domingo, 4 de agosto de 2024

¿Qué tan saludable es la sandía?

La sandía es la fruta del verano. Te mostramos un resumen de sus cualidades más saludables, además de algunas recetas frescas y deliciosas.

La sandía es la fruta del verano. En Estados Unidos es más popular que el melón cantalupo, el melón dulce y todos los demás melones juntos.

También es buena para el cuerpo, sobre todo en los días calurosos. A continuación, un resumen de las cualidades más saludables de la sandía, además de algunas recetas frescas y deliciosas del New York Times Cooking.

Hidrata
El nombre de la sandía en inglés, watermelon, es un nombre muy apropiado, porque contiene más del 91 por ciento de agua. Cuando te comes un trozo de tamaño medio (unos 280 gramos), te estás bebiendo un vaso lleno de agua.

La hidratación hace que el cuerpo funcione como debe, desde el riego sanguíneo hasta la regularidad intestinal. El agua de la sandía ayuda a mantenerse hidratado, lo que puede ser muy beneficioso cuando hace calor, ya que se pierden más líquidos a través del sudor.

“Nuestros cuerpos reconocen y utilizan las moléculas de agua independientemente de su procedencia”, afirmó Tamara Hew-Butler, especialista en medicina deportiva de la Universidad Estatal de Wayne. “Los alimentos altos en humedad como las frutas, las verduras y las sopas se consideran fuentes de agua”.

Las personas mayores, en particular, podrían encontrar más fácil y agradable obtener parte de sus líquidos a través de la fruta, dijo Amy Ellis, dietista y profesora asociada de nutrición en la Universidad de Alabama. Suelen sentir menos sed y, por tanto, beben menos, una de las razones por las que corren un mayor riesgo de deshidratación y enfermedades relacionadas con el calor durante una ola de calor.

No es tan azucarada como se piensa
Como la sandía es sobre todo agua, también tiene pocas calorías: una ración de una taza contiene solo 46 calorías.

“Algunas personas piensan que tiene un alto contenido de azúcar porque sabe muy dulce, pero en realidad es muy moderado”, dijo Ellis. Una taza de sandía en trozos contiene unos 9,5 gramos de azúcar, menos que los 13 gramos de una taza de manzanas troceadas o los casi 15 gramos de una taza de arándanos.

Es lo bastante poco como para que la fruta no provoque picos de azúcar en sangre, agregó Joanne Slavin, dietista y profesora de ciencias de la alimentación y nutrición de la Universidad de Minnesota.

Sin embargo, las calorías son energía, por lo que la sandía por sí sola no será suficiente combustible para tu cuerpo, explicó Samantha Dieras, dietista y directora de servicios de nutrición ambulatoria en el Hospital Mount Sinai. Pero cuando comes sandía como parte de una dieta equilibrada, su contenido en agua y su sabor dulce pueden ayudarte a sentirte saciado.

Hasta cierto punto, es saludable para el corazón
La sandía no contiene grasa ni sodio, lo que es bueno para el corazón. Pero aún no sabe con certeza si la sandía desempeña un papel activo en la reducción del riesgo de enfermedades del corazón, dijo Slavin.

Tanto Slavin como Ellis y Dieras sugirieron que el aminoácido L-citrulina y el micronutriente licopeno —ambos abundantes en la sandía— podrían mejorar la salud del corazón. Estas ideas tienen lógica, según Slavin.

Los científicos saben que los riñones convierten la L-citrulina en óxido nítrico, que puede relajar las paredes arteriales y reducir la presión arterial. Y el licopeno, una sustancia química presente en ciertas plantas, puede reducir la inflamación, que está relacionada con las enfermedades cardíacas. La gente tiende a asociar el licopeno con los tomates, pero la sandía tiene más.

Aun así, los estudios realizados en humanos con financiación independiente que analizan directamente el efecto de la sandía sobre la salud cardíaca no han mostrado mejoras apreciables. “La sandía no es una varita mágica”, afirmó Ellis, quien dirigió uno de los estudios. “No va a desplazar a la medicación para la tensión arterial ni nada por el estilo. Pero si se incorpora a una dieta con alimentos ricos en nutrientes, puede ser algo bueno para la salud vascular”.

He aquí cómo aprovecharla al máximo.
La sandía no se presta bien a los procesos de enlatado, deshidratación o congelación, dijo Slavin, lo que hace más difícil disfrutarla fuera de temporada. Cree que ésta es una de las razones por las que esta fruta es tan apreciada.

“La sandía es verano y felicidad”, afirmó. “Cuando alguien abre una sandía fresca y te da un trozo, es cuando está en su mejor momento”.

También es deliciosa en una ensalada, sopa o bebida gaseosa. 

A continuación, algunas recetas de NYT Cooking Cooking para empezar.

 Receta: ensalada de farro y sandía En este satisfactorio bol de cereales, la sandía se combina con farro, queso, hierbas y cebolla roja. Puedes sustituir el farro por arroz o quinoa, de cocción más rápida. Image
A pale green plate is topped with large cubes of watermelon, farro, crumbled white cheese and torn bits of fresh mint.
Credit...Sam Kaplan para The New York Times. Estilista de alimentos: Suzanne Lenzer. Estilista de utilería: Randi Brookman Harris
A pale green plate is topped with large cubes of watermelon, farro, crumbled white cheese and torn bits of fresh mint. Credit...

Receta: gazpacho de tomate y sandía con aguacate Guarda una jarra de esta sopa fría en el frigorífico para disfrutar de una comida instantánea en los días más calurosos. La sandía suaviza la dulzura de los tomates de verano demasiado maduros en la mezcla. Image 
Three glasses of orange-red gazpacho are topped with tiny cubes of avocado and watermelon. Spoons are set between the glasses on a blue surface.
Three glasses of orange-red gazpacho are topped with tiny cubes of avocado and watermelon. Spoons are set between the glasses on a blue surface. Credit...Francesco Tonelli para The New York Times 


Receta: Panzanella campestre con aliño de sandía Jugosa con trozos de sandía, tomates y pepino, esta ensalada veraniega por excelencia se vuelve aún más refrescante con un aliño de sandía. La chapata tostada y el queso feta desmenuzado la hacen lo suficientemente sustanciosa como para convertirla en una comida.  Image 
A large white serving bowl and a small white serving plate are filled with a salad of watermelon, tomatoes, cucumber, bread cubes, feta and herbs. Forks on a napkin, a jar of dressing and glasses of sparkling drinks surround them.
Credit...Ryan Liebe para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews.
A large white serving bowl and a small white serving plate are filled with a salad of watermelon, tomatoes, cucumber, bread cubes, feta and herbs. Forks on a napkin, a jar of dressing and glasses of sparkling drinks surround them. Credit...Ryan Liebe para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews. 

