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jueves, 1 de noviembre de 2018

Así es ‘El silencio de otros’, el documental sobre los crímenes del franquismo. Tráiler del filme de Almudena Carracedo y Robert Bahar, que ganó los premios de la Paz y el del Público de los documentales en la pasada Berlinale.

Fue, claramente, uno de los grandes filmes de la pasada Berlinale, donde ganó los premios de la Paz otorgado por la Fundación Heinrich Böll y el del público entre los documentales de la sección Panorama.

El silencio de los otros, de Almudena Carracedo y Robert Bahar, es también el máximo favorito en el Goya de su categoría, gracias a su impecable narración de los crímenes del franquismo.

El filme, producido por El Deseo, es una inmersión a ese legado del mal, a través de los desaparecidos de la Guerra Civil (aún hay 100.000 cadáveres en fosas comunes esperando a ser exhumados), los torturados durante el franquismo y los miles de casos de niños robados, arrebatados a sus madres con mentiras incluso aún a inicios de los años ochenta.

A estos crímenes les unen dos condiciones: que son delitos de lesa humanidad —al menos así los consideran en casi todas las naciones, excepto en España— y que han sido investigados a través de una querella interpuesta en Argentina y tramitada por la juez María Servini ante el silencio obtenido por las víctimas en España, excepción hecha de la investigación del magistrado Baltasar Garzón.

 

miércoles, 30 de agosto de 2017

_- Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. España, entre los países con más víctimas de desapariciones forzadas.

_- Público.es

Más de 100.000 víctimas del franquismo y la Guerra Civil continúan en paradero desconocido. Amnistía Internacional recuerda que lejos de buscar mecanismos de reparación, el Gobierno español ni investiga ni deja investigar los crímenes.

"Una noche sacaron a mi madre de casa y se la llevaron mientras mi hermano y yo dormíamos. A mi padre le habían matado un mes antes; hoy sigue enterrado en una fosa común". Antonio Narváez tenía tres años cuando su madre desapareció. Ahora, a sus 83, sigue pidiendo justicia: "A ver si puedo juntarles y darles un entierro digno".

Los padres de Antonio forman parte de un registro fantasma, inexistente. No aparecen en ningún lado ni como víctimas ni como fallecidos. España tiene el dudoso honor de ser uno de los países con más víctimas de desapariciones forzadas. Según Amnistía Internacional, de los más de 114.000 crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo y denunciados ante la Justicia, la mayoría corresponden a desapariciones forzadas.

Cifras que, según el investigador de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha Miguel Ángel Rodríguez Arias, sitúan a España en segundo lugar en número de desaparecidos, sólo por detrás del régimen de Pol Pot en Camboya. Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que se conmemora este miércoles, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha convocado una protesta en Ponferrada a las 19.30 horas para denunciar que "no se puede llamar reconciliación a la decisión de abandonar los cadáveres de más de 100.000 personas asesinadas por los franquistas en las cunetas".

Por su parte, Amnistía presenta también este miércoles la campaña Nada es igual, si alguien desaparece con la que denuncia que en España se sigue privando del derecho a la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas. "En los últimos años, al menos cinco mecanismos de Naciones Unidas han constatado y expresado que España ni investiga ni deja investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo", destaca la ONG en un comunicado.

La organización recuerda que durante una visita a España en 2013, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas "se mostró especialmente preocupado por el cierre, archivo, paralización o mínima investigación de cualquier proceso para esclarecer y juzgar estos crímenes e instó al Estado español a investigar de oficio y juzgar todas las desapariciones forzadas, así como a eliminar todos los obstáculos que pudieran impedir dichas investigaciones".

Con el Partido Popular en contra, el Congreso aprobó el pasado mes de mayo una Proposición No de Ley (PNL) con la que se instaba al Gobierno a “revitalizar” el contenido de la ley de la Memoria Histórica de 2007 y que, entre otros aspectos, asumiera las labores de localización y exhumación de fosas e identificación de los cadáveres de víctimas de desaparición forzada. Como todas las PNL, esta tampoco tiene fuerza jurídica.

Amnistía también destaca la querella contra el franquismo interpuesta en 2010 en Argentina y cómo España ha evitado colaborar con la justicia argentina. "En dos oportunidades ha rechazado extraditar a los procesados a Argentina, ha negado información a la justicia de ese país y ha impedido que la jueza argentina María Servini a los 19 acusados, así como la toma de declaración de algunas víctimas y testigos", denuncia la ONG.

Para dar cuenta de los efectos en los familiares de los desaparecidos, la organización ha recurrido a series de ficción para preguntarse qué ocurriría si faltara alguno de sus personajes más emblemáticos, como Marge en Los Simpsons. Dentro sus acciones, Amnistía también ha puesto en marcha una recogida de firmas, que ya suma más de 189.000, para recordar al Gobierno y al ministro de Justicia, Rafael Catalá, en particular que los casos de desaparición forzada siguen vigentes.

