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miércoles, 13 de marzo de 2024

El maestro que prometió el mar

Los actores Fernando Fernán Gómez y Manuel Lozano, en una escena de 'La lengua de las mariposas'Los actores Fernando Fernán Gómez y Manuel Lozano, en una escena de ‘La lengua de las mariposas

Acabo de ver la película española “El maestro que prometió el mar”, obra de la directora catalana Patricia Font. En realidad, el título más preciso sería “El maestro que prometió ver el mar”. La historia gira sobre una hermosa y significativa promesa que le hace el maestro Antoni Benaiges a un pequeño grupo de niños y niñas de un pueblo burgalés llamado Buñuelos de Bureba, en tiempos de la Segunda República. Un grupo de pequeños escolares que nunca había visto el mar.

La película está dirigida, como decía, por Patricia Font y excelentemente protagonizada por Enric Auquer y Laia Costa. Con maestría y sensibilidad, Patricia ha construido un relato cinematográfico excelente. La bisnieta de Carlos quiere ayudar a su abuelo, que se encuentra en una residencia y que ha perdido el habla y la memoria, a recuperar la historia de su padre. Y acude a una exhumación que se está haciendo en la fosa común de La Pedraja, sita en los montes próximos a Bañuelos de Bureba. Mediante inteligentes flash-backs va reconstruyendo la historia del pequeño alumno del maestro Antoni Benaiges.

Por cierto, entre los cien cadáveres exhumados no se encontraron los restos del maestro Benaiges. Por eso podemos hablar de numerosas “exhumaciones” antropológicas de su memoria a través de libros, películas y canciones.

“Este pueblo no tiene agua, no tiene luz, ni tiene caminos; para ir a Briviesca apenas si se inicia una carretera y, sin embargo, no he pedido, no pido; aquí me quedo. Veo claro, claro cómo me voy haciendo luz en los cerebros de cada uno de estos chiquillos y chiquillas y me hago luz también en el pueblo…” escribió Benaiges a su amigo, el pedagogo anarquista Patricio Redondo.

Esa luz a la que entonces se refería el maestro está ahora en la pantalla, en imágenes luminosas. “Con colores cálidos y con mucho movimiento, rodamos cámara en mano, una cámara muy viva”, explica la directora, que para la parte del relato que se refiere a la actualidad apuesta por “colores más fríos, porque se trataba de un ambiente más frío, con muchos silencios, con gente que habla poco y que empieza viendo huesos, fosas comunes, muertos. Y la cámara es mucho más estática o con movimientos muy suaves”.,

Antoni Benaiges, un maestro de Mont-roig del Camp, Tarragona, fue destinado en 1934 a la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos.

Gracias a una metodología de enseñanza pionera y revolucionaria para la época, como era la pedagogía de Célestin Freinet, basada en la participación activa de los niños y el uso de la imprenta, comenzó a transformar la vida de sus alumnos y la del pueblo. Los niños mantenían correspondencia con otras escuelas de España, de México, de Francia…
Benaiges. con sus alumnos en la escuela de  Bañuelos de Bureba.
Benaiges. con sus alumnos en la escuela de Bañuelos de Bureba.
El primer día del curso descuelga el crucifijo que preside el aula. La hija del alcalde hace ver al maestro que se ha caído y el maestro le dice que el crucifijo estará en la iglesia y en las casas que quieran tenerlo, pero que la escuela es laica y no va a tener signos religiosos. Muy pronto entra el cura párroco en la escuela y delante de los niños recrimina al maestro que haya retirado el crucifijo. Con enérgicas y razonables palabras el maestro le explica al sacerdote las razones de su decisión y le pide que se vaya de la escuela. El maestro estaba desafiando a la fiera.

A finales de julio de 1936, el maestro fue asesinado, después de ser sometido al escarnio público ante los habitantes del pueblo, incluidos sus alumnos y alumnas. Las escenas me hicieron recordar la estupenda película “La lengua de las mariposas”, de José Luis Cuerda.

Durante más de 75 años, su trabajo y personalidad permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos y su familia, hasta que, en agosto de 2010, a pie de fosa, un vecino de Bañuelos haría emerger la figura del maestro asesinado en 1936 y la conmovedora historia de una promesa que no se pudo cumplir.

