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miércoles, 24 de abril de 2024

El viaje a América Latina que hizo Marie Curie, la única mujer que ha logrado la hazaña de ganar dos premios Nobel

Marie Curie en su laboratorio.


El 18 de agosto de 1926, Guimarães Rosa, Juscelino Kubitschek y Pedro Nava, quienes tenían entre 18 y 24 años, asistieron a una conferencia sobre la radiactividad y su aplicación en el tratamiento del cáncer en el auditorio de la facultad de Medicina de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en Belo Horizonte, Brasil.

No fue una conferencia cualquiera. Ese día, la facultad recibió la ilustre visita de Marie Curie, entonces de 59 años.

La científica polaca, nacionalizada francesa, ganó dos veces el premio científico más importante del planeta, el Premio Nobel: el primero, en Física , en 1903, y el segundo, en Química , en 1911.

La visita de Marie Skłodowska-Curie a Brasil duró 44 días: del 15 de julio al 28 de agosto de 1926.

Y este es el relato del único viaje que la científica hizo a América Latina.

Una celebridad

Llegó a Río de Janeiro en barco desde Marsella el 15 de julio de 1926. Lo hizo en el Pincio, un lujoso barco a vapor, en compañía de su hija mayor, Irène, que trabajaba como su secretaria privada.


En ese momento, Marie Curie ya era viuda del físico francés Pierre Curie. Su marido murió tras ser atropellado por un carruaje el 19 de abril de 1906, mientras cruzaba una concurrida calle de París.

Madre e hija fueron recibidas en Brasil por un comité formado, entre otros personajes destacados, por los médicos Juliano Moreira, uno de los pioneros de la psiquiatría en Brasil, y Roquette Pinto, uno de los padres de la radiodifusión.

Durante su visita, Marie Curie estuvo acompañada por Bertha Lutz, entonces presidenta de la Federación Brasileña para el Progreso de las Mujeres y una de las mayores activistas en la lucha por los derechos políticos de las mujeres brasileñas.

"Madame Curie llegó a Brasil como una estrella. Siempre había un carruaje de lujo reservado para ella y su hija. Fue tratada como un ser divino", dice João Pedro Braga, posdoctorado en Química de la Universidad de Princeton y coautor del libro, junto a Cássius Klay Nascimento, "La visita de Marie Curie a Brasil" (2017).

"En los lugares que visitó, la gente vestía la ropa más elegante, la última moda en París. Marie Curie vestía, como observó Pedro Nava, un 'traje grasiento'. Siempre fue una mujer sencilla".

Por una serie de doce conferencias, Marie Curie cobró 75.000 francos (el equivalente actual a US$85.000): una parte que le entregó el gobierno francés antes del viaje y otra del gobierno brasileño que le entregaron al llegar a Río.

Marie Curie y su hija Irène visitan el Pan de Azúcar en Rio de Janeiro.

FUENTE DE LA IMAGEN,COLECCIÓN JOÃO PEDRO BRAGA

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Marie Curie y su hija Irène visitan el Pan de Azúcar en Río de Janeiro.

Cansadas del viaje en barco, que duró 13 días, Marie e Irène se dirigieron directamente al Hotel dos Estrangeiros, en Flamengo. Mientras Marie se acostaba a descansar ya sentía los efectos nocivos de la exposición prolongada a la radiación), Irène se puso un traje de baño y se dio un baño en el mar.

El 17 de julio, Marie Curie escribió una carta a Ève, la hija más joven que se había quedado en París. Entre otras cosas, elogió la habitación del hotel, que calificó de “muy bonita”, y se quejó del ruido de los tranvías.

A pesar de su aversión a la prensa, ya que los tabloides franceses expusieron su relación amorosa con un hombre casado, Paul Langevin, la científica concedió una entrevista al diario O Paiz.

La primera de las doce conferencias tuvo lugar el 20 de julio, en la sala principal de la Escuela Politécnica, y fue transmitida por Rádio Sociedade do Rio de Janeiro, la primera emisora de Brasil, inaugurada tres años antes.

