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martes, 29 de septiembre de 2015

¿Tropieza el Pentágono dos veces en la misma piedra? Una investigación quiere aclarar si se alteraron datos de inteligencia sobre el Estado Islámico

Doce años después de la invasión de Irak, Estados Unidos revive fantasmas. El Pentágono investiga si se han alterado datos de inteligencia sobre la campaña aérea contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Dos analistas del Centcom, el Comando Central del Ejército de EE UU, enviaron en julio una queja al inspector general del Departamento de Defensa alegando que sus superiores modificaron sus informes para describir al grupo yihadista como más débil de lo que creen que es. Esa queja fue respaldada por otros 50 analistas, según destapó a principios de septiembre The Daily Beast.

La revelación ha forzado a la cúpula militar a dar explicaciones. “Mi expectativa es recibir una evaluación de inteligencia fiable y rigurosa”, dijo hace poco en el Congreso el general Lloyd Austin, comandante del Centcom, que supervisa la campaña.

La queja, sin embargo, propicia dudas y ecos incómodos. La Administración de George W. Bush justificó la invasión de Irak en 2003 en la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen de Sadam Husein. Lo amparaban datos de inteligencia, pero las armas no aparecieron y hubo quejas de que se escogieron los datos que favorecieran la narrativa oficial. También hubo errores de diagnóstico en Vietnam en los sesenta.

La narrativa ahora es que EE UU está ganando la guerra contra el EI, pese a que acumula avances y retrocesos. Los analistas esgrimen que hay informaciones que se frenaron y otras se hicieron más optimistas. Por ejemplo, sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes, y el impacto de los bombardeos en Irak y Siria.

El Gobierno de Barack Obama se ha esforzado en diferenciar la campaña contra el EI de la guerra de Irak, que terminó en 2011 sin victoria. Ahora no hay tropas de combate y se impone la cautela sobre la duración. Pero como en toda guerra, se hace necesario un despliegue propagandístico, y existe el miedo al llamado slippery slope (pendiente resbaladiza): que la intervención se aleje de su objetivo inicial y cunda el pesimismo.

http://elpais.com/elpais/2015/09/23/opinion/1443023380_956671.html