Con la campaña, la ONG también quiere poner el foco en otros países como Siria ─75.000 desaparecidos entre 2011 y 2016─ o México, donde, de acuerdo a datos del Gobierno, 32,096 personas se hallaban en paradero desconocido en junio de este mismo año. No son, ni mucho menos, los únicos con cifras alarmantes de desapariciones forzadas. Según datos de la ONU, desde 1980 siguen abiertos 44.159 casos en 91 estados. Sólo entre el 16 de mayo de 2015 y el 18 de mayo de 2016, se registraron 766 nuevos casos en 37 Estados.

Manifestación ante el Congreso
Coincidiendo con el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, las víctimas de bebés robados y adoptados ilegales han convocado una concentración a las 10.30 horas ante el Congreso para reivindicar que su causa se convierta en una "cuestión de Estado" con el propósito de que prime "la verdad, la justicia y la reparación".

En un comunicado, la plataforma "Camino de la Justicia", la asociación AVIDNA y el Observatorio Internacional para la defensa de los Derechos Humanos "Nuevo Ágora", explican que es la segunda concentración que convocan y destacan que la de este miércoles se celebrará tras "un año muy duro", en el que no han dejado de trabajar para lograr que se escuche su voz.

Denuncian que han tenido que "ejercer de detectives privados" para recopilar los documentos sobre sus causas y critican que no sea el Ministerio de Justicia y la Iglesia los que les entreguen documentos relativos a "nacimientos, historias clínicas u otros asuntos". Además, reiterarán su demanda de que se cree un banco de ADN y un censo de afectados y de víctimas, según las diferentes situaciones, entre las que figuran las de bebés robados, falsos biológicos o adopciones ilegales.

Fuente:
http://www.publico.es/espana/dia-internacional-victimas-desapariciones-forzadas-espana-paises-victimas-desapariciones-forzadas.html

miércoles, 24 de mayo de 2017

Reflexiones para la memoria histórica. El cuidador de huesos.

La otra versión (Interviú)


Santiago Carcas Cuartero, zaragozano de 55 años, es de esas personas que impresionan a primera vista: recio, de blanca cabellera, conversación pausada y marcado acento aragonés; de esas personas que parecen francas desde el principio, que no hablan de lo que ignoran y que brindan una solución para los desastres. Lo suyo es la memoria histórica y una de sus máximas es que las exhumaciones de las víctimas de la represión franquista (las pocas que se siguen haciendo en España) se hagan bien, en condiciones óptimas, con el objetivo único de devolver a las familias los restos de sus fusilados. Es decir, debe primar la identificación, si no no merece la pena exhumar, salvo muy contadas excepciones.

Dice Santiago Carcas, presidente de la Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo (ARDF), que muchas veces los trabajos de recuperación de los restos se hacen rematadamente mal, algo que no trasciende, por lo general, a la opinión pública ni siquiera a los familiares de los fusilados.

Al hablar de los desastres de las exhumaciones, no puedo dejar pasar la oportunidad para referirme una vez más a la chapuza de las exhumaciones masivas llevadas a cabo en el cementerio de San Rafael de Málaga, entre 2006 y 2009, un asunto feo y doloroso para miles de familias que no se pudieron llevar a los suyos para enterrarlos en condiciones porque nunca se llegaron a identificar los restos. Con el apoyo de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y la Universidad de Málaga, se sacaron de las fosas del cementerio los restos de casi 3.000 represaliados de los cerca de 5.000 que constan inhumados en fosas comunes en el camposanto malagueño. Esos restos fueron depositados en una gran urna, sobre la que se erigió una pirámide a modo de monumento. Según iban sacando los huesos, los fueron acumulando en casetas sin ventilación; muchos quedaron al aire libre, a merced de la lluvia y de los perros. Lo han denunciado personas que estuvieron allí, familiares y voluntarios en los trabajos de exhumación.

Pero volvamos a Santiago Carcas y a su asociación, creada en 2010, y con sede en Castellón, A Coruña y Zaragoza. La ARDF DESAPARECIDOS ha publicado el primer manual con directrices para proceder con garantías en las exhumaciones de restos de fusilados. “Me preparé a conciencia para mejorar el trato que se le daba a los restos mortales de las víctimas del franquismo, que todavía siguen siendo tratados como huesos, sin dignidad. La técnica científica de la que se presume deja mucho que desear. Ver en directo las exhumaciones es para las víctimas del franquismo vivas algo importantísimo, pero ellos desconocen las consecuencias que tiene el que envuelvan a sus familiares con papel de periódico y en plásticos; eso es algo que perjudica por entero el hallazgo de ADN viable para la identificación, que queda contaminado”, me cuenta el presidente de ARDF.

Cuando en 2015 se intentó localizar los restos de Miguel de Cervantes en la Iglesia de las Trinitarias de Madrid, Santiago me hizo una confesión: “Me muero de envidia. Cómo me gustaría que para intervenir en fosas comunes se siguiera el mismo protocolo”. Este experto tiene claro que las cosas se pueden hacer mejor. “No puede haber muertos de primera y muertos de segunda categoría. Para la localización de algunos ilustres españoles, como Cervantes –y a sabiendas de que no se sabía dónde se hallaba–, se usaron todas las protecciones posibles, como no puede ser de otra manera: guantes quirúrgicos, mascarillas, etc. Sin embargo, para las víctimas del franquismo no importa en qué condiciones se extraen los restos, incluso se dejan a la intemperie antes de extraer muestras para las analíticas de ADN”.

