martes, 6 de agosto de 2024

_- ISLAM. Emilio González Ferrín, historiador: “No hubo una conquista islámica en la Península Ibérica” .

El doctor y profesor de Islamología Emilio González Ferrín, en el Rectorado de la Universidad de Sevilla.
_- El doctor y profesor de Islamología Emilio González Ferrín, en el Rectorado de la Universidad de Sevilla.
El doctor en Estudios Árabes recibe una de las Medallas de Oro del Círculo Intercultural Hispano Árabe y defiende que “el islam todavía no existía” en el año 711.

El doctor e islamólogo Emilio González Ferrín (Ciudad Real, 58 años) lleva inmerso casi dos décadas en negar la invasión islámica de la península Ibérica en el 711. “No sabemos lo qué pasó. Lo que sí sabemos es lo que no pasó. Lo que no pasó es que hubo una conquista en nombre de un poder extranjero o algo adjetivado como islámico o musulmán, porque el islam todavía no existía y porque no hay constancia de que pasara”, expone. Su tesis, desarrollada en Historia General de Al Ándalus en 2006 (Almuzara), desvirtúa por ende la reconquista cristiana y replantea así la Historia de España y lo que es considerado español.


Defender esta propuesta le acarrea vivir en una vorágine de polémicas contra medievalistas, pero también arrastra una corriente de colegas que reflexionan sobre su investigación. Acaba de recibir una de las Medallas de Oro del Círculo Intercultural Hispano Árabe en Casa Árabe y está en plena promoción de su último libro ¿Qué es el islam? (Senderos). Ha formulado esta pregunta a 450 personas, la mitad educadas en la religión y la otra mitad no. Y ha dedicado el libro a Salman Rushdie y Mahsa Amini “para que el islam prefiera ser representado por ellos”. Atiende en el rectorado de la Universidad de Sevilla, donde imparte clases y ha participado en las protestas propalestinas.

Pregunta. ¿Qué pasó en el 711?
Respuesta. Tengo la hipótesis de una larguísima guerra civil peninsular porque las crónicas latinas desde el 400 al 600 hablan de gente del norte de África en la península Ibérica en un permanente flujo de ideas, personas y bienes. Era la herencia de Roma. Cuando uno va a la ciudad sevillana de Itálica o a Leptis Magna (Libia), donde acabo de estar, se ve que las grandes ciudades de Roma están en el sur. Había lo mismo allí que aquí. Lo que creo que se hizo en el 711 es agrupar toda una corriente que llevaba pasando durante siglos. El paradigma es entender el islam como sistema comercial, no como imperio. No había una capital. Había como sucursales. El Califa de Bagdad nunca mandó más allá de Egipto, jamás.

P. Es el sur de Europa visto como el norte de África.
R. Hay ADN de los mauris, que son los moros, desde la época del Imperio romano. Y hasta el año 800, con la fundación de la ciudad de Bagdad, no existe el islam. Los que nos dedicamos a su origen no le damos ninguna importancia al 711, pero en España, la base del nacionalcatolicismo es la reconquista. Y sin conquista no hay reconquista, y ya es un tren ideológico al servicio de una interpretación histórica.

Sin conquista no hay reconquista, y ya es un tren ideológico al servicio de una interpretación histórica”

P. ¿Cuál es la prueba más irrefutable de su tesis?
R. Las únicas pruebas que lo argumentan son unas monedas en las que dice Muhammad Rasul Allah y eso puede significar “bendito el que viene en nombre del Señor” o “Mahoma es el enviado de Dios”, pero sin implicar una religión nueva.

P. Pero hasta el momento se ha dado por válido.
R. Todo lo que se sabe sobre el origen de Al Ándalus es una narración restrospectiva. Lo que ocurre es que se juega mucho todo aquel que lleva años dando clases sobre eso. Incluido yo antes, pero bueno, la ciencia está para refutarla.

P.¿Cuál es su balance ahora?
R. Jamás me darán la razón, pero en 20 años se estudiará que no hubo una conquista islámica en la península Ibérica.

P. ¿Qué implicaciones políticas tiene su posición?
R. Cuando la sucesión en la jefatura del Estado de España se basa en el Principado de Asturias, se está institucionalizando una tradición que es mentira, y es que España se forjó desde el norte. Todo lo que ocurrió en la vida cultural española desde los fenicios entró por Oriente y por el sur. Yo no hablo de la España como Estado, hablo de la territorial. El emir de Córdoba es la primera persona que utiliza el título de rey de España en la Península como Rex Hispania a mediados del IX. ¡Y está en latín! Es que todavía el árabe no es una lengua que se pueda codificar para usos sofisticados. Lo será después.

P. Pero lo español también se construye desde el norte.
R. Basar el origen de España en Asturias, en las Asturias latinas y cristianas, es una falacia. Porque cuando España se arabizó, Asturias y Cantabria ni estaban latinizadas ni estaban cristianizadas. Esa zona tiene la influencia del cristianismo francés de Cluny con Carlomagno. Y a partir de ahí se implanta una memoria colectiva, es como un injerto de pelo. Se inventa la cruz de la Victoria, que es del año prácticamente 1000, pero se dice que era la cruz del Pelayo y se construye todo un andamio mitológico para la idea de España que se refuerza ideológicamente en el siglo XIX, cuando se conquista Marruecos, y se hace ver que nosotros estamos respondiendo a lo que hicisteis vosotros antes [los árabes].

P. La implicación política es total.
R. Completa. Es empezar a decir que la reconquista no existió como concepto, que la toma de Granada fue expulsar a españoles, que la expulsión de los judíos fue expulsar a españoles... Es entender la historia como continuidad, y no como una centrifugadora. Aquí se está echando siempre a todo el mundo porque hay una idea previa de ser español, cuando lo lógico es definir a los españoles como la gente que vive en España. Fíjate la implicación que tiene eso hoy día.

Lo lógico es definir a los españoles como la gente que vive en España”

P. ¿Y qué se ha encontrado más llamativo por su camino?
R. Que el mayor medievalista francés, Pierre Guichard, me dijo en un congreso: “No puedes seguir así, estás anteponiendo la lógica al sentido de la historia”. Y pensé: pues me acabas de dar mi epitafio.

P. ¿Se ha sentido solo?
R. Sobre todo al principio, no sé qué habría sido de mí si no hubiera escrito el libro siendo ya funcionario. Me habrían echado en media hora. Hubo uno que pidió que no me renovaran el contrato, pensando el pobre que era renovable.

P. ¿Cómo ve la enseñanza y difusión de la historia de Al Ándalus?
R. Observo algo que me resulta un poco vergonzoso. Los profesores de instituto están más interesados en la novedad que mis propios colegas. Una chica en un instituto hace unos meses me preguntó: “¿Y lo que tú enseñas, cuando va a aparecer en los libros de Historia?”. Y yo le dije: “Cuando tú lo escribas”.