Muchos estudiantes, por falta de espacio, no pudieron asistir a la presentación. Hubo un inicio de agitación y, por ello, las siguientes conferencias fueron trasladadas a la planta baja de la institución.

Entre una conferencia y otra, Marie Curie visitó los atractivos turísticos de la ciudad, como el Pan de Azúcar,, Corcovado y el Jardín Botánico, y se trasladó a municipios vecinos, como Petrópolis, Vassouras y Barra do Piraí.

En São Paulo visitó Butantan, viajó a Águas de Lindóia y asistió a un baile en su honor

Marie Curie de visita en Belo Horizonte en 1926.

FUENTE DE LA IMAGEN,CEMEMOR

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Marie Curie de visita en Belo Horizonte en 1926.

Con dos agujas en su maleta

Luego, tras una larga travesía en tren, llegó a Belo Horizonte el 16 de agosto de ese año, acompañada todo el rato por su hija, la doctora Irène Joliot-Curie, quien a su vez también recibió el Premio Nobel de Química en 1935. Allí estuvo dos días.

En la capital de Minas Gerais se hospedó en el Grande Hotel Internacional, donde hoy funciona el Edificio Arcângelo Maletta. Allá dictó la conferencia en la facultad de Medicina a la que Pedro Nava asistió junto a Guimarães Rosa y Juscelino Kubitschek.

"Era pequeña de estatura. Llevaba un vestido negro y una falda que arrastraba. Siempre aparecía con la misma ropa, el pelo mal peinado, mal peinada, las manos rojas muy maltratadas y vi sus botas de tacón bajo con sólo el botón superior abotonado" , describió el médico y escritor Pedro Nava en Beira-Mar (1978), en el cuarto volumen de sus memorias.

“Pero cuando enseñaba, se transformaba y con sus palabras la estancia se iluminaba aún más, como si a unos rayos de uranio, chispas radiactivas y ferromagnéticas atravesaran sus paredes”, añadió Nava.

En ese tiempo en Minas Gerais, visitaron el Instituto de Radio de Belo Horizonte, inaugurado cuatro años antes. El centro fue creado para combatir el cáncer en Brasil con el uso de la radioactividad y fue el primer hospital de este tipo en el país.

La premio Nobel llevaba en su maleta dos agujas de radio, de las que se usaban para la irradiación de tumores, para donarlas a este centro.

Luego, con recursos públicos, el instituto compró radio proveniente de Francia con sus certificados correspondientes de dosificación firmados por Marie Curie.

Una de las fotografías tomadas durante su visita a Brasil fue precisamente en este centro, hoy perteneciente al Hospital de Clínicas de la UFMG.

Madame Curie (sentada) visita o Museu Nacional em 29 de julho de 1926.

Madame Curie (sentada) visita o Museu Nacional em 29 de julho de 1926.

FUENTE DE LA IMAGEN,MUSEO NACIONAL DE BRASIL

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Madame Curie (sentada) visita el Museo Nacional el 29 de julio de 1926.


En ese estado también visitó las ciudades de Sabará y Lagoa Santa.

La visita de Curie apareció en la presa local. El Diário de Minas contaba que la científica fue recibida con gran cariño, pues el mundo científico sentía por ella una gran admiración.

“Todos los homenajes que se le hacen son verdaderamente merecidos y tanto más espontáneos en cuanto que la envuelve un suave aura de simpatía debido a la conmovedora sencillez que la caracteriza”, recogía la prensa.

Luego, Marie e Irène Curie regresaron a Río el 18 de agosto y de allá partieron rumbo a Marsella, Francia, el 28 de agosto.

El mismo año de su visita a Brasil, fue la boda de Irène con Frédéric Joliot, con quien se alzó con el Nobel años después por sus investigaciones de la radioactividad artificial.

"En la presentación de nuestro libro en polaco, los nietos del matrimonio Curie, Hélène y Pierre, dijeron que su padre, Frédéric, siempre cuestionaba en broma el hecho de que, justo el año de su boda, la futura novia, Irène, se quedara en Brasil durante tanto tiempo", afirma João Pedro Braga, coautor de "La visita de Marie Curie a Brasil".

Prohibido para las mujeres

María Salomea Sklodowska, la futura Madame Curie, nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia.

En su país, las instituciones de educación superior cerraban sus puertas a las mujeres, así que fue a Francia para seguir sus estudios junto a su hermana.

Entró en La Sorbona con 23 años y pronto se destacó y fue invitada por el profesor Gabriel Lippmann a trabajar en su laboratorio.

También fue allí, en la capital francesa, donde conoció a su futuro marido, el físico Pierre Curie.

Los dos se casaron el 26 de julio de 1895 y tuvieron dos hijas: Irène y Ève. La más joven fue la única de la familia que no siguió una carrera científica. En lugar de química o física, trabajó en música. Era pianista.

El primer Premio Nobel llegó en 1903. Pierre y Marie Curie ganaron el premio junto con Henri Becquerel. Fue Becquerel quien descubrió que los minerales de uranio emitían una extraña forma de radiación.

No fueron a Estocolmo a la ceremonia del Nóbel. Pierre ya sentía los efectos de la exposición excesiva a la radiación y tenía tanto dolor en las piernas que a veces pasaba días en cama sin poder levantarse. Le dolían tanto las manos que apenas podía escribir.

La muerte de su marido en 1906 conmovió profundamente a Marie Curie.

Marie Curie y Pierre Curie.

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Marie Curie y Pierre Curie.

Un hito doble

En 1911, Marie Curie ganó el segundo Premio Nobel. Ella sola descubrió dos elementos radiactivos: el polonio (llamado así por su tierra natal) y el radio.

Después de ser la primera mujer en ganar el Premio Nobel, Marie Curie también se convirtió en la primera científica en ganar dos veces el famoso premio.

El comité del Nobel de Química sugirió que la científica rechazara el premio debido a su romance con el físico Paul Langevin. Aunque Marie era viuda, Paul estaba casado.

"Marie Curie fue perseguida por el núcleo más conservador de la sociedad. Algunos grupos reaccionarios decían que debía ser expulsada de Francia", dice João Pedro Braga.

Hubo quienes pensaron en no dárselo o evitar que acudiera a la ceremonia por esto.

Marie Curie escribió una carta a comité del Nobel: "El premio fue concedido por el descubrimiento del radio y del polonio. No existe ninguna conexión entre mi trabajo científico y mi vida privada."

La primera

A lo largo de su carrera, Marie Curie se acostumbró a ser la primera en muchas cosas. Entre otras hazañas, se convirtió en la primera mujer en recibir el título de médico; la primera profesora en enseñar en la Universidad de la Sorbona; y la primera mujer en ser enterrada en el Panteón de París.

Pero también tuvo rechazos. No la dejaron ingresar en la Academia de Ciencias de Francia. Tampoco a su hija Irène. La mayoría de sus miembros se oponían a la elección de una mujer.

"Marie Curie es una inspiración para las mujeres que hacen ciencia. Era una persona inusual que enfrentaba dificultades simplemente por ser mujer. A pesar de su dedicación y compromiso, sufrió misoginia y xenofobia", dice la socióloga e historiadora Cristina Araripe Ferreira, doctora en Historia de las Ciencias y de la Salud.

"La mayor contribución de Marie Curie a la ciencia fue el descubrimiento de nuevos elementos radiactivos", dice el físico Roberto de Andrade Martins, doctor en Lógica y Filosofía de la Ciencia por la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp).

"Descubrir un nuevo elemento no es algo sencillo. Los científicos se basan en hipótesis y conjeturas. La ciencia no se compone sólo de éxitos. Hay mucho ensayo y error", apunta de Andrade.

Tan solo 8 años después de su viaje a Brasil, en mayo de 1934, se sintió mal y no volvió al laboratorio nunca más. Se sentía agotada y enferma, con pérdida de visión y zumbidos en los oídos. Murió poco después, el 4 de julio de 1934, con 66 años. La causa de la muerte fue anemia aplásica.

https://www.bbc.com/mundo/articles/c2l7qg0dzz7o

domingo, 5 de febrero de 2023

Qué es la "enfermedad de los premios Nobel" que puede afectar a las mentes más brillantes


Alfred Nobel

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Busto del creador del premio, Alfred Nobel. 

La llaman la enfermedad de los Nobel, el efecto Nobel, el síndrome Nobel y hasta nobelitis. 

Y aunque hay quienes dicen que ganar este prestigioso galardón no es condición sine qua non para sufrir este "trastorno", la extensa lista de premiados por la Academia Sueca que han sucumbido a este mal es, no obstante, llamativa. Desde Pierre Curie (Física, 1903) hasta Santiago Ramón y Cajal (Medicina, 1906), pasando por Richard Smalley (Química, 1996) y Luc Montagnier (Medicina, 2008), por nombrar solo a algunos.

¿Pero qué es exactamente esta "enfermedad" que puede llegar a afectar a personas de una inteligencia notable?

Lejos de ser un diagnóstico oficial, se trata de un término un tanto irónico que se utiliza con frecuencia para referirse al hecho de que ser muy inteligentes y capaces en un área de conocimiento no significa necesariamente que lo seamos en otra.

"Uno no esperaría que la gente verdaderamente inteligente haga cosas estúpidas. Pero el hecho de que existan científicos con un premio Nobel que son conocidos también por apoyar ideas extrañas y sostener creencias erróneas, pone en evidencia que hay una desconexión entre la inteligencia o el éxito científico y la racionalidad", le explica a BBC Mundo Sebastian Dieguez, investigador de neurociencias del Laboratorio de Ciencias Cognitivas y Neurológicas de la Universidad de Friburgo, Suiza.

El sorprendente número de galardonados con el Nobel que abrazan teorías que rayan lo absurdo, añade Shauna Bowes, estudiante de doctorado en psicología clínica en la Universidad de Emory, Estados Unidos, muestra básicamente que "el pensamiento crítico está ligado a un área de conocimiento específico y no al conocimiento en general".

Es decir, uno (no necesariamente un Nobel) puede tener un gran conocimiento de biología, historia, psicología o lo que fuere, pero esto no significa que por ello aplicaremos un pensamiento crítico poderoso cuando se trata de astrofísica u otros temas fuera de nuestro alcance.

Esto se debe a que cuando se trata de temas ajenos a nuestro dominio solemos recurrir a prejuicios o atajos mentales para tomar decisiones o darle sentido al mundo, y no sometemos estos conceptos a una valoración estricta (como haríamos con temas que nos resultan afines).

"De hecho, aplicar el mecanismo de pensamiento crítico toma mucho más esfuerzo y conciencia de lo que probablemente nos resulte cómodo admitir", dice Bowes.

En síntesis: la inteligencia no nos inmuniza contra las ideas descabelladas.

Aún más, agrega Bowes, "muchas investigaciones muestran que el pensamiento crítico está bastante separado de la inteligencia".

Imagen que ilustra el concepto de pensamiento crítico. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

"Mientras que la inteligencia es una habilidad que nos ayuda a resolver problemas y adquirir información, el pensamiento crítico tiene que ver con qué hacemos con esa información y qué sentido le damos".

"La inteligencia hace más factible que podamos pensar críticamente, pero ciertamente no asegura que vayamos a ser buenos pensadores críticos, sobre todo cuando entran en el panorama las emociones y la intuición".

El premio que te vuelve "inmortal"

Si bien todos podemos caer en la trampa de discutir con aplomo temas que escapan a nuestra comprensión, Eleftherios Diamandis, profesor y jefe de Bioquímica Clínica del Departamento de Medicina de Laboratorio y Patobiología de la Universidad de Toronto, Canadá, cree que el caso de los Nobel es especial y circunscribe la nobelitis exclusivamente a este premio.

