Santiago Sáez y Lara Palma
La Marea
Tras el fracaso del modelo Alzira en Madrid y Castilla-La Mancha, el sector privado busca ahora sectores vitales como los trasplantes, la investigación o el big data. “¿Qué no pagaría alguien que necesite un riñón para saltarse una lista de espera?”, se pregunta la radióloga Luisa Lores.
“La infiltración de la sanidad por las empresas privadas tiene mucha presencia de la sanidad norteamericana, que es una sanidad muy mercantilista y muy desigual”. Luisa Lores, radióloga del Complejo Hospitalario de Pontevedra y miembro de la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Sanidad Pública, lleva años estudiando la privatización del aparato sanitario español.
Una de las empresas estadounidenses que preocupan a Luisa es Centene Corporation. La multinacional, con base en St. Louis, Missouri, intentó entrar en la sanidad de nuestro país en 2013. Llegó a obtener la concesión de la Comunidad de Madrid, a través de la sociedad puertorriqueña HIMA San Pablo, para la construcción y gestión de tres hospitales (en Parla, San Sebastián de los Reyes y Aranjuez). El proyecto, puesto en marcha por el entonces presidente regional, Ignacio González (hoy investigado por su presunta relación con las tramas Gürtel y Púnica), fue paralizado por las huelgas de la sanidad y la justicia. El gobierno de González, finalmente, abandonó el plan, en el que también se habían adjudicado hospitales a Ribera Salud y Capio (hoy IDC Salud).
Centene, no obstante, no se quedó de brazos cruzados. En 2014, la multinacional estadounidense compró a Bankia la mitad de Ribera Salud por 60 millones de euros. Además, según informaciones publicadas en el diario El Confidencial, Centene tiene una opción para adquirir la otra mitad, propiedad del Banco Sabadell. De esta forma, la compañía de Missouri, que también ha comprado a Adeslas y Asisa, sitúa parte de sus negocios en la Comunidad Valenciana, donde ya controla tres hospitales en las provincias de Valencia y Alicante (Alzira, Torrevieja y Elche).
Cambio de modelo
El “modelo Alzira” de privatización de la sanidad (también llamado “PPP”) fue el elegido por la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, con casos en otras comunidades como Cataluña y Galicia. El modelo se basa en conceder a una empresa privada la construcción y gestión integral del centro durante un tiempo, a cambio de un canon anual.
No obstante, la implantación de la privatización de la sanidad por medio del modelo Alzira ha dejado de ser la preferida, tras la paralización de los procesos en Madrid y Castilla-La Mancha y los problemas surgidos en los centros en funcionamiento: “El modelo PPP es muy costoso, y les resulta menos rentable gestionar hospitales. Es una muy buena noticia para la sanidad pública que no se haya seguido por ese camino, porque para profesionales y pacientes es nefasto. Pero no debemos pensar que se van a quedar ahí. Quieren quedarse con todo”, afirma Lores.
“Antes intentaban hacer pequeñas empresas fragmentadas dentro de los hospitales e ir infiltrando con inversión privada aquellas que les interesaban más. Eso supuso muchos problemas sindicales, así que ahora lo que les interesa es la investigación, los datos, la sangre, los trasplantes… ese tipo de cosas”, explica la radióloga gallega.
Trasplantes privados
Uno de los ámbitos en los que, a juicio de Luisa Lores, la privatización de la sanidad produce mayor rechazo social es en el de los trasplantes. “Hay un enorme problema en quién gestiona la lista de espera de trasplantes”, explica la facultativa, que pone como ejemplo la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo (FRIAT).
La FRIAT es una fundación privada sin ánimo de lucro, perteneciente a la familia Álvarez de Toledo, muy próxima al Partido Popular. Para Lores, tiene que ser “totalmente incompatible” la actividad privada con la gestión de las listas de espera y los datos de trasplantes: “Una persona que necesita un riñón tiene que pasarse años conectado a una máquina. ¿Qué no pagaría alguien para saltarse una lista de espera?”.
Fuente: http://www.lamarea.com/2016/06/30/la-nueva-mercantilizacion-la-sanidad-la-gestion-hospitales-la-lista-trasplantes/
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lunes, 18 de julio de 2016
sábado, 11 de julio de 2015
Qué hacer frente al impacto de la globalización neoliberal en Educación
Moacir Gadotti www.reproduccionsocial.edusanluis.com.ar
En esta publicación trascribo los aportes de Moacir Gadotti frente al problema planteado por la globalización neoliberal en el frente educativo
¿Qué podemos hacer frente al aluvión?
Ya muchos especialistas se han encargado de analizar el impacto de la globalización en la educación, entre ellos, Martin Carnoy, de la Universidad de Stanford (EE.UU), gran amigo de Paulo Freire. Él utiliza el término “mundialización” (como los franceses) para designar el fenómeno de la “globalización”.
De acuerdo con Martin Carnoy, “dos de los fundamentos esenciales de la mundialización son la información y la innovación (…). La circulación masiva de capitales operativos, en la actualidad, se basa en la información, comunicación y saber con respecto a los mercados mundiales, y dado que el saber es altamente transferible se presta fácilmente a la mundialización (…). La mundialización ejerce un profundo impacto sobre la educación en planos bastante diferentes y, en el futuro, ese fenómeno se hará mucho más perceptible a medida que las naciones, regiones y localidades aprendan cuál es el papel fundamental de las instituciones educativas, no sólo para transmitir los conocimientos necesarios para la economía mundial, sino también para reincorporar a los individuos en nuevas sociedades construidas sobre la base de la información y el saber”.
La globalización como proceso es algo que data de la antigüedad. Lo que nosotros observamos hoy es la globalización de un modelo de sociedad, el capitalista. Ya hemos pasado por otros procesos de globalización: la helenización, la romanización, la evangelización, la misión civilizadora de la colonización y, hoy en día, el mercado global. Walter Mignolo (2003) distingue en los últimos 500 años, cuatro movimientos de este proceso reciente: Cristiandad, Misión civilizadora, desarrollo y mercado global. Según él, “cada momento corresponde a un proyecto global específico y, ciertamente, inaugura diferentes historias locales que responden a los mismos proyectos globales.
Carnoy se refiere sobre todo a la globalización como fenómeno provocado por la expansión de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de información. Sin lugar a dudas, hay muchas consecuencias positivas del avance tecnológico, pero la tecnología, por si sola, no es libertadora. La globalización capitalista neoliberal (globalismo) trabaja con la noción de “gobierno” (aparatos administrativos) separada de la noción de “estado”. El estado, además del gobierno, tiene una dimensión simbólica que incluye la noción de ciudadanía. El estado no sólo financia la educación, también construye valores, sentidos (derechos, ciudadanía…). Para el “globalismo”, el ciudadano se reconoce sólo como cliente, como consumidor, que tiene una “libertad de escoger” entre diferentes productos. El ciudadano necesita estar bien informado para “escoger”. Era por esto que él necesita saber del “ranking” de las principales escuelas, las “mejores”. Ese ciudadano no necesita ser emancipado. Sólo necesita “saber escoger” (Friedman).
El argumento básico del modelo neoliberal está en la justificación de que es el único modelo eficaz frente al fracaso de las economías socialistas y del “estado de bienestar”. Esto impone la necesidad de adaptar la educación a las exigencias de la “sociedad de mercado” (sostienen que el sistema educativo está en crisis porque no está adaptado para la globalización capitalista que considera la escuela como una empresa que necesita someterse a la lógica de la rentabilidad y la eficiencia), principalmente los contenidos, la evaluación, la gestión de la educación, puesto que ellos están “atrasados”, al no responder a las nuevas exigencias del mercado.
Contra esa ofensiva neoliberal en el campo de la educación el Foro Mundial de Educación aprobó, en su quinta edición, realizada en Nairobi (Kenia) a finales de enero de 2007, una Plataforma Mundial en defensa del derecho a la educación pública y contra la mercantilización de la educación. En ese sentido, el Foro Mundial de Educación representa una fuerza real de resistencia contra las amenazas de las políticas neoliberales y, al mismo tiempo, una esperanza de construir la educación necesaria para ese “otro mundo posible”.
Plataforma del Foro Mundial de Educación.
1. Luchar por la universalización del derecho a la educación pública con todas y todos los habitantes del planeta, como derecho social y humano de aprender, indisociable de otros derechos, y como deber de estado, incorporando la lucha por la educación a la agenda de lucha de todos los movimientos y organismos involucrados en la construcción del proceso del FME y del FSM;
2. Difundir una concepción emancipadora de la educación, que respeta y convive con la diferencia y la semejanza, popular y democrática, centrada en la vida, asociada a la cultura de la justicia, la paz y la sostenibilidad en el mundo;
3. Garantizar el acceso a la educación y el uso de la riqueza socialmente producida, dándole prioridad a los oprimidos, silenciados, explotados y marginados del mundo;
4. Promover el control social del financiamiento de la educación y la desmercantilización de la educación;
5. Exigir que los gobiernos y organismos internacionales cumplan con la prioridad que dan a la educación en sus declaraciones, pero no en la práctica.
Fuente original: http://www.reproduccionsocial.edusanluis.com.ar/2015/06/que-hacer-frente-al-impacto-de-la.html
En esta publicación trascribo los aportes de Moacir Gadotti frente al problema planteado por la globalización neoliberal en el frente educativo
¿Qué podemos hacer frente al aluvión?