Receta: 
Chaat de sandía 
Este sabroso plato de fruta con aliño picante de comino y cítricos puede hacerse con cualquier fruta, pero es especialmente bueno con sandía. Es sabroso como aperitivo independiente o como guarnición. Image 
An off-white plate with a blue spoon set in it is filled with large cubes of watermelon topped with thin slivers of herbs and toasted cumin seeds.
Credit...Christopher Simpson para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews. Estilista de utilería: Paige Hicks.
An off-white plate with a blue spoon set in it is filled with large cubes of watermelon topped with thin slivers of herbs and toasted cumin seeds. Credit...Christopher Simpson para The New York Times. Estilista de alimentos: Simon Andrews. Estilista de utilería: Paige Hicks. 

Receta: Cerveza de jengibre y sandía Hacer zumo de sandía es una buena idea para todo el verano. ¿Completarlo con cerveza de jengibre efervescente para un refresco sin alcohol? Una genialidad. Image 
A short glass and a tall glass are filled with ice and blush-pink watermelon ginger beer. Another short glass filled with ice cubes sits on a decorative napkin.
Credit...Kelly Marshall para The New York Times. Estilista de alimentos: Roscoe Betsill. Estilista de utilería: Paige Hicks.    
A short glass and a tall glass are filled with ice and blush-pink watermelon ginger beer. Another short glass filled with ice cubes sits on a decorative napkin. Credit...

sábado, 3 de agosto de 2024

_- Un nuevo golpe a la Segunda República.

Varias personas evacuan a un niño herido en un tiroteo tras el entierro del policía José del Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, el 14 de julio de 1936.
_- Varias personas evacuan a un niño herido en un tiroteo tras el entierro del policía José del Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, el 14 de julio de 1936.
Una guía para orientarse en los debates sobre un régimen democrático en discusión: de una transición incompleta a la violencia política como argumento deslegitimador.

“Imaginemos que el 14 de abril, cuando los republicanos españoles entraron en Gobernación y unas docenas de ellos dijeron que se habían puesto a gobernar, se hubiesen planteado este problema que Hitler ha visto con tanta lucidez y, no contentos con que los guardias hubiesen hecho acto de acatamiento a la República, a cada guardia le hubiesen puesto un guardián: un joven republicano sin trabajo”. Quien lo escribió en mayo de 1933 no era ningún exaltado ni socialista radicalizado, sino Manuel Chaves Nogales, de gira en la Alemania que se encontraba Bajo el signo de la esvástica. Solía identificarse como “un intelectual liberal al servicio del pueblo”, una definición que prácticamente se superpone con el autorretrato de Manuel Azaña: “Un intelectual, un liberal y un burgués”. Chaves terminó convertido en subdirector del diario Ahora, muy cercano a la izquierda republicana. No es casualidad.

Junto al pueblo en armas es una colección de los editoriales que se publicaron en ese periódico durante los meses iniciales de la Guerra Civil, en edición de Espuela de Plata, y complementa el acercamiento a Chaves, frecuentemente invocado y bastante menos leído. El problema al que aludía el periodista sevillano tenía que ver con el dilema que debe afrontar toda transición a un nuevo régimen: ¿qué hacer con las estructuras y el personal del aparato del Estado anterior? En especial dado que, en esta época, los agentes públicos eran básicamente seleccionados en función de su afinidad y formados en la lealtad al sistema de turno. 

Retrato del periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), en Madrid en 1928.Retrato del periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), en Madrid en 1928.

 Retrato del periodista y novelista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), en Madrid en 1928. EFE / ALBUM 

Chaves se lamentaba de que, al contrario que Hitler, la República hubiera apostado por la continuidad. Con la sola excepción de la reforma militar, se renunció a cualquier forma de reemplazo generalizado por “parados republicanos” del personal del periodo monárquico, que, en lugar de mantener el nuevo orden, “acaso sea de los que se dedican a perturbarlo”. “Si hubiéramos hecho lo que Hitler […] no existiría nunca el temor de que el guardia no fuese bastante republicano”, concluía Chaves poniendo el acento en las fuerzas y cuerpos de seguridad, cuya importancia política ha sido objeto de reciente atención en Una historia de la policía española de David Ballester Muñoz.

Sangrante fue el caso del general Sanjurjo. Inicialmente ratificado como director de la Guardia Civil, fue protagonista del intento de golpe de Estado de 1932. Su plantilla, como recogía Azaña en sus diarios, “no se aviene con las nuevas autoridades”, puesto que “son alcaldes y concejales muchos que solían ser las víctimas y los perseguidos habituales”. La creación de la Guardia de Asalto y el plan de jubilaciones de jueces y fiscales fueron insuficientes, como ha estudiado Miguel Pino y demostró la matanza de Casas Viejas. A esas alturas, el entonces presidente del gobierno ya había comprobado que el viejo mundo monárquico se resistía a ceder posiciones de poder, y así no podría nacer el nuevo mundo prometido por la legislación reformista del primer bienio, que penaba para imponerse sobre el terreno agrario y laboral, y no era respetada ni aplicada por los tribunales, como acaba de demostrar Rubén Pérez Trujillano.

Estudiadas de manera pionera por Shlomo Ben-Amin en Los orígenes de la Segunda República: anatomía de una transición, las lógicas y desafíos de esta transición, muy celebrada en su día por su carácter conciliador, han quedado bastante olvidadas por la historiografía. Y eso que podría considerarse un antecedente y una piedra de toque a la hora de analizar la siguiente transición hacia un régimen democrático, la que dio lugar a nuestro sistema político. Probablemente porque resulta un ejercicio que incomoda tanto a quienes han criticado la excesiva continuidad en la transición hacia la monarquía parlamentaria como, especialmente, a quienes siguen dedicándose a cuestionar la naturaleza democrática de la Segunda República.

Una escultura en el suelo de la iglesia de Santa Teresa y San José de Madrid, tras un incendio intencionado en 1931. ARCHIVO DÍAZ CASARIEGO / EFE

En los últimos años, por el contrario, han proliferado los libros negando cualquier legitimidad y aspecto positivo en la experiencia republicana, desde su propia proclamación hasta las elecciones de febrero de 1936, pasando por el voto femenino. Estos libros los han escrito Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa, José Ignacio Nicolás-Correa o Inger Enkvist. Algunos de ellos están empeñados en convencernos de que la Restauración, con todas y cada una de sus elecciones amañadas, era en realidad más democrática y que Alfonso XIII iba camino de convertirse en un modélico monarca constitucional, algo que impidieron, oh sorpresa, la izquierda socialcomunista y el nacionalismo catalán. Además en sus entrevistas de promoción claman ser víctimas de la cultura de la cancelación y del malvado proceso de la memoria democrática.

Algunos historiadores están empeñados en convencernos de que la Restauración, con todas y cada una de sus elecciones amañadas, era en realidad más democrática y que Alfonso XIII iba camino de convertirse en un modélico monarca

Resulta bastante incierto. Hace ya muchos años que las visiones de postal sobre la República dieron paso a los análisis que, desde interpretaciones contrapuestas, han abordado el periodo en su complejidad. Pero, el objetivo de estas obras es evidente: establecer en el imaginario colectivo que el antecedente válido de la democracia actual es el sistema monárquico de la Restauración, mientras que la República se reduce a una época oscura marcada por el sectarismo, el desorden y la conflictividad.

Queda en manos de los lectores formarse su opinión y decidir si debe despreciarse completamente a un régimen constitucional sin duda imperfecto, como todas las jóvenes democracias de entreguerras. Imperfecto pero nacido de un proceso electoral y con alternancia en el poder, portador de un modelo territorial descentralizado, que representó uno de los momentos culminantes de la ciencia española, y que hizo posible que Clara Campoamor aprobara el sufragio femenino, con la vergonzante ausencia en la votación de Azaña y de Indalecio Prieto, pero gracias a los votos favorables del PSOE y de la Acción Popular de Gil Robles. Pueden comprobarlo ustedes mismos acudiendo al Diario de Sesiones de las Cortes. Al contrario de lo que circula por las redes, podrán verificarlo: Largo Caballero voto sí.

Una mujer vota en las elecciones españolas, en Madrid el 16 de febrero de 1936, que otorgaron la victoria al Frente Popular. KEYSTONE / GAMMA / GETTY IMAGES

La violencia política es el penúltimo recurso de los que afirman que criticar cualquier aspecto de la República es hacer historia objetiva y reivindicar alguna de sus medidas y reformas hacer historia ideológica.

La nueva entrega de esta saga es Fuego cruzado. La primavera de 1936. Sus autores son Manuel Álvarez Tardío, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos (y al que no acompaña en esta ocasión Roberto Villa, centrado en instituciones tan escasamente politizadas como la FAES), y el catedrático de la Universidad Complutense Fernando del Rey, autor de Retaguardia roja, que mereció el Premio Nacional de Historia por su notable aportación al conocimiento de la violencia en el campo republicano durante la guerra civil.

Continuación de la labor que iniciaron como directores del volumen Vidas truncadas. Historias de violencia en la España de 1936, Álvarez Tardío y Del Rey presentan un ambicioso trabajo, de casi setecientas páginas, muy bien estructurado y repleto de información sobre las instituciones, las situaciones y los protagonistas de “cinco meses de la vida política española”, reflejo de una voluntad de exhaustividad que hace la lectura algo repetitiva aunque apasionante y con unas conclusiones claras: las “fuerzas de izquierda” fueron responsables “de forma abrumadora” del inicio de “las acciones y movilizaciones con derivaciones violentas” y los gobiernos de Azaña y de Casares Quiroga no supieron gestionar con garantías y equidad el orden público.

Existen tres grandes problemas que ponen en cuestión el conjunto del estudio y que lastran sus conclusiones. En primer lugar, los sesgos. Queda reflejado en el lenguaje para referirse tanto a los compañeros como a los propios protagonistas. Así, aquellos investigadores que ofrecen interpretaciones discrepantes son tachados de “historiadores obsesionados con rebajar los números de la conflictividad” o de “historiadores propagandistas ejercientes de tales”, mientras los coincidentes se agrupan bajo la etiqueta de “pluma cualificada”. Y qué decir de esos pobres pequeños y medianos campesinos que se “vieron empujados a una mayor intransigencia” o de aquel ambiente peligroso por “el solo hecho de ser fascista, o parecerlo”. Es lógico, porque enfrente se encontraban los “comunistas y socialistas exaltados” con sus dirigentes, que además se procuraban entre sí un “odio africano”, sin que figure definición alguna de tan geográfico sentimiento. 
La policía a caballo persigue a unas personas en una calle de Madrid después de que comunistas y fascistas se enfrentaran durante un desfile militar el 4 de mayo de 1936.La policía a caballo persigue a unas personas en una calle de Madrid después de que comunistas y fascistas se enfrentaran durante un desfile militar el 4 de mayo de 1936

La policía a caballo persigue a unas personas en una calle de Madrid después de que comunistas y fascistas se enfrentaran durante un desfile militar el 4 de mayo de 1936. KEYSTONE / GETTY IMAGES 

En segundo lugar, lo errático de su metodología. Afirman haber aplicado un método que les garantiza la máxima objetividad. Esto es, el análisis de la primavera de 1936 como “una entidad diferenciada”, sin justificar lo sucedido en los años anteriores y “como si la Guerra Civil nunca se hubiera producido”, “sin etiquetar a los personajes en función de sus comportamientos después del 17 de julio” y atendiendo, por lo tanto, “a las fuentes emitidas en el momento”, entre las que destacan “un centenar de órganos de prensa”.

Deben identificarse al menos dos importantes objeciones. Por una parte, los autores se reservan la potestad de determinar cuáles son “los periódicos más moderados y profesionales del momento” y cuáles no, lo que añade una dificultad más a la ya discutible utilidad de la prensa como fuente totalmente fiable. De la misma manera, cuando se trabaja la correspondencia y las memorias de personalidades conservadoras se habla de “percepciones construidas a partir de experiencias sufridas en carne propia”, sin importar las menciones a los “instintos de hiena” y al “crecimiento animal” que se aplican a los adversarios, o que el hijo de Sanjurjo pinte un panorama desolador del país para luego reconocer que Barcelona, su lugar de residencia, “está tranquilísimo”. Por el contrario, en fuentes similares, ante percepciones de normalidad tras la victoria electoral de la izquierda, se puntualiza inmediatamente que “la realidad era bien distinta”.

Segunda objeción. Si resulta acertado eliminar de la ecuación analítica la guerra civil —aunque el lector sabe bien que tuvo lugar—, dicha premisa no se aplica cuando los autores utilizan las memorias de posguerra de los dirigentes republicanos y socialistas, en las que se despedazan alegre y africanamente entre sí. En el mismo sentido, difuminar en el análisis la frustración acumulada ante el bloqueo de sus reformas iniciales y la desproporcionada represión por la insurrección en Cataluña y en Asturias —merecedora en cualquier caso de condena, al no haber respetado el resultado electoral y la alternancia de poder— es lo que permite explicar el proceso de sustitución de las corporaciones municipales de 1936 casi exclusivamente en términos de revanchismo. Algo que resulta además insatisfactorio para explicar la nula conflictividad en Cataluña —lo que permitió al nacionalismo catalán acuñar la teoría del oasis por contraposición a una España conflictiva por naturaleza—, a la que apenas se dedica atención.

Manuel Azaña, en un acto en Madrid de su partido, la Izquierda Republicana, el 20 de octubre de 1935. KEYSTONE / GAMMA / GETTY IMAGES

A modo de ejercicio, sería interesante que los autores aplicaran su metodología a los años de la transición a la monarquía parlamentaria. En vista del notable grado de violencia política —atribuible en exclusiva a izquierda o derecha si nos permitimos seleccionar la prensa a la que otorgamos crédito—, y en vista de que no debemos guiarnos por el resultado posterior, la conclusión sería que el Gobierno Arias, pero también los de Adolfo Suárez, no supieron gestionar correctamente el orden público y que sus fuerzas y cuerpos de seguridad actuaron conforme a criterios ideológicos y no profesionales.

