Mostrando entradas con la etiqueta inocencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta inocencia. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de noviembre de 2023

"Doble excepcionalidad", la paradoja de tener una alta capacidad intelectual y al mismo tiempo una inusual dificultad

Noah sonriendo cuando era pequeña

FUENTE DE LA IMAGEN,CORTESÍA: LUCIANA SUTOVSKY

Pie de foto,

“Con cuatro años, se sentaba a conversar de política, arte e incluso de religión”, recuerda la madre de Noah.



Cuando Noah tenía nueve años, le detectaron altas capacidades intelectuales.

El diagnóstico no fue una sorpresa para su familia, la niña leía y escribía de corrido desde los cuatro y hablaba de política y de religión con los adultos.

Pero no todo terminaba de encajar en ese perfil.

Por ejemplo, ella cuenta que cuando era pequeña aleteaba todo el rato, tanto que decidió reprimir este instinto porque le daba vergüenza.

Pero un día se dijo: “¿Y qué pasa si me permito volver a hacerlo?”.

“Lo hice y fue maravilloso”, dice con una sonrisa. “Reprimir el aleteo fue como contener algo que hasta dolía un poco”.

En su búsqueda por entender a qué se debían estos comportamientos inusuales, la joven chilena llegó a sospechar que podía tener autismo.

Tiempo después, una evaluación especializada le daría la razón: a los 15 años fue identificada con el trastorno del espectro autista.

Noah, quien tiene 18 años, presenta lo que se conoce como doble excepcionalidad o 2e.

A personas como ella, se les llama “doblemente excepcionales” porque tienen, al mismo tiempo, una capacidad y una dificultad fuera de lo común. Es como pertenecer a dos grupos.

Pero no siempre es fácil determinarlo, ya que una de las dos condiciones puede opacar a la otra.

Un concepto reciente
Las altas capacidades como campo de estudio tiene más de cien años, pero fue en la década de los años 80 que un grupo de investigadores se dio cuenta de algo que parecía ser contradictorio:

Había algunos alumnos que, teniendo habilidades intelectuales sorprendentes, también presentaban algún problema de aprendizaje o una discapacidad.

Siluetas de varias personas y se destaca una
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

Para investigadores como Conejeros, la 2e hace referencia a “una condición dual y paradójica, que implica presentar rasgos contradictorios”.

Sin embargo, no a todos en la comunidad científica les convencía el paradójico planteamiento.

“No se entendía que alguien con altas capacidades pudiera también presentar una dificultad asociada”, le dice a BBC Mundo la doctora María Leonor Conejeros, profesora de la Escuela de Pedagogía en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Los estudiantes doblemente excepcionales son aquellos que “demuestran un potencial de alto rendimiento o productividad creativa en uno o más dominios tales como las matemáticas, la ciencia, la tecnología, las artes, lo visual, espacial, o las artes escénicas o en otras áreas de la productividad humana, y que manifiestan una o más discapacidades”.

Esa definición, que cita Conejeros y otros autores en una publicación sobre la doble excepcionalidad, está incluida en la obra de las investigadoras estadounidenses Sally Reis, Susan Baum y Edith Burke.

“Estas discapacidades incluyen dificultades específicas de aprendizaje; trastornos del habla y del lenguaje; trastornos emocionales/conductuales; discapacidades físicas; trastornos del espectro autista; u otros problemas de salud, tales como el déficit de atención/hiperactividad”.

Un espacio
Un grupo de especialistas del Programa de Estudios y Desarrollo de Talentos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, PENTA, le hizo a Noah la detección formal de su alto rendimiento cognitivo.

La definición más aceptada en el ámbito internacional de las altas capacidades es la que ofrece la National Association for Gifted Children, una organización sin fines de lucro estadounidense:

Niña escribiendo en un cuadernoFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

Las altas capacidades, dicen muchos expertos, van más allá de las áreas que los test de inteligencia tradicionales miden. Foto genérica.

“Las altas capacidades se entienden como ‘aquellas que demuestran un nivel de aptitud sobresaliente (definido como una capacidad excepcional para razonar y aprender) o competencia (desempeño documentado o rendimiento que los sitúe en el 10% superior, o por encima, respecto al grupo normativo) en uno o más dominios”.

