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viernes, 3 de enero de 2025

8 factores que te ponen en riesgo de padecer una gripe grave.

Los contagios de gripe han empezado a repuntar. Esto es lo que hay que saber.

Dolor de garganta. Nariz tapada. Fiebre, dolores corporales y fatiga. Con el descenso de las temperaturas, los casos de gripe han empezado a aumentar en Estados Unidos.

Para muchas personas, el sistema inmunitario puede eliminar esos síntomas en aproximadamente una semana. Pero para otras, la gripe puede provocar enfermedades graves, hospitalización o incluso la muerte. Las infecciones gripales causan hasta 710.000 hospitalizaciones y 51.000 muertes al año en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés).

Un nuevo análisis de los CDC, que examinó las hospitalizaciones relacionadas con la gripe desde 2010 hasta 2023, revela algunos de los factores que ponen a las personas en mayor riesgo de sufrir consecuencias graves para su salud.

Edad: los niños pequeños y las personas mayores son los que sufren más hospitalizaciones por gripe debido a que sus sistemas inmunitarios son menos robustos que los de los niños mayores o los adultos jóvenes, lo que significa que son menos capaces de defenderse de la infección.

Hay dos tipos de virus de la gripe que pueden causar estragos cada temporada: tipo A y tipo B. Las tasas de hospitalización más altas desde 2010 se produjeron durante las temporadas de gripe en las que predominaban los virus de la gripe de tipo A; los CDC han dicho que esto se debe a que los adultos mayores tienden a verse más afectados por el H3N2, un virus de tipo A.

Trastornos neurológicos: algunos niños con afecciones neurológicas como epilepsia, parálisis cerebral y TDAH pueden tener problemas con la función muscular y pulmonar, y presentar problemas para toser o eliminar líquidos de las vías respiratorias. Esto puede exacerbar los síntomas de la gripe o provocar neumonía.

Enfermedades pulmonares: la gripe puede desencadenar ataques de asma en los niños con esta enfermedad, que provoca una inflamación crónica de las vías respiratorias. También puede provocar neumonía y otros problemas respiratorios que pueden requerir hospitalización.

En los adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los cuales tienen una respuesta inmune deteriorada, el cuerpo puede tener más dificultades para superar un ataque de gripe. Además, una infección puede inflamar aún más las vías respiratorias, dificultando todavía más la respiración de los pacientes.

Embarazo: casi el 30 por ciento de las mujeres en edad reproductiva que fueron hospitalizadas por gripe durante las 13 temporadas de gripe que examinaron los CDC estaban embarazadas. Los estudios han demostrado que las hormonas del embarazo suprimen el sistema inmunológico, lo que resulta en una enfermedad más grave y mayores tasas de hospitalización. Una infección de gripe durante el embarazo también conlleva cierto riesgo para el feto.

Obesidad y enfermedades metabólicas crónicas: tanto en niños como en adultos, la obesidad es un factor de riesgo de enfermedad grave por gripe. Esto puede deberse a varios factores diferentes. Por ejemplo, el exceso de peso puede dificultar la respiración profunda necesaria para eliminar la infección de los pulmones, dijo William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

La obesidad también suele estar relacionada con otras enfermedades metabólicas, como la diabetes y la hipertensión. En pacientes con diabetes, un ataque de gripe puede dificultar el control de los niveles de azúcar en sangre. Y se cree que los niveles altos de glucosa afectan a la función de los glóbulos blancos, empeorando las infecciones y prolongando los tiempos de recuperación, dijo Susan Spratt, profesora de medicina en la división de endocrinología, metabolismo y nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.

Cardiopatías: alrededor de la mitad de los adultos hospitalizados por gripe padecen enfermedades cardiacas, según los CDC. Las personas con enfermedades cardiovasculares tienden a ser adultos mayores con sistemas inmunitarios menos robustos, dijo Sadiya Khan, cardióloga de Northwestern Medicine. Los estudios han demostrado que la gripe aumenta el riesgo de infarto al miocardio y accidente cerebrovascular en personas con enfermedades cardiovasculares, dijo.

“Quien padece una enfermedad cardiaca es menos capaz de tolerar el estrés de la propia infección”, dijo.

Hipertensión arterial: en las dos temporadas de gripe más recientes, una cuarta parte de los pacientes de entre 18 y 49 años hospitalizados por gripe tenían hipertensión arterial. Alrededor de tres cuartas partes de los pacientes hospitalizados mayores de 65 años padecían esta afección. La hipertensión puede endurecer o dañar las arterias, poniendo a prueba el sistema circulatorio. Spratt dijo que, en el caso de las personas con hipertensión, una infección gripal puede sobrecargar aún más el corazón.

Esquema de vacunación: se ha demostrado que las vacunas antigripales reducen significativamente el riesgo de hospitalización en niños y adultos. Según un análisis reciente, la vacunación redujo la tasa de hospitalización en un 34,5 por ciento este año en cinco países sudamericanos, donde la temporada de gripe ocurre antes cada año.

Sin embargo, la vacunación contra la gripe ha disminuido en Estados Unidos. Poco menos de la mitad de los estadounidenses mayores de 6 meses se vacunaron contra la gripe el año pasado.

Las desigualdades en la vacunación contra la gripe pueden explicar en parte las disparidades raciales y étnicas observadas en las tasas de hospitalización. Los CDC descubrieron que los pacientes negros de todas las edades fueron hospitalizados con las tasas más altas en la mayoría de las temporadas de su estudio. Según el estudio, los pacientes negros, nativos estadounidenses o nativos de Alaska tuvieron tasas de hospitalización relacionadas con la gripe entre 1,5 y 3,5 veces superiores a las de los pacientes blancos.

Aunque estés vacunado, es importante que estés atento a los síntomas que puedan justificar la atención médica, como la dificultad para respirar y el dolor torácico. Los expertos también recomiendan buscar atención médica si se presentan otros síntomas de gripe, como fiebre o tos, que no desaparezcan por sí solos en una semana.

“La vacuna no es la panacea”, dijo Schaffner. “Simplemente es menos probable que necesites hospitalización”.

Emily Schmall es reportera de la sección Well del Times, se especializa en historias sobre el clima y la salud.

https://www.nytimes.com/es/2024/11/20/espanol/influenza-gripe-grave-riesgos.html

jueves, 2 de noviembre de 2023

_- Demasiados paseos nocturnos al baño: qué es la nocturia y cómo puede atajarse

Mujer desvelada

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

_- Las interrupciones durante la noche afecta nuestro descanso y calidad de vida.

Ana Isabel Cobo Cuenca y Antonio Sampietro Crespo
El otro día, los padres de una amiga se quejaban de que no duermen bien. Al hecho de ser mayores se suma que se despiertan muchas veces para ir al baño, y por la mañana se levantan bastante cansados.

Estas quejas son más comunes de lo que pensamos y tienen un nombre: nocturia del adulto. Según la Sociedad Internacional de Continencia, se define exactamente como la necesidad de despertarse para orinar al menos dos veces por la noche.

Este problema, que afecta al sueño y a la calidad de vida, es más frecuente según envejecemos. Se estima que tres de cada cinco personas mayores de 70 años la sufren, aunque también se puede dar en edades más tempranas. Y afecta por igual a hombres y mujeres.

Un amplio abanico de causas Dos causas pueden dar origen a la nocturia: la disminución de la capacidad de la vejiga y/o una mayor producción de orina, lo que se conoce como poliuria.

En el primer caso, hablamos de un órgano con una capacidad de entre 300-600 ml, que puede verse reducida a su vez por dos factores:

Una alteración anatómica. En hombres, lo más común es que se deba a una hipertrofia benigna de la próstata, y en mujeres, a la obesidad y el prolapso de órganos pélvicos.

Problemas funcionales como síndrome de vejiga hiperactiva, cistitis, infecciones…

En lo que se refiere a la poliuria, la producción nocturna de orina suele disminuir por la acción de la hormona antidiurética, pero a medida que cumplimos años, la liberación de esta sustancia se reduce por la noche.

Esta es una de las principales causas, aunque también pueden precipitarla diversas enfermedades –diabetes, estados edematosos producidos por insuficiencia venosa o insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial…–, el aumento de la ingesta de líquidos por la tarde-noche y el consumo de cafeína, alcohol o tabaco.

Con la edad se agudiza el problema, pero no es exclusivo de gente mayor.

Además, hay medicamentos cuyos efectos secundarios pueden aumentar la producción de orina o alterar la función de la vejiga. Los más comunes son:

Diuréticos: se usan para tratar la retención de líquidos y reducir la presión arterial.

Anticolinérgicos: suelen utilizarse para tratar el síndrome de vejiga hiperactiva. Pueden interferir con las señales nerviosas que controlan este órgano y causar un aumento en la frecuencia urinaria, incluida la nocturia.

Medicamentos para la hipertensión arterial, como los antagonistas de los canales de calcio y los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina.

Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonia, que bloquean la acción de la hormona antidiurética.

El litio, un fármaco utilizado para tratar el trastorno bipolar.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas que toman estos medicamentos experimentarán nocturia como efecto secundario.

Si alguien sospecha que tiene este efecto o está preocupado por dicho síntoma, es importante que hable con su médico o médica, para que le proporcionen alternativas o ajusten el tratamiento.

Cinco medidas para atajarla

El manejo de la nocturia debe plantearse individualmente, ya que influyen muchos factores. He aquí algunos consejos elementales.

1. Cambios en el estilo de vida: reducir el consumo de líquidos 4-6 horas antes de acostarse, evitar el alcohol y la cafeína por la noche, dejar de fumar y perder peso si hay sobrepeso. También es aconsejable orinar antes de acostarse y hacer ejercicios de suelo pélvico. Y si sufre retención de líquidos en piernas, conviene elevarlas unas horas antes de que llegue la noche.

Tres elementos que son mejor evitar: café, alcohol y tabaco.

2. Si la nocturia es causada por una dolencia, como diabetes o enfermedad cardíaca, tratarla adecuadamente puede reducir los síntomas. Es importante seguir los controles con los profesionales de salud de atención primaria.

3. Modificar horarios de tratamientos farmacológicos, diuréticos e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina. Se debe consultar primero con los profesionales de la salud para que puedan ajustar el tratamiento y minimizar los efectos secundarios.

4. El tratamiento de suelo pélvico y el entrenamiento de la vejiga con fisioterapeutas puede ser útil para enseñar a controlar mejor la micción.

5. A veces, tras una valoración individual, el médico o la médica pueden prescribir medicamentos para tratar la poliuria nocturna: diuréticos (administrados a media tarde), análogos de la hormona antidiurética y antidepresivos tricíclicos, que aumentan la producción de dicha hormona.

En resumen, aunque la nocturia es muy común en personas mayores, no deja de afectar al sueño y, por consiguiente, al descanso y a la calidad de vida.

Es conveniente consultarlo con los profesionales de Atención Primaria, que harán una valoración individualizada, teniendo en cuenta desde los hábitos de vida hasta la revisión de medicaciones y otras patologías.

*Ana Isabel Cobo Cuenca es profesora titular en la Universidad de Castilla la Macha (UCLM). Grupo IMCU, Universidad de Castilla-La Mancha. Antonio Sampietro Crespo es médico especialista en Urología, Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.