En tercer lugar, la mayor laguna del libro: la casi completa ausencia de cualquier perspectiva comparada. En este sentido, y en relación con el esfuerzo dedicado a integrar la trayectoria histórica española en un marco continental, el libro supone un cierto regreso al discurso de la excepcionalidad. Así, “todo tipo de paralelismos […] entre la situación española y lo que acababa de suceder en Alemania con la subida de Hitler” y “en Austria, en plena deriva autoritaria” se rechazan como “forzados a conveniencia”. Y también se descarta “una supuesta fascistización de la CEDA” sin más apoyatura que las propias declaraciones de Gil Robles, y aunque su propaganda electoral de febrero de 1936 hablara ya de una dialéctica de “España o anti-España” que remitía peligrosamente a conocidos teóricos del nazismo. La Francia del Frente Popular (1936-1938), que presenta unas cifras de violencia política durante este periodo bastante equiparables, es la otra gran ausencia comparativa.

Todo este debate se observa con atención desde el país vecino. Hasta el punto de que la Segunda República constituye el tema de historia de este año para las prestigiosas pruebas de la Agrégation de español: el examen que da acceso a la enseñanza en el ámbito superior y cuyo enunciado y bibliografía suelen marcar tendencia, como sucedió con Robert. O. Paxton y el régimen de Vichy. Tampoco es una casualidad.

Los historiadores galos se han dado cuenta de que la imagen de España y de su historia, y no es la primera vez, están siendo utilizadas por el revisionismo francés como globo sonda de cara a sus propias posibilidades. Si la crítica a la República española y la consiguiente justificación del golpe y la dictadura franquista calan en la opinión, la onda expansiva podría llegar hasta el Frente Popular francés. Así se lo podrá culpar —como ya intentó el mariscal Pétain con el Proceso de Riom (1942-1943)— de la derrota de junio de 1940, la que contó Chaves Nogales en La agonía de Francia. Así se explica la extraña atención que el diario Le Figaro, el mismo que en mayo de 1937 negaba el bombardeo de Guernica, prestaba hace un par de años a la traducción de la obra de un conocido revisionista. Como para fiarse ciegamente de la prensa moderada y responsable.

Lista de lecturas

Junto al pueblo en armas. Los editoriales del diario 'Ahora' bajo la dirección de Manuel Chaves Nogales Edición de Juan Carlos Mateos Fernández Espuela de Plata, 2024 304 páginas . 21,76 euros

Fuego cruzado. La primavera de 1936 Fernando del Rey y Manuel Álvarez Tardío Galaxia Gutenberg, 2024 696 páginas. 28 euros

Una historia de la policía española. De los grises y Conesa a los azules y Villarejo David Ballester Muñoz Pasado y Presente, 2024 752 páginas. 30,16 euros

El naufragio de la Segunda República. Una democracia sin demócratas Inger Enkvist La Esfera de los Libros, 2024 224 páginas. 19,90 euros

Ruido de togas. Justicia política y polarización social durante la República (1931-1936) Ruben Pérez Trujillano Tirant lo Blanch, 2024 722 páginas. 56,91 euros

Jueces contra la República. El poder judicial frente a las reformas republicanas Ruben Pérez Trujillano Dykinson, 2024 331 páginas. 9,91 euros (ebook)

La depuración de funcionarios de la Administración de Justicia durante la Segunda República Miguel Pino Abad Dykinson, 2024 236 páginas. 21,85 euros

La Segunda República, origen de la Guerra Civil José Ignacio Nicolás-Correa Almuzara, 2024 472 páginas. 24,95 euros

1923. El golpe de Estado que cambió la Historia de España Roberto Villa García Espasa, 2023 768 páginas. 23,90 euros

Grandes esperanzas. Los logros de la II República española Ana María Cervera Tébar, 2023 202 páginas. 9,27 euros

Las elecciones que acabaron con la monarquía. El 12 de abril de 1931 Carmelo Romero Salvador Los Libros de la Catarata, 2023 208 páginas. 17,50 euros

El Germinal español. Las elecciones que trajeron la Segunda República Francisco Sánchez Akal, 2023 504 páginas. 29 euros

El cénit de la ciencia republicana Leoncio López-Ocón Cabrera Sílex, 2023 622 páginas. 27 euros

Clara Victoria. La crónica del debate que cambió la historia de las mujeres Isaías Lafuente Booket, 2023 288 páginas. 18,90 euros

El PSOE y el sufragio femenino Jagoba Álvarez Ereño Libros.com, 2023 200 páginas. 22 euros

La tierra es vuestra. La reforma agraria. Un problema no resuelto. España, 1900-1950 Ricardo Robledo Pasado y Presente, 2022 616 páginas. 35 euros

Vidas truncadas. Historias de violencia en la España de 1936 Fernando del Rey y Manuel Álvarez Tardío Galaxia Gutenberg, 2021 592 páginas. 24,50 euros

La Segunda República española Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez Pasado y Presente, 2021 1.375 páginas. 39 euros

El gran error de la República. Entre el ruido de sables y la ineficiencia del Gobierno Ángel Viñas Crítica, 2021 576 páginas. 21,90 euros

Una mujer, un voto Alicia Palmer y Montse Mazorriaga Garbuix, 2021 168 páginas. 18 euros

viernes, 2 de agosto de 2024

Boeing, la empresa "demasiado grande para caer" que se declaró culpable por cargos relacionados con la seguridad de sus aviones

Avión Boeing

FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

Pie de foto,Boeing es uno de los dos grandes fabricantes de aviones comerciales en el mundo.


Boeing se declaró culpable de conspiración para cometer fraude luego de que las autoridades en Estados Unidos descubrieran que la empresa incumplió un acuerdo que pretendía reformarla tras dos accidentes fatales de sus aviones 737 Max en los que murieron 346 pasajeros y tripulantes. 

 El Departamento de Justicia de EE.UU. informó que el fabricante de aviones también acordó pagar una multa de US$243,6 millones.

Sin embargo, las familias de las personas que murieron en los vuelos hace cinco años criticaron el acuerdo por considerarlo un "trato ventajoso" que le permitirá a Boeing eludir toda responsabilidad por las muertes. Uno de los familiares lo calificó como una "abominación atroz".

El acuerdo debe ser aprobado ahora por un juez de EE.UU.

Al declararse culpable, Boeing evitará el espectáculo que implica un juicio penal, algo que las familias de las víctimas han estado pidiendo insistentemente. 

Dos trágicos accidentes 

La compañía está en crisis por su historial de seguridad desde los dos accidentes casi idénticos que sufrieron aviones 737 Max en 2018 y 2019, que llevaron a la inmovilización global de ese modelo de aviones durante más de un año.

