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domingo, 25 de febrero de 2018

_- La supervivencia al cáncer aumenta en todo el planeta, pero sobre todo para los pacientes ricos. Los autores del mayor estudio de la historia, con 37 millones de personas, denuncian una "oncoplutocracia".

_- El cáncer no es una sentencia de muerte. El mayor estudio hasta la fecha, con datos de 37,5 millones de pacientes en 71 países, revela un aumento generalizado de la supervivencia desde el año 2000. En España, por ejemplo, la supervivencia cinco años después del diagnóstico ha pasado del 56% al 63% en los pacientes de cáncer de colon y del 21% al 27% en los de tumores cerebrales. Y esta supervivencia a los cinco años prácticamente se puede considerar curación en muchos tipos de cáncer, según recuerdan los autores del trabajo, encabezados por la epidemióloga italiana Claudia Allemani.

Los investigadores han detectado mejorías incluso en los tumores de peor pronóstico. En España, la supervivencia a los cinco años en el cáncer de esófago se ha incrementado del 9% al 13%. En el caso del hígado, ha subido del 14% al 17%. En pulmón, del 10,8% al 13,5%. En páncreas, del 5,6% al 7,7%. En otros cánceres, la supervivencia se mantiene alta desde hace años, como los de mama (85%), cuello de útero (65%), próstata (90%) y melanoma (87%). “En todos los tumores que se han analizado ha habido una mejoría destacada de la supervivencia”, resume Rafael Marcos-Gragera, epidemiólogo del Instituto Catalán de Oncología y participante en el macroestudio internacional.

El trabajo, pese a los datos positivos, constata una “inaceptable” desigualdad en el acceso a los servicios médicos. La supervivencia a los cinco años de un cáncer de mama es del 90% en EE UU, frente al 66% de India. En Finlandia, más del 95% de los niños diagnosticados con leucemia linfoblástica aguda siguen vivos a los cinco años. En Ecuador, solo el 49,8%. “Hay que acabar con la oncoplutocracia, en la que los progresos en la lucha contra el cáncer solo benefician a los países y pacientes ricos”, exige el oncólogo Richard Sullivan, del King's College de Londres, en la revista médica que publica hoy los nuevos datos, The Lancet.

El estudio internacional, bautizado Concord-3, analiza 18 de los tipos de cáncer más habituales. En la mayoría de ellos, las supervivencias más altas se registran en EE UU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y en los países nórdicos. El código postal sigue siendo más importante que el código genético en la salud pública. Por ejemplo, la supervivencia a los cinco años de un niño diagnosticado con un tumor cerebral es del 29% en Brasil, del 36% en México, del 41% en China, del 66% en España, del 78% en EE UU y del 80% en Suecia.

“Podemos utilizar el neologismo oncoplutocracia, creado por el profesor Sullivan, para resumir la idea de que los pacientes ricos tienen un mejor pronóstico y que las diferencias en el resultado de un cáncer son cada vez mayores, como también lo son las diferencias en los ingresos económicos, tanto entre unos países y otros como entre unos ciudadanos y otros dentro del mismo país”, denuncia la epidemióloga Claudia Allemani, profesora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

“Las disparidades en la supervivencia del cáncer entre diferentes grupos de población también existen en los países ricos, por ejemplo entre personas blancas y negras en EE UU”, subraya Allemani. Su equipo mostró hace unas semanas que la supervivencia a los cinco años de los pacientes de cáncer de colon en EE UU estaba relacionada con el color de la piel: era del 65% en el caso de los blancos y del 56% en el de los negros.

Allemani también pone el foco en otro problema: “Algunas de las nuevas terapias contra el cáncer son extremadamente caras y solo están disponibles para los más ricos de los países más ricos. Con estos precios, no son un producto sostenible para todos los pacientes, ni siquiera en los países más ricos”. La primera terapia génica contra el cáncer aprobada en EE UU, desarrollada por la farmacéutica Novartis contra un tipo de leucemia, cuesta unos 400.000 euros por paciente.

El nuevo presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica, Josep Tabernero, alertó en septiembre de que “los márgenes de beneficio que obtienen las farmacéuticas no son sostenibles en ningún lugar del mundo y es necesario abrir un debate sobre cuál es un precio justo de los medicamentos”.

El epidemiólogo Miquel Porta cree que, más allá de aplicar tratamientos carísimos, es urgente “acelerar el camino que el paciente recorre desde que tiene síntomas hasta que se diagnostica”. El sistema sanitario está en peligro por “las políticas ultraliberales”, a juicio de Porta, catedrático de Salud Pública en el Instituto de Investigaciones Médicas del Hospital del Mar, en Barcelona. “Gracias a la sanidad pública, el acceso a programas de cribado del cáncer de mama es independiente del nivel socioeconómico. Son políticas de igualdad que pasan malos años, aunque muchas consejerías de salud están aguantando el tipo”, opina el investigador, que no ha participado en el Concord-3.

