Mostrando entradas con la etiqueta prestar atención. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta prestar atención. Mostrar todas las entradas

lunes, 1 de octubre de 2018

¿Sabes cómo llevar una conversación?. Por Tim Herrera

Read in English

Todos queremos ser conversadores ingeniosos y encantadores, capaces de interactuar con entusiasmo y hacer sentir a los demás que fueron realmente escuchados.

Pero ¿cómo lograrlo?

Jen Doll, definitivamente una de mis autoras favoritas, escribió una guía con todo lo que siempre has querido saber para que te vaya mejor en las fiestas.

Ser alguien con quien la gente disfrute hablar en realidad se resume a ser auténtico y estar genuinamente interesado. Decir esto es más fácil que hacerlo, así que a continuación te ofrecemos tres consejos de Doll que te ayudarán a convertirte en un interlocutor más involucrado y agradable.

1) Conoce los tres niveles de una conversación

– El uno es el del terreno seguro: deportes, clima, cultura popular, celebridades y cualquier experiencia inmediata compartida.

– El dos es el potencialmente controvertido: religión, política, citas y vida amorosa. “Sondea los ánimos y si los demás no se muestran interesados, da marcha atrás”, le dijo un experto a Doll.

– El nivel tres incluye los temas más íntimos: familia, finanzas, salud y vida laboral. “A algunas personas les encanta hablar sobre sus trabajos y sus hijos, pero no hagas una pregunta indagatoria hasta que te hayan abierto la puerta”, dijo Daniel Post Senning, experto en etiqueta.

Date cuenta también de que a pesar de que la pregunta “¿A qué te dedicas?” es muy común y aceptable en algunos países, en otros es tan banal como quedarte viendo una pared. En su lugar, pregunta: “¿A qué dedicas tu tiempo?”.

Debra Fine, conferenciante y autora de The Fine Art of Small Talk, tiene otra regla básica: “No hagas una pregunta que pueda poner a alguien en un aprieto: ‘¿Viniste con tu novio?’, ‘¿Sí, entraste en aquella maestría de gestion de negocios?’”. En cambio, di algo como: “Ponme al tanto de tu vida” o “¿Cómo te va en el trabajo?”.

2) Muéstrate más interesado para ser más interesante
No comiences una conversación con la intención de hacer que todos rían a carcajadas, salvo que seas comediante profesional.

“Si solo hablas mucho podrías cansarte, pero si haces preguntas, escuchas y dejas que las personas se explayen, pensarán que eres un gran conversador”, dijo Morra Aarons-Mele, autora de Hiding in the Bathroom: An Introvert’s Roadmap to Getting Out There (When You’d Rather Stay Home).

“Para mí se reduce a tener en mente que debo estar más interesado en lugar de ser muy interesante”, dijo Akash Karia, un conferencista y mentor de desempeño que ha escrito varios libros, entre ellos el titulado Small Talk Hacks: The People Skills & Communication Skills You Need to Talk to Anyone & Be Instantly Likeable.

Mencionó un estudio en el que dos investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard encontraron que hablar sobre uno mismo detona la misma sensación de placer en el cerebro que la comida. “Las personas se privarían del dinero con tal de hablar sobre sí mismas”, dijo. Puedes sacar ventaja de esto simplemente escuchando.

3) No monopolices la conversación
Todos hemos participado alguna vez en una de esas molestas conversaciones en las que no podemos decir ni pío. Desafortunadamente, también es posible que hayamos estado en el otro extremo. Post Senning dijo que es crucial “compartir el pastel de la conversación. Mitad y mitad si son dos personas, un cuarto cada quien si son cuatro. Tu pedazo de pastel para hablar nunca debe ser tan grande como tu parte de escuchar”.

Para ser una verdadera superestrella de la conversación, pon en práctica estos consejos:

– Presta atención y haz contacto visual.
– Haz expresiones activas y participativas.
– Repite lo que escuchaste y dale seguimiento mediante preguntas.
– Si te das cuenta de que quieres decir algo, no lo digas. Cuestiona lo que pensaste y vuelves a escuchar.
– Ganarás puntos extra si esperas una hora para comentar eso que no dijiste antes.


Ten en mente que cada vez que digas algo declarativo, debes pedir también la opinión de la otra persona. “Si digo: ‘Ese equipo no tiene oportunidad de ganar’, tengo derecho a expresar mi opinión, pero también debo decir después: ‘Tú, ¿qué opinas?’”, dijo Fine. “Quieres evitar ser un conversador abusivo”.

https://www.nytimes.com/es/2018/09/18/consejos-conversaciones/?emc=edit_bn_20180924&nl=boletin&nlid=8190394220180924&te=1

lunes, 21 de mayo de 2018

7 consejos para estimular el desarrollo cerebral de un bebé.

"Desarrollar un cerebro se parece mucho a construir una casa: hace falta una buena base", dice Merle Davies, directora del Centro para el Desarrollo Temprano del Niño, en la ciudad inglesa de Blackpool.