En 2021, los fiscales acusaron a Boeing de conspiración para defraudar a los organismos reguladores, alegando que había engañado a la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) sobre su sistema de control de vuelo MCAS, implicado en ambos accidentes.

La FAA acordó no procesar a Boeing si la empresa pagaba una multa y completaba con éxito un periodo de tres años de mayor supervisión y presentación de informes.

Pero en enero, poco antes de que finalizara ese periodo, la puerta de un Boeing de Alaska Airlines explotó poco después del despegue, lo que obligó al avión a aterrizar de emergencia.

Nadie resultó herido durante el incidente, pero sí se intensificó el escrutinio sobre hasta qué punto Boeing había avanzado en mejorar su historial de seguridad y calidad.

En mayo, el Departamento de Justicia afirmó que Boeing había incumplido las condiciones del acuerdo de 2021, lo cual abría la posibilidad de un proceso judicial.

La decisión de Boeing de declararse culpable es una mancha negra en el historial de la empresa, que es un importante contratista militar del gobierno estadounidense, ya que ahora tiene antecedentes penales.

No está claro cómo afectarán esos antecedentes penales a las actividades de contratación de la empresa. El gobierno suele prohibir la participación en licitaciones de las empresas con antecedentes, pero puede conceder exenciones.

Avión de Alaska Airlines sin puerta

Avión de Alaska Airlines sin puerta

FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

Pie de foto,
Una puerta de un avión Boeing se desprendió en pleno vuelo en enero de 2024. 

Insuficiente para las familias 

Paul Cassell, abogado que representa a algunas de las familias de las personas fallecidas en los vuelos de 2018 y 2019, dijo: "Este acuerdo ventajoso no reconoce que, debido a la conspiración de Boeing, murieron 346 personas"

 "A través de la astuta actuación legal de Boeing y del Departamento de Justicia, se están ocultando las consecuencias mortales del delito de Boeing".

Cassell pidió al juez que evalúa el acuerdo que "rechace esta declaración de culpabilidad inapropiada y simplemente convoque un juicio público, para que todos los hechos que rodean el caso se expongan en un foro justo y abierto ante un jurado".

En una carta dirigida al gobierno en junio, Cassell pidió al Departamento de Justicia que impusiera a Boeing una multa de más de US$24.000 millones en reconocimiento de lo que describió como "el delito empresarial más mortífero de la historia de Estados Unidos".

También pidió que se enjuiciara a algunas personas, entre ellas al exdirector ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenberg.

Zipporah Kuria, quien perdió a su padre Joseph en uno de los accidentes mortales, expresó: "Espero que, Dios no lo quiera, si esto vuelve a ocurrir se le recuerde al Departamento de Justicia que tuvo la oportunidad de hacer algo significativo y en lugar de ello eligió no hacerlo".

Las familias de los fallecidos en los aviones Boeing en 2018 y 2019 han presionado para que la empresa vaya a juicio. En el acuerdo de 2021, Boeing acordó pagar US$2.500 millones para resolver el asunto, incluidos US$500 millones para un fondo de las víctimas.

El acuerdo indignó a los familiares, que no fueron consultados sobre las condiciones y piden que se juzgue a la empresa.

A finales de junio, CBS News, socio de la BBC en EE.UU., informó que personal directivo del Departamento de Justicia había recomendado que se iniciara un proceso judicial.

En una audiencia realizada en junio, el senador Richard Blumenthal dijo que creía que existía una "evidencia casi abrumadora" de que debía iniciarse un proceso judicial.

Los abogados de los familiares dijeron que al Departamento de Justicia le preocupaba no tener un caso sólido contra la empresa.

Mark Forkner, un antiguo piloto técnico de Boeing que fue la única persona que se enfrentó a cargos penales por el incidente, fue absuelto por un jurado en 2022. Sus abogados argumentaron que se le había utilizado como chivo expiatorio. 

Los antecedentes 

Mark Cohen, profesor emérito de la Universidad de Vanderbilt, que ha estudiado las condenas contra empresas, dijo que los fiscales suelen preferir acuerdos en los que la empresa se declara culpable, que les permiten evitar el riesgo de un juicio y le dan al gobierno más poder sobre la empresa que una sentencia típica.

"Tienen que pensar en las consecuencias colaterales", dijo. "No se toman este tipo de casos a la ligera".

Los problemas por el incumplimiento del acuerdo de 2021 no son el primer roce de Boeing con la ley.

En 2015, la empresa pagó millones en multas a la Administración Federal de Aviación para resolver una serie de reclamaciones por fabricación inadecuada y otros problemas.

La empresa también sigue enfrentándose a investigaciones y demandas por el incidente del vuelo de Alaska Airlines de enero. 

 ¿Demasiado grande para ser juzgada? 

Edificio de Boeing

Edificio de Boeing

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,
Boeing emplea unas 150.000 personas solo en Estados Unidos. 

Boeing es una de las empresas más grandes e importantes de Estados Unidos.

La empresa es uno de los dos principales fabricantes mundiales de aviones comerciales. Y es uno de los cinco mayores contratistas de defensa de Estados Unidos.

Emplea a más de 170.000 personas en todo el mundo, 150.000 de ellas en Estados Unidos, y generó unos ingresos por casi US$78.000 millones el año pasado. Su contribución a la economía estadounidense es vital.

Pero su compromiso con la seguridad se ha puesto en tela de juicio en repetidas ocasiones.

Varios informantes han denunciado presuntas prácticas inseguras en las fábricas de Boeing, así como en las de su principal proveedor, Spirit Aerosystems.

Los críticos exigen un cambio fundamental en la cultura corporativa de Boeing. Los fallos de seguridad de la empresa distan mucho de ser nuevos, y los intentos de resolverlos parecen haber sido infructuosos.

Tras los dos accidentes casi idénticos que ocurrieron en sus flamantes 737 Max en los que murieron 346 personas, se descubrió que se habían hecho recortes en el diseño del avión y que se había engañado a los reguladores.

Tras el primer accidente, se permitió que el avión siguiera volando a pesar de que se conocía el problema, por lo que se acusó a Boeing de anteponer sus ganancias a la seguridad de los pasajeros.

El Departamento de Justicia concluyó ahora que Boeing incumplió las condiciones del acuerdo de 2021 al no implantar ni aplicar un programa adecuado de cumplimiento y ética, lo que permite que la empresa sea procesada ahora por la acusación penal original. 

Un gigante aéreo 

Algunos legisladores de Washington, sin embargo, han expresado su preocupación por las consecuencias de imponer altos castigos a Boeing.

En una audiencia celebrada en abril, el senador republicano Ron Johnson dijo que temía que los organismos reguladores fueran perjudicar a una empresa tan crítica para la economía estadounidense.

"Vuelvo a la realidad del hecho de que todos queremos que Boeing tenga éxito", dijo.