Los dominios pueden ser tan variados como, por ejemplo, las matemáticas, la lengua, así como también “destrezas sensorio-motrices” como la pintura o el deporte.

En ese contexto, el concepto de la doble excepcionalidad poco a poco se ha abierto un espacio.

Para 2015, ya había investigación de referencia y “un modelo compartido a nivel internacional”, le dice a BBC Mundo Roberto Ranz, director académico del Máster de Formación Permanente en Altas Capacidades y Desarrollo del Talento de La Universidad Internacional de La Rioja.

La complejidad para detectarlos
Los expertos coinciden en que estos niños pueden pasar muy desapercibidos.

Es complejo identificarlos porque sus altas capacidades pueden obstaculizar la detección de la dificultad.

Niños corriendo por una escuelaFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

Dado que el concepto es reciente y que, en muchos casos, cuesta detectarla, niños con 2e pueden pasar desapercibidos, advierten los especialistas.

Con esa idea coincide Luciana Sutovsky, la madre de Noah.

“En casos como este, en los que ciertas características se manifiestan como una notable diferencia, como una ‘ventaja’ frente a otros, pues te dicen: ‘aprende más rápido’, ‘le va mejor en el colegio’, no se sospecha que, a la par, pueden haber necesidades de apoyo muy importantes”.

“Y es que unos rasgos se solapan con otros, se vuelven difíciles de identificar, unos van enmascarando a otros”.

Las altas capacidades y otras condiciones pueden llegar a tener características muy similares, lo que hace que la frontera entre ellas sea muy difusa.

“El foco en Noah estaba tan fuertemente puesto en su parte cognitiva y emocional, que no podíamos ver algunos otros rasgos que nos indicaban que había otra condición, que en su caso fue el autismo”.

“Yo podía sobrecompensar mis necesidades de apoyo con mis altas capacidades”, recuerda Noah.

Pero aclara que no era una cuestión de inteligencia, sino de su “tendencia a sobreanalizar todo. Observaba las interacciones a mi alrededor y las copiaba”.

Una niña armando un rompecabezasFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

La 2e se presenta con fortalezas y desafíos (foto genérica).

“El acento con el que hablo no es mi acento natural, cuando era pequeña modulaba cada palabra, hablaba como un doblaje de Discovery Kids y cuando me di cuenta de que la gente me hacía constantemente comentarios acerca de mi acento y que eso no era normal, empecé a copiar como hablaban los demás”.

“Yo ahora mismo no me estoy esforzando a mirarte a la cara” -me dice en nuestra videollamada-“para mí es muy agotador y me distraería de lo que estoy diciendo”.

“Pero si me tengo que concentrar en mirarte en un esfuerzo por parecer normal, o porque me obligan que es algo que hacen muchos colegios, cuesta mucho desaprenderlo”.

“Es muy dañino porque aprendes que tu estado de existencia normal está mal”.

Ranz advierte que también se puede dar el fenómeno opuesto: “Que el diagnóstico, por ejemplo, de autismo o del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad sombree la presencia de las altas capacidades, pues estos alumnos no siempre destacan en todas las materias”.

En algunos casos, dice el psicólogo, ni las altas capacidades ni la dificultad específica llegan a ser identificadas.

Y se corre el riesgo de que nunca reciban el apoyo para su dificultad ni la estimulación adecuada para su capacidad.

Latente
El reconocimiento en Noah del trastorno del espectro autista no sorprendió a su madre.

NoahFUENTE DE LA IMAGEN,CORTESÍA: LUCIANA SUTOVSKY Pie de foto,

“Yo no cambiaría quien soy", señala Noah. "Encuentro una fortaleza que viene de quien soy".

“Cuando entró al prekínder, a los cuatro años, leía y escribía de corrido, sabía palabras en inglés, pero su profesora evaluó su comportamiento como ‘rarito’ y nos recomendó hacer un diagnóstico ‘para descartar algún tipo de problema como el Asperger’”, recuerda Sutovsky.

“La llevamos a una psiquiatra y lo descartó. Lo que sí nos dijo es que era notoria su altísima inteligencia y que no sintiéramos que tenía dificultades al relacionarse, sino que era una niña que tenía intereses que correspondían a personas mayores”.

