Los padres a menudo se culpan cuando sus hijos van por mal camino - ya se trate de un mal comportamiento en un niño pequeño o un adulto quemado por unos niños problemáticos, durante una sesión de terapia.
Pero ¿deben ser culpados los buenos padres cuando los niños van mal? Esa es la pregunta planteada por el Dr. Richard Friedman en Ciencias Times de hace unos días.
Durante años, los profesionales de salud mental fueron entrenados para ver a los niños como meros productos de su entorno, que eran intrínsecamente buenos hasta que el medio influyera en lo contrario. Donde hay mala conducta crónica, debe estar detrás de ella un mal padre.
Pero mientras no me refiero a dejar de culpar a los malos padres - por desgracia, hay demasiados de ellos, desde los malvados hasta la mera apatía o abandono - no es menos cierto que los padres pueden producir un muy buen número de niños "tóxicos".
Para obtener más información, leer el artículo completo del NYT "Aceptemos que los buenos padres pueden plantar malas semillas", y si le agrada, por favor únase a la discusión en el artículo.
Más sobre el llamado síndrome del emperador.
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jueves, 15 de julio de 2010
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