"El Nobel es muy diferente a cualquier otro premio que un científico pueda ganar. Si bien cualquier otro galardón es por supuesto bienvenido, el Nobel es una distinción única que te vuelve 'inmortal'. Nadie se acordará de ti si ganaste un gran premio en otra parte, pero todo el mundo te recordará si eres un premio Nobel", le dice a BBC Mundo.

"Este reconocimiento hace que se trate a los galardonados de forma diferente, como si fueran una celebridad, y el peligro es que algunos, no todos, creen que la medalla les de la oportunidad de encarar proyectos y actividades con las que no están familiarizados", continúa.

Frederick y Marion Banting FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Tras curar a pacientes con diabetes con insulina, Banting se propuso curar el cáncer.

"Un ejemplo clásico es del Frederick Banting, que descubrió la insulina en los primeros años de la década de 1900. Apenas curó a algunos pacientes con diabetes, pensó que podía después curar el cáncer".

"Lo intentó, pero como sabía tan poco sobre el tema, por supuesto no tuvo éxito", dice.

Para Diamandis, la nobelitis es básicamente un comportamiento narcisista (similar al síndrome de hubris o hibris, un concepto que describe el orgullo extremo, la arrogancia y la confianza excesiva asociada con el poder), que asumen algunas de las personas premiadas, que creen que tienen poderes sobrehumanos y pueden resolver cualquier problema que se le plantee.

Ejemplos de premios Nobel con ideas absurdas 

Linus Pauling (1901-1994)

Científico estadounidense y ganador de dos Nobel (Química en 1954, Paz en 1962), fue pionero de la química moderna por sus descubrimientos en la naturaleza de los enlaces químicos y la estructura molecular de la materia, aplicando la mecánica cuántica. Pauling no dudó en aseverar que altas dósis de vitamina C podían ser efectivas para curar enfermedades como el cáncer y la gripe común. Sus estudios contenían múltiples errores, y nunca se demostró dicha efectividad.

James Watson (1928-presente) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Científico estadounidense, obtuvo el Nobel de Medicina en 1962 (que compartió con Maurice Wilkins y Francis Crick) por su descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN, un hallazgo considerado como uno de los momentos clave en la ciencia moderna. El polémico biológo sostiene que las personas de raza negra son menos inteligentes que las blancas, y que las diferencias de coeficiente intelectual se deben a factores genéticos. Señaló también que la exposición a la luz solar en las regiones cercanas al Ecuador aumentan el impulso sexual y que la gente gorda es menos ambiciosa.

Luc Montagnier (1932-2022) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

El virólogo francés Luc Montagnier obtuvo el premio Nobel de Medicina en 2008 por haber logrado aislar por primera vez el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Un año después de ser honrado con este galardón, sostuvo sin prueba alguna que el agua puede recordar unas ondas electromagnéticas supuestamente emitidas por el ADN de virus y bacterias. También recomendaba la papaya fermentada contra el mal de Párkinson y criticó las vacunas contra la covid-19, a las que acusaba sin fundamento de ser las causantes del surgimiento de nuevas variantes del virus.

Ivar Giaever (1929-presente) FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Físico estadounidense de origen noruego, compartió el Nobel de Físca con Leo Esaki y Brian Josephson en 1973, por "sus descubrimientos sobre fenómenos de túneles en sólidos". En repetidas ocasiones, el investigador manifestó su escepticismo frente al calentamiento global, del cual dijo que no representaba un problema y al que calificó de "nueva religión".

Por otro lado, Diamandis, señala que este galardón suele otorgarse varias décadas después de que el investigador hizo su descubrimiento, que no es precisamente cuando sus capacidades cognitivas están en su mejor momento, una observación con la que coincide Dieguez.

"La edad promedio de premio Nobel es de alrededor de 70 años. Los años más brillantes de esta gente ya han pasado", dice el neurocientífico, quien además pone en tela de juicio a los Nobel como signo de inteligencia o genialidad.

"Uno puede descubrir algo porque sencillamente tuvo suerte, por ser la persona justa en el lugar preciso".

"También ha habido un creciente número de críticas al Nobel, al menos dentro del ámbito científico, porque premia al individuo, y sabemos que la ciencia es por lo general un proceso social", afirma Dieguez.

