_- CÓMO PODEMOS AFRONTAR LOS CONFLICTOS CON IMAGINACIÓN
LAS
COMUNIDADES DE APRENDIZAJE. El
IES Diamantino García Acosta (Sevilla) se inauguró en 2003. Según José María Berdonces, el entonces secretario del centro, ese año “fue traumático, caótico y muy difícil”. La alta conflictividad, el desconocimiento del alumnado entre sí, los pocos recursos materiales y humanos, y la poca implicación de las familias, causaron la baja por depresión de muchas profesoras. Tomaron medidas especiales: aulas de apoyo, expulsiones por mal comportamiento, etc., pero el resultado fue, según Berdonces, que “nos quedábamos con más alumnos expulsados que en el centro”. Investigaron y decidieron promover un modelo educativo: una
Comunidad de Aprendizaje. El nuevo modelo se planteó sobre cinco pilares: Partir de la heterogeneidad del alumnado no como un problema sino como algo valioso; Aumentar el número de recursos materiales y personales, trabajando con las familias y con ONG; Trabajar el currículum (contenidos y metodología), organizando en el aula los grupos interactivos (grupos pequeños de aprendizaje con alumnado con competencias y habilidades diversas); implicar al alumnado y sus familias en la convivencia; y formación conjunta del profesorado, alumnado, familias y voluntariado sobre temas de interés común como el bullying. (+
referencias)
GRUPOS Y ASAMBLEAS DE CONVIVENCIA Desde 2005 en el
IES Gerardo Molina de Torre Pacheco (Murcia) se ha formado un grupo de convivencia, para dar vida y contenido al plan de convivencia del centro. Una de las medidas más exitosas es la Asamblea de Delegados de Convivencia, creada con la convicción de que en la prevención y resolución de los conflictos tienen que involucrarse todas las personas que forman la escuela, incluido el alumnado. En este espacio, como explica Fuensanta Gómez, del
departamento de Orientación, “se escucha al alumno para que cuente lo que ve”. Para el alumnado es una oportunidad de tomar decisiones, poner medidas y dar respuesta a los asuntos tratados. “Nosotros –concluye Fuensanta– lo que hacemos es mediar, coordinar y ofrecerles consejos”. Los delegados son rotativos y se reúnen cada mes con el profesorado para formarse en los diferentes temas de mediación y violencia, que luego explica en las aulas. La medida forma parte del Plan de Convivencia que también incluye actuaciones de formación para el profesorado o programas curriculares para fomentar el desarrollo de actitudes de respeto, empatía y conocimiento de la diversidad humana.
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