P. ¿El estudio de esta época ha tenido la dimensión que se merece?
R. No. Debería tener mucha más presencia porque hay elementos de la vida cotidiana del Renacimiento europeo que provenían de la vida andalusí como el libre pensamiento en Filosofía, el antropocentrismo en la literatura o el aparataje científico de los astrolabios y observatorios, que Johannes Kepler tenía en su despacho y todos eran árabes. Alfonso X El Sabio hace la gran traducción de los libros de Medicina, de Física, de Astronomía del árabe. Había una conciencia en la Edad Media de que la cultura estaba en árabe y eso no se traslada en los libros de Historia.

P. ¿Cómo se configuran los libros de historia?
R. Siguen un modelo romántico de una religión, un territorio, una nacionalidad. De te voy a enseñar la Historia a través de nombres propios y de fechas, y sobre todo nombres propios masculinos.

P. Matice nombres de hombres.
R. El patriarcado en la historia medieval es impresionante. Yo no he visto nunca a nadie que a la hora de estudiar la repercusión que pueda haber tenido el género en nuestra historia hable de la princesa Wallada de Córdoba, que está a la altura de Virginia Wolf en su forma de escribir. Se pasa por el forro todas las convenciones sexuales culturales de su época y nadie le puede toser porque es una mujer perfectamente empoderada. Y su gran rival era una a la que ella había criado. Eran dos mujeres llevando a la vida cultural de un califato en ruinas porque se acababa de destruir. Nunca se ha aprovechado la historia de Al Ándalus para lo que después implicó una sociedad mucho más moderna

P. ¿Qué otras líneas de investigación ve reseñables?
R. El mundo árabe contemporáneo lleva 30 años a la deriva. Está pensando en términos medievales y tiene que ser combatido intelectualmente. Es fundamental recuperar lo que fue verdaderamente su libre pensamiento. Tienes que decirle al árabe, a la árabe, que durante la Edad Media fueron la civilización de guardia del mundo y que hay algo de lo que sentirte orgulloso, no simplemente leer el Corán.

P. ¿Cómo diferencia los términos islam, musulmán y árabe?
R. El islam con minúsculas es la religión, y su adjetivo es musulmán. El Islam con mayúsculas es la civilización, y su adjetivo es islámico. Y lo árabe es un idioma y una cultura.

P. ¿Qué es el islam?
R. El islam, tal y como yo lo defino, es la apertura del pueblo elegido. Es la agrupación de todos los judeocristianismos de la antigüedad tardía. Es decir, después del Concilio de Nicea, que fue el que estableció el credo cristiano, hubo muchos judíos y muchos cristianos de muchas comunidades desconectadas en Oriente Medio que nunca pensaron que Jesús fuera hijo de Dios. Todos hablaban árabe, por lo tanto, es la arabización del monoteísmo. El verdadero problema es haber creado en la Edad Media, mucho después del nacimiento del islam, una alteridad completa, el otro. Si hay una tradición es judecristianomusulmana. Es fundamental entender que el judaísmo y el cristianismo son dos religiones orientales. Surgen en el mismo sitio que el islam y se expanden igual.

P. ¿Estarían al mismo nivel?
R. Al mismo nivel. De hecho, teológicamente probablemente es la primera. Porque el islam dice de sí mismo que nace en el comienzo de los tiempos y es la más primitiva en su forma de entender a Dios, porque está muy lejos. El judaísmo establece que tenemos una alianza con Dios, y el cristianismo ya se pega y dice que somos hijos de Dios. En el islam el ser humano está completamente sometido por el destino. Si tú naces en Suiza y hay un manzano, tienes más o menos un seguro de vida, pero en el desierto, la naturaleza no es madre, es madrastra. El desierto en la expresión local es la espalda del infierno. Entonces, tú necesitas crear una relación con un Dios para el cual tú eres una hormiga. Es decir, sin margen de actuación. Lo único que puedes hacer es ser bueno y salvarte, pero tú no puedes cambiar el entorno. El gran logro de la religión cristiana es que hay una forma de retar a Dios.

P. ¿Cómo ve la situación en Palestina?
R. Desde la universidad hay que pegar fuerte ahí. Porque ya está bien de esencialismo genético. Diga lo que diga el tribunal de la Haya los palestinos están siendo asesinados por ser palestinos. Por lo tanto, hay un genus a destruir, que es ser palestino, y a eso se llama genocidio.

¿Puedo hacer una crítica final?

P. Diga.
R. A mitad del siglo XIII, Alfonso X el Sabio ordenó que en Sevilla hubiera estudios superiores del árabe para lo moderno y del latín para lo clásico. Este año es la primera vez que no se va a ofertar el grado de Estudios Árabes en la Universidad de Sevilla. Esto tiene su origen en el Gobierno de Aznar cuando eliminó unas becas para estar un par de años en el mundo árabe. La reclamación es que Asuntos Exteriores vuelva a establecerlas. Tenemos que hacer ver que hay algo intelectual detrás del mundo árabe, lo hemos abandonado. Los gobiernos europeos deben establecer liguillas de fútbol con el mundo árabe, ciclos de cine, intercambios de estudiantes, humanizar lo que ahora simplemente son delegaciones diplomáticas. Lo árabe se está convirtiendo en objeto de economistas, sociólogos, antropólogos, criminalistas que se dedican al yihadismo...

P. ¿Conocer lo árabe disuadiría el yihadismo?
R. La radicalización y la creación del yihadismo no es la herencia del Corán, es la herencia de los grupos que tenía la Unión Soviética en África y Oriente Medio. Hace 30 años no había apenas velos por el mundo árabe, por lo tanto, no es tradición, es revolución. Fíjate lo que implica decir que el islam no se expandió por las armas y por la conquista. Fíjate si un niño musulmán se entera de que su religión fue una revolución ética igual que el cristianismo. Pero si desde pequeñito le dicen que Mahoma fue un hombre de Estado que mandó a los generales, él entiende que la violencia es consustancial a su cultura, por eso hay que racionalizar la tradición árabe.

lunes, 5 de agosto de 2024

_- Una operación sucia y asquerosa

_ - Hoy te escribo desde mi pueblo, Torresandino. Son las fiestas patronales y he venido con mi familia a pasar unos días aquí, huyendo también del calor de Madrid.

Ha sido una semana movida, con mucho que comentar. Probablemente lo más relevante para el futuro es la salida de Vox de los gobiernos autonómicos del PP. Sobre este asunto, te recomiendo este estupendo análisis de Iñigo Saéz de Ugarte. Pero he preferido centrar mi boletín en otros dos temas de la semana: dos cuestiones que no se pueden dejar pasar como si fueran otra noticia más.

La Stasi del PP
Nacho Cano: “Todo esto lo ha orquestado la Policía, es como la Stasi. Es una operación sucia y asquerosa”. “Esto es lo más parecido a la Stasi, a Venezuela.”

Isabel Díaz Ayuso: “La destrucción personal con fines políticos es estalinismo”. “Aquí, en España, se mandó un mensaje muy preocupante a cualquiera que se atreva a disentir”. “La libertad no puede verse amenazada por las decisiones de ningún gobierno”.

El músico y la presidenta de la Comunidad de Madrid tienen mucha razón, aunque por los motivos equivocados. Por supuesto, ellos se refieren a lo ocurrido con los becarios del musical Malinche a los que Nacho Cano tenía trabajando sin los permisos en regla. Aunque su encendida denuncia encaja mejor con los nuevos datos que hemos desvelado esta semana elDiario.es y El País sobre la persecución policial del Gobierno de Mariano Rajoy contra sus rivales políticos.

Eso sí fue estalinismo. Eso sí fue la Stasi. Eso sí fue una operación sucia y asquerosa, que buscaba la destrucción personal por motivos políticos.

Los hechos. La Policía espió a medio centenar de diputados de Podemos durante el Gobierno del PP. La casi totalidad de los cargos electos de Podemos en esos años fueron investigados sin orden judicial: Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Yolanda Díaz, Irene Montero, Carolina Bescansa, Pablo Bustinduy, Juan Pedro Yllanes, Alberto Rodríguez, Tania Sánchez…También fue espiada Victoria Rosell, incluso antes de que entrara en política: cuando aún era jueza en activo.

Entre 2015 y 2016, hubo casi 7.000 consultas a bases de datos restringidas por parte de distintos agentes de la policía –también algunos pocos guardias civiles–. Son ficheros informáticos donde se guardan los establecimientos hoteleros donde se aloja cada ciudadano, las matrículas de los coches, su residencia…

En esas bases de datos también figuran los antecedentes penales y policiales. Como los que el número dos del Ministerio del Interior del Gobierno de Rajoy, Francisco Martínez, pidió rastrear tras las elecciones de diciembre de 2015, cuando el PSOE negoció por primera vez con Podemos una coalición. “Aquellos de Podemos que tenían antecedentes, ¿pudiste confirmar algo?”, preguntó Martínez en un mensaje por whatsapp a uno de los más destacados comisarios de la brigada política, Enrique García Castaño.

El rastro de este espionaje está hoy en la Audiencia Nacional. El juez Santiago Pedraz está investigando la guerra sucia contra Podemos y ha encontrado ya algunas evidencias palmarias. Como lo que ocurrió con un ciudadano venezolano al que premiaron con el permiso de residencia a cambio de lanzar un bulo sobre Pablo Iglesias: una cuenta en un paraíso fiscal que nunca existió. O las anotaciones en las libretas del comisario Villarejo, que desde septiembre de 2014 empezó a investigar ilegalmente a este partido.

Con todo, esta investigación penal llega muy tarde. Ha pasado una década desde que se produjeron estos presuntos delitos y, durante años, la Justicia miró hacia otro lado. Buena parte de los abusos de aquella Stasi que operó durante el Gobierno de Rajoy van a quedar impunes.

La cúpula del Ministerio del Interior de aquel Gobierno se sentará en el banquillo: el secretario de Estado, Francisco Martínez, y el ministro Jorge Fernández Díaz, amigo personal de Rajoy. Pero solo por una de las muchas trapacerías de la policía patriótica: la Operación Kitchen, el uso del dinero público y de las fuerzas de seguridad para encontrar y destruir las pruebas de la corrupción del PP que escondía el tesorero Luis Bárcenas.

Esa investigación judicial la lideró en la Audiencia Nacional Manuel García Castellón. Contra el criterio de la Fiscalía, que quería ir más allá, este juez trazó una “línea roja” para no investigar la trama política. María Dolores de Cospedal se libró. Mientras que Mariano Rajoy, el principal beneficiado de aquel operativo policial y jefe directo de Jorge Fernández Díaz, ni siquiera fue llamado a declarar como testigo.

Manuel García Castellón redujo la Kitchen a su mínima expresión. Y se negó a investigar las otras dos principales ramas de la Stasi del Gobierno de Rajoy: la guerra sucia contra Podemos y la operación Catalunya.

Es el mismo juez que también se ha negado a investigar las operaciones de Villarejo contra Pedro Sánchez y su mujer.

García Castellón, conviene recordarlo, debe buena parte de su carrera a los gobiernos del PP: 17 años como magistrado de enlace en París y en Roma, dos de los puestos mejor pagados a los que puede aspirar un juez.

García Castellón no encontró nada raro en el espionaje a Podemos, a pesar de que las grabaciones de Villarejo –donde este tema es recurrente– se investigaban en su juzgado. Pero sí dedicó enormes esfuerzos infructuosos en abrir todo tipo de causas judiciales contra Podemos y sus principales dirigentes, que después tuvo que cerrar.

Con la Operación Catalunya, Manuel García Castellón operó igual. En noviembre de 2021, el hijo de Jordi Pujol presentó un recurso ante el juez solicitando una investigación por las maniobras de la policía patriótica. García Castellón se pasó dos años sin contestar. Solo cuando elDiario.es publicó la noticia del llamativo retraso, el juez respondió a ese recurso: por supuesto, para negarse a investigar.

https://www.eldiario.es/blog/el-boletin-del-director/operacion-sucia-asquerosa_132_11521609.html

domingo, 4 de agosto de 2024

¿Qué tan saludable es la sandía?

La sandía es la fruta del verano. Te mostramos un resumen de sus cualidades más saludables, además de algunas recetas frescas y deliciosas.

La sandía es la fruta del verano. En Estados Unidos es más popular que el melón cantalupo, el melón dulce y todos los demás melones juntos.

También es buena para el cuerpo, sobre todo en los días calurosos. A continuación, un resumen de las cualidades más saludables de la sandía, además de algunas recetas frescas y deliciosas del New York Times Cooking.

Hidrata
El nombre de la sandía en inglés, watermelon, es un nombre muy apropiado, porque contiene más del 91 por ciento de agua. Cuando te comes un trozo de tamaño medio (unos 280 gramos), te estás bebiendo un vaso lleno de agua.

La hidratación hace que el cuerpo funcione como debe, desde el riego sanguíneo hasta la regularidad intestinal. El agua de la sandía ayuda a mantenerse hidratado, lo que puede ser muy beneficioso cuando hace calor, ya que se pierden más líquidos a través del sudor.

“Nuestros cuerpos reconocen y utilizan las moléculas de agua independientemente de su procedencia”, afirmó Tamara Hew-Butler, especialista en medicina deportiva de la Universidad Estatal de Wayne. “Los alimentos altos en humedad como las frutas, las verduras y las sopas se consideran fuentes de agua”.

Las personas mayores, en particular, podrían encontrar más fácil y agradable obtener parte de sus líquidos a través de la fruta, dijo Amy Ellis, dietista y profesora asociada de nutrición en la Universidad de Alabama. Suelen sentir menos sed y, por tanto, beben menos, una de las razones por las que corren un mayor riesgo de deshidratación y enfermedades relacionadas con el calor durante una ola de calor.

No es tan azucarada como se piensa
Como la sandía es sobre todo agua, también tiene pocas calorías: una ración de una taza contiene solo 46 calorías.

“Algunas personas piensan que tiene un alto contenido de azúcar porque sabe muy dulce, pero en realidad es muy moderado”, dijo Ellis. Una taza de sandía en trozos contiene unos 9,5 gramos de azúcar, menos que los 13 gramos de una taza de manzanas troceadas o los casi 15 gramos de una taza de arándanos.

Es lo bastante poco como para que la fruta no provoque picos de azúcar en sangre, agregó Joanne Slavin, dietista y profesora de ciencias de la alimentación y nutrición de la Universidad de Minnesota.

Sin embargo, las calorías son energía, por lo que la sandía por sí sola no será suficiente combustible para tu cuerpo, explicó Samantha Dieras, dietista y directora de servicios de nutrición ambulatoria en el Hospital Mount Sinai. Pero cuando comes sandía como parte de una dieta equilibrada, su contenido en agua y su sabor dulce pueden ayudarte a sentirte saciado.

Hasta cierto punto, es saludable para el corazón
La sandía no contiene grasa ni sodio, lo que es bueno para el corazón. Pero aún no sabe con certeza si la sandía desempeña un papel activo en la reducción del riesgo de enfermedades del corazón, dijo Slavin.

Tanto Slavin como Ellis y Dieras sugirieron que el aminoácido L-citrulina y el micronutriente licopeno —ambos abundantes en la sandía— podrían mejorar la salud del corazón. Estas ideas tienen lógica, según Slavin.

Los científicos saben que los riñones convierten la L-citrulina en óxido nítrico, que puede relajar las paredes arteriales y reducir la presión arterial. Y el licopeno, una sustancia química presente en ciertas plantas, puede reducir la inflamación, que está relacionada con las enfermedades cardíacas. La gente tiende a asociar el licopeno con los tomates, pero la sandía tiene más.

Aun así, los estudios realizados en humanos con financiación independiente que analizan directamente el efecto de la sandía sobre la salud cardíaca no han mostrado mejoras apreciables. “La sandía no es una varita mágica”, afirmó Ellis, quien dirigió uno de los estudios. “No va a desplazar a la medicación para la tensión arterial ni nada por el estilo. Pero si se incorpora a una dieta con alimentos ricos en nutrientes, puede ser algo bueno para la salud vascular”.

He aquí cómo aprovecharla al máximo.
La sandía no se presta bien a los procesos de enlatado, deshidratación o congelación, dijo Slavin, lo que hace más difícil disfrutarla fuera de temporada. Cree que ésta es una de las razones por las que esta fruta es tan apreciada.

“La sandía es verano y felicidad”, afirmó. “Cuando alguien abre una sandía fresca y te da un trozo, es cuando está en su mejor momento”.

También es deliciosa en una ensalada, sopa o bebida gaseosa. 

A continuación, algunas recetas de NYT Cooking Cooking para empezar.

 Receta: ensalada de farro y sandía En este satisfactorio bol de cereales, la sandía se combina con farro, queso, hierbas y cebolla roja. Puedes sustituir el farro por arroz o quinoa, de cocción más rápida. Image
A pale green plate is topped with large cubes of watermelon, farro, crumbled white cheese and torn bits of fresh mint.
Credit...Sam Kaplan para The New York Times. Estilista de alimentos: Suzanne Lenzer. Estilista de utilería: Randi Brookman Harris
A pale green plate is topped with large cubes of watermelon, farro, crumbled white cheese and torn bits of fresh mint. Credit...

Receta: gazpacho de tomate y sandía con aguacate Guarda una jarra de esta sopa fría en el frigorífico para disfrutar de una comida instantánea en los días más calurosos. La sandía suaviza la dulzura de los tomates de verano demasiado maduros en la mezcla. Image 
Three glasses of orange-red gazpacho are topped with tiny cubes of avocado and watermelon. Spoons are set between the glasses on a blue surface.
Three glasses of orange-red gazpacho are topped with tiny cubes of avocado and watermelon. Spoons are set between the glasses on a blue surface. Credit...Francesco Tonelli para The New York Times 


Receta: Panzanella campestre con aliño de sandía Jugosa con trozos de sandía, tomates y pepino, esta ensalada veraniega por excelencia se vuelve aún más refrescante con un aliño de sandía. La chapata tostada y el queso feta desmenuzado la hacen lo suficientemente sustanciosa como para convertirla en una comida.  Image 
A large white serving bowl and a small white serving plate are filled with a salad of watermelon, tomatoes, cucumber, bread cubes, feta and herbs. Forks on a napkin, a jar of dressing and glasses of sparkling drinks surround them.
Credit...Ryan Liebe para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews.
A large white serving bowl and a small white serving plate are filled with a salad of watermelon, tomatoes, cucumber, bread cubes, feta and herbs. Forks on a napkin, a jar of dressing and glasses of sparkling drinks surround them. Credit...Ryan Liebe para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews. 

Receta: 
Chaat de sandía 
Este sabroso plato de fruta con aliño picante de comino y cítricos puede hacerse con cualquier fruta, pero es especialmente bueno con sandía. Es sabroso como aperitivo independiente o como guarnición. Image 
An off-white plate with a blue spoon set in it is filled with large cubes of watermelon topped with thin slivers of herbs and toasted cumin seeds.
Credit...Christopher Simpson para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews. Estilista de utilería: Paige Hicks.
An off-white plate with a blue spoon set in it is filled with large cubes of watermelon topped with thin slivers of herbs and toasted cumin seeds. Credit...Christopher Simpson para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews. Estilista de utilería: Paige Hicks. 

Receta: Cerveza de jengibre y sandía Hacer zumo de sandía es una buena idea para todo el verano. ¿Completarlo con cerveza de jengibre efervescente para un refresco sin alcohol? Una genialidad. Image 
A short glass and a tall glass are filled with ice and blush-pink watermelon ginger beer. Another short glass filled with ice cubes sits on a decorative napkin.
Credit...Kelly Marshall para The New York Times. Estilista de alimentos: Roscoe Betsill. Estilista de utilería: Paige Hicks.    
A short glass and a tall glass are filled with ice and blush-pink watermelon ginger beer. Another short glass filled with ice cubes sits on a decorative napkin. Credit...

sábado, 3 de agosto de 2024

_- Un nuevo golpe a la Segunda República.

Varias personas evacuan a un niño herido en un tiroteo tras el entierro del policía José del Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, el 14 de julio de 1936.
_- Varias personas evacuan a un niño herido en un tiroteo tras el entierro del policía José del Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, el 14 de julio de 1936.
Una guía para orientarse en los debates sobre un régimen democrático en discusión: de una transición incompleta a la violencia política como argumento deslegitimador.

“Imaginemos que el 14 de abril, cuando los republicanos españoles entraron en Gobernación y unas docenas de ellos dijeron que se habían puesto a gobernar, se hubiesen planteado este problema que Hitler ha visto con tanta lucidez y, no contentos con que los guardias hubiesen hecho acto de acatamiento a la República, a cada guardia le hubiesen puesto un guardián: un joven republicano sin trabajo”. Quien lo escribió en mayo de 1933 no era ningún exaltado ni socialista radicalizado, sino Manuel Chaves Nogales, de gira en la Alemania que se encontraba Bajo el signo de la esvástica. Solía identificarse como “un intelectual liberal al servicio del pueblo”, una definición que prácticamente se superpone con el autorretrato de Manuel Azaña: “Un intelectual, un liberal y un burgués”. Chaves terminó convertido en subdirector del diario Ahora, muy cercano a la izquierda republicana. No es casualidad.