Ya muchos especialistas se han encargado de analizar el impacto de la globalización en la educación, entre ellos, Martin Carnoy, de la Universidad de Stanford (EE.UU), gran amigo de Paulo Freire. Él utiliza el término “mundialización” (como los franceses) para designar el fenómeno de la “globalización”.
De acuerdo con Martin Carnoy, “dos de los fundamentos esenciales de la mundialización son la información y la innovación (…). La circulación masiva de capitales operativos, en la actualidad, se basa en la información, comunicación y saber con respecto a los mercados mundiales, y dado que el saber es altamente transferible se presta fácilmente a la mundialización (…). La mundialización ejerce un profundo impacto sobre la educación en planos bastante diferentes y, en el futuro, ese fenómeno se hará mucho más perceptible a medida que las naciones, regiones y localidades aprendan cuál es el papel fundamental de las instituciones educativas, no sólo para transmitir los conocimientos necesarios para la economía mundial, sino también para reincorporar a los individuos en nuevas sociedades construidas sobre la base de la información y el saber”.
La globalización como proceso es algo que data de la antigüedad. Lo que nosotros observamos hoy es la globalización de un modelo de sociedad, el capitalista. Ya hemos pasado por otros procesos de globalización: la helenización, la romanización, la evangelización, la misión civilizadora de la colonización y, hoy en día, el mercado global. Walter Mignolo (2003) distingue en los últimos 500 años, cuatro movimientos de este proceso reciente: Cristiandad, Misión civilizadora, desarrollo y mercado global. Según él, “cada momento corresponde a un proyecto global específico y, ciertamente, inaugura diferentes historias locales que responden a los mismos proyectos globales.
Carnoy se refiere sobre todo a la globalización como fenómeno provocado por la expansión de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de información. Sin lugar a dudas, hay muchas consecuencias positivas del avance tecnológico, pero la tecnología, por si sola, no es libertadora. La globalización capitalista neoliberal (globalismo) trabaja con la noción de “gobierno” (aparatos administrativos) separada de la noción de “estado”. El estado, además del gobierno, tiene una dimensión simbólica que incluye la noción de ciudadanía. El estado no sólo financia la educación, también construye valores, sentidos (derechos, ciudadanía…). Para el “globalismo”, el ciudadano se reconoce sólo como cliente, como consumidor, que tiene una “libertad de escoger” entre diferentes productos. El ciudadano necesita estar bien informado para “escoger”. Era por esto que él necesita saber del “ranking” de las principales escuelas, las “mejores”. Ese ciudadano no necesita ser emancipado. Sólo necesita “saber escoger” (Friedman).
El argumento básico del modelo neoliberal está en la justificación de que es el único modelo eficaz frente al fracaso de las economías socialistas y del “estado de bienestar”. Esto impone la necesidad de adaptar la educación a las exigencias de la “sociedad de mercado” (sostienen que el sistema educativo está en crisis porque no está adaptado para la globalización capitalista que considera la escuela como una empresa que necesita someterse a la lógica de la rentabilidad y la eficiencia), principalmente los contenidos, la evaluación, la gestión de la educación, puesto que ellos están “atrasados”, al no responder a las nuevas exigencias del mercado.
Contra esa ofensiva neoliberal en el campo de la educación el Foro Mundial de Educación aprobó, en su quinta edición, realizada en Nairobi (Kenia) a finales de enero de 2007, una Plataforma Mundial en defensa del derecho a la educación pública y contra la mercantilización de la educación. En ese sentido, el Foro Mundial de Educación representa una fuerza real de resistencia contra las amenazas de las políticas neoliberales y, al mismo tiempo, una esperanza de construir la educación necesaria para ese “otro mundo posible”.
Plataforma del Foro Mundial de Educación.
1. Luchar por la universalización del derecho a la educación pública con todas y todos los habitantes del planeta, como derecho social y humano de aprender, indisociable de otros derechos, y como deber de estado, incorporando la lucha por la educación a la agenda de lucha de todos los movimientos y organismos involucrados en la construcción del proceso del FME y del FSM;
2. Difundir una concepción emancipadora de la educación, que respeta y convive con la diferencia y la semejanza, popular y democrática, centrada en la vida, asociada a la cultura de la justicia, la paz y la sostenibilidad en el mundo;
3. Garantizar el acceso a la educación y el uso de la riqueza socialmente producida, dándole prioridad a los oprimidos, silenciados, explotados y marginados del mundo;
4. Promover el control social del financiamiento de la educación y la desmercantilización de la educación;
5. Exigir que los gobiernos y organismos internacionales cumplan con la prioridad que dan a la educación en sus declaraciones, pero no en la práctica.
Fuente original: http://www.reproduccionsocial.edusanluis.com.ar/2015/06/que-hacer-frente-al-impacto-de-la.html
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