Sebastian Gestrudix y Sergi Bernal escribieron “El mar será… Antoni Benaiges: El maestro que prometió el mar”. El título del libro es verdaderamente significativo: Los niños y las niñas de la pequeña escuela imprimen textos que ellos mismos escriben. El mar será… muestra los relatos de los escolares que se imaginan cómo será el mar, algo que nunca han visto. Pero la promesa no se llegó a cumplir. El fascismo más brutal y más cruel corta la vida del maestro y, de esa forma, acaba con el sueño de los niños y de las niñas que son testigos de las terribles escenas en las que su querido maestro es masacrado por las fuerzas vivas del pueblo.

Tengo en las manos el libro titulado “El maestro que prometió el mar”, escrito por Francesc Escribano, Queralt Solé, Francisco Ferrándiz y Sergi Bernal.

Francesc Escribano, periodista y productor de cine y televisión cuenta en las primeras líneas del libro que el 18 de julio de 2021 participó en un homenaje a la memoria de Antoni Benaiges en el cementerio de Bañuelos de Bureba. Una ceremonia singular: la dedicatoria de un cenotafio. Un cenotafio es un monumento funerario sin cadáver, en este caso sin el cuerpo de Antoni Benaiges. En un nicho vacío unas cincuenta personas fueron depositando diferentes objetos relacionados con aquel joven de Mont-roig del Camp que en 1934 abandonó Cataluña para asumir el puesto de maestro de Bañuelos de Bureba. En medio de un silencio reverencial fueron colocando en el nicho los libros que se han publicado, algunas fotografías, el guión de una película, reproducciones en facsímil de los cuadernos antiguos, algunas canciones que se le han dedicado…

Los niños y niñas de Bañuelos no habían visto nunca el mar y, en enero de 1936, su maestro los animó para que lo imaginasen y lo describiesen. El resultado fue un cuaderno monográfico sobre la inmensidad azul. «El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo». Así es como se imaginaba el mar uno de los niños de este pueblecito de Burgos. Las descripciones se repetían: «El mar será…», «El mar será…». El maestro Antoni Benaiges, que revolucionó su escuela dando la palabra a sus alumnos con la ayuda de la imprenta Freinet y de un gramófono, les prometió que irían a Mont-roig del Camp, en casa de su familia, para verlo por primera vez y así poder decir: «El mar es…», «El mar es…». Pero el sueño de aquellas criaturas y la promesa del maestro quedaron truncados para siempre el 18 de julio de 1936, con el estallido de la Guerra Civil. Esta novela relata la historia de una promesa que no se pudo cumplir.

He visto la película sobrecogido por la memoria de mi tío Atenedoro Santos Encinas, hermano de mi padre, maestro de la República que fue fusilado cuando tenía 24 años por el sencillo hecho de enseñar a pensar y a vivir a los niños y niñas de un pequeño pueblo de la provincia de León llamado Escobar de Campos. En el verano de este año he visto la escuela en la que ejerció como maestro. Una escuela cuyo edificio se conserva en buenas condiciones. Me imaginaba cómo sería la película de su dramática historia.

Una emocionante película que muestra de forma palmaria la necesidad de llevar a la práctica uno de los principales propósitos de la ley de memoria democrática. Una ley que no pretende dividir, que solo pretende hacer justicia. Una ley que no abre heridas, como dice injustamente la derecha de este país, sino que las cura y las cierra porque siguen abiertas y sangrando. Curar no es dividir. Restañar las heridas es poner consuelo y buscar una paz justa.

La historia de este y de tantos maestros asesinados de forma tan injusta nos interpela en dos sentidos. El primero: ¿qué hubiera pasado si los padres y las madres de los alumnos de la escuela se hubieran rebelado ante el horrible atropello? La exhibición de la víctima amordazada ante la presencia del pueblo es extremadamente dolorosa. El tiro en la nuca del maestro es terrible y cruel. El segundo: ¿cómo es posible explicar la ola de silencio que cubrió todos estos hechos execrables? La desmemoria ha sepultado estos hechos increíblemente crueles. Decía Edmond Burke: “Para que el mal triunfe solo hace falta que las personas buenas no hagan nada”.

martes, 20 de agosto de 2019

El exilio interior del magisterio durante la dictadura franquista

Cándido Marquesán Millán
Nueva Tribuna

La implicación de los maestros en el proyecto político de la II República fue clave. Por ello, la dictadura les dirigió los ataques más furibundos.