Junto al pueblo en armas es una colección de los editoriales que se publicaron en ese periódico durante los meses iniciales de la Guerra Civil, en edición de Espuela de Plata, y complementa el acercamiento a Chaves, frecuentemente invocado y bastante menos leído. El problema al que aludía el periodista sevillano tenía que ver con el dilema que debe afrontar toda transición a un nuevo régimen: ¿qué hacer con las estructuras y el personal del aparato del Estado anterior? En especial dado que, en esta época, los agentes públicos eran básicamente seleccionados en función de su afinidad y formados en la lealtad al sistema de turno. 

Retrato del periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), en Madrid en 1928.Retrato del periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), en Madrid en 1928.

 Retrato del periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), en Madrid en 1928. EFE / ALBUM 

Chaves se lamentaba de que, al contrario que Hitler, la República hubiera apostado por la continuidad. Con la sola excepción de la reforma militar, se renunció a cualquier forma de reemplazo generalizado por “parados republicanos” del personal del periodo monárquico, que, en lugar de mantener el nuevo orden, “acaso sea de los que se dedican a perturbarlo”. “Si hubiéramos hecho lo que Hitler […] no existiría nunca el temor de que el guardia no fuese bastante republicano”, concluía Chaves poniendo el acento en las fuerzas y cuerpos de seguridad, cuya importancia política ha sido objeto de reciente atención en Una historia de la policía española de David Ballester Muñoz.

Sangrante fue el caso del general Sanjurjo. Inicialmente ratificado como director de la Guardia Civil, fue protagonista del intento de golpe de Estado de 1932. Su plantilla, como recogía Azaña en sus diarios, “no se aviene con las nuevas autoridades”, puesto que “son alcaldes y concejales muchos que solían ser las víctimas y los perseguidos habituales”. La creación de la Guardia de Asalto y el plan de jubilaciones de jueces y fiscales fueron insuficientes, como ha estudiado Miguel Pino y demostró la matanza de Casas Viejas. A esas alturas, el entonces presidente del gobierno ya había comprobado que el viejo mundo monárquico se resistía a ceder posiciones de poder, y así no podría nacer el nuevo mundo prometido por la legislación reformista del primer bienio, que penaba para imponerse sobre el terreno agrario y laboral, y no era respetada ni aplicada por los tribunales, como acaba de demostrar Rubén Pérez Trujillano.

Estudiadas de manera pionera por Shlomo Ben-Amin en Los orígenes de la Segunda República: anatomía de una transición, las lógicas y desafíos de esta transición, muy celebrada en su día por su carácter conciliador, han quedado bastante olvidadas por la historiografía. Y eso que podría considerarse un antecedente y una piedra de toque a la hora de analizar la siguiente transición hacia un régimen democrático, la que dio lugar a nuestro sistema político. Probablemente porque resulta un ejercicio que incomoda tanto a quienes han criticado la excesiva continuidad en la transición hacia la monarquía parlamentaria como, especialmente, a quienes siguen dedicándose a cuestionar la naturaleza democrática de la Segunda República.

Una escultura en el suelo de la iglesia de Santa Teresa y San José de Madrid, tras un incendio intencionado en 1931. ARCHIVO DÍAZ CASARIEGO / EFE

En los últimos años, por el contrario, han proliferado los libros negando cualquier legitimidad y aspecto positivo en la experiencia republicana, desde su propia proclamación hasta las elecciones de febrero de 1936, pasando por el voto femenino. Estos libros los han escrito Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa, José Ignacio Nicolás-Correa o Inger Enkvist. Algunos de ellos están empeñados en convencernos de que la Restauración, con todas y cada una de sus elecciones amañadas, era en realidad más democrática y que Alfonso XIII iba camino de convertirse en un modélico monarca constitucional, algo que impidieron, oh sorpresa, la izquierda socialcomunista y el nacionalismo catalán. Además en sus entrevistas de promoción claman ser víctimas de la cultura de la cancelación y del malvado proceso de la memoria democrática.

Algunos historiadores están empeñados en convencernos de que la Restauración, con todas y cada una de sus elecciones amañadas, era en realidad más democrática y que Alfonso XIII iba camino de convertirse en un modélico monarca

Resulta bastante incierto. Hace ya muchos años que las visiones de postal sobre la República dieron paso a los análisis que, desde interpretaciones contrapuestas, han abordado el periodo en su complejidad. Pero, el objetivo de estas obras es evidente: establecer en el imaginario colectivo que el antecedente válido de la democracia actual es el sistema monárquico de la Restauración, mientras que la República se reduce a una época oscura marcada por el sectarismo, el desorden y la conflictividad.

Queda en manos de los lectores formarse su opinión y decidir si debe despreciarse completamente a un régimen constitucional sin duda imperfecto, como todas las jóvenes democracias de entreguerras. Imperfecto pero nacido de un proceso electoral y con alternancia en el poder, portador de un modelo territorial descentralizado, que representó uno de los momentos culminantes de la ciencia española, y que hizo posible que Clara Campoamor aprobara el sufragio femenino, con la vergonzante ausencia en la votación de Azaña y de Indalecio Prieto, pero gracias a los votos favorables del PSOE y de la Acción Popular de Gil Robles. Pueden comprobarlo ustedes mismos acudiendo al Diario de Sesiones de las Cortes. Al contrario de lo que circula por las redes, podrán verificarlo: Largo Caballero voto sí.

Una mujer vota en las elecciones españolas, en Madrid el 16 de febrero de 1936, que otorgaron la victoria al Frente Popular. KEYSTONE / GAMMA / GETTY IMAGES

La violencia política es el penúltimo recurso de los que afirman que criticar cualquier aspecto de la República es hacer historia objetiva y reivindicar alguna de sus medidas y reformas hacer historia ideológica.

La nueva entrega de esta saga es Fuego cruzado. La primavera de 1936. Sus autores son Manuel Álvarez Tardío, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos (y al que no acompaña en esta ocasión Roberto Villa, centrado en instituciones tan escasamente politizadas como la FAES), y el catedrático de la Universidad Complutense Fernando del Rey, autor de Retaguardia roja, que mereció el Premio Nacional de Historia por su notable aportación al conocimiento de la violencia en el campo republicano durante la guerra civil.

Continuación de la labor que iniciaron como directores del volumen Vidas truncadas. Historias de violencia en la España de 1936, Álvarez Tardío y Del Rey presentan un ambicioso trabajo, de casi setecientas páginas, muy bien estructurado y repleto de información sobre las instituciones, las situaciones y los protagonistas de “cinco meses de la vida política española”, reflejo de una voluntad de exhaustividad que hace la lectura algo repetitiva aunque apasionante y con unas conclusiones claras: las “fuerzas de izquierda” fueron responsables “de forma abrumadora” del inicio de “las acciones y movilizaciones con derivaciones violentas” y los gobiernos de Azaña y de Casares Quiroga no supieron gestionar con garantías y equidad el orden público.