Una vez, dentro el programa PENTA, sus padres enfocaron todo su acompañamiento desde las altas capacidades.

Entre preguntas
Noah recuerda que “con la detección de las altas capacidades muchas cosas hicieron sentido”.

El perfil de un rostro con papelitos con signos de exclamación e interrogaciónFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

Muchos niños con altas capacidades se embarcan en un proceso, a veces complejo, por explicarse a sí mismos.

“Pero con el tiempo, otras no terminaban de explicarse y que a mí me generaban mucho malestar, como tener sobrecargas sensoriales, dificultades sociales o ser una persona extremadamente literal, y veía que mis pares con altas capacidades no necesariamente pasaban por eso”.

“Me preguntaba: ¿por qué soy tan sensible? ¿por qué no puedo dejar de pensar? ¿por qué me enrosco en pensamientos tan complejos y el resto de mis pares no se preocupan de esas cosas, cómo puedo dejar de ser así?”.

Quedarse “pegada” en algunos temas, le afectaba mucho.

“Un autismo muy enmascarado”
Ubicarse en “el contexto” del espectro autista fue un proceso “muy sanador y reparador” para Noah, relata su madre.

“Esa sensación persistente de que había algo malo con ella, fue muy dañina”.

Niño preocupado sentado en el sueloFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

“A veces digo que los bullies son mejores para hacer diagnósticos de un autismo muy enmascarado que un propio profesional”, dice Noah. Foto genérica.

“Noah inconscientemente estaba todo el tiempo sintiendo la ‘rareza’ que su profesora (de la infancia) percibió acerca de ella”.

“No solo la profesora”, interviene Noah, “sino mis compañeros”.

“Yo sentía una desconexión contante con ellos”.

“Los niños se dan cuenta. A veces digo que los bullies son mejores para hacer diagnósticos de un autismo muy enmascarado que el propio profesional”.

“La exclusión social, más que nada, fue la forma que tomó el bullying para mí”.

“Sintonizados”
De acuerdo con Ranz, el desarrollo del talento en los niños con doble excepcionalidad requiere una intervención y un apoyo muy especializado, en el que tanto la familia como las escuelas y los profesionales que los atienden, trabajen en colaboración.

Eso ha sido clave para muchas familias, como la de Carlos Passi, en Chile. Su hija, de 13 años, tiene Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y fue identificada con doble excepcionalidad.

Niños con audífonos coloreando FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

“Es necesario personalizar las intervenciones y enfocarse en las necesidades de cada alumno”, indica Mònica Cortés, psicóloga especializada en altas capacidades.

“Cuando nos dieron el diagnóstico, nos entregaron bibliografía sobre el tema, nos explicaron algunas características y en realidad sí, se cumplen bastante. Mi esposa sintió un gran alivio saber de qué se trataba”, le cuenta a BBC Mundo.

“Ya con el diagnóstico se pueden tomar medidas más concretas, hay una mejor coordinación entre la psicóloga que la atiende y el colegio. A los profesores se les ha explicado y tienen una mayor flexibilidad, a veces -si está muy inquieta- le permiten salir al patio a dar una vuelta y volver cuando se siente más tranquila”.

“Es como que estemos sintonizados en comprender que hay características que la hacen más compleja”.

De hecho, una de las principales lecciones sobre la doble excepcionalidad que la psicóloga Mònica Cortés, coordinadora del Grupo de Trabajo de Altas Capacidades del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña, ha aprendido -tras años de experiencia en escuelas- es que “no sirve un modelo de atención educativa igual para todos”.

“Siempre es necesario personalizar las intervenciones y enfocarse en las necesidades y la realidad de cada alumno”, le señala a BBC Mundo.

De ahí que sea clave un buen diagnóstico diferencial para que tanto la alta capacidad como la dificultad sean atendidas.

“Y eso es lo que más cuesta porque las manifestaciones de las personas con doble excepcionalidad no son iguales a una persona con solo altas capacidades, ni son iguales a una persona que tiene, por ejemplo, solo dislexia”.

Entre tonalidades
La complejidad del diagnóstico diferencial hace que no siempre haya un consenso sobre la doble excepcionalidad.

