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martes, 13 de junio de 2023

_- PSICOLOGÍA. Más contentos y también más sanos: las ventajas de ser amable.

_- Ayudar y hacer felices a los demás nos procura múltiples beneficios para la salud física y anímica. Pero hay que empezar por uno mismo.

Hace una década, una británica llamada Bernadette Russell fue testigo de cómo un joven era abatido a tiros por la policía en Tottenham. Este hecho dramático y los altercados que se sucedieron deprimieron a esta mujer, que se sentía impotente ante las desgracias del mundo. Su vida cambió cuando, estando en una oficina de correos, observó que a un hombre le faltaban algunos peniques para el sello de la carta que quería mandar. Tras ofrecerle las monedas, al ver la sonrisa en su rostro y su gratitud, Russell se dijo que aquel acto de magia le había salido muy barato.

Así nació el plan de hacer durante todo un año un acto de amabilidad diario a un extraño. Y así describía el efecto en su humor: “La mayor parte del tiempo sentía una especie de resplandor cálido que envolvía mi corazón y también la barriga… Sencillamente, me sentía muy bien”. Fruto de esta experiencia, escribió The Little Book Of Kindness: Every Day Actions To Change Your Life And The World Around You. En su libro empieza remarcando la importancia de ser amable con uno mismo, además de serlo con los demás. Para Russell, esa amabilidad primaria es la que te permitirá llenarte de ese regalo para los demás. Eso incluye frecuentar personas divertidas, leer y visionar cosas inspiradoras, mover el cuerpo, alimentarse bien y decir “no” a lo que no nos apetece y “sí” a lo que deseamos hacer. En sus propias palabras: “Tu infelicidad no mejorará el mundo (…) mientras que, si tratas de ser feliz, te será más fácil repartir amabilidad a los demás”.

A partir de ahí, su experiencia altruista con personas anónimas le aportó un sentido de conexión con el mundo y la satisfacción diaria de aportar su granito de arena, a la vez que se olvidaba de sus propios problemas. Esta amabilidad, sostiene Russell, empieza preguntando a las personas del entorno cómo están y escuchando con atención su respuesta, haciendo las preguntas pertinentes para profundizar en lo que están contando. A partir de ahí, propone iniciativas tan sencillas como acercar un café y una pasta a alguien que vive en la calle y que vemos cada día; dar conversación a la persona que parezca más solitaria y melancólica en una fiesta o reunión social, o elogiar el trabajo del mensajero que viene a traernos un paquete.

Sin duda, esta clase de gestos ayudan a hacer la vida más agradable a los demás, pero ¿qué sucede dentro de uno mismo cuando se practica esta clase de amabilidad?

Según el neuropsicólogo Richard J. Davidson, que ha colaborado con Daniel Goleman, la práctica de la bondad puede reducir los niveles de inflamación del organismo, mientras que un estudio realizado en 2017 con más de 40.000 individuos concluyó que las personas que practican el voluntariado a lo largo de su existencia tienen mejor salud que el resto y su esperanza de vida se ve aumentada hasta cinco años. Otras investigaciones estimaron que el incremento de la sensación de felicidad en el individuo aumenta casi un punto, en una escala del 0 al 10, en el momento de ser amable con otra persona. Incluso el hecho de observar un acto de bondad, según el antropólogo de la Universidad de Oxford Lee Rowland, mejora nuestro estado de ánimo, frente a un mundo inundado por el estrés y las malas noticias.

Esta visión ha sido confirmada por el doctor David Hamilton, especialista en el efecto placebo con larga experiencia en la industria farmacéutica. Entre las conclusiones de su libro Los cinco beneficios de ser amable, esta actitud ha demostrado ser un antídoto natural contra el estrés y las emociones negativas. Desde un punto de vista bioquímico, se observa una elevación notable de la dopamina en el cerebro, lo que se conoce coloquialmente como “subidón del ayudante”. Por otra parte, la amabilidad protege nuestro sistema cardiovascular, ya que reduce la presión arterial al producir oxitocina y liberar óxido nítrico, que dilata los vasos sanguíneos. Por este motivo, se considera un seguro contra la ansiedad, tanto si somos activistas de esta virtud como si la observamos.

Si tan beneficiosa es la amabilidad, ¿por qué no la practica todo el mundo? Una posible razón es que, como en todo, cuando sale de mesura acaba siendo perjudicial para quien la practica. Según un estudio conjunto de la Columbia Business School y el University College de Londres, las personas particularmente amables presentan un 50% más de riesgo de entrar en números rojos. Asimismo, muchos profesionales amables de gran talento sacrifican su éxito para que lo puedan alcanzar otros. En estos casos, sin embargo, hablaríamos de un grado de amabilidad patológico, lo cual no cumple con la premisa de la señora Russell de ser primero amable con uno mismo.

Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicología.

