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jueves, 21 de noviembre de 2019

EDUCACIÓN El hombre detrás de las escuelas que han acabado con el clasismo eligiendo a sus alumnos por sorteo

El estadounidense Larry Rosenstock gana un premio a la innovación educativa en Qatar, dotado con 500.000 dólares, por crear una red de colegios contra la segregación

El trabajo de Larry Rosenstock (1948, Nueva York) parte de una premisa. Detrás de la decisión de qué estudiante irá a la universidad en Estados Unidos, hay un factor que pesa más que la intención de la familia; lo que él llama predictor de la educación, o lo que es lo mismo, el nivel socioeconómico de los padres. Una de las realidades que más le dolió a Rosenstock, graduado en Derecho y dedicado a la educación durante más de 40 años, fue darse cuenta de que el origen de esa desigualdad comienza cuando los niños tienen cinco años. En su país, las escuelas segregan, separan a los alumnos en diferentes centros según su perfil socioeconómico y su raza. Por eso, hace 20 años lanzó en San Diego (California) una red de escuelas que luchan contra la segregación, y que ahora le ha hecho valedor del premio a la educación de WISE (cumbre mundial de la innovación educativa, en sus siglas en inglés, organizado por la Fundación Qatar), dotado con 500.000 dólares (454.500 euros).

"Quería demostrar que se pueden obtener buenos resultados académicos mezclando a un grupo heterogéneo de estudiantes”, cuenta Rosenstock sobre su proyecto High Tech High, una red de 16 charter schools (una modalidad de escuelas privadas en Estados Unidos que reciben fondos del Estado y en las que los alumnos no pagan matrícula), en las que el 57% de los alumnos son negros o hispanos y el 50% de entornos desfavorecidos y donde la tasa de acceso a la Universidad es del 98% (la media nacional está en el 69%). “Hemos demostrado algo obvio pero que la sociedad estadounidense se niega a ver; que los chavales con menos recursos son igual de brillantes y que solo necesitan las mismas oportunidades”, explica durante la celebración de WISE, que este año cumple su novena edición y que reúne en Doha a más de 2.000 expertos y a un centenar de medios internacionales, entre los que ha sido invitado EL PAÍS.

La fórmula que rige la selección de alumnos en esos centros es lo que ellos llaman la lotería, un sorteo que realizan mediante un algoritmo que mezcla los distintos códigos postales de la ciudad (siempre entre barrios limítrofes) y escoge a alumnos de diferentes perfiles socioeconómicos. Eso sí, hay algunas normas impuestas que escapan al control del algoritmo: tiene que haber un 50% de niños de familias con pocos recursos y todos aquellos que ya tienen hermanos en los centros tienen prioridad en el acceso. “Con ese sorteo nos aseguramos que habrá una representación diversa, que no acudirán únicamente los que viven cerca, porque en Estados Unidos el barrio en el que vives determina muchas veces la capacidad económica y el capital cultural de las familias”, añade Rosenstock, que también dio clases en la facultad de Educación de Harvard y en Berkeley (California).

 Desde el primer momento tuvo claro que quería evitar otros métodos empleados en el país como el llamado busing, la práctica impulsada en diferentes Estados para transportar en autobús a niños a escuelas lejos de sus barrios para rectificar la segregación. “Es demasiado duro, algunos niños están obligados a pasar horas en el bus escolar, tiene que ser menos forzado”.

Los 16 centros de la red High Tech High, que abarcan desde educación infantil hasta bachillerato, no son 100% públicos, ya que la gestión es privada, pero están sometidos a las mismas normas que los públicos: los estudiantes deben pasar cada año los exámenes estandarizados (diseñados por el Estado de California) y deben superar el SAT, la prueba de acceso a la Universidad. “La máxima preocupación de las familias es que sus hijos sean admitidos en universidades de calidad, y en eso nos hemos enfocado, pero en lugar de usar la pedagogía convencional hemos empleado una ruta diferente, con currículos basados en el aprendizaje por proyectos”, explica Rosenstock.

Con la tasa de acceso a la Universidad del 98% es con lo que han convencido a las familias de clase media para que compartan aula con alumnos que durante muchos años han sido estigmatizados. Cada uno de los centros tiene un orientador académico, todos ellos exempleados del servicio de admisiones de universidades. "Conocen muy bien cómo funciona y qué se busca en los estudiantes", aclara Rosenstock. Entre los méritos que los alumnos presentan figura un libro que editan a final de curso sobre algunas de sus investigaciones y su trabajo constante en equipo, ya que la filosofía de los centros es evitar el trabajo de forma aislada. El propio Larry y su esposa, responsable de programas académicos de la red, matricularon a su hijo en uno de los colegios. "Hemos cambiado el mapa escolar: en este país, si eres negro tu realidad va a ser ir un colegio público donde el 90% son como tú, no hay muchos ejemplos de escuelas con diversidad".