Tonos de color verde, amarillo y azulFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

"La metáfora del verde" para acercarse al concepto de la doble excepcionalidad.

Hay quienes dentro de la comunidad científica “siguen insistiendo, en el 2023, que la doble excepcionalidad no existe”, advierte la doctora Katia Sandoval, profesora de la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

“Creo que nos hace falta mucha investigación, profundizar más para tener más evidencia. Muchos de los estudios que llevamos son de corte cualitativo porque como no hay estadísticas, una prevalencia clara, nos encontramos haciendo muchos estudios de casos”, le indica a BBC Mundo.

Para ella es clave comprender que dentro de la condición, las personas no son homogéneas, no hay un patrón, y cita "la metáfora del verde" de Susan Baum, autora y docente especializada en doble excepcionalidad:

“El verde es la combinación de un amarillo con un azul. El amarillo es la persona con AC (alta capacidad) que, a la vez, presenta el azul, que es -dependiendo de la nomenclatura que se use- un trastorno, una necesidad de apoyo...

De la combinación de las dos condiciones aparece un verde, pero es un verde dentro de una infinidad de tonalidades porque no hay uno solo y habrá días que el contexto determine que tú, siendo verde, te veas más amarillo y no tan azul”.

Mitos
Para investigadores como Ranz, el reconocimiento de la doble excepcionalidad reflejó un cambio de paradigma, en el que "la visión reduccionista de las altas capacidades como un alto coeficiente intelectual (CI), de 130 o superior", se cuestionó.

“Fue como derribar un mito”.

Cerebro con lucesFUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,

Los investigadores aseguran que la doble excepcionalidad son dos condiciones concomitantes.

“Si evaluamos a alumnos con doble excepcionalidad desde la perspectiva psicométrica del coeficiente intelectual, encontramos que, en su mayoría, no superan el 130”.

“Eso sucede porque las pruebas que implementamos para medir solamente el CI arrojan una puntuación de síntesis, que incorpora diferentes calificaciones de las capacidades de esos estudiantes”.

“Dos de ellas son la velocidad de procesamiento o la memoria de trabajo y en esos alumnos, por su discapacidad, se ven muy alteradas o bajas y eso hace que, aunque puedan destacar en factores específicos de inteligencia, como el razonamiento lógico, la capacidad numérica, la comprensión verbal, su CI no es de 130 o superior”, señala el psicólogo.

“No cambiaría quien soy”
Patricia, quien se encuentra en España, le cuenta a BBC Mundo que su hija se convirtió en su principal motivación para cursar la maestría sobre Altas Capacidades de la Universidad Internacional de La Rioja.

Su trabajo final lo tituló: “Dos veces excepcional”.

Luciana SutovskyFUENTE DE LA IMAGEN,CORTESÍA: LUCIANA SUTOVSKY Pie de foto,

La doble excepcionalidad se da en “personas que tienen una configuración neurológica diferente de la mayoría de las personas, que condiciona su manera de entender y sentir el mundo”, dice Sutovsky.

“La conclusión que saqué con ese trabajo, y mi experiencia personal la corrobora, es que hay que focalizarse en las fortalezas, intereses y talentos de los niños, teniendo en cuenta sus debilidades y necesidades”.

“Hay que enfocarse en lo que realmente les motiva porque ahí es donde se van a desarrollar bien tanto social como emocionalmente, pues el principal problema que vemos es la ansiedad”.

“Si están bien a nivel social y emocional, sale todo su talento, lo desarrollan con entusiasmo, con ilusión”.

Sutovsky y un grupo de padres crearon la Fundación Altas Capacidades Chile, desde donde apoyan a otras familias.

“Vivir con personas doblemente excepcionales es una maravilla, es un descubrir constante, te abren a otra experiencia de vida. Es un desafío, son curiosos, sensibles, agudos, hay mucha inocencia, mucha honestidad”, dice Sutovsky.