La amabilidad es contagiosa
— En Cadena de favores, película de 2000, un niño propone la idea de hacer favores desinteresados para mejorar el mundo. Cada individuo hará un acto amable con tres personas, que a su vez deben comprometerse a ayudar a otras tres, de modo que la cadena de favores vaya creciendo.

— Un artículo publicado por The New England Journal of Medicine recogió la historia de la donación de un riñón de un hombre de 28 años a un paciente desconocido. El impacto del gesto hizo que la esposa y familiares del trasplantado siguieran su ejemplo, llegando al final de la cadena 10 riñones a cinco hospitales distintos.

lunes, 17 de agosto de 2015

Qué comer (y qué evitar) para que la noche acabe en fiesta Aunque no hay apenas ciencia sobre los afrodisiacos, la sugestión puede hacer milagros.

La palabra 'afrodisiaco' proviene de Afrodita, que es diosa de la sexualidad en la mitología griega. Este término, aplicado a la nutrición, hace referencia a todos aquellos alimentos que de algún u otro modo estimulan el deseo sexual. Los alimentos afrodisiacos han llenado páginas y páginas de libros a lo largo de toda la historia: desde el inmemorial Kamasutra hasta manuales actuales como La alquimia del amor. Los afrodisiacos naturales de Leticia S. Jiménez-Pajarero (Ed. RBA). Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello? ¿Son un mito o es verdad que aumentan el apetito sexual? Según la famosa nutricionista y escritora norteamericana : “Los alimentos afrodisiacos funcionan y desempeñan un importante papel a la hora de aumentar la libido y procurarnos una vida sexual más saludable”.  Pilar Munné, dietista-nutricionista y miembro de la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas (AEDN), es de la misma opinión, aunque hace algunas matizaciones: “Efectivamente, hay alimentos cuyos ingredientes tienen una función vasodilatadora o intervienen en procesos hormonales que pueden ayudar a potenciar el deseo sexual, pero ojo, ninguno hace milagros. Para que de verdad nos inciten al sexo tienen que darse otros factores como que nos atraiga la pareja, que estemos relajados, que nos encontremos en un entorno agradable… Los estímulos que recibimos a través de los sabores llegan a nuestro cerebro y ahí es donde nosotros, según cómo y con quién nos encontremos, les otorgamos el significado de excitantes o no. Muchas veces, el simple hecho de saber que un alimento tiene fama de afrodisiaco ya nos condiciona para que consigamos que funcione así”, explica la experta. La ciencia no ha investigado mucho al respecto y se necesitan más estudios clínicos en humanos para sacar conclusiones, según Massimo Marcone, profesor del departamento de Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Guelph, en Ontairo (Canadá). Sin embargo, como dice la nutricionista, en la cama priman otros factores más allá de la evidencia. Formas, colores, sugestión, moda… Prepare la cena para que acabe en festival.
Nueve alimentos para una noche apasionada
“Son los alimentos más ricos en zinc que hay en la naturaleza y este mineral resulta imprescindible tanto en la fabricación de esperma como para activar la testosterona y subir la libido”, afirma la nutricionista. Tal vez por ello el aventurero y escritor veneciano Giovanni Giacomo Casanova fuera tan aficionado a este manjar.
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Sandía
Según estudios realizados en 2008 por científicos de la Universidad de Texas (EE UU), la citrulina que contiene esta fruta aumenta la producción de óxido nítrico, una sustancia que relaja los vasos sanguíneos y actúa de la misma manera que los medicamentos para combatir la disfunción eréctil. El problema es que dicho compuesto se encuentra en mayor cantidad en la parte blanca que en la pulpa roja, por lo que para beneficiarnos del efecto afrodisiaco de la sandía habría que apurar muy bien las rodajas. Por otro lado, esta fruta también contiene una gran cantidad de licopeno, un pigmento que ayuda al buen funcionamiento de la próstata.
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Granada

Un ensayo realizado en la Universidad Queen Margaret de Edimburgo (Escocia), publicado en Daily Mail en 2012, concluye que beber a diario un vaso de zumo de granada aumenta el nivel de testosterona (hormona esteroide) en hombres y mujeres. Y, como consecuencia, aumenta el deseo sexual en ambos casos.
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Fresas

“En realidad, esta fruta no tiene más poder afrodisiaco que cualquier otra; sin embargo, las fresas siempre han funcionado como excitantes por su aspecto tan sugerente, acorazonadas y del color de la pasión. Además, combinan muy bien con el chocolate, que sí es afrodisiaco,”, declara Ángel Rodríguez-Coira, endocrino del Centro de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, en Madrid.
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Chocolate

