Esa es la conclusión de un nuevo estudio de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
La investigación, que involucró a más de 70.000 mujeres, determinó que las optimistas tienen menos posibilidades de padecer cánceres letales, enfermedades coronarias, y pulmonares, y sufrir derrames cuando son mayores.
Si leer esto ya te está deprimiendo porque tú no eres una de esas personas que se despierta con una sonrisa en el rostro, no te desesperes: los investigadores de Harvard creen que el optimismo es una actitud que todos podemos aprender.
De hecho, "estudios sugieren que el 25% del optimismo puede ser de origen genético o heredado, lo cual significa que hasta un 75% puede ser modificable", señaló Eric Kim, codirector de esta investigación publicada en la revista American Journal of Epidemiology.
Pasos simples y prácticos
En parte el beneficio se debe a que los optimistas eligen un estilo de vida más saludable, pero el optimismo en sí mismo tiene una influencia positiva, dice el estudio.
Según explicó Kim, de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, hay varias estrategias que la gente puede poner en práctica para incrementar sus niveles de optimismo:
Pensar cómo "tu mejor versión de ti mismo" se vería en situaciones vinculadas a la familia, a pareja o el trabajo. Por ejemplo, imagina cómo te sentirías en una situación futura en la oficina si trabajaste mucho y lograste alcanzar una meta que te propusiste.
Escribe tres cosas por las que estás agradecido todos los días. Prueba por una semana y mira cómo te sientes.
Lleva un registro durante dos semanas de las cosas que haces por otra gente.
Otras sugerencias de Kim son tomar un curso de conciencia plena (lo que se conoce más comúnmente como Mindfulness).
Recomendaciones varias
Chade-Meng Tan, expionero de Google, ingeniero y autor del libro "Busca en tu interior", recomienda tres pasos para mejorar nuestra actitud frente a la vida y alcanzar la felicidad que coinciden bastante con las recomedaciones del experto de Harvard.
1. En primer lugar sugiere la meditación, Anota por dos semanas las cosas que haces por los demás, dice Kim.
2. En segunda instancia, recomienda registrar los momentos alegres del día. Según Meng, tendemos a aferrarnos a las cosas malas que nos ocurren, mientras que las experiencias buenas se esfuman con más facilidad.
Por eso, al hacer un esfuerzo por reconocer los buenos momentos, aumentamos las probabilidades de hacer un balance positivo y concluir que fue un día feliz.
3. Y el tercer paso consiste en desearles felicidad a los demás.
Según Meng, los pensamientos altruistas nos benefician porque dar nos proporciona una gran alegría, incluso más que recibir.
Otras recomendaciones incluyen enfocarnos en el momento presente, usar un lenguaje positivo y aceptar que no todo es perfecto.