El Defensor del Pueblo de Navarra, Patxi Vera, ha pedido al departamento de Educación que vigile si algunos centros inflan la nota del alumnado de Bachillerato para facilitarles el acceso a la universidad. La llamada de atención, adelantada por Cadena Ser Navarra, surge de una queja presentada el pasado junio por una madre que denunció que las calificaciones medias que obtiene el alumnado de algunos centros no se corresponden con el que obtienen luego en la Evaluación de Acceso a la Universidad (EVAU). El Defensor lo ha constatado analizando las notas de los últimos seis cursos y ha señalado en concreto a Miravalles-El Redín e Irabia-Izaga, los centros relacionados con el Opus Dei, cuyo estudiantado ha obtenido las mejores notas medias de Navarra, sin que ello se haya plasmado luego en los resultados obtenidos en la prueba de acceso a la universidad. “A la vista de los datos recabados”, afirma el Defensor, “existen resultados que cabe calificar, cuando menos, de llamativos y que, siquiera indiciariamente, podrían apuntar a una sobrevaloración de las calificaciones de las notas por parte de algunos centros.” De ahí que haya recomendado a Educación que supervise “lo actuado por los colegios a los que se ha hecho referencia”. Ninguno de los centros ha querido emitir declaración al respecto, al ser consultados por EL PAÍS.
La queja se registró ante el Defensor el 30 de junio de 2022. En su escrito, la autora asevera que, en el ranking de calificaciones, “en los últimos 5 años figuran los mismos centros en las primeras posiciones, centros privados-concertados, con una nota media que cada año es más alta. ¿Es posible tener una nota media de bachiller, de todos los alumnos, de 9,07? (…) Como se puede observar, entre la nota media de bachiller y de EVAU de estos centros hay una diferencia considerable, lo que me lleva a pensar que las notas de bachiller están infladas”. La cuestión no es baladí, puesto que la calificación media de acceso a la universidad se obtiene con el 60% de la obtenida en bachiller y el 40% del resultado en Selectividad.
El Defensor solicitó tanto a Educación como a la Universidad Pública de Navarra las calificaciones obtenidas por el alumnado navarro tanto en la etapa de Bachillerato como en la EVAU durante los últimos cinco cursos académicos: desde el curso 2016/2017 hasta el curso 2021/2022, ambos incluidos. Tras el análisis de la información, ha señalado directamente a los dos centros antes mencionados.
Diferencias poco razonables
El Defensor asevera en su escrito que el colegio Miravalles-El Redín, en los seis cursos examinados, cuenta con las calificaciones más elevadas en Bachillerato de toda la comunidad foral. Las notas medias oscilan entre el 8,22 del primer año analizado y el 8,84 que obtuvo de media el alumnado en el curso 2020-21. La institución apunta que no hay una correlación “razonable” entre estas medias tan elevadas ―entre el 8 y el 9― y los resultados obtenidos en la EVAU. Es más, detalla el Defensor, aunque Miravalles-El Redín fue el que mejores calificaciones dispensó durante los seis cursos analizados, solo fue el mejor en la EVAU en una ocasión, en 2016/2017. En el resto, se queda en cuarta posición ―en el ranking de todos los institutos navarros― en 2017/2018, tercera en 2018/2019, decimoctava en 2019/2020, decimoséptima en 2020/2021 y décima en 2021/2022.
Por otro lado, el estudiantado de bachillerato del centro Irabia-Izaga es el segundo centro que mejores notas medias ha sacado, por detrás del anterior, en los seis cursos analizados por el Defensor. Desde el 7,75 del curso 2016/2017 hasta el 8,45 obtenido en 2020-21 o el 8,36 del curso pasado. No obstante, el alumnado no brilla igual en Selectividad, puesto que obtuvieron las siguientes posiciones: “Trigésima tercera posición en 2016/2017, vigésima tercera posición en 2017/2018, vigésima posición en 2018/2019, decimocuarta posición en 2019/2020, novena posición en 2020/2021, y séptima posición en 2021/2022″.
De acuerdo con la resolución del Defensor, “no parece razonable que todos y cada uno de los años, sin excepción, la nota de bachiller sea la más elevada de todos los centros, y que, llegada la EVAU, ese resultado no tenga el mismo reflejo”. Es más, subraya, es llamativo que no exista una “correlación, si no absoluta o exacta, sí al menos sustancialmente similar”. Sobre todo, teniendo en cuenta que se están analizando los resultados de seis cursos consecutivos, “un periodo de tiempo relevante”.
El Defensor incluye otro criterio más en su análisis, el de la desviación media de los colegios entre las notas de bachiller y la de la EVAU que, reconoce, en términos generales, son más bajas en el conjunto de centros. Si la desviación media del resto de centros es de 0,583, en el caso de Miravalles-El Redín e Irabia-Izaga, “esta desviación asciende a 1,325 puntos y a 1,183 puntos, respectivamente, por lo que se está ante diferencias entre el doble y el triple de la desviación promedio”.
Siguen segregando por sexo
El Departamento de Educación todavía no ha respondido a la recomendación del Defensor. Está previsto que haga declaraciones en las próximas horas y que responda de forma oficial a la entidad en el plazo máximo de dos meses que le concede la ley. Cabe señalar que, el próximo curso, Educación va a dejar de financiar la etapa de Bachillerato en estos dos centros vinculados con el Opus Dei porque han incumplido el concierto y han seguido segregando al alumnado por sexo.
La autora de la queja también demandó en su escrito que, a partir de ahora, sea el departamento el que establezca los mismos exámenes de evaluación y recuperación para todos los centros. Un requerimiento que ya le fue denegado por Educación, que argumentó que estos cuentan con autonomía pedagógica, por lo que pueden determinar por sí mismos qué instrumentos de evaluación utilizar. Sí existe una base común, el Decreto Foral 25/2015, que establece el currículo ―contenidos, criterios de evaluación y estándares de aprendizaje evaluables―, que es de obligado cumplimiento y aplicación para los colegios.
Sin embargo, el Defensor considera que los indicios de sobrecalificación pueden traducirse en el incumplimiento de los principios de igualdad, mérito y capacidad que rigen el acceso a la universidad. De ahí que, sostiene, el margen de autonomía de los centros y del profesorado “no es incompatible con la posibilidad de establecer un control sobre el mismo, en la medida en que se aprecien indicios de que las reglas y principios establecidos en las leyes educativas pueden verse comprometidos”.