Existen tres grandes problemas que ponen en cuestión el conjunto del estudio y que lastran sus conclusiones. En primer lugar, los sesgos. Queda reflejado en el lenguaje para referirse tanto a los compañeros como a los propios protagonistas. Así, aquellos investigadores que ofrecen interpretaciones discrepantes son tachados de “historiadores obsesionados con rebajar los números de la conflictividad” o de “historiadores propagandistas ejercientes de tales”, mientras los coincidentes se agrupan bajo la etiqueta de “pluma cualificada”. Y qué decir de esos pobres pequeños y medianos campesinos que se “vieron empujados a una mayor intransigencia” o de aquel ambiente peligroso por “el solo hecho de ser fascista, o parecerlo”. Es lógico, porque enfrente se encontraban los “comunistas y socialistas exaltados” con sus dirigentes, que además se procuraban entre sí un “odio africano”, sin que figure definición alguna de tan geográfico sentimiento. 
La policía a caballo persigue a unas personas en una calle de Madrid después de que comunistas y fascistas se enfrentaran durante un desfile militar el 4 de mayo de 1936.La policía a caballo persigue a unas personas en una calle de Madrid después de que comunistas y fascistas se enfrentaran durante un desfile militar el 4 de mayo de 1936

La policía a caballo persigue a unas personas en una calle de Madrid después de que comunistas y fascistas se enfrentaran durante un desfile militar el 4 de mayo de 1936. KEYSTONE / GETTY IMAGES 

En segundo lugar, lo errático de su metodología. Afirman haber aplicado un método que les garantiza la máxima objetividad. Esto es, el análisis de la primavera de 1936 como “una entidad diferenciada”, sin justificar lo sucedido en los años anteriores y “como si la Guerra Civil nunca se hubiera producido”, “sin etiquetar a los personajes en función de sus comportamientos después del 17 de julio” y atendiendo, por lo tanto, “a las fuentes emitidas en el momento”, entre las que destacan “un centenar de órganos de prensa”.

Deben identificarse al menos dos importantes objeciones. Por una parte, los autores se reservan la potestad de determinar cuáles son “los periódicos más moderados y profesionales del momento” y cuáles no, lo que añade una dificultad más a la ya discutible utilidad de la prensa como fuente totalmente fiable. De la misma manera, cuando se trabaja la correspondencia y las memorias de personalidades conservadoras se habla de “percepciones construidas a partir de experiencias sufridas en carne propia”, sin importar las menciones a los “instintos de hiena” y al “crecimiento animal” que se aplican a los adversarios, o que el hijo de Sanjurjo pinte un panorama desolador del país para luego reconocer que Barcelona, su lugar de residencia, “está tranquilísimo”. Por el contrario, en fuentes similares, ante percepciones de normalidad tras la victoria electoral de la izquierda, se puntualiza inmediatamente que “la realidad era bien distinta”.

Segunda objeción. Si resulta acertado eliminar de la ecuación analítica la guerra civil —aunque el lector sabe bien que tuvo lugar—, dicha premisa no se aplica cuando los autores utilizan las memorias de posguerra de los dirigentes republicanos y socialistas, en las que se despedazan alegre y africanamente entre sí. En el mismo sentido, difuminar en el análisis la frustración acumulada ante el bloqueo de sus reformas iniciales y la desproporcionada represión por la insurrección en Cataluña y en Asturias —merecedora en cualquier caso de condena, al no haber respetado el resultado electoral y la alternancia de poder— es lo que permite explicar el proceso de sustitución de las corporaciones municipales de 1936 casi exclusivamente en términos de revanchismo. Algo que resulta además insatisfactorio para explicar la nula conflictividad en Cataluña —lo que permitió al nacionalismo catalán acuñar la teoría del oasis por contraposición a una España conflictiva por naturaleza—, a la que apenas se dedica atención.

Manuel Azaña, en un acto en Madrid de su partido, la Izquierda Republicana, el 20 de octubre de 1935. KEYSTONE / GAMMA / GETTY IMAGES

A modo de ejercicio, sería interesante que los autores aplicaran su metodología a los años de la transición a la monarquía parlamentaria. En vista del notable grado de violencia política —atribuible en exclusiva a izquierda o derecha si nos permitimos seleccionar la prensa a la que otorgamos crédito—, y en vista de que no debemos guiarnos por el resultado posterior, la conclusión sería que el Gobierno Arias, pero también los de Adolfo Suárez, no supieron gestionar correctamente el orden público y que sus fuerzas y cuerpos de seguridad actuaron conforme a criterios ideológicos y no profesionales.

En tercer lugar, la mayor laguna del libro: la casi completa ausencia de cualquier perspectiva comparada. En este sentido, y en relación con el esfuerzo dedicado a integrar la trayectoria histórica española en un marco continental, el libro supone un cierto regreso al discurso de la excepcionalidad. Así, “todo tipo de paralelismos […] entre la situación española y lo que acababa de suceder en Alemania con la subida de Hitler” y “en Austria, en plena deriva autoritaria” se rechazan como “forzados a conveniencia”. Y también se descarta “una supuesta fascistización de la CEDA” sin más apoyatura que las propias declaraciones de Gil Robles, y aunque su propaganda electoral de febrero de 1936 hablara ya de una dialéctica de “España o anti-España” que remitía peligrosamente a conocidos teóricos del nazismo. La Francia del Frente Popular (1936-1938), que presenta unas cifras de violencia política durante este periodo bastante equiparables, es la otra gran ausencia comparativa.

Todo este debate se observa con atención desde el país vecino. Hasta el punto de que la Segunda República constituye el tema de historia de este año para las prestigiosas pruebas de la Agrégation de español: el examen que da acceso a la enseñanza en el ámbito superior y cuyo enunciado y bibliografía suelen marcar tendencia, como sucedió con Robert. O. Paxton y el régimen de Vichy. Tampoco es una casualidad.

Los historiadores galos se han dado cuenta de que la imagen de España y de su historia, y no es la primera vez, están siendo utilizadas por el revisionismo francés como globo sonda de cara a sus propias posibilidades. Si la crítica a la República española y la consiguiente justificación del golpe y la dictadura franquista calan en la opinión, la onda expansiva podría llegar hasta el Frente Popular francés. Así se lo podrá culpar —como ya intentó el mariscal Pétain con el Proceso de Riom (1942-1943)— de la derrota de junio de 1940, la que contó Chaves Nogales en La agonía de Francia. Así se explica la extraña atención que el diario Le Figaro, el mismo que en mayo de 1937 negaba el bombardeo de Guernica, prestaba hace un par de años a la traducción de la obra de un conocido revisionista. Como para fiarse ciegamente de la prensa moderada y responsable.