Noah confiesa que no cambiaría quién es porque encuentra una fortaleza en su forma de ser, aunque esto no siempre fue así:

“He logrado volver a enamorarme de ciertas cosas mías que antes me avergonzaban mucho”. 

domingo, 31 de enero de 2021

¡Eres un animal! Sobre perros y otros animales amigos del hombre,

Es curioso que utilicemos expresiones como “eres un animal”, “eres un cerdo, “eres un burro”, “eres una bestia”… para insultar, descalificar o despreciar a un ser humano, sin pensar que también nosotros somos animales, sin pensar, por otra parte, que ese animal no ha hecho nunca daño a nadie intencionadamente. Si observamos atentamente los comportamientos de personas y animales, el verdadero insulto sería decirle a un animal irracional: Eres una persona, eres un político, eres un catedrático, eres un periodista, eres una abogada, eres un juez…

Los animales se comportan con más espontaneidad, nobleza y autenticidad que los seres humanos. Con menos crueldad, desde luego. Con ninguna malicia. Ojalá nos comportásemos como ellos. Recuerdo un poema en el que se cuenta que algunos monos (el mono es un animal arborícola que habita sobre todo en los árboles genealógicos), viendo desde un árbol cómo los hombres se pelean y se matan entre sí, se niegan a aceptar que seres tan sanguinarios y crueles sean descendientes suyos. “Qué vergüenza para nuestra especie”, concluyen. Al fin al cabo, como dice Steinbeck, el hombre es el único animal de la creación que bebe sin tener sed, que come sin tener hambre y que habla sin tener nada que decir.

Los animales piensan, sueñan y sufren. Su dolor tiene las dimensiones del planeta. Los niños aplastan lagartijas para ver cómo se mueve el rabo de forma autónoma, una vez separado del resto del cuerpo, la familia abre las puertas del coche y abandona al perro a su suerte, los toreros clavan hierros punzantes en los lomos del toro y acaban matándolo entre vítores y olés, se organizan peleas de perros y de gallos para diversión y juego de los espectadores, los gastrónomos pelan vivos a algunos animales para que la vianda tenga más sabor, los cazadores degüellan vivas a las presas para que las pieles tengan más esplendor, los científicos experimentan en animales con genes y con virus, los ganaderos separan a las crías de sus madres, se sacrifican animales para fabricar abrigos de pieles, los vecinos del pueblo mantienen la costumbre de arrojar entre risas un burro o una cabra desde lo alto del campanario de la iglesia parroquial… ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué tanta crueldad? ¿Por qué tanta insensibilidad? ¿Por qué tantas trampas?

– “Vamos a pescar juntos”, le dijo el pescador a la mosca mientras la colocaba de cebo en el anzuelo.

Las personas admiran las grandes dotes de los animales pero saben que aun más admirable es la inteligencia humana, capaz de imaginar a un perro jugando al póker:

– Tu perro es muy listo, le dijo Aristóteles a Platón, ya que sabe jugar a las cartas.

– No es tan listo como parece, matizó Platón: siempre que le llegan buenas cartas, mueve el rabo.

Un mundo en el que los animales son maltratados no es un mundo habitable para los seres humanos. Porque esa crueldad que se ceba en seres indefensos muestra la dureza de nuestro corazón. Y de un corazón duro no pueden brotar sentimientos nobles y hermosos. “El hombre es un lobo para el hombre”, decimos. Con lo cual el hombre le da una patada al hombre en el trasero del lobo.

Un ornitólogo desconocido dijo : “Si los hombres no los apedrearan, hubiera sido pájaro. Mas si no los apedrearan, hubiera sido hombre”. Si fuéramos más amorosos, más cuidadosos, más amables con los animales, contribuiríamos a mejorar este mundo nuestro.

Mi amiga Lola Alcántara vota una y otra vez al PACMA (Partido Animalista contra el Maltrato Animal), partido político español que trabaja por los derechos de los animales, la defensa del medio ambiente y la justicia social. Lola tiene en su casa cinco perros y tres gatos, a los que quiere y cuida con desvelo. He visto su indignación ante la crueldad humana que sacrifica cada año más de 50000 galgos en España, esos perros de usar y tirar. Me ha explicado con pasión la necesidad de que la ley sea más severa con el maltrato de animales. Si todos fuésemos como Lola Alcántara, el mundo sería mucho mejor.

Mis abuelos paternos tenían un perro llamado Fiel (notable redundancia). Recuerdo que un verano pasó tres días sin aparecer por casa. Lo encontraron hambriento, sediento y extenuado, vigilando un saco de trigo que se había caído del carro en el que se transportaba la carga al silo. La vida por el cuidado de un bien del amo.