Su trabajo allí, al frente del programa "Blackpool better start" se ha convertido en una referencia en Reino Unido y por eso la BBC habló con ella sobre cuáles son las mejores maneras de ayudar al desarrollo del cerebro de un bebé o un niño pequeño.

Estas son sus respuestas, resumidas en 7 consejos.
Bebé muy amado por sus padres

1. Interactúa "como en el tenis"
El desarrollo cerebral es un proceso interactivo y cualquier actividad de tipo "sacar y devolver" puede ayudar en ese proceso.

Se trata de una estrategia de desarrollo temprano inspirada en esas dos acciones de un partido de tenis, conocida en inglés como "serve and return": por ejemplo, respondiéndole a un bebé cuando empieza a balbucear emitiendo sonidos como "gu gu" o "ga ga", o aceptando y diciéndole "gracias" si te pasa un pañuelo.

Según el Centro del Desarrollo del Niño de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, "cuando un bebé o un niño pequeño balbucea, hace un gesto o llora, y un adulto le responde atentamente con contacto visual, palabras o un abrazo, se establecen y fortalecen en el cerebro del niño conexiones neuronales que van a apoyar el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas".

2. Lee, lee, lee
"Tenemos evidencias de que los niños a los que les leen sus padres o cuidadores tienen más éxito en la escuela. También tienen una mayor autoestima, establecen mejores relaciones con otros niños y con frecuencia demuestran un mejor comportamiento", dice Merle Davies.

En su Centro para el Desarrollo Temprano del Niño recomiendan leerle al menos 15 minutos al día: eso sí que marca una diferencia en su desarrollo.

3. Háblale desde el principio
Cuando los adultos interactúan con el niño o hablan sobre lo que el niño les dice, por ejemplo haciendo preguntas, dando ejemplos, o compartiendo rimas y canciones, entonces los niños empiezan a desarrollar esas herramientas y habilidades cognitivas que necesitan para prosperar.

Incluso cuando el pequeño está balbuceando o diciendo algo que no es particularmente inteligible, Davies recomienda iniciar una conversación con el niño para hacerle saber que vas a interactuar con él así, charlando.

4. Controla el nivel de estrés
Quienes cuidan al niño deberían estar alerta sobre el tipo de ambiente en el que el pequeño está, ofrecerle consuelo cuando están disgustados y ayudarles a calmar sus emociones.

Esto es particularmente importante para los niños que crecen en ambientes crónicamente estresantes, vulnerables a la violencia, el abuso o la negligencia, ya que el conocido como "estrés tóxico" puede causar retrasos en el desarrollo y problemas de salud hasta en la edad adulta.

Según el Centro del desarrollo del niño de la Universidad de Harvard establecer una relación de apoyo estable con adultos involucrados en el bienestar del niño a una edad lo más temprana posible puede prevenir o revertir los efectos dañinos del estrés tóxico.

5. Responde con atención y en sintonía
La relación que se establece entre un bebé o un niño de menos de dos años y su principal cuidador es clave para su desarrollo físico, emocional e intelectual.

Estos niños más pequeños necesitan sentirse seguros, protegidos y cuidados por sus adultos de referencia.

Una madre, padre o cuidador que es poco receptivo o indiferente puede alimentar la aparición de dificultades sociales, emocionales o de comportamiento, que pueden afectar al desarrollo físico y emocional del pequeño.

6. Mucho juego y al aire libre
"Jugar es esencial para el aprendizaje y el bienestar de un niño", dice Merle Davies, como también lo es una rutina estable del sueño.

Además, la actividad física diaria, de 60 a 90 minutos activos al día, ayuda al desarrollo cerebral, fortaleciendo distintas habilidades motoras, de equilibrio y de visión.

Hacerlo al aire libre es vital para el desarrollo cerebral, y además puede aliviar el estrés de las familias, sobre todo si viven en un espacio reducido.

Los expertos coinciden en que animar a los niños a jugar en el exterior puede ayudar a reducir el riesgo de tener miopía y también hay estudios que evidencian que al jugar en el exterior la miopía infantil puede progresar a un ritmo más lento.

7. Una dieta balanceada
Una dieta pobre puede impactar negativamente sobre el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso de un niño, dice Merle Davies.

Al principio la leche materna es muy buena desde el punto de vista nutritivo, porque la leche del cuerpo de la mamá cambia todos los días para darle al niño exactamente lo que necesita.

Después, con la introducción progresiva de alimentos sólidos, lo que importa es que sean variados y que respondan a las necesidades nutricionales del niño.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-43975469

Impronta y apego

viernes, 11 de mayo de 2018

El ‘síndrome del emperador’, cuando tu hijo es un tirano. Francesc Miralles.