Juan Manuel Fernández-Soria en La desmemoria de la educación republicana en el franquismo y en Conseqüencies de la Guerra Civil: la depuració i l`exili interior del magisteri, refleja las razones y los efectos de la depuración hacia los maestros.

De la charla Traidores radiada por una emisora de Tetuán, el 9 de agosto de 1936 de Galo Ponte y Escartín son las siguientes palabras, demoledoras y explícitas: «(…) irrumpieron en el Magisterio esos batallones de maestros (…) sin una cultura sólida (…) arrancaron de las escuelas la sagrada imagen del Redentor (…) organizaron milicias infantiles (…) haciendo de los niños unos perfectos marxistas, sin temor de Dios, cuya existencia negaban; sin cariño a la Patria, sin afecto a sus padres, sin pudor, sin vergüenza. Ved el fruto del ultramontano método de enseñanza de los maestros laicos, marcelinistas e ignorantes. Y estos sí que han infligido daño a España; estos sí que son los traidores a la Patria, estos sí que deben sufrir el castigo inexorable de los caballeros del honor, quienes los barrerán de los escalafones, primero, y de nuestra Nación, donde manchan su suelo al hollarlo, después»:

"La represión del magisterio fue brutal. No conocemos datos fiables sobre los maestros fusilados. Solo en Galicia 87 y 9 en Valencia".

De acuerdo con estos planteamientos la represión del magisterio fue brutal. No conocemos datos fiables sobre los maestros fusilados. Solo en Galicia 87 y 9 en Valencia. De uno fusilado de Híjar, provincia de Teruel, hablaré más adelante. Pero la represión no solo fue física, sino también ideológica y económica. Y no temporal, sino permanente.

Otros se exiliaron a otros países donde pudieron continuar su proyecto educativo innovador y modernizador de la II República, como en México. En un artículo de noviembre de 2011 en El Espectador de Bogotá, Digresiones sobre un poeta muerto, el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez señala: “Mis alumnos norteamericanos suelen tener serios problemas para entender la Guerra Civil Española. La clase que les doy trata del boom de la literatura latinoamericana y están confusos cuando les hablo de la República legítimamente establecida en España, de sus leyes progresistas y su espíritu liberal, y luego de la sublevación armada de Franco, de su victoria en 1939, de la persecución y el exilio de los republicanos vencidos. Llenos de perplejidad uno levanta la mano y pregunta: “¿Pero qué tiene que ver esto con el boom?”. Les contesto: “Bueno, ya saben ustedes: la Guerra Civil Española la ganaron los mexicanos”. Y les cuento que el boom no es concebible sin el exilio republicano: sin las editoriales, las revistas, los libros escritos en Latinoamérica por republicanos expulsados de España tras la victoria del fascismo.

Pero existe otro exilio, el interior, dentro del territorio español, menos conocido, cuya memoria ha estado prácticamente sepultada. Estos maestros del “exilio interior” fueron sometidos a unos procesos de depuración con castigos diversos, además de la cárcel, desde destierro a otras provincias a la imposibilidad de ejercer provisionalmente su actividad e incluso de por vida. De un maestro de Híjar sometido a este exilio interior hablaré más adelante.

El exilio, como comenta Fernández-Soria, significa una separación y desvinculación de la memoria colectiva, del aislamiento de los lugares y personas que la forman, de olvido de los ideales y causas por los que se luchó. Un maestro depurado, Enric Soler, lo expresa muy bien: «Lamentando la separación de mi tierra, pensé que tenía que superar este exilio; olvidé la política y, contento con mi carácter introvertido, me convertí en un solitario que iba a lo suyo». Y este castigo tuvo además el dramático efecto de que cuando el exiliado, cumplida la pena, retorna a su lugar de origen, se siente desarraigado, porque su memoria del pasado no se corresponde con la memoria oficial del presente. Este exilio interior sirvió para olvidar la memoria republicana.

Por otra parte, como en una sociedad vigilante e institucionalizada la denuncia anónima, la depuración nunca está acabada, el silencio se normalizó. Muchos maestros tras la depuración, interiorizaron la derrota e incluso cierto sentimiento de culpa. Se convirtieron en carceleros de sus recuerdos, crearon una prisión para su memoria. El silencio se convirtió en un mecanismo de autodefensa para sobrevivir. Tuvieron que arrastrar siempre su condición de derrotados y señalados, y a lo único que aspiraron fue al anonimato. La represión consiguió plenamente su objetivo: la interiorización de la derrota como instrumento de disuasión para recomponer el tejido ciudadano, que fructificó en tiempo de la II República.