Los animales han sido una extraordinaria compañía en los meses de confinamiento. Al terminar el primero, se hizo célebre la burra Baldomera en la localidad malagueña de El Borge, sita en la Axarquía, a unos treinta kilómetros de la capital. El reencuentro con el amo, Ismael Fernández, después de dos meses de ausencia, fue tan emotivo, que la grabación del encuentro ha dado la vuelta al mundo. Conmueve escuchar los rebuznos de la burra y ver las lágrimas de su dueño.

En un estanque del Monasterio de El Escorial hay un precioso cisne blanco que se acerca con rapidez al jardinero Raúl, cada vez que este aparece en la orilla. Es hermoso ver cómo interactúan en una relación cómplice, a través de gestos y sonidos.

Nosotros tenemos una pequeña perra llamada Miluca. Su nombre recoge la primera sílaba de los nombres de cada uno de los moradores de la casa: Miguel, Lourdes y Carla. Es lista, cariñosa y disciplinada. Miluca nos humaniza, nos une, nos hace más sensibles, nos hace mejores. Carla dice:

Una de las cosas más valiosas que habéis hecho por mí es comprar a Miluca.

¿Cómo no emocionarse ante la mirada insondable de un perro el día que ha muerto su amo?, ¿cómo no asombrarse ante la tristeza de una larga ausencia, como le sucedió a Miluca cuando Carla asistió a un curso de quince días en Alemania?

Los animales forman parte de nuestro mundo y de nuestra cultura. Nunca podremos olvidar al loro de Flaubert, al cuervo de Poe, al cisne de Saint Säens, al albatros de Baudelaire, a las moscas de Sartre, a la ballena de Herman Melville, al águila de Tenysson, al escarabajo de Kafka, al mastín de Baskeville…

Los humanos hemos escrito innumerables fábulas protagonizadas por animales de las que, didácticamente, extraemos moralejas, pero conocemos muy poco sobre su mundo interior. No debemos olvidar que de todo lo que ocurre en el mundo solo tenemos visiones humanas. No nos solemos acercar a los animales con respeto, con ternura, con curiosidad. Recuerdo haber leído con emoción el hermoso libro del etólogo y premio Nobel Konrad Lorenz, titulado “El anillo del rey Salomón”. Con qué finura, con qué rigor, con qué interés observa, estudia y describe las costumbres y las emociones de los animales.

¿Cómo nos ven los animales a nosotros?, ¿Cómo nos observan y nos interpretan? Bien pudiera suceder que los gorriones se rieran de nosotros al ver un espantapájaros. Es una señal inequívoca de que allí hay comida para ellos.

No me gusta volcar sobre los animales visiones antropomórficas. No me gustan esas películas en las que los animales hablan como si fueran humanos. Les atribuimos gratuitamente nuestras cualidades: el gallo es arrogante, el lobo es rapaz, el camaleón es hipócrita, el león es valiente, la hormiga es trabajadora, la cigarra es holgazana, la hiena es cruel (por cierto, la hiena duerme al raso, se alimenta de carroña y hace el amor una vez al años, ¿de qué diablos se ríe?).

También tiene aquí presencia la educación. En la escuela y en la casa. De forma coherente y coordinada. A una amiga de mi hija le mandaron del colegio una carta porque había aplastado cruelmente una lagartija en el patio. No sabían que en la casa de la niña había una sala con animales disecados, piezas de caza mayor de su padre.

Los animales: magníficos compañeros de viaje. Lord Byron escribió sobre la tumba de su perro: “Aquí yacen los restos de un ser que poseyó la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y la belleza sin la vanidad”. Es probable que el tamaño de la lápida no diera para más. 

martes, 5 de febrero de 2013

Placeres de la vida. El encanto del descubrimiento nuevo, de la aventura, de lo que nos sorprende por primera vez. La inocencia de la niñez.


Placeres de la vida...
Muy significativo, bonito y enternecedor...
Cada edad, procura un determinado placer...
Ahora comprobamos que muchos se meten en otros charcos más profundos y menos agradables... menos éticos ¡¡¡Qué lastima!!!