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domingo, 16 de julio de 2023

Solo se derogan las leyes. Miguel Ángel Santos Guerra

Entérese, señor Feijóo. Me extraña que usted no lo sepa y que ninguno de sus asesores se lo haya advertido. No se puede derogar a Sánchez ni al sanchismo. Porque solo se derogan las leyes. Usted lo que pretende es acabar con Sánchez y con el sanchismo. Eso sí. Sea este lo que usted quiera decir que es. O mejor, lo que a la señora Ayuso le de más rabia soportar. Porque a ella le da mucha rabia todo lo que refiere al Presidente del Gobierno. Les he oído decir tantas cosas de todo tipo sobre el sanchismo (todas malas, por no decir horribles) que me cuesta abarcarlo todo en un golpe de pensamiento. Sencillamente, es el mal en estado puro. Hasta ha dicho que “derogar el sanchismo” es acabar con un modo de gobernar basado en el orgullo para hacerlo desde la humildad. Y es que a humilde no le gana nadie, señor Feijóo. Derogar, si consulta el diccionario, verá que significa dejar sin efecto una norma jurídica o cambiar parte de ella. Eso es derogar.

Usted, si gana las elecciones, podrá proponer al parlamento que derogue todas las leyes que desee, probablemente todas las aprobadas en la legislatura sanchista. Desde la ley sobre eutanasia hasta la ley trans. Ustedes son muy dados a votar en contra de todas las leyes que conquistan derechos y a utilizarlas todas cuando les conviene. Y si no, dígame si los dirigentes y los votantes del PP no se divorcian, si no abortan, si no se casan o acuden a bodas homosexuales… Pero a todo han dicho que no. Y de casi todo han llevado recursos al tribunal constitucional. Han dicho no a la reforma laboral y ahora usted dice que está muy bien, porque tiene el refrendo de los agentes sociales. Pero ya lo tenía entonces cuando votaron en contra, ¿no? Podrá derogar las leyes si tiene los votos suficientes para hacerlo. Pero eso que llama sanchismo no se puede derogar. Porque no es una ley.

Lo que pretende usted es acabar con el sanchismo. Y con Sánchez. Eso sí. Pero, verá, señor Feijóo, eso solo lo pueden hacer los votantes y las votantes. Eso de “vamos a derogar el sanchismo” es una fanfarronada y una inexactitud monumental. Y podría suceder que quienes pueden acabar con el sanchismo no quieran hacerlo. A ver si se lleva una sorpresa. A ver si le pasa lo que le ha hecho usted pasar a la señora Guardiola. Usted piensa que el sanchismo es algo tan odioso, tan perverso, tan maligno, tan soberbio, tan mentiroso que cree que todos los españoles y españolas de bien van a pensar como usted. Pero puede ser que no. Y se puede quedar con las ganas.

A usted le ha hecho el programa el señor Sánchez. Porque lo que va a hacer es acabar con todo lo que él hizo. Como va a terminar con el sanchismo, ya tiene programa para rato. O por lo menos para los primeros días. Pero de proyecto propio, poco.

">Usted se olvida de algunas cuestiones esenciales del sanchismo, como que haya hecho frente a la pandemia y a la vacunación con un éxito indiscutible, de que los datos macroeconómicos sean buenos, de que haya subido el SMI, de que haya garantizado el poder adquisitivo de las pensiones, de que haya salvado muchos empleos con los ERTES, de que haya creado el Mínimo Vital, de que haya promulgado la ley de Muerte Digna, de que haya promulgado la ley trans, la ley de educación, la ley de vivienda y la ley del sí es sí… Anda, que no le ha sacado usted rédito a la ley del sí es sí. Como si a usted le hubieran dolido más los violadores excarcelados o los que han visto reducidas sus penas que a quienes promovieron y promulgaron la ley. Usted, que quiere eliminar el Ministerio de Igualdad, ha utilizado de manera tramposa un error para arremeter contra el Presiente del Gobierno y la Ministra de Igualdad. Estoy seguro de que le han dolido más las excarcelaciones y las reducciones de penas a quienes creen en la violencia de género que a quienes la niegan.