"No queremos pensar que hay condiciones en estos aviones que realmente deberían obligar a los entes reguladores a dejarlos en tierra, con lo que eso haría a nuestra economía, lo que eso haría a la vida de las personas".

Según los analistas, no cabe duda de que la condición de Boeing como uno de los contratistas principales del ejército estadounidense habría sido un factor clave a la hora de decidir qué medidas tomar contra la empresa.

Sólo en 2022, Boeing acumuló contratos con el Departamento de Defensa por valor de más de US$14.000 millones.

También hay que tener en cuenta la posición de Boeing en el mercado de la aviación comercial. El gigante aéreo tiene actualmente pedidos de más de 6.000 aviones, lo que representa años de producción.

Su gran rival Airbus tiene una cartera de pedidos aún mayor, y ha estado luchando para producir suficientes aviones para satisfacer la demanda. 

Dave Calhoun interrogado por un subcomité del Senado

Dave Calhoun interrogado por un subcomité del Senado

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,
Dave Calhoun, CEO de Boeing, fue interrogado por un subcomité del Senado el mes pasado. 

Rivales emergentes 

En pocas palabras, el mercado necesita actualmente a Boeing para que las compañías aéreas obtengan los aviones que necesitan. Pero en el futuro la empresa también tendrá que estar en buena forma si quiere hacer frente a la amenaza de un rival emergente.

El fabricante chino Comac, respaldado por el Estado, produce actualmente el avión de pasajeros C919, un rival potencial del 737 Max y el Airbus A320 neo. Comenzó sus vuelos comerciales en mayo.

Aunque su cartera de pedidos es minúscula en comparación con la de los dos gigantes establecidos, a largo plazo podría beneficiarse de cualquier debilidad del gigante estadounidense.

También existe la posibilidad de que la brasileña Embraer, un fabricante de éxito para aerolíneas regionales más pequeñas, llene parte del espacio que actualmente ocupan Boeing y Airbus en el mercado.

La seguridad de los aviones Boeing ha seguido estando en tela de juicio desde los accidentes de 2018 y 2019. "Boeing es demasiado grande para caer, pero no es demasiado grande para ser mediocre", dice Ronald Epstein, analista de Bank of America que sigue a la empresa.

"Todos queremos una Boeing sana", añade. "Tener una Boeing que va por mal camino es malo para todos".

Las crisis ya han pasado una elevada factura a la compañía, que ha perdido dinero todos los años desde 2019, una suma que asciende a más de US$30.000 millones.

Todo esto puede explicar por qué el Departamento de Justicia no ha impuesto sanciones más severas a Boeing. No obstante, la empresa ha admitido un delito grave.

Eso en sí mismo es un gran avance. La cuestión ahora es si el Departamento de Justicia ha hecho lo suficiente para disuadir a la empresa de cometer delitos en el futuro.

jueves, 1 de agosto de 2024

¿Inventaron los nazis el ‘management’ moderno?

Adolf Hitlers visited a Siemens factory in Berlin, 1933, after his final rally before winning the parliamentary elections
Adolf Hitler visita la fábrica de Siemens en Berlín en 1933, tras su último mitin electoral antes de ganar (no las ganó, el 60% de los alemanes nunca le votó en libertad) las elecciones al Reichstag.
El historiador Johann Chapoutot describe en el ensayo ‘Libres para obedecer’ los paralelismos entre la gestión de una empresa actual y los métodos del régimen hitleriano.

¿Existe una relación entre la gestión de cualquier empresa actual y la organización del trabajo en la Alemania nazi? Es la rompedora tesis del historiador Johann Chapoutot, profesor de Historia Contemporánea en la Sorbonne, que describe en su ensayo Libres para obedecer (Alianza) cómo el régimen hitleriano puso en marcha un modelo de organización jerárquica basado en la delegación de responsabilidades y la iniciativa individual. Según Chapoutot, los nazis defendieron una concepción no autoritaria del trabajo, donde el obrero ya no era un subordinado sino un “colaborador”, noción que puede parecer contradictoria respecto al carácter iliberal del Tercer Reich. Esa estrategia de asignación de tareas y definición de competencias, opuesta a la verticalidad del capitalismo británico o francés de finales del siglo XIX y relativamente similar a la cultura neoliberal de nuestro tiempo, estuvo al servicio de la economía de guerra alemana y del exterminio de millones de personas, pero terminó sobreviviendo al final del conflicto en 1945 y fue entregada como herencia a la Europa de la posguerra.

El ensayo causó estupor y cierta polémica cuando fue publicado en Francia en 2020, donde se convirtió en un pequeño fenómeno editorial. “Descubrí las similitudes entre los modelos nazi y neoliberal al estudiar el trabajo de juristas alemanes que teorizaron sobre un nuevo marco normativo para el régimen: les hacía falta una nueva ley moral, un nuevo derecho que les autorizara a exterminar a parte de la población”, explica Chapoutot en un restaurante pegado a la Sorbonne. Entre esos teóricos figuraba Reinhard Höhn, que tras la guerra se convirtió en el padre del management moderno en Alemania, donde fue celebrado como un pionero y llegó a ser objeto de un homenaje de la patronal poco antes de morir en el año 2000.

Para Höhn, el Estado debía desaparecer y ceder lugar a nuevas agencias gubernamentales, menos burocráticas y más dinámicas, en las que trabajarían trabajadores autónomos y felices. Para Chapoutot, estudiar la organización laboral del régimen permite adentrarse en otra cuestión aún más espinosa: la del estatus histórico del nazismo en Europa. ¿Fue una excepción, una anomalía, un paréntesis cerrado? “Al revés, los nazis están plenamente integrados en la historia occidental. Su legado se inscribe en nuestra modernidad. En realidad, los nazis no inventaron nada. Llevaron al extremo lógicas que existían antes de su aparición y que permanecieron tras la desaparición del régimen”, responde el historiador.

“En realidad, los nazis no inventaron nada. Llevaron al extremo lógicas que existían antes de su aparición y que permanecieron tras la desaparición del régimen”, dice el autor

El libro desmonta muchas tesis infundadas sobre el nazismo. Recuerda, por ejemplo, que Hitler se oponía a la idea de un Estado fuerte, venerado en los tiempos de Prusia, pero que el führer consideraba una catástrofe para la raza alemana. “No es el Estado el que nos da órdenes, sino nosotros quienes damos órdenes al Estado”, declaró en 1934. “Solemos asimilar el nazismo con el fascismo y el estalinismo, donde sí había un Estado fuerte y centralizado. En realidad, los nazis se creían liberales, pese a oponerse a todos los principios del liberalismo filosófico. Apoyaban las tesis del nacionalismo alemán sobre la libertad, y vinculaban la aparición del Estado a los últimos días de Roma, cuando la mezcla de razas exigió un exoesqueleto normativo y un derecho escrito y no oral”, apunta Chapoutot. “Los germanos de buena raza y sanos de espíritu, en cambio, lograban gobernarse a sí mismos sin tener que recurrir a él”.

Contra la reificación diagnosticada por el marxismo, los nazis promovieron una especie de alienación voluntaria del trabajador. “Impulsaron una concepción nueva de la subordinación para que fuera aceptada por el propio subordinado. Los proyectos del nazismo eran gigantescos: había que producir, expandirse, reproducirse y preparar la guerra en tiempo récord. La represión no funcionaba. Había que obtener el consentimiento, o incluso la adhesión y el entusiasmo de los sometidos”, apunta el autor. Esa ambición originó una organización del trabajo que resaltaba su carácter agradable, las medidas de aeración y de higiene, la ergonomía y las actividades de ocio, que perfeccionó los preceptos del dopolavoro mussoliniano.

historiador Johann Chapoutot, autor de 'Libres para obedecer'

El historiador Johann Chapoutot, autor de 'Libres para obedecer', retratado en París a mediados de septiembre. BRUNO ARBESÚ

En Alemania, el sindicato único creó una división llamada Kraft durch Freude (algo así como “fuerza por medio de la alegría”), convencido de que la producción solo podría sostenerse a través de una ilusoria sensación de júbilo y bienestar. Se organizaron vacaciones al infausto resort de la isla de Rügen, conciertos en las fábricas, actividades deportivas, módulos de dietética y cursillos para gestionar la carga de trabajo, antepasado del estrés. Cualquier parecido con los happiness managers que surgieron en Silicon Valley y luego invadieron el mundo, encargados de proponer cursos de yoga e instalar futbolines para los asalariados, es pura coincidencia.

El objetivo de Hitler y Goebbels, como dejaron claro en sendos discursos pronunciados durante la fiesta del 1 de mayo de 1933, consistía en terminar con la lucha de clases y eliminar el conflicto en el lugar de trabajo para no perjudicar la productividad. “Contra el marxismo judío, que oponía trabajo y capital, la propaganda nazi lanzó otra imagen: el ingeniero y el obrero estrechándose la mano. En la Primera Guerra Mundial habían luchado juntos en las trincheras, porque formaban parte de la misma nación y la misma raza. El marxismo amenazaba con destruir esa unidad”, relata Chapoutot, que recuerda la “trampa” ideada en los años diez para disuadir a las masas tentadas por el comunismo: asegurar que el nazismo también era un socialismo. “Hitler dice a los obreros que es uno más entre ellos. Esa identificación engañosa es una idea que persiste en muchos líderes populistas, con un millonario como Trump como mejor ejemplo”.

El ensayo pasa de puntillas sobre la idea más incómoda de cuantas enuncia: el paralelismo entre la destrucción de empleos y la supresión de vidas

Por encima de todo, los nazis fueron partidarios de un darwinismo social, de una sociedad de ganadores y perdedores donde los segundos solo podían culparse a sí mismos de su fracaso. Para ser un ciudadano aceptable, no solo había que pertenecer a la raza adecuada, sino también producir por encima de sus posibilidades. “Cuando no era el caso, el individuo se convertía en un peso muerto para la sociedad, lo que abría la puerta a su exterminación. Los nazis son el emblema de una deshumanización que sigue vigente hoy. Ya no somos personas, sino material humano, expresión omnipresente en el lenguaje del régimen que después fue rebautizada como recursos humanos”, apunta Chapoutot.

En el libro, el historiador pasa de puntillas sobre la idea más incómoda de cuantas contiene su apasionante ensayo: el paralelismo entre la destrucción de empleos y la supresión de vidas. En la entrevista, admite que los despidos masivos de los grandes grupos en la era de la reconversión industrial tienen algo de muerte simbólica. Y, en algunos casos, literal. Chapoutot recuerda el plan de transformación de la antigua France Télécom en Orange, que se saldó con 35 suicidios de trabajadores en 2009. “Dos años antes, su director general había afirmado que los 22.000 despedidos, inservibles para una empresa pública en vías de privatización, deberían marcharse ‘por la puerta o por la ventana’. Y eso fue lo que sucedió”, lamenta. El autor acabará admitiendo que su libro tiene una dimensión política: “He querido crear una disonancia respecto al clima actual, recordar de dónde procede ese vocabulario y alertar ante una concepción de la vida que, aunque no siempre nos demos cuenta, sigue siendo terrible y criminal”.

miércoles, 31 de julio de 2024

Haïm Brezis: una figura universal que potenció la emergente matemática española.

El matemático Haïm Brezis, en una conferencia en 2016.
El matemático Haïm Brezis, en una conferencia en 2016.
Muere el matemático francés, que fue el principal motor del acuerdo entre las Academias de Ciencias francesa y española.

El 7 de julio nos dejó uno de los más eminentes matemáticos del siglo XX, Haïm Brezis, que unió una capacidad extraordinaria para el análisis matemático y el estudio de las ecuaciones diferenciales que rigen los procesos que modelizan la ciencia moderna. Como decía Galileo, el libro de la naturaleza está escrito en lengua matemática. Esa peculiaridad no conoce fronteras ni sabe de modas, ni de guerras, ni de las variadas acciones humanas que crean la “cambiante actualidad”. La obra que nos deja Haïm Brezis (nacido en Riomès-Montagnes, Francia, 1 de junio de 1944) es una excelente prueba de tal unión entre belleza pura y utilidad práctica.

Formado en el entorno de la matemática pura, pero interesado también en la modelización y resolución de problemas no lineales provenientes de otras ciencias, ingeniería, tratamiento de imágenes, etc., Brezis tenía una mente prodigiosa que sabía ver allí donde no veían otros. Su enfoque innovador de problemas clásicos permitió ir más allá que otros autores. A su creatividad visionaria unía un certero instinto para detectar lo importante. A Brezis se asocian conceptos del análisis de las ecuaciones no lineales, como operadores maximales monótonos, semigrupos no lineales de contracciones, desigualdades variacionales, soluciones con soporte compacto, ecuaciones de Ginzburg, etc. Su colaboración con los grandes de su tiempo fue siempre muy fructífera: J.L. Lions, F.E. Browder, G. Stampacchia, M.G. Crandall, E. Lieb, T. Kato y L. Nirenberg, entre muchos otros.

Brezis fue una figura universal: catedrático de la Universidad de Paris VI (de 1972 a su jubilación, en el 2009), su extraordinaria energía y capacidad le permitían doblar servicios durante un semestre para dedicar el otro visitando otros países, especialmente los Estados Unidos (fue profesor parcial en Rutgers University desde 1987), e Israel, donde residía su familia.

Su influencia entre los matemáticos de su generación y especialmente en las posteriores fue excepcional para un campo como el de la matemática tan diferente a otras ciencias experimentales. Según el Mathematics Genealogy Project, dirigió 52 tesis doctorales y tuvo 1.161 descendientes científicos. Entre ellos se cuentan ganadores de la Medalla Fields, rectores de Universidad y distinguidos especialistas de más de 16 países. En un lugar destacado figura su “escuela española”.