El dilema es este: ¿Es preferible exhumar a los fusilados pese a no identificarlos después con tal de sacarlos de las vergonzosas fosas franquistas? Los miembros de ARDF DESAPARECIDOS tienen claro que no, que el objetivo de la exhumación debe ser siempre intentar identificar a quién pertenecen esos restos y devolverlos a los familiares. “Ese es el espíritu de la Memoria Histórica, el de la reposición ­–dice Carcas –. Se ha desvirtuado ese espíritu. Existen algunas asociaciones que exhuman a troche y moche, ofertando cursillos que pagan los voluntarios, recibiendo subvenciones europeas. Son una especie de cazadores de huesos, que no respetan la dignidad de las restos. Estas entidades han llegado a publicar incluso fotos donde se detecta la mala praxis. Eso nos avergüenza y entristece a los que nos dedicamos en serio a esto, a los que llevamos buena parte de nuestra vida luchando por la reparación”.

En 1987 fue abierta la fosa común del cementerio del pueblo zaragozano de Mallén, donde se hallaban tres hermanos de la familia Pérez Matute. Dos años después, en otra exhumación en Pedrola, una localidad cercana, apareció Emilia, hermana de los anteriores. La familia estaba casi al completo. Todos ellos eran hermanos de la abuela de Santiago Carcas, Felisa, esposa del alcalde socialista de Boquiñeni (Zaragoza). “Es una historia muy triste, como la de millones de represaliados, que durante décadas se negaron a hablar, a contar a sus descendientes el horror vivido, perpetuando, a su pesar, el relato de los vencedores. Yo estuve grabando en vídeo a mi tía Mercedes y a mi madre y otros parientes, y así fui recuperando un relato, nuestra historia familiar y un retazo de la historia de España”, dice Carcas.

El otro día Santiago me dejó un mensaje: “No te lo vas a creer, Ana, pero ayer mismo hallé a otro hermano de mi abuela, también fusilado en Mallén: Máximo Pérez Matute. Pero no sé dónde está enterrado, no aparece en ningún papel”. Estaba ilusionado Santiago. Lleva mucho tiempo intentando recomponer esa historia familiar a través de archivos, partidas de nacimiento, de defunción, de bautismo, etc. “Mis tías mayores, las hermanas de mi madre, estuvieron en la cárcel de Torrero (Zaragoza), tendrían 14 y 15 años, les cortaron el pelo al uno. Las hijas pequeñas de mi abuela Felisa, mi madre incluida, han crecido sin poder contar la totalidad de aquella barbarie. Nadie quería hablar, nadie quería preguntar”.

Santiago Carcas es técnico en exhumaciones; ha estudiado, sin llegar a licenciarse, antropología y arqueología y un máster en Genética en la Universidad Complutense de Madrid. Su colaboradora Ángela Piñeiro, secretaria general de la asociación, es además médica genetista. “El secreto del éxito de nuestra asociación es que somos un grupo de técnicos, sabemos lo que hacemos. Hay especialistas con cargos dentro de la asociación, como son Begoña Hermida en Galicia, Mariví Pastor en Aragón, Laura Gil en Castellón, Nuria Martínez en Valencia. Hemos participado, y seguimos haciéndolo, en el asesoramiento de los distintos anteproyectos de Ley autonómicos referentes a Memoria Democrática, ya creados o que lo serán próximamente, como son los casos de Valencia, Castilla la Mancha, Aragón, Gran Canaria y Galicia”.

Desde 2012, la Asociación para la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo ha participado en una docena de trabajos en fosas comunes en Aragón, La Rioja, Castilla la Mancha y Teruel. Eran los tiempos en los que había dotación presupuestaria para la Ley de la Memoria Histórica. Pese a que el gobierno no pone un euro para exhumaciones, a la ARDF DESAPARECIDOS no le falta el trabajo: “Hemos asesorado al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y al Cabildo, y tenemos pendiente una solicitud de exhumación en el cementerio de la ciudad. También hemos localizado posibles fosas comunes, como la del municipio de El Toro en Castellón; estamos prospectando la zona de los Barrancos de Castellón en busca de evidencias del genocidio franquista. Tenemos investigadas y preparadas para su exhumación tres fosas comunes en Guitiriz (Lugo) y en San Vicente de Fervenzas y Vilarraso en A Coruña, a la espera de que los políticos de turno se dignen a colaborar para poder recuperar a las víctimas del franquismo”.

Queda mucho por hacer. Sirva este pequeño homenaje a los que, como Santiago Carcas, se empeñan en remover la tierra para rescatar del olvido a los que un día desaparecieron por sus ideas democráticas.

Fuente:

http://blogs.interviu.es/laotraversion/2017/05/04/el-cuidador-de-huesos-reflexiones-para-la-memoria-historica/