Dedicar poco tiempo a su atención y conceder caprichos son el abono para que un niño manifieste el llamado “síndrome del emperador”

EL NÚMERO DE CASOS no deja de aumentar. Cada vez a edades más tempranas: se llama “síndrome del emperador”, y define a los niños y adolescentes que abusan de sus padres sin la menor conciencia. La madre suele ser la primera y principal víctima del pequeño tirano, que luego extenderá el maltrato a otros miembros de la familia, a no ser que se ponga remedio, según explica el psicólogo José Antonio Ramadán. Muy sonada fue la sentencia que dictó el año pasado el Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña que absolvía a una madre acusada por su propio hijo de 11 años de maltrato por un bofetón. Pero ¿cuáles son las causas de este mal que convierte la vida familiar en un infierno?

Según los expertos, hay diferentes factores que pueden coronar a un emperador en casa:

Poca dedicación de los padres. El problema tiene su origen muchas veces en unos progenitores ausentes que, para paliar su sentimiento de culpabilidad por el tiempo que no pasan con el niño, le conceden todos los caprichos. Con ello transmiten al pequeño el mensaje de que, pese a su soledad afectiva, es el centro del universo y los adultos están allí para satisfacer todas sus exigencias.

Falta de límites. Derivado muy a menudo de la primera causa, si los padres no dedican suficiente tiempo a la crianza delegando en terceras personas, tampoco tendrán tiempo para educar a su hijo en normas de conducta, con lo cual el rey de la casa sentirá que tiene total impunidad. El psicólogo Javier Urra asegura que ningún niño nace siendo un tirano, sino que hay progenitores que no actúan como adultos educadores, ya que “hacen todo tipo de concesiones para no tener problemas y al final lo que generan es un problema”. El juez de menores Emilio Calatayud, muy conocido por sus aleccionadoras sentencias a jóvenes conflictivos, resumía así esta complicada situación en una entrevista publicada en EL PAÍS en 2006: “Les hemos dado muchos derechos, pero no les hemos trasladado deberes. Hemos perdido el principio de autoridad. ¡Hemos querido ser amigos de nuestros hijos!”.

Ser hijo único. No tener hermanos no lleva necesariamente a convertirse en un minidictador si los padres son conscientes de su función educativa, pero puede contribuir a que el niño se sienta un monarca solitario. Es muy interesante analizar los efectos que la política china de un solo hijo ha tenido en la psicología de toda una generación. En un artículo para el rotativo británico The Independent, el periodista Steve Connor hablaba de un “ejército chino de pequeños emperadores”, fruto de la sobreprotección del único retoño por parte de padres y abuelos, que quieren darle los lujos y privilegios que a ellos les negaron. Esto, sumado al incremento de la renta per capita de las familias, ha multiplicado los “pequeños tiranos” hasta límites insospechados. Connor afirma que los niños chinos actuales son “menos altruistas y confiados, más tímidos, menos competitivos, más pesimistas y menos considerados con los demás”.

Excepto en los trastornos psiquiátricos, el síndrome del emperador es producto de una disfunción educativa que puede corregirse.
El psicólogo Vicente Garrido, autor de Los hijos tiranos, (editorial Ariel), propone tres puntos de actuación:

Fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional y la conciencia. Para ello, los padres deben ayudar a sus hijos a reconocer sus emociones y las de los demás, incidiendo en la empatía e invitándoles a practicar actos altruistas para que vean su efecto en los demás.

Enseñarles a cultivar habilidades no violentas. En una casa en la que los adultos gritan y amenazan, difícilmente lograremos que los pequeños se comuniquen de forma sosegada. Los progenitores deben dar ejemplo y practicar con ellos el diálogo respetuoso y la escucha.

Poner barreras claras. Los padres no deben tolerar la violencia ni el engaño. Estas son líneas rojas que el pequeño debe saber que no puede cruzar, por muchas estrategias que use para ponernos a prueba.

La pedagoga Montse Domènech declara al respecto: “Los límites confieren seguridad a los niños, que se sienten perdidos si no hay unas pautas de conducta en el hogar. Los padres necesitan tomar la autoridad y no ceder a los intentos del niño por salirse con la suya”.
Domènech, autora de numerosos libros sobre niños y adolescentes, señala que muchas veces los padres claudican por miedo a que la bronca se les vaya de las manos. La solución, según apunta, pasa por explicar los límites y reforzar los aspectos positivos del pequeño. La claridad en esas barreras, el refuerzo positivo y, sobre todo, dedicarles nuestro tiempo les dará la seguridad para desarrollarse como personas autónomas y felices. 

La llegada del ‘bebé jefazo’
— El estudio de animación DreamWorks estrenó el año pasado la película El bebé jefazo. La historia narra cómo un niño de siete años es destronado por su hermano pequeño, el nuevo rey de la casa. Tim Templeton disfruta siendo el centro de atención de sus padres hasta la llegada del bebé, que se dedicará a imponer su ley.

— Esta película muestra muy bien cómo se siente un niño ante la llegada de un hermano. El mayor puede creer que le han robado el amor y el tiempo de los progenitores. Pierde parte de la autonomía conseguida y se “hace pequeño” para intentar llamar la atención, aunque sea a través de la regañina.

https://elpais.com/elpais/2018/01/29/eps/1517241117_174147.html