Doctores del Hospital San Rafael, de Milán (Italia), han presentado una investigación en la Sociedad Europea de Medicina de Londres en la que aseguran que las mujeres que comen chocolate a diario manifiestan niveles de deseo sexual más elevados que las que no lo consumen. Según el doctor Rodríguez-Coira: “Esta conclusión puede deberse a que el chocolate contiene feniletilamina, una sustancia perteneciente a la clase de las anfetaminas, que libera nuestro cerebro cuando nos enamoramos, y triptófano, un aminoácido precursor bioquímico de la producción de serotonina por nuestro cerebro, un neurotransmisor que favorece la sensación de optimismo y bienestar. Es normal que la producción de estos dos compuestos acabe favoreciendo el deseo sexual”.
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Pipas de calabaza

“Tienen fama de afrodisiacas porque su elevado contenido en ácido fólico y en zinc favorece la cantidad, la calidad y la movilidad de los espermatozoides”, comenta Rodríguez-Coira.
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Espárragos

Ya en el siglo XVII el herbolario inglés Nicholas Culpepper aludía al poder de este alimento para mejorar la vida sexual. “Los espárragos son muy ricos en ácido fólico, una vitamina que influye en la función de los ovarios y la producción de esperma”, explica la nutricionista Pilar Munné.
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Canela

“Popularmente se piensa que esta especia facilita la excitación porque estimula el riego sanguíneo en la zona abdominal y en los genitales, pero la verdad es que mucha canela habría que tomar para que funcionara como afrodisiaco. Son las creencias generalizadas y la sugestión las que la convierten en excitante”, asegura el doctor Rodríguez-Coira. Y su evocador sabor…
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Aguacate

Asociado a la sexualidad masculina, los aztecas llamaban al árbol del aguacate “árbol de los testículos”, pues curiosamente esta fruta de peculiar forma cuelga de dos en dos en las ramas. Dice Pilar Munné: “El aguacate tiene efectos afrodisiacos porque es una importante fuente de vitamina E, que favorece la producción de testosterona, estrógenos y progesterona, y estas hormonas propician las respuestas sexuales”.

De la misma manera que unos alimentos pueden ayudarnos a mejorar nuestra vida sexual, otros pueden complicarnos nuestra relación de pareja. Alimentos a evitar

Carne roja

Una investigación llevada a cabo en la Clínica Cleveland (EE UU), en 2013, concluye que las grasas saturadas que aporta este tipo de carne afectan a los niveles de colesterol LDL. "Y esto, a su vez, disminuye la libido y el rendimiento en la cama de hombres y mujeres".
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Productos enlatados

“Estos alimentos y bebidas contienen gran cantidad de sodio. Si abusamos de ellos, se eleva nuestra presión arterial y el riesgo de arteriosclerosis, lo que disminuye el flujo sanguíneo hacia los órganos sexuales y, por lo tanto, la respuesta orgánica a la excitación sexual”, afirma Rodríguez-Coira.
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Bollería y pasteles

Según la nutricionista Pilar Munné: “Algunos de los peores alimentos para el sexo son los que contienen azúcar refinado (como los bollos y los pasteles), porque este tipo de azúcar disminuye la función de la glándula adrenal, que es la que nos ayuda a sobrellevar el estrés, y ya sabemos que éste constituye uno de los principales motivos de la falta de deseo en nuestra sociedad actual”.
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Soja

En 2003, investigadores del Hospital de la Universidad de Gales (Reino Unido) observaron la influencia de la soja en los niveles de testosterona de hombres sanos. Durante mes y medio asignaron una dieta con y sin harina de soja a los sujetos. Al final del ensayo, descubrieron que el grupo que había tomado harina de soja había experimentado una notable disminución en los niveles de testosterona, en comparación con el grupo que había tomado harina sin soja.
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Regaliz

No pasa nada por tomar regaliz de vez en cuando, pero una investigación publicada en 2012 en la revista médica Therapeutic Advances in Endocrinology and Metabolism insiste en que esta golosina contiene glicirricina, una sustancia que consumida en abundancia de manera habitual reduce los niveles de testosterona en los hombres.
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Soda

Para disgusto de muchos, la soda no solo engorda. En 2011, el Central European Journal of Urology publicó un ensayo médico que aseguraba que el jarabe de maíz, que es el edulcorante principal de la mayoría de las sodas, combinado con sus azúcares refinados, aumenta los niveles de colesterol y perjudica al sistema cardiovascular, aumentando así el riesgo de disfunción eréctil.




























































Alcohol
Es cierto que el alcohol, tomado en pequeñas cantidades, ayuda a superar la timidez, facilita el cortejo y puede conducir a la relación sexual, sin embargo, tal y como expone un estudio de 2014 recogido en el Indian Journal of Psychological Medicinesu consumo excesivo disminuye los niveles de testosterona. “Y además afecta al hígado, que es uno de los órganos más implicados en la producción de hormonas sexuales”, advierte Pilar Munné.
Dejar el alcohol durante un mes beneficiará, sin duda, su vida sexual.