Al dirigirse a todos, y no sólo a los representantes elegidos del pueblo, [el discurso político] debía resultar comprensible para todos y, por tanto, más popular. Popular es lo concreto; cuanto más tangible sea un discurso, cuando menos dirigido al intelecto, tanto más popular será. Y cruza la frontera hacia la demagogia o la seducción de un pueblo cuando pasa de no suponer una carga para el intelecto a excluirlo y a narcotizarlo de manera deliberada.
VICTOR KLEMPERER
La lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo (1947)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario