Sin miedos a crear polémica, llegando al extremo de la provocación, poniendo al espectador cara a cara con temas de los que no se hablan por un olvido, en ocasiones, intencionado. Con el teatro como herramienta artística, la dramaturga y bailarina Carla Chillida (Valencia, 1985) no duda en hurgar en las heridas y los silencios, con el claro objetivo de despertar mentes y provocar debate. Con una corta pero intensa trayectoria de teatro político y combativo, la directora y actriz ha estrenado en el festival de artes escénicas Tercera Setmana, de Valencia, Las solidarias, la última producción de su compañía, en la que pone el foco en la lucha de las mujeres libertarias durante la Segunda República española y la Guerra Civil. Acompañada en el escenario por Margarida Mateos, Paula Romero y Yarima Osuna, todas ellas procedentes de la danza o de un teatro muy físico, Carla Chillida dirige un poderoso y contundente espectáculo de dos horas, en el que no hay un momento de descanso, con música en directo, movimientos coreográficos y una estudiada puesta escénica con el grafismo artesanal muy presente. Utilizando testimonios, discursos y poemas de mujeres que hicieron del movimiento libertario un grito de lucha, Las solidarias, escrito por Patricia Pardo, entra de lleno en el mundo femenino.
Este es el sexto montaje de la compañía A tiro hecho, creada en 2011 en Valencia por la propia Carla Chillida junto al grafista Elías Taño. Se estrenaron aquel año con No te salves. Homenaje a Mario Benedetti, un espectáculo “combativo pero amable”, y desde entonces su discurso se ha ido radicalizando de manera deliberada. “Se nos cierran muchas puertas, pero se nos abren otras interesantes como plazas públicas, centros sociales o agrupaciones. Todo es más precario, pero nos mueve la gratificación de hacer el teatro en el que creemos”, asegura Chillida, que la temporada pasada presentó con mucho éxito de público su anterior trabajo, La sección, en el Teatro del Barrio de Madrid.
“Las nuevas mujeres libres no tendrán que empezar de nuevo”. Las solidarias es un hermoso recuerdo a todas aquellas mujeres que lucharon durante la República y la Guerra Civil por conquistar derechos en el marco personal, social y profesional. Temas como la maternidad, el amor romántico, la violencia de género o las violaciones van apareciendo a lo largo de esta función. La primera parte está centrada en el relato más personal de las cuatro actrices protagonistas, -“partimos de nosotras mismas y de nuestro relato como mujeres. Hemos reflexionado sobre lo que nos pasa a nosotras en el papel que nos han asignado, de la rabia y las dificultades de ser a día de hoy una mujer y de que te reconozcan en tu trabajo, de cómo la violencia de género está cada día más presente”, explica Carla Chillida-, para poner el foco, en la segunda parte, en las mujeres del movimiento libertario, en aquellas que “nunca deberíamos olvidarlas por lo que han luchado por las generaciones posteriores”. “Lo que consiguieron en muy pocos años fue enorme. Gracias a ellas se aprobó la ley del aborto y muchas cosas más”, añade la directora, enormemente agradecida.
En un gran ejercicio de memoria histórica y tras una exhaustiva investigación sobre la realidad de estas mujeres libres, Las Solidarias saca a escena, en unos caballetes con fotos y nombre, a muchas de aquellas revolucionarias, Sara Berenguer, Yolanda Besteiro, Maria Cambrils y otras, cuyo lema ‘La revolución será feminista o no será’, unas serigrafías que se realizan manualmente al final de la función.
Esta decisión para luchar contra el olvido invade también la obra de Javier Sahuquillo (Valencia, 1982), La capilla de los niños, estrenada también en Tercera Setmana, certamen dirigido por Salva Bolta. En este caso se trata de la obsesión de su autor y director por sacar del silencio el asesinato de las niñas de Alcásser, del que el próximo mes de noviembre se cumplen 25 años. A través de uno de los crímenes más impactantes de la historia de España, en el que tres chicas de 14 y 15 años fueron violadas, torturadas y salvajemente asesinadas en aquella localidad valenciana, y todas las incógnitas que todavía invaden el suceso, La capilla de los niños indaga en la memoria colectiva e individual, a través de un juego, muchas veces cómico, en el que se parte de que toda gran mentira necesita su dosis de verdad. Interpretada por Laura Sanchis y Juan Vera, este montaje de la compañía Perros daneses que combina hechos reales y ficticios, busca, en una narración arriesgada, penetrar en la realidad de un crimen que, más allá del horror, “destruyó la seguridad de la clase media español”. “¿Quién estuvo detrás de todo ello? ¿Hay más implicados que los sujetos juzgados? En ocasiones, se modifica el recuerdo en favor del poder”, se lamenta Sahuquillo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2017/06/20/actualidad/1497940251_777294.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario