_- A finales de julio pasado, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley imponiendo sanciones a Rusia por acusarle de interferir en las elección presidencial estadounidense de 2016, por la anexión de Crimea y por sus operaciones militares en el este de Ucrania.
La legislación tenía un apoyo tan contundente tanto en el Partido Republicano como en el Partido Demócrata que el presidente Donald Trump -quien era contrario a estas medidas-, no tuvo más alternativa que darle el visto bueno, pues si las frenaba el Congreso las habría aprobado pasando por encima de su veto.
La respuesta de Moscú no se hizo esperar. Poco después 755 funcionarios estadounidenses fueron expulsados de Rusia, cuyo gobierno también cerró dos propiedades de la misión diplomática estadounidense en el país.
Este episodio ilustra las crecientes tensiones en las relaciones entre Washington y Moscú que, varias décadas después del fin de la Guerra Fría, siguen encontrándose en aceras opuestas en gran cantidad de temas geopolíticos, desde Siria hasta Ucrania, pasando por Irán, la ampliación de la OTAN, el control de armamento o la crisis en Venezuela.
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Pero, mientras las tensiones se acumulan sobre asuntos terrenales, Washington y Moscú tienen planes de trabajar conjuntamente en la exploración del espacio exterior.
Hace un par de semanas, la agencia espacial rusa, Roscosmos, anunció la firma de un acuerdo con su contraparte estadounidense, NASA, para trabajar juntos en un programa que tiene por objetivo construir un Portal de Espacio Profundo (PEP).
Desde 2012, la NASA había revelado su intención de contar con esta suerte de estación espacial habitable que sería colocada entre la luna y la tierra y que serviría como un primer paso para avanzar en la exploración del sistema solar y, más concretamente, el planeta Marte.
"Los socios tienen la intención de desarrollar los estándares técnicos internacionales que serán utilizados después, en particular para crear una estación espacial en la órbita de la Luna", dijo en un comunicado Roscosmos.
No sería esta la primera vez que ambos países cooperan en asuntos que van más allá de la órbita terrestre, pues desde hace más de dos décadas están asociados en la Estación Espacial Internacional (EEI), proyecto en el que también participan Canadá, Japón y 11 países de la Unión Europea.
Pero, ¿qué es lo que hace que estos dos países que han sido rivales geopolíticos durante décadas puedan trabajar juntos en la exploración espacial?
Carrera espacial
Anton Fedyashin, profesor sobre historia de Rusia en la American University de Washington, señala que la llamada carrera espacial -la competencia que durante la Guerra Fría enfrentó a Estados Unidos y a la extinta Unión Soviética por la supremacía en la exploración espacial- sentó las bases para lo que ocurre ahora.
"La principal razón para la cooperación entre Rusia y EE.UU. en el espacio es que son los países más avanzados en la exploración espacial, con una experiencia de unas seis décadas. Son dos gigantes desde el punto de vista de esta tecnología", le dijo Fedyashin a BBC Mundo.
Añadió que los progresos de otros países como China también pueden contribuir al deseo de Washington y Moscú de cooperar mutuamente con el fin de mantener su supremacía en este campo.
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Interdependencia
El primer gran momento en la cooperación en este sector entre Washington y Moscú se produjo en 1975, durante el Proyecto de pruebas Apolo-Soyuz, cuando la cápsula estadounidense Apolo y la soviética Soyuz realizaron el primer acoplamiento espacial entre naves de países distintos.
La verdadera cooperación, sin embargo, no se iniciaría sino hasta la década de 1990.
"EE.UU. y Rusia fusionaron sus programas sobre vida en el espacio en 1994, con la decisión de invitar a Rusia a asociarse a la Estación Espacial Internacional, por lo que ninguno de los dos países ha hecho nada por su cuenta en lo relativo a sostener la vida humana en el espacio, con muy pequeñas excepciones durante los últimos 23 años", le dijo a BBC Mundo John M. Logsdon, fundador y exdirector del Instituto de Política Espacial de la Universidad George Washington.
Fedyashin destaca que esta cooperación tiene un aspecto muy pragmático que tiene que ver con que una vez que Estados Unidos canceló su programa de transbordadores espaciales, la única forma que tienen sus astronautas de llegar al espacio es usando cohetes rusos.
"Por eso pese a que algunos senadores en Washington quisieron poner fin a esa cooperación, desde un punto de vista estrictamente práctico no se puede hacer y si se impone esa restricción se limitaría severamente el acceso de Estados Unidos al espacio exterior", apuntó.