Realmente fue un tiempo de silencio cercado de «muros de soledad», así se titula un poema del maestro depurado Juan Lacomba.
Muros de soledad cierran el tiempo
Muros de soledad son dura cárcel
Donde el silencio enciende sombras
Donde está preso y sin destino el aíre

Muros que se hacen más gruesos cuando se produce un exilio profesional. Los depurados, separados de su profesión temporal o permanentemente, a veces con suspensión de empleo y sueldo, se ven obligados al desempeño de trabajos muy diferentes a su profesión: vendedores, albañiles, administrativos… Otros, sin abandonar la enseñanza, dieron clases particulares o en centros privados, donde su tarea docente siempre controlada era muy diferente a la anterior. Esto provocó a menudo el desaliento pedagógico al darse cuenta de ser un trabajo inútil para el cambio social, como también dudar de su valía profesional. De hecho, maestros que durante la República eran parte de la vanguardia pedagógica, en su paso por la enseñanza privada, se hacen irreconocibles: “Tuve que abrirme camino sin ayuda de nadie en Madrid -señala el maestro Vicente Calpe Clemente- pasé hambre y apuros hasta que me coloqué de maestro en una escuela de un Patronato religioso (La Perseverancia de la Fe) donde fue la antítesis de mi actuación de Otros. Allí en lugar de maestro me convertí en un ogro”. Otro maestro, Armando Fernández Mazas, cofundador de la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza de Orense, reincorporado al escalafón en 1963 tras ser apartado de la escuela durante 27 años, confesó que su tarea en la escuela fue “rutinaria, temerosa y sin interés pedagógico-científico alguno. Me imitaba a cumplir la legislación vigente”.

Cuando se reintegran a su plaza, la desconfianza de sus compañeros, el hostigamiento institucional, dañaron profundamente los sentimientos de muchos. María Sánchez Arbós señaló en su diario la extraordinaria frialdad que notaba en el colegio en el que trabajaba: “En dos cursos consecutivos no ha habido ni una sola reunión de profesores a la que me hayan invitado, aunque solo fuera para cambiar impresiones y darnos cuenta de la labor que todos llevamos entre manos. Me hallo aquí completamente aislada y en absoluta desolación”.

La memoria de ese exilio interior tiene que ser rescatada para conocer nuestro pasado, aunque muchos historiadores cuestionan su validez. Historia y memoria son distintas. Esta pertenece al ámbito de las emociones y los sentimientos, aquella es ciencia del pasado construida a través de vestigios, que permite la comprensión de lo ocurrido. Mas la historia no muestra toda la realidad, solo una parte. La memoria puede hacer visible lo invisible, la ausencia, lo derrotado, lo que la historia al servicio de los vencedores arrojó al olvido. Atender a la memoria, aceptar su capacidad de cuestionar y de rectificar lo que la historia ha dado por ya estudiado es una exigencia ética con un pasado omitido que servirá para el hoy y el mañana.

Me parece muy oportuna una cita de Günter Schawaiger: « ¿Qué pasa con algunos historiadores españoles para que tengan tanto miedo a la memoria de la gente? ¿Hemos llegado a tal arrogancia académica que las víctimas tengan que pedir permiso a los historiadores para saber si su sufrimiento fue verdad o un simple espejismo?».

Como he señalado antes quiero hacer un pequeño homenaje a dos maestros hijaranos depurados, el primero Antonio Meseguer Barceló, fusilado, y el otro Francisco Gómez Gálvez, exiliado interior, encarcelado varios años e imposibilitado para ejercer su profesión de maestro.

Antonio Meseguer Barceló nacido en Híjar en 1915. De familia humilde, ya que su padre era zapatero. Hizo sus estudios para Maestro de 1ª Enseñanza en la Escuela Normal del Magisterio Primario de Zaragoza. Aprobó el ingreso el 1º de junio de 1929. Y en cuatro cursos alcanzó el título, con un expediente muy brillante. Su muerte podemos conocerla a través de las Memorias escritas por el capuchino Gumersindo de Estella, generadas por su asistencia espiritual a numerosos condenados a muerte en la cárcel de Torrero de Zaragoza entre los años 1937-1942. Su título es Fusilados en Zaragoza, 1936-1939, Tres años de asistencia espiritual a los reos.