Otro de los grandes logros de Rosenstock es que consiguió persuadir al Estado de California para que modificase la regulación que afecta a la acreditación y contratación de profesores. Ahora ellos forman a profesionales en activo (físicos, matemáticos, ingenieros...) en una escuela de magisterio que fundaron en 2008. Muchos de ellos son después contratados. "Anualmente recibimos unas 1.800 solicitudes de profesores interesados en trabajar con nosotros", asegura. "Traen vida real, no libros de texto, y eso es lo que buscamos, huir de la pedagogía tradicional".

¿A qué dedicará los 500.000 dólares de premio? La intención de Rosenstock es abrir un centro de investigación que analice y documente las nuevas pedagogías puestas en marcha en estos últimos 20 años para después crear guías de aprendizaje y exportar su modelo al resto del mundo de forma gratuita. "La revolución empieza por lo material: acabar con las sillas en las aulas, la parte metodológica es más compleja y depende en un 90% del perfil de profesores que eliges", zanja.

https://elpais.com/sociedad/2019/11/14/actualidad/1573732199_604907.html

La fórmula de EE UU para atraer familias a los colegios que nadie quiere, llega a España.

lunes, 10 de abril de 2017

_--Golden5, el proyecto basado en lo positivo que quiere revolucionar la educación. "No es buenismo, sino satisfacer las necesidades psicológicas básicas del alumnado", asegura la responsable del método.

_--María José Lera, doctora en Psicología y experta en temas de calidad educativa, se dio cuenta hace tiempo de un detalle.
Observó que, cuando un niño de 12 meses da sus primeros pasos, sus padres le felicitan y le animan a que continúe intentándolo a pesar de que camina fatal. "Se le da un sentimiento de confianza que hace que quiera seguir caminando. Y a base de intentarlo, lo logra", apunta. A continuación se hizo una pregunta: ¿Por qué esa actitud positiva no se repite para todo? ¿Por qué cuando un alumno no sabe hacer una multiplicación sale la mirada negativa de los profesores en lugar de apoyarlo?

Fruto de reflexiones de ese tipo, Lera, profesora titular en la Universidad de Sevilla, lanzó junto a expertos de otros cuatro países un proyecto educativo llamado Golden5, que fue galardonado con el Premio Europeo Comenius de la Comisión Europea de Educación. Con él persigue dotar de herramientas al profesorado para conseguir un buen clima en el aula que mejore la motivación de los estudiantes, su bienestar psicológico y su rendimiento académico.

¿Y cómo se logra eso? El procedimiento de Lera es sencillo: profesores y colegios se ponen en contacto con ella y con su equipo, que se desplazan donde sea menester para formar a los docentes. Hasta ahora, el proyecto está siendo un éxito especialmente en la zona de Algeciras y en el País Vasco, donde lo aplican 200 centros, casi todos en la provincia de Guipúzcoa.

EL PROBLEMA PRINCIPAL: LA FALTA DE MOTIVACIÓN, NO LA FALTA DE CAPACIDAD.
"Se consigue una mejora notable del rendimiento académico de los niños y del aula en sólo seis semanas. Y también mejora la autoestima de los estudiantes. En cuanto al profesorado, dicen que son más felices y están mejor desde que aplican el programa", asegura la experta.

El truco, afirma, consiste en cambiar la mirada de los profesores hacia una visión positiva. Dice que es la que tienen en los países nórdicos como Noruega, siempre referentes en temas educativos. El Golden5 parte de una premisa: el problema principal en las aulas es la falta de motivación de los estudiantes, que provoca conductas disruptivas y que el profesorado genere una emoción negativa porque el alumno no hace lo que se le pide.

Lo malo lleva a lo malo y lo bueno lleva a lo bueno, centrarnos en los aciertos y recompensarlos, no echar sermones negativos con los errores. Fomentar y premiar la atención, el modelamiento y el moldeamiento.
Para corregir esa falta de motivación, el Golden5 recoge varias estrategias motivacionales que, según asegura Lera, se llevan aplicando con éxito durante muchos años en ámbitos como el deporte pero han pasado de perfil por la educación. La más importante de ellas es conseguir que los profesores resalten únicamente lo positivo del alumno, dejando lo negativo a un lado.