Logsdon cataloga a la industria espacial rusa como "muy capaz" y destaca su larga experiencia en vuelos espaciales de larga duración.
Sin embargo, más allá de los elementos científicos y tecnológicos, hay otro factor fundamental que hace que a ambos países les resulte conveniente esta cooperación: el elevado costo de estos proyectos.
"Los rusos necesitan a Estados Unidos por el dinero. Estados Unidos paga por el transporte de sus astronautas y sus materiales al espacio exterior, algo que no puede hacer por si mismo", señaló Fedyashin.
Esta cooperación también parece beneficiar a una NASA que en la actualidad dispone de un presupuesto mucho menor que en el pasado, pues representa apenas una décima parte de lo que fue en el máximo momento del proyecto Apolo en términos de su peso en el gasto público total de EE.UU.
Blindados
El entramado de relaciones tejidas por las comunidades científicas de Estados Unidos y Rusia también abona el terreno para nuevos proyectos conjuntos.
"La exploración espacial es un área en la que se ha podido avanzar de forma cooperativa pese a las tensiones en otros aspectos de las relaciones bilaterales. Ambos países ven los beneficios de trabajar juntos en este campo y de construir un muro alrededor de esa cooperación para evitar que se vea afectada por las tensiones políticas", afirmó Logsdon.
Fedyashin considera que lo logrado por los participantes de los programas espaciales de ambos países es un ejemplo de lo que se puede conseguir con una cooperación respetuosa y mutuamente beneficiosa.
"Cuando ves como los astronautas hablan entre sí es un mundo completamente distinto. Ellos son socios, amigos, ellos cooperan. Es una historia extraordinaria. Ellos han avanzado con sus proyectos, poniendo énfasis en el valor de la exploración espacial para la humanidad como un todo", apuntó.
Luna que se quiebra
Pese a lo avanzado hasta ahora. No son pocas las sombras que se ciernen sobre las posibilidades de que ambas potencias sigan trabajando juntas en el espacio.
Pavel Luzin, doctor en Relaciones Internacionales y director de la consultora de riesgo geopolítico Under Mad Trends, asegura que -pese al trabajo conjunto en la EEI- desde mediados de la década pasada la cooperación entre Rusia y Estados Unidos ha experimentado un declive.
"¿Las causa de esto? Rusia está perdiendo la oportunidad para su desarrollo tecnológico e industrial. Su sector espacial es ineficaz y Moscú no es capaz de proponer y ejecutar proyectos avanzados en el espacio", dijo Luzin en un email en respuesta a una consulta de BBC Mundo.
Agregó que, mucho antes de la guerra en Ucrania de 2014, el liderazgo político ruso asumió una política contra Occidente, lo que -en su opinión- llevó al Congreso de Estados Unidos a cuestionar en septiembre de 2013 la dependencia de los cohetes estadounidenses Atlas V de los motores RD-180, de fabricación rusa.
Los cohetes espaciales estadounidenses Atlas V dependen de los motores rusos RD-180.
El experto advirtió que esta interdependencia tecnológica desaparecerá en el futuro.
"En los próximos años Estados Unidos dispondrá de, al menos, dos nuevas naves espaciales tripuladas y se volverá independiente de Rusia. Esta posibilidad es una pesadilla para el Kremlin incluso a pesar de su continuada política antioccidental", apuntó.
Según Luzin, los vuelos hacia la EEI representan más del 50% del programa civil de exploración espacial de Rusia.
Al mismo tiempo, Logsdon advierte que la futura colaboración en el Portal de Espacio Profundo tampoco está garantizada.
"Ese anuncio ha sido ampliamente malinterpretado. Creo que principalmente debido a que Roscosmos ofreció más de lo que es realidad. Esto está en una etapa muy inicial de planificar el próximo paso en el espacio. Esto es un acuerdo para pensar acerca de trabajar juntos si este portal espacial sigue adelante", dijo.
"El portal espacial no está aún aprobado en Estados Unidos, ni tiene un presupuesto. En este momento es solo un concepto", advirtió.
Así, pese a los largos años de trabajo conjunto acumulado entre la NASA y Roscosmos, el futuro de la cooperación entre ambas agencias por los momentos no parece estar en el espacio, sino simplemente suspendido en el aire.
Fuente: BBC
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