Fray Gumersindo de Estella nos refleja los momentos previos a su muerte, que producen auténtico escalofrío. Es así:

"Uno de los reos del día 21 de noviembre de 1938 era natural de Híjar (Teruel), llamado Antonio Meseguer. Era alto de estatura. No tendría más que unos 25 años de edad. De bella presencia; muy bien formado. Era maestro. En su infancia y adolescencia había sido alumno de una escuela de padres capuchinos de Híjar, siendo su profesor el P. Miguel de Pamplona. Más tarde, según me informaron, se afilió al partido socialista. Al comenzar la sublevación de Franco y Mola, y llegando los catalanes a Híjar, fue elegido para miembro del Comité. Luego fue hecho comisario político. Cuando las tropas de Franco avanzaron hacia Castellón, Antonio Meseguer se dispuso a continuar su retirada de aquella ciudad. Allí se encontró con un telegrafista de Híjar que era de derechas. Éste le invitó a comer con él. Antonio aceptó y rezó la bendición de la mesa con su amigo. Así me refirió una hija del telegrafista. Antonio, aunque se le rogó quedase en Castellón, se ausentó y continuó la retirada a una con las fuerzas republicanas. Fue cogido prisionero en la misma provincia. Y juzgado sumarísimamente, fue condenado a la última pena. Se confesó sollozando. Asistió a la Santa Misa y comulgó con fervor."

El segundo, Francisco Gómez Gálvez, estudió en Híjar las primeras letras. Antes del comienzo de la Guerra Civil trabajó con un ebanista y como dependiente en una farmacia y colaborando en las faenas agrícolas familiares. Tuvo que compaginar el trabajo con los estudios. Un cacique de Híjar le insinuó a su padre socialista que si dejaba la política le pagaría la carrera de Magisterio a su hijo Paco. No la abandonó. El ingreso en la Escuela Normal de Magisterio Primario de Zaragoza lo aprobó el 27 de octubre de 1931. El título de maestro de 1ª enseñanza lo obtuvo en 1935. Contaba en aquellos momentos 22 años. Tenía auténtica vocación docente. Pero faltaban unos pocos meses para que llegase la Guerra Civil. Hizo las prácticas en Mas de las Matas. Nunca pudo ejercer como maestro, no lo hizo obviamente durante la guerra y después tampoco al ser inhabilitado para el ejercicio de la docencia por represalias políticas. Pudo ejercer como maestro auxiliar desde el 28 de agosto de 1941 al 30 de junio de 1942, estando preso en la cárcel de Alcañiz; algo que le serviría para redimir 307 días de pena. Una de sus grandes frustraciones fue la imposibilidad de enseñar.

En los primeros días de la Guerra Civil en Híjar, cuando llegaron las columnas anarquistas, tuvo un protagonismo importante. Formó parte de aquellos que por su formación tenían una gran participación y activismo político. Él junto a otros maestros de Híjar, como Antonio Meseguer Barceló, tuvieron una gran participación en la confección o elección de los consejeros de los distintos Consejos Municipales. A principios de 1937 llegó a desempeñar el cargo de secretario accidental del Ayuntamiento, siendo Alcalde su padre. Según la Causa General, fue secretario particular del anarquista Antonio Ortiz, que llegó a Híjar al frente de una columna.

Poco después, se enroló en el ejército republicano, luchando en el frente, aunque nunca empuñó armas, desempeñando cargos políticos. Estuvo en Teruel y en Balaguer. En los momentos finales de la guerra pasó a Francia, con una misión de carácter político, aunque volvió a entrar a España para ver y tratar de llevarse a su padre, que estaba prácticamente inválido y ciego. Fue capturado el 12 de febrero de 1939 y a partir de este momento comenzó para él un auténtico calvario. Estuvo preso en la plaza de toros de Vitoria en unas condiciones infrahumanas, ya que no había ni letrinas. Después en Bilbao, en la universidad de Deusto, que se utilizó como cárcel de presos políticos. Pasó a San Sebastián, lugar de triste recuerdo ya que aquí llegaron 3 personas de Híjar, las cuales junto con el carcelero le sometieron a todo tipo de torturas para que inculpase a su padre. Fue llevado a la cárcel de Híjar, conducido por 4 Guardias Civiles, donde estuvo 100 días incomunicado y maltratado sin ver la luz. Pasó a la cárcel de Alcañiz, donde conocería a su futura mujer, Dolores (de familia de falangistas), hermana del carcelero; aquí con los hijos del funcionario de la prisión pudo ejercer su labor docente. Su odisea no termina aquí, ya que pasó a la cárcel de Torrero de Zaragoza en fecha de 23 de octubre de 1942, siendo juzgado en el antiguo cuartel de Pontoneros en mayo de 1944. La pena impuesta fue de 20 años de reclusión, aunque sólo estuvo 5 años, 5 meses y 25 días. Salió de la cárcel en libertad condicional. Los malos tratos a los que fue sometido hicieron que a lo largo de toda su vida le resultase difícil conciliar el sueño, ya que sufría frecuentes pesadillas.