El mayor problema, sostiene, es que algunas de estas personas con conocimientos profundos en un área muy pequeña que la mayoría de nosotros no comprende, se han vuelto una voz confiable e importante en el debate público.

"Pero el hecho que hayas hecho un descubrimiento importante en un tema muy puntual, no te da derecho a pensar que tienes mejores ideas que los demás en otras áreas", concluye Dieguez.

La humildad, hasta el momento, sigue siendo uno de los mejores antídotos.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-63663430

sábado, 9 de octubre de 2021

Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi reciben el premio Nobel de Física 2021

 

     Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi los galardonados este año.

Los investigadores Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi fueron anunciados este martes como los ganadores del premio Nobel de Física 2021.

El anuncio fue hecho por el secretario de la Academia Sueca de Ciencia, Göran Hansson, quien señaló que el premio se otorgaba a estos tres investigadores "por las contribuciones innovadoras a nuestra comprensión de los sistemas físicos complejos".

El premio, así como los correspondientes a Medicina, Química y Literatura que se irán anunciado esta semana, se entregarán en la ceremonia del 8 de diciembre en Estocolmo.

Giorgio Parisi, italiano de 73 años, fue premiado especialmente por el descubrimiento "de patrones ocultos en materiales complejos y desordenados. Sus descubrimientos se encuentran entre las contribuciones más importantes a la teoría de sistemas complejos".

Por su parte, el japonés Syukuro Manabe y el alemán Klaus Hasselmann fueron galardonados por su aporte "fundamental" en la creación de los modelos climáticos.


El trabajo de Syukuro Manabe y Klaus Hasselmann está relacionado con los modelos climáticos.

Por ejemplo, Manabe, de 90 años, demostró cómo el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera conduce a un incremento de las temperaturas en la superficie de la Tierra.

Este trabajo sentó las bases para el desarrollo de modelos climáticos actuales.

En ese mismo sentido, Klauss Hasselmann, de 89 años, fue pionero en la creación de modelos que vinculan la meteorología y el clima.

Sus métodos se han utilizado para demostrar que el aumento de temperatura en la atmósfera se debe a las emisiones humanas del dióxido de carbono.

Los complejos modelos climáticos
Una de las conclusiones que deja la decisión, especialmente en la elección de Manabe y Hasselmann, es llamar la atención sobre el tema climático.

Como lo señalan varios expertos, es muy difícil predecir el comportamiento a largo plazo de sistemas físicos complejos como el clima de nuestro planeta.

Sin embargo, y también como lo señala el comité de la Academia Sueca de Ciencia, los modelos informáticos que pueden anticipar cómo responde la Tierra a las emisiones de gases de efecto invernadero han sido cruciales para nuestra comprensión del calentamiento global.

Y en eso han sido clave estos dos científicos.

Para empezar, Manabe, quien trabaja en la Universidad de Princeton en EE.UU., lideró en los años 60 el desarrollo de modelos físicos del clima, que llevaron a la conclusión que las emisiones de dióxido de carbono calentaban el planeta.

John Wettlaufer, miembro del comité que otorga el premio Nobel de Física, explica las razones detrás de su decisión.

Y una década después Hasselman, quien hace parte del Instituto Max Planck de Alemania, creó un modelo informático que vinculaba la meteorología y el clima.

Su trabajo, como lo señala la Academia Sueca, respondió a la pregunta de por qué los modelos climáticos pueden ser confiables a pesar de que el clima es cambiante y caótico.

Ahora, el trabajo del italiano Parisi no está directamente relacionado con este campo.

El comité dijo que los descubrimientos de este científico hicieron "posible comprender y describir muchos materiales y fenómenos diferentes y aparentemente completamente aleatorios".

Esto incluyó el comportamiento de sistemas complejos a nivel microscópico.

Su trabajo tiene aplicaciones no solo en la física sino también en otras áreas muy diferentes, como las matemáticas, la biología, la neurociencia y el aprendizaje automático (área de la inteligencia artificial).