se burló de él al verle en tan lamentable estado. Colérico, el rey despidió inmediatamente al meteorólogo y llamó al campesino para ofrecerle el puesto, pero el campesino lo rechazó diciendo: “Majestad, yo no entiendo nada en temas de meteorología pero sé que, cuando mi asno baja las orejas, eso significa que va a llover”… Entonces el rey nombró meteorólogo del reino al asno.

Fue así como se inició en Francia la costumbre de emplear a los asnos como asesores y consejeros formidablemente bien pagados. También se tomó la decisión de crear una escuela: la E.N.A (la Escuela Nacional de Asnos*) con sus diplomados, cuyos brillantes conocimientos podemos constatar diariamente…

(*) ENA es en realidad el acrónimo de Escuela Nacional de Administración. Es también, sin lugar a dudas, la gran referencia de las llamadas “Altas escuelas” en Francia, en las que sólo puede entrar la élite de estudiantes que, con anterioridad, se han diplomado en otros estudios universitarios. La gran mayoría de líderes políticos, ministros, y dirigentes de grandes empresas privadas y públicas francesas de los últimos años son diplomados de la ENA. El presidente Macron lo es, así como una gran mayoría de sus ministros y asesores.

Este cuento me lo ha enviado Ignacio Ramonet, amigo con el que me crié en Tánger y con el que compartí mi estancia en París. Como muchos saben, Ignacio ha sido uno de los directores de referencia de Le Monde Diplomatique en Francia y es actualmente el presidente de la empresa que edita Le Monde Diplomatique en español. El cuento tiene una relación estrecha con Francia, pero creo que se puede aplicar a otros países…aunque en esos países no exista la ENA.

Buenas noches, buena suerte, Salud y Bien Común

Paco Álvarez

sábado, 18 de noviembre de 2017

_- Entrevista a Paco Álvarez

_- Francisco Álvarez (Madrid, 1946) conoce bien el entramado económico actual. Tras ser vicepresidente de la Bolsa de París y consejero-director de la Bolsa de Valencia, en 2000 abandonó una trayectoria bursátil de treinta años y se unió a la teoría de la Economía del bien común (EBC). Se trata de una propuesta nacida en Alemania en 2008, y que defiende el cambio del modelo económico actual. La EBC entiende el dinero como un medio para alcanzar el máximo bienestar social, no como un fin en sí mismo. ¿Es posible otra Economía?

La economía del bien común es un modelo alternativo impulsado por Christian Felber. Nacida en 2010, intenta buscar un camino intermedio entre el capitalismo y el comunismo. En este tiempo de recorrido, ¿ha demostrado su viabilidad? La EBC es un modelo económico, pero es también una herramienta concreta que permite construir un modelo económico con rostro humano. Nació hace cuatro años y ya da muchos resultados: más de 1 700 empresas apoyan la iniciativa. Algunos municipios se están convirtiendo en «municipios del bien común». Incluso ya hay una primera región en Italia, y una región austríaca tiene el programa gubernamental fundamentado en la EBC. Cada vez más universidades impulsan proyectos de investigación de enseñanza, implementación y difusión pública del modelo económico del bien común. En Alemania, los financia el Ministerio de Educación.

Según indican en sus principios, el movimiento pretende cambiar ánimo de lucro y la competencia por cooperación y contribución al bien común,. De este modo, las empresas que practiquen lo primero tendrán desventajas y se «recompensará» a las segundas.

Se hará… y ya se hace, «de abajo arriba» y no «de arriba abajo», como ejecuta el modelo económico vigente. ¿Qué es una empresa? Un conjunto de actores (emprendedores, financiadores, trabajadores, proveedores, clientes y el entorno en el que la empresa se encuentra).¿Es utópico, —o revolucionario— reconocer que todos ellos son los que hacen que una empresa exista? No, no lo es: es evidente. Entonces, ¿por qué no hacer participar a todos estos actores en un ejercicio-balance común que permita determinar si la empresa contribuye al bienestar social de todos? Una vez realizado este ejercicio, y dado que las empresas se encuentran ubicadas en municipios, serán los ayuntamientos los que decidan si recompensan o no a las empresas que crean bienestar con respecto a aquellas que no lo hacen. Este procedimiento puede extrapolarse a las regiones y más tarde al Estado en su conjunto. La EBC no impone, propone, y si en el movimiento «de abajo arriba» lle- gamos a nivel nacional y la mayoría decide que hay que legislar… pues a legislar. En la práctica es muy simple: ¿qué dice la Constitución española? Que la soberanía reside en el pueblo. Pues bien, vamos a aplicar la Constitución: toda legislación debe ser el resultado de lo que decida la mayoría. «De abajo arriba».

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