A través de algunas notas manuscritas suyas, proporcionadas por su hija Alicia, podemos entrever las grandes penalidades que padeció en estos años, bien por las atrocidades de la guerra, como por los años de cautividad. Sirvan como muestra algunos párrafos, durísimos y espeluznantes como éstos:

-"¿Qué cuántos años tengo? Si se ha vivido con una intensidad inusitada, trabajando de los 13 a los 21 años con largas jornadas y estudiando de noche; y, a continuación tienes una guerra que te lleva al frente de Teruel, para ver cómo muchos milicianos se quedan sin un pie, porque hay que cortarlo, al haberse quedado helado; a la batalla del Ebro, donde entre otras escenas espeluznantes, ves que un hombre corre despavorido y un cañonazo le arranca la cabeza, y luego, descabezado sigue caminando quince o veinte metros; al frente de Balaguer, de donde te traen los heridos con las tripas colgando, como si todos hubiesen intervenido en una desgraciada capea de un pueblo...

Una vez salió de la cárcel marchó a Barcelona a trabajar con un tío en una gestoría administrativa. Después volvió a Zaragoza, trabajando de administrativo con el doctor Abril, que tenía la clínica, y en una perfumería. Volvió a Barcelona a trabajar como administrativo en una fábrica de botones italiana. También trabajó en Zaragoza en una fábrica de muebles, de nombre Andreu. Llegó a tener una tienda de muebles que tuvo que cerrar al no irle bien el negocio. Se jubiló en el año 1981.

En los años 1956 y 1957 en Barcelona participó en una institución de carácter social e inspiración cristiana, llamada el Taller de Nazaret, donde impartió clases gratuitas a todos aquellos jóvenes que llegaban allí para tratar de insertarlos en la sociedad.

En los años finales de la dictadura franquista en la fábrica de muebles en la que trabajaba fue el organizador de un movimiento sindical. También a la llegada de la transición democrática participó en la vida política, ya que formó parte de las listas electorales por el PSOE, rama histórica, para las Cortes Constituyentes del año 1977. La manera en que fue absorbido este grupo político por el PSOE le produjo un gran malestar y desencanto. Finalmente dejó de existir en Zaragoza el 26 de diciembre de 1998 a la edad de 85 años.

Fuente:
https://www.nuevatribuna.es/opinion/candido-marquesan-millan/exilio-interior-magisterio-dictadura-franquista/20190815165657165353.html?fbclid=IwAR1kwWTAp58QypJnmk-feRUeo8U29vNkos0Jz3zIHDyLjKdjWezOTAJ55-c

miércoles, 30 de agosto de 2017

_- Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. España, entre los países con más víctimas de desapariciones forzadas.

_- Público.es

Más de 100.000 víctimas del franquismo y la Guerra Civil continúan en paradero desconocido. Amnistía Internacional recuerda que lejos de buscar mecanismos de reparación, el Gobierno español ni investiga ni deja investigar los crímenes.

"Una noche sacaron a mi madre de casa y se la llevaron mientras mi hermano y yo dormíamos. A mi padre le habían matado un mes antes; hoy sigue enterrado en una fosa común". Antonio Narváez tenía tres años cuando su madre desapareció. Ahora, a sus 83, sigue pidiendo justicia: "A ver si puedo juntarles y darles un entierro digno".

Los padres de Antonio forman parte de un registro fantasma, inexistente. No aparecen en ningún lado ni como víctimas ni como fallecidos. España tiene el dudoso honor de ser uno de los países con más víctimas de desapariciones forzadas. Según Amnistía Internacional, de los más de 114.000 crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo y denunciados ante la Justicia, la mayoría corresponden a desapariciones forzadas.