Los autores del nuevo estudio hacen un llamamiento a las autoridades sanitarias de todo el mundo para que mejoren el registro de los pacientes con cáncer, “una herramienta clave” para medir la eficacia de un sistema sanitario. “En España no tenemos un registro nacional, como sí existe en los países nórdicos. Tenemos registros regionales que cubren solo el 30% de la población. Solo tenemos una fotografía parcial de lo que está ocurriendo”, lamenta el epidemiólogo Rafael Marcos-Gragera.

https://elpais.com/elpais/2018/01/29/ciencia/1517264606_707249.html

viernes, 25 de diciembre de 2015

Victoria contra el cáncer que surge sin mutaciones. Investigadores españoles demuestran cómo frenar tumores sanguíneos típicos de las personas mayores

Del mismo modo que no puede haber un caso de asesinato sin cadáver, los científicos han pensado durante décadas que no puede haber cáncer sin mutaciones. Son estos defectos genéticos acumulados en las células durante años los que acaban desatando la aparición de un tumor. En parte por eso el cáncer es una enfermedad íntimamente ligada al envejecimiento. Ahora, un nuevo estudio dirigido por investigadores españoles demuestra que también este dogma tiene excepciones: existe el cáncer sin mutaciones.

El trabajo se centra en un proceso biológico fundamental: la estabilidad de las proteínas. Las proteínas son los productos de los genes y regulan la inmensa mayoría de los procesos que nos mantienen vivos. Dentro de nuestro organismo hay un sofisticado sistema que se encarga de producir las que son necesarias, destruir las que ya no son útiles y limpiar aquellas que están dañadas y podrían causar problemas de salud. Con la edad, el sistema empieza a fallar y se pierde el equilibrio entre proteínas buenas y malas. “Ese desequilibrio es uno de los marcadores más claros del envejecimiento que conocemos”, explica Carlos López Otín, investigador de la Universidad de Oviedo y autor principal del nuevo estudio. Hace unos años, su equipo se propuso investigar si ese mismo proceso también podría desatar el cáncer.

En un trabajo publicado hoy en Nature Medicine los investigadores han conseguido identificar una proteína que resulta fundamental para la aparición de un gran grupo de tumores sanguíneos conocidos como síndromes mieloproliferativos. Se trata de enfermedades relativamente comunes en personas mayores y en España hay unos cinco nuevos casos anuales por 100.000 habitantes. La falta de la proteína en cuestión, llamada AIRAPL, hace que se descontrole el sistema que regula el crecimiento de las células. Sin esa proteína comienza la proliferación de células sanguíneas defectuosas que dan lugar a un tumor sanguíneo.

Los investigadores han demostrado este mecanismo en ratones y han comprobado que lo mismo sucede en la sangre de unas 100 personas que sufren este tipo de tumores. El estudio detalla cómo la falta de esta proteína hace que el receptor del factor de crecimiento IGF-1 esté anormalmente activo, lo que desata el crecimiento de las células tumorales. El IGF-1 es un viejo conocido de cualquier investigador sobre el envejecimiento y los niveles bajos se han asociado a una mayor longevidad tanto en humanos como en animales. En su estudio, los investigadores también demuestran que se pueden revertir estos tumores en los ratones usando inhibidores del receptor de IGF-1, un tipo de fármacos ya aprobados para tratar otros tipos de cáncer, explica López-Otín.

“Durante seis años dedicamos miles de horas al estudio de qué mutaciones causan cáncer y hemos encontrado que en las leucemias hay más de 2.000 mutaciones en cada paciente”, detalla López-Otín. “Ahora vemos por primera vez que puede haber tumores sin mutaciones, que aparecen solo debido a fallos de la estabilidad de las proteínas”, resalta. Este proceso parece explicar algunos casos de cánceres sanguíneos, dice, y posiblemente esté presente también en tumores sólidos, por ejemplo, de hígado. “Sin duda es necesario seguir investigando con este nuevo posible tratamiento para evaluar si hay pacientes que puedan beneficiarse de él”, concluye.
http://elpais.com/elpais/2015/12/21/ciencia/1450710974_505147.html

Y con esta buena noticia, Feliz Navidad con una canción llena de buenos deseos de un mundo mejor para todos.



In her new song, Macy Gray tells us what she really wants for Christmas: a better world for everyone.
Posted by Upworthy on Miércoles, 23 de diciembre de 2015