Su contribución personal al progreso y reconocimiento internacional de jóvenes matemáticos españoles fue muy especial y tuvo una importancia estratégica singular, pues hizo de detonador y luego se expandió a otras áreas: comenzó a mediados de los años setenta con las tesis doctorales de los autores de este obituario (en 1976 y 1979, respectivamente) a las que se unieron las de J. Hernández (1977), M.A. Herrero (1979), J. Carrillo (1981) y M. Escobedo (1988). Su contribución a la formación de otros muchos españoles fue también sobresaliente (X. Cabré (1998), D. Gómez-Castro (2015), etc.). La gran aportación de Brezis fue el extremo cuidado que prestó a las carreras investigadoras de sus alumnos, insertándolos en una comunidad internacional que propiciaba la colaboración investigadora que apenas existía en nuestro país.

Por todo ello, sus servicios fueron reconocidos con multitud de honores y premios. Su labor en España fue reconocida con su nombramiento como Miembro extranjero de la Real Academia de Ciencias en 1999. En el año 2001 fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid. Da idea de su compromiso con la matemática española que él fuera el principal motor francés del acuerdo entre las Academias de Ciencias francesa y española firmado en París en el 2002 (el primer acuerdo en la historia de nuestro país) y la celebración en París, en el 2003, de un Congreso conjunto entre ambas academias.

Sus libros, escritos en un estilo de una gran elegancia y claridad, siguen siendo libros de texto en numerosas universidades de todo el mundo. Su huella permanecerá por siempre y servirá de ejemplo a generaciones venideras.

Jesús Ildefonso Diaz y Juan Luis Vázquez. Profesores Eméritos de la Universidad Complutense de Madrid y Autónoma de Madrid, respectivamente. Académicos de la Real Academia de Ciencias de España.

martes, 30 de julio de 2024

_- Sentido y bello homenaje al exilio republicano. Reseña de España primer amor (Seix Barral, 2023), de Vladimir Pozner, prólogo de Isaac Rosa

_- Fuentes: Rebelión [Imagen: Exiliados españoles camino de Argelès-sur-Mer. Créditos: Manuel Moros, en el fondo Jean Peneff / Collection Mémorial d’Argelès-sur-Mer]


Louis Aragon escribió sobre España primer amor: «no es tanto un libro como un cuchillo que entra directo en el corazón». Efectivamente, es eso.

Hermosa, hermosísima historia de amor, en el marco del dramático exilio republicano de enero de 1939, un enero sin nombre (Max Aub). Con bellas referencias al poeta ligero de equipaje y con Argelès-sur-Mer y Colliure siempre presentes.

Léanla, no duden. Lo harán con nudos, con muchos nudos en la garganta. ¿Nos podemos llegar a imaginar el dolor, el sufrimiento, lo que pudo significar para centenares de miles de compatriotas, algunos de ellos familiares nuestros, casi desnudos, como los hijos de la mar, la huida de la España franquista en días de duro, de durísimo invierno?

Recomiéndenla. No es el autor alguien conocido entre nosotros (les hablo de él más tarde). España primer amor, magnífica, bellamente traducida por Adolfo García Ortega, no merece pasar desapercibida entre nosotros.

Nada les puedo ni debo adelantar a excepción de lo que se señala en la contraportada de la edición: «En 1939 el camino del exilio lleva a decenas de miles de españoles a cruzar la frontera de los Pirineos, donde hallan el cruel destino de los campos de concentración franceses. En Argelès-sur-Mer [allí nació el gran científico franco-barcelonés Eduard Rodríguez Farré], un miembro de una asociación humanitaria se compromete a liberar a tantos republicanos españoles como pueda. Allí encuentra a Pierre, un francés que busca desesperadamente a Pilar, una española a la que conoció en el camino. ¿Cómo ayudarlo a encontrar a este amor perdido cuyo rostro ahora se funde con el de España?»

La novela, editada por primera vez en castellano, se editó originalmente en francés, en 1965 (hay errata: se habla en la p. 6 de una edición en París, Éditions Julliard, en 1951; el propio autor la fecha en septiembre de 1964), 20 años después del final de la II Guerra Mundial, con heroico protagonismo, no siempre reconocido y muy tardíamente (un ejemplo reciente: Celestino Alfonso), de muchos de aquellos exiliados republicanos, especialmente en la liberación de París.

Un apunte sobre el autor: Vladimir Pozner nació en París en 1905. Su familia había vivido entre Francia y Rusia y en 1917 vería pasar la revolución a los 12 años bajo su ventana de lo que luego será Leningrado. En 1921 Pozner regresa a Francia. Estudia en La Sorbona, traduce a Tolstói, Dostoievski y la joven literatura soviética y decide empezar a escribir en francés: Tolstói ha muerto (1935, traducida el castellano en 2022) y Le Mors aux dents (1937). Después de un largo viaje por América en crisis publicó Les États-Désunis (1938). En 1939 trabajó por la liberación de los intelectuales españoles republicanos detenidos en los campos de concentración franceses (de cuya experiencia escribió este España primer amor). Antifascista y comunista, durante la II Guerra Mundial tuvo que exiliarse a Estados Unidos (era judío). Allí escribió guiones para Hollywood y varias novelas. Entre ellas: Deuil en 24 heures, celebrada por Heinrich Mann y Dashiell Hammett. Tras la liberación volvió a París. En 1959 publicó Le lieu du supplice, una crónica de la guerra de Argelia, debido a la cual la OAS atentó contra su vida haciendo explotar una bomba en su domicilio que le causó un prolongado trauma. Amigo de Chagall, Pasternak, Bukuel y Chaplin, falleció en París en 1992.

Son varias las obras de Pozner que no han sido traducidas al castellano.

El autor-narrador comete un error sin importancia en las páginas finales de la novela. Este: «La sardana es un corro catalán cuya cadencia solo se consigue seguir si eres catalán» «Exagera también cuando afirma: «Cada paso está calculado con precisión matemática…».

Con estas palabras cierra Isaac Rosa el excelente prólogo que ha escrito para la edición española: «[…] Y, sin embargo, en uno de esos agujeros de frío y desolación se refugiará el amor imposible de Pierre y Pilar, con esa mezcla de dulzura y amargura, belleza y horror, alegría y angustia que tensa la novela entera. Es esta una novela conmovedora y llena de verdad, que tiene además una poderosa lectura contemporánea y universal: la memoria de cuando fuimos nosotros los refugiados, sometidos al mismo maltrato y abandono que siguen sufriendo hoy los refugiados en buena parte del planeta, cerca de nuestras fronteras también. Gran literatura hasta ahora inédita en castellano, debemos agradecer y felicitarnos por su rescate».

Las hago mías, ustedes también las harán suyas.