Lista de lecturas

Junto al pueblo en armas. Los editoriales del diario 'Ahora' bajo la dirección de Manuel Chaves Nogales Edición de Juan Carlos Mateos Fernández Espuela de Plata, 2024 304 páginas . 21,76 euros

Fuego cruzado. La primavera de 1936 Fernando del Rey y Manuel Álvarez Tardío Galaxia Gutenberg, 2024 696 páginas. 28 euros

Una historia de la policía española. De los grises y Conesa a los azules y Villarejo David Ballester Muñoz Pasado y Presente, 2024 752 páginas. 30,16 euros

El naufragio de la Segunda República. Una democracia sin demócratas Inger Enkvist La Esfera de los Libros, 2024 224 páginas. 19,90 euros

Ruido de togas. Justicia política y polarización social durante la República (1931-1936) Ruben Pérez Trujillano Tirant lo Blanch, 2024 722 páginas. 56,91 euros

Jueces contra la República. El poder judicial frente a las reformas republicanas Ruben Pérez Trujillano Dykinson, 2024 331 páginas. 9,91 euros (ebook)

La depuración de funcionarios de la Administración de Justicia durante la Segunda República Miguel Pino Abad Dykinson, 2024 236 páginas. 21,85 euros

La Segunda República, origen de la Guerra Civil José Ignacio Nicolás-Correa Almuzara, 2024 472 páginas. 24,95 euros

1923. El golpe de Estado que cambió la Historia de España Roberto Villa García Espasa, 2023 768 páginas. 23,90 euros

Grandes esperanzas. Los logros de la II República española Ana María Cervera Tébar, 2023 202 páginas. 9,27 euros

Las elecciones que acabaron con la monarquía. El 12 de abril de 1931 Carmelo Romero Salvador Los Libros de la Catarata, 2023 208 páginas. 17,50 euros

El Germinal español. Las elecciones que trajeron la Segunda República Francisco Sánchez Akal, 2023 504 páginas. 29 euros

El cénit de la ciencia republicana Leoncio López-Ocón Cabrera Sílex, 2023 622 páginas. 27 euros

Clara Victoria. La crónica del debate que cambió la historia de las mujeres Isaías Lafuente Booket, 2023 288 páginas. 18,90 euros

El PSOE y el sufragio femenino Jagoba Álvarez Ereño Libros.com, 2023 200 páginas. 22 euros

La tierra es vuestra. La reforma agraria. Un problema no resuelto. España, 1900-1950 Ricardo Robledo Pasado y Presente, 2022 616 páginas. 35 euros

Vidas truncadas. Historias de violencia en la España de 1936 Fernando del Rey y Manuel Álvarez Tardío Galaxia Gutenberg, 2021 592 páginas. 24,50 euros

La Segunda República española Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez Pasado y Presente, 2021 1.375 páginas. 39 euros

El gran error de la República. Entre el ruido de sables y la ineficiencia del Gobierno Ángel Viñas Crítica, 2021 576 páginas. 21,90 euros

Una mujer, un voto Alicia Palmer y Montse Mazorriaga Garbuix, 2021 168 páginas. 18 euros

viernes, 2 de agosto de 2024

Boeing, la empresa "demasiado grande para caer" que se declaró culpable por cargos relacionados con la seguridad de sus aviones

Avión Boeing

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Pie de foto,Boeing es uno de los dos grandes fabricantes de aviones comerciales en el mundo.


Boeing se declaró culpable de conspiración para cometer fraude luego de que las autoridades en Estados Unidos descubrieran que la empresa incumplió un acuerdo que pretendía reformarla tras dos accidentes fatales de sus aviones 737 Max en los que murieron 346 pasajeros y tripulantes. 

 El Departamento de Justicia de EE.UU. informó que el fabricante de aviones también acordó pagar una multa de US$243,6 millones.

Sin embargo, las familias de las personas que murieron en los vuelos hace cinco años criticaron el acuerdo por considerarlo un "trato ventajoso" que le permitirá a Boeing eludir toda responsabilidad por las muertes. Uno de los familiares lo calificó como una "abominación atroz".

El acuerdo debe ser aprobado ahora por un juez de EE.UU.

Al declararse culpable, Boeing evitará el espectáculo que implica un juicio penal, algo que las familias de las víctimas han estado pidiendo insistentemente. 

Dos trágicos accidentes 

La compañía está en crisis por su historial de seguridad desde los dos accidentes casi idénticos que sufrieron aviones 737 Max en 2018 y 2019, que llevaron a la inmovilización global de ese modelo de aviones durante más de un año.

En 2021, los fiscales acusaron a Boeing de conspiración para defraudar a los organismos reguladores, alegando que había engañado a la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) sobre su sistema de control de vuelo MCAS, implicado en ambos accidentes.

La FAA acordó no procesar a Boeing si la empresa pagaba una multa y completaba con éxito un periodo de tres años de mayor supervisión y presentación de informes.

Pero en enero, poco antes de que finalizara ese periodo, la puerta de un Boeing de Alaska Airlines explotó poco después del despegue, lo que obligó al avión a aterrizar de emergencia.

Nadie resultó herido durante el incidente, pero sí se intensificó el escrutinio sobre hasta qué punto Boeing había avanzado en mejorar su historial de seguridad y calidad.

En mayo, el Departamento de Justicia afirmó que Boeing había incumplido las condiciones del acuerdo de 2021, lo cual abría la posibilidad de un proceso judicial.

La decisión de Boeing de declararse culpable es una mancha negra en el historial de la empresa, que es un importante contratista militar del gobierno estadounidense, ya que ahora tiene antecedentes penales.

No está claro cómo afectarán esos antecedentes penales a las actividades de contratación de la empresa. El gobierno suele prohibir la participación en licitaciones de las empresas con antecedentes, pero puede conceder exenciones.

Avión de Alaska Airlines sin puerta

Avión de Alaska Airlines sin puerta

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Una puerta de un avión Boeing se desprendió en pleno vuelo en enero de 2024. 

Insuficiente para las familias 

Paul Cassell, abogado que representa a algunas de las familias de las personas fallecidas en los vuelos de 2018 y 2019, dijo: "Este acuerdo ventajoso no reconoce que, debido a la conspiración de Boeing, murieron 346 personas"

 "A través de la astuta actuación legal de Boeing y del Departamento de Justicia, se están ocultando las consecuencias mortales del delito de Boeing".

Cassell pidió al juez que evalúa el acuerdo que "rechace esta declaración de culpabilidad inapropiada y simplemente convoque un juicio público, para que todos los hechos que rodean el caso se expongan en un foro justo y abierto ante un jurado".

En una carta dirigida al gobierno en junio, Cassell pidió al Departamento de Justicia que impusiera a Boeing una multa de más de US$24.000 millones en reconocimiento de lo que describió como "el delito empresarial más mortífero de la historia de Estados Unidos".

También pidió que se enjuiciara a algunas personas, entre ellas al exdirector ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenberg.