Cifras que, según el investigador de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha Miguel Ángel Rodríguez Arias, sitúan a España en segundo lugar en número de desaparecidos, sólo por detrás del régimen de Pol Pot en Camboya. Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que se conmemora este miércoles, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha convocado una protesta en Ponferrada a las 19.30 horas para denunciar que "no se puede llamar reconciliación a la decisión de abandonar los cadáveres de más de 100.000 personas asesinadas por los franquistas en las cunetas".

Por su parte, Amnistía presenta también este miércoles la campaña Nada es igual, si alguien desaparece con la que denuncia que en España se sigue privando del derecho a la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas. "En los últimos años, al menos cinco mecanismos de Naciones Unidas han constatado y expresado que España ni investiga ni deja investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo", destaca la ONG en un comunicado.

La organización recuerda que durante una visita a España en 2013, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas "se mostró especialmente preocupado por el cierre, archivo, paralización o mínima investigación de cualquier proceso para esclarecer y juzgar estos crímenes e instó al Estado español a investigar de oficio y juzgar todas las desapariciones forzadas, así como a eliminar todos los obstáculos que pudieran impedir dichas investigaciones".

Con el Partido Popular en contra, el Congreso aprobó el pasado mes de mayo una Proposición No de Ley (PNL) con la que se instaba al Gobierno a “revitalizar” el contenido de la ley de la Memoria Histórica de 2007 y que, entre otros aspectos, asumiera las labores de localización y exhumación de fosas e identificación de los cadáveres de víctimas de desaparición forzada. Como todas las PNL, esta tampoco tiene fuerza jurídica.

Amnistía también destaca la querella contra el franquismo interpuesta en 2010 en Argentina y cómo España ha evitado colaborar con la justicia argentina. "En dos oportunidades ha rechazado extraditar a los procesados a Argentina, ha negado información a la justicia de ese país y ha impedido que la jueza argentina María Servini a los 19 acusados, así como la toma de declaración de algunas víctimas y testigos", denuncia la ONG.

Para dar cuenta de los efectos en los familiares de los desaparecidos, la organización ha recurrido a series de ficción para preguntarse qué ocurriría si faltara alguno de sus personajes más emblemáticos, como Marge en Los Simpsons. Dentro sus acciones, Amnistía también ha puesto en marcha una recogida de firmas, que ya suma más de 189.000, para recordar al Gobierno y al ministro de Justicia, Rafael Catalá, en particular que los casos de desaparición forzada siguen vigentes.

Con la campaña, la ONG también quiere poner el foco en otros países como Siria ─75.000 desaparecidos entre 2011 y 2016─ o México, donde, de acuerdo a datos del Gobierno, 32,096 personas se hallaban en paradero desconocido en junio de este mismo año. No son, ni mucho menos, los únicos con cifras alarmantes de desapariciones forzadas. Según datos de la ONU, desde 1980 siguen abiertos 44.159 casos en 91 estados. Sólo entre el 16 de mayo de 2015 y el 18 de mayo de 2016, se registraron 766 nuevos casos en 37 Estados.

Manifestación ante el Congreso
Coincidiendo con el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, las víctimas de bebés robados y adoptados ilegales han convocado una concentración a las 10.30 horas ante el Congreso para reivindicar que su causa se convierta en una "cuestión de Estado" con el propósito de que prime "la verdad, la justicia y la reparación".

En un comunicado, la plataforma "Camino de la Justicia", la asociación AVIDNA y el Observatorio Internacional para la defensa de los Derechos Humanos "Nuevo Ágora", explican que es la segunda concentración que convocan y destacan que la de este miércoles se celebrará tras "un año muy duro", en el que no han dejado de trabajar para lograr que se escuche su voz.

Denuncian que han tenido que "ejercer de detectives privados" para recopilar los documentos sobre sus causas y critican que no sea el Ministerio de Justicia y la Iglesia los que les entreguen documentos relativos a "nacimientos, historias clínicas u otros asuntos". Además, reiterarán su demanda de que se cree un banco de ADN y un censo de afectados y de víctimas, según las diferentes situaciones, entre las que figuran las de bebés robados, falsos biológicos o adopciones ilegales.

Fuente:
http://www.publico.es/espana/dia-internacional-victimas-desapariciones-forzadas-espana-paises-victimas-desapariciones-forzadas.html