>No haga más trampas. A Sánchez le duelen las víctimas de ETA y del machismo igual, al menos, que a usted; ama a España igual, al menos, que usted; busca la prosperidad de los españoles igual de sinceramente, al menos, que usted; desea que España permanezca unida como nación al menos igual que usted y quiere permanecer en la Moncloa con un deseo similar al de usted por llegar a ella…

>Deje de una ves de recordar cuántos violadores vieron reducidas sus penas y dígale a su socio que reconozca que existe la violencia machista. No sea hipócrita, señor Feijóo. Rásguese las vestiduras por lo que es importante respecto a la superación de la violencia de género. Usted ha aceptado la expresión de violencia intrafamiliar porque tiene una visión muy cercana a la de su socio. Deje de manipular la realidad. Ni les ha importado la ley, ni les importa el Ministerio de Igualdad. Menudo chollo han encontrado en la ley del sí es sí. La han convertido en un cesto de piedras contra el gobierno, no contra los violadores. Se han rasgado las vestiduras de forma hipócrita para machacar al Ministerio de Igualdad y a la ministra que lo preside. Como si fueran más y mejores feministas que ella. Qué barbaridad. Existió un error fatal, Incluso un empecinamiento en el error. No les ha importado la ley del sí es sí. Les ha importado golpear con ella al gobierno. Es que da la impresión de que han hecho una ley para excarcelar y para reducir penas. No, señor Feijóo. No haga trampas. Si de verdad le importa la causa de la igualdad, no pacte con el señor Abascal y deje en paz a Irene Montero.

‘Cara a Cara. El Debate’
En el debate asedió a su contrincante con datos falsos. En eso consiste la técnica del galope de Gish o ametralladora de falacias. Sabrá usted, o su asesor para el debate que también lo es de la señora Ayuso, que se trata de abrumar al oponente con el mayor número de argumentos posible sin tener en cuenta la exactitud de los mismos. Se suceden las medias verdades, los datos falsos, las tergiversaciones y los argumentos engañosos. De esta manera resulta imposible al oponente dar respuesta a todas las cuestiones un solo turno de un debate formal. Resulta obvio que hacer un enunciado de este tipo requiere mucho menos tiempo que el necesario para desmontarlo con argumentos. El término fue acuñado por Eugenie Scott y recibe el nombre del creacionista Duane Gish, que utilizó frecuentemente la técnica contra los defensores de la evolución.

Le voy a dar un pequeño consejo lingüístico. No vuelva a decir que el Gobierno debe de hacer o el Gobierno debe de dejar de hacer… Porque cuando el contenido semántico de la frase es de obligación y no de duda, no hace falta ese de que usted repite una y otra vez. No se cómo no le corrigen sus asesores de la política o de la prensa. Porque el señor Jiménez Losantos se lo sabe, pero solo se lo corrige con desprecio a quienes considera enemigos despreciables…" />Pero hay una trampa del debate que quiero destacar. La insistencia en que el presidente firmase un acuerdo de que gobierne la lista más votada es una trampa de manual. Todas las encuestas le dan a usted ganador, y entonces propone que gobierne la lista más votada. Qué listo, señor Feijóo. Y así se quita el engorro de los pactos. Hizo bien el presidente en sugerirle que le explicase la propuesta al señor Vara. Porque, para que eso que tan vehementemente proponía como una solución democrática no sucediese en Extremadura le hizo tragar a la presidenta de la Comunidad sus palabras para desdecirse de aquellos principios que había proclamado enfáticamente el día anterior. El mismo día en que usted decía que la política consistía en respetar la palabra dada.

Lo que importa, señor Feijóo, es cuál es el proyecto, cuál es la filosofía, cuáles son las prioridades, cuánto le importan a usted los pobres y cuánto los ricos., cuánto los sindicatos y cuánto la patronal, cuánto la verdad y cuánto la mentira, cuánto los de arriba y cuánto los de abajo, cuánto lo público y cuánto lo privado, cuánto la libertad y cuánto la censura…

La ola reaccionaria que está recorriendo el mundo puede anegar a nuestro país. Será una desgracia: un retroceso de las libertades, una pérdida de derechos, una vuelta a la censura, un regreso a la exclusión del diferente, una criminalización de los inmigrantes, un aumento de las privatizaciones en detrimento de lo público, un camuflaje de la violencia de género… Eso es lo que nos espera si acaba usted, como desea, con el sanchismo, Menos mal que usted no puede hacerlo. Está en manos de los electores y de las electoras. Espero que sepan lo que hacen cuando vayan a las urnas.

No sé si le gusta leer. Espero y supongo que sí. Por si tiene un ratito después de las elecciones me gustaría aconsejarle (como a mis lectores y lectoras) la obra reciente de Enrique Javier Díaz, un buen colega y amigo leonés. Me refiero a la obra ‘Pedagogía antifascista. Construir una pedagogía inclusiva, democrática y del bien común frente al auge del fascismo y la xenofobia’. Porque muchos de los problemas que tenemos pueden encontrar solución en la escuela.