Zipporah Kuria, quien perdió a su padre Joseph en uno de los accidentes mortales, expresó: "Espero que, Dios no lo quiera, si esto vuelve a ocurrir se le recuerde al Departamento de Justicia que tuvo la oportunidad de hacer algo significativo y en lugar de ello eligió no hacerlo".

Las familias de los fallecidos en los aviones Boeing en 2018 y 2019 han presionado para que la empresa vaya a juicio. En el acuerdo de 2021, Boeing acordó pagar US$2.500 millones para resolver el asunto, incluidos US$500 millones para un fondo de las víctimas.

El acuerdo indignó a los familiares, que no fueron consultados sobre las condiciones y piden que se juzgue a la empresa.

A finales de junio, CBS News, socio de la BBC en EE.UU., informó que personal directivo del Departamento de Justicia había recomendado que se iniciara un proceso judicial.

En una audiencia realizada en junio, el senador Richard Blumenthal dijo que creía que existía una "evidencia casi abrumadora" de que debía iniciarse un proceso judicial.

Los abogados de los familiares dijeron que al Departamento de Justicia le preocupaba no tener un caso sólido contra la empresa.

Mark Forkner, un antiguo piloto técnico de Boeing que fue la única persona que se enfrentó a cargos penales por el incidente, fue absuelto por un jurado en 2022. Sus abogados argumentaron que se le había utilizado como chivo expiatorio. 

Los antecedentes 

Mark Cohen, profesor emérito de la Universidad de Vanderbilt, que ha estudiado las condenas contra empresas, dijo que los fiscales suelen preferir acuerdos en los que la empresa se declara culpable, que les permiten evitar el riesgo de un juicio y le dan al gobierno más poder sobre la empresa que una sentencia típica.

"Tienen que pensar en las consecuencias colaterales", dijo. "No se toman este tipo de casos a la ligera".

Los problemas por el incumplimiento del acuerdo de 2021 no son el primer roce de Boeing con la ley.

En 2015, la empresa pagó millones en multas a la Administración Federal de Aviación para resolver una serie de reclamaciones por fabricación inadecuada y otros problemas.

La empresa también sigue enfrentándose a investigaciones y demandas por el incidente del vuelo de Alaska Airlines de enero. 

 ¿Demasiado grande para ser juzgada? 

Edificio de Boeing

Edificio de Boeing

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Boeing emplea unas 150.000 personas solo en Estados Unidos. 

Boeing es una de las empresas más grandes e importantes de Estados Unidos.

La empresa es uno de los dos principales fabricantes mundiales de aviones comerciales. Y es uno de los cinco mayores contratistas de defensa de Estados Unidos.

Emplea a más de 170.000 personas en todo el mundo, 150.000 de ellas en Estados Unidos, y generó unos ingresos por casi US$78.000 millones el año pasado. Su contribución a la economía estadounidense es vital.

Pero su compromiso con la seguridad se ha puesto en tela de juicio en repetidas ocasiones.

Varios informantes han denunciado presuntas prácticas inseguras en las fábricas de Boeing, así como en las de su principal proveedor, Spirit Aerosystems.

Los críticos exigen un cambio fundamental en la cultura corporativa de Boeing. Los fallos de seguridad de la empresa distan mucho de ser nuevos, y los intentos de resolverlos parecen haber sido infructuosos.

Tras los dos accidentes casi idénticos que ocurrieron en sus flamantes 737 Max en los que murieron 346 personas, se descubrió que se habían hecho recortes en el diseño del avión y que se había engañado a los reguladores.

Tras el primer accidente, se permitió que el avión siguiera volando a pesar de que se conocía el problema, por lo que se acusó a Boeing de anteponer sus ganancias a la seguridad de los pasajeros.

El Departamento de Justicia concluyó ahora que Boeing incumplió las condiciones del acuerdo de 2021 al no implantar ni aplicar un programa adecuado de cumplimiento y ética, lo que permite que la empresa sea procesada ahora por la acusación penal original. 

Un gigante aéreo 

Algunos legisladores de Washington, sin embargo, han expresado su preocupación por las consecuencias de imponer altos castigos a Boeing.

En una audiencia celebrada en abril, el senador republicano Ron Johnson dijo que temía que los organismos reguladores fueran perjudicar a una empresa tan crítica para la economía estadounidense.

"Vuelvo a la realidad del hecho de que todos queremos que Boeing tenga éxito", dijo.

"No queremos pensar que hay condiciones en estos aviones que realmente deberían obligar a los entes reguladores a dejarlos en tierra, con lo que eso haría a nuestra economía, lo que eso haría a la vida de las personas".

Según los analistas, no cabe duda de que la condición de Boeing como uno de los contratistas principales del ejército estadounidense habría sido un factor clave a la hora de decidir qué medidas tomar contra la empresa.

Sólo en 2022, Boeing acumuló contratos con el Departamento de Defensa por valor de más de US$14.000 millones.

También hay que tener en cuenta la posición de Boeing en el mercado de la aviación comercial. El gigante aéreo tiene actualmente pedidos de más de 6.000 aviones, lo que representa años de producción.

Su gran rival Airbus tiene una cartera de pedidos aún mayor, y ha estado luchando para producir suficientes aviones para satisfacer la demanda. 

Dave Calhoun interrogado por un subcomité del Senado

Dave Calhoun interrogado por un subcomité del Senado

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Dave Calhoun, CEO de Boeing, fue interrogado por un subcomité del Senado el mes pasado. 

Rivales emergentes 

En pocas palabras, el mercado necesita actualmente a Boeing para que las compañías aéreas obtengan los aviones que necesitan. Pero en el futuro la empresa también tendrá que estar en buena forma si quiere hacer frente a la amenaza de un rival emergente.

El fabricante chino Comac, respaldado por el Estado, produce actualmente el avión de pasajeros C919, un rival potencial del 737 Max y el Airbus A320 neo. Comenzó sus vuelos comerciales en mayo.

Aunque su cartera de pedidos es minúscula en comparación con la de los dos gigantes establecidos, a largo plazo podría beneficiarse de cualquier debilidad del gigante estadounidense.

También existe la posibilidad de que la brasileña Embraer, un fabricante de éxito para aerolíneas regionales más pequeñas, llene parte del espacio que actualmente ocupan Boeing y Airbus en el mercado.

La seguridad de los aviones Boeing ha seguido estando en tela de juicio desde los accidentes de 2018 y 2019. "Boeing es demasiado grande para caer, pero no es demasiado grande para ser mediocre", dice Ronald Epstein, analista de Bank of America que sigue a la empresa.

"Todos queremos una Boeing sana", añade. "Tener una Boeing que va por mal camino es malo para todos".

Las crisis ya han pasado una elevada factura a la compañía, que ha perdido dinero todos los años desde 2019, una suma que asciende a más de US$30.000 millones.

Todo esto puede explicar por qué el Departamento de Justicia no ha impuesto sanciones más severas a Boeing. No obstante, la empresa ha admitido un delito grave.

Eso en sí mismo es un gran avance. La cuestión ahora es si el Departamento de Justicia ha hecho lo suficiente para disuadir a la empresa de cometer delitos en el futuro.