"EL ERROR debemos utilizarlo para reflexionar, estudiar las causas y buscar la solución en adelante, nos sirve para corregir la enseñanza y mejorar el aprendizaje, no para castigar, HAY QUE MINIMIZARLO"
 "Cuando uno comete un error, el error no se debe magnificar, sino que hay que minimizarlo para que no pase nada, darle aliento para que pueda seguir trabajando y hacerle ver que sí que puede. La mirada de culpabilización es un error porque acarrea actuaciones negativas que llevan a que el otro tenga menos confianza. Y ya empezamos: menos confianza, menos motivación, peor comportamiento. Y lo malo lleva a lo malo y lo bueno lleva a lo bueno", explica la experta.
https://youtu.be/d2yqlT8MZO0
Lera admite que esa mirada negativa es la que sale de forma natural porque "cuando las cosas salen como están previstas, y generalmente prevemos el éxito, no se dice nada". Es decir, cuando alguien saca un 10 en un examen, lo habitual es no decir nada, o como mucho dar una pequeña enhorabuena. "Pero cuando no sale lo que tú esperas y el alumno fracasa, suspende, hace mal los ejercicios, entonces surge la necesidad de decir algo", explica mientras asegura que eso es un error.

Aquí hay una falta de conciencia de las repercusiones que tienen las cosas que decimos. El lenguaje, las palabras y la entonación son muy importantes.
Subraya que, si el profesor destaca lo bueno de un alumno, ese estudiante se va a quedar con lo positivo. "La próxima vez que le salga mal algo de matemáticas, dirá: ah, pero yo era muy bueno en matemáticas, lo que pasa es que tengo un mal día. Y seguirá hacia delante", afirma. Y dice que estos comportamientos son habituales en países como Finlandia o Noruega. "Aquí hay una falta de conciencia de las repercusiones que tienen las cosas que decimos", se lamenta.

¿UN MÉTODO QUE CREA PROFESORES BLANDOS?
Pero la contra argumentación es obvia y es la que se le plantea constantemente a los responsables del Golden5. Si sólo se destaca lo positivo, ¿cómo se puede corregir lo negativo? ¿no va a provocar ese comportamiento que el profesor pierda autoridad en el aula, que se construya una imagen de blando? ¿cómo va a saber un niño abordar el fracaso si nadie le ha hecho ver sus propios errores?

Lera responde con una metáfora: "Es como si tú sabes que cuando pase un tiempo vas a tener menos comida. Y dices: vamos a empezar ya a no comer para estar preparado. Pues no. Porque entonces cuando venga no vas a estar preparado, sino hambriento y te vas a sentir peor y te vas a sentir enfermo. Al contrario, come mucho ahora para que cuando venga el mal tiempo estés con fuerza".

No van a ser más fuertes porque le comentemos antes los errores. La fortaleza se fomenta con la superación de dificultades con éxito.
La experta insiste en que el niño "necesita que le destaquen sus fortalezas, estar fuerte en sus expectativas de autoeficacia" para que cuando llegue el fracaso tenga estrategias para autorregularse y decir: 'No pasa nada porque yo esto lo supero". "No es buenismo, sino satisfacer las necesidades psicológicas básicas del alumnado. Aplicar las teorías más básicas de la psicología del desarrollo. No va a ser más fuerte porque le comentemos antes los errores. Al contrario, porque va a ir con desconfianza", zanja.

LO MALO, "EN PRIVADO Y EN VOZ BAJA, con tono de ayuda, aclaración, aviso, advertencia, no de reproche o castigo". El alumno siente que las palabras son de respeto y cooperación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en el camino del conocimiento. Nunca de sorna, ironía o humillación. 
El Golden5 se basa también en el llamado 'efecto audiencia'. Lera explica que el profesorado debe tomar conciencia de que nunca tiene que decir en público lo que el niño hace mal porque su audiencia lo comparte. "El niño va a sentir que no sólo el profesor ve que él no vale, sino que 25 niños van a percibirlo también. Con lo cual va a creerse que no vale. Si aplicamos ese efecto audiencia a algo positivo, 25 niños van a percibir que es muy bueno y se creerá que es muy bueno", indica.

Por eso, recomienda a los docentes decir lo bueno en público. Y lo malo callárselo y decírselo "por detrás al niño, en bajito". "Decir en público a los chavales cosas que están mal lleva a la confrontación y a la desmotivación. Porque si tengo 15 años y me has hecho sentir humillado en el aula, yo voy a empezar con comportamientos disruptivos", asevera.

¿A ti qué te parece el método? Puedes votar en nuestra encuesta. http://m.huffingtonpost.es/2017/03/27/golden5-el-proyecto-basado-en-lo-positivo-que-quiere-revolucion_a_21897793/