viernes, 16 de diciembre de 2022

_- De la pereza intelectual de Abascal a la inanidad política de Núñez Feijóo

_- ¿No hay nadie en la dirección de Vox que sea capaz de estudiar el Proyecto de Ley de Presupuestos y contrastarlo con su programa para presentar enmiendas a las partidas que entran en contradicción con el mismo?

Hace unos días me preguntó una antigua alumna Erasmus italiana, hoy profesora de Derecho Constitucional en su país, qué es lo que más me había llamado la atención de Vox. Me quedé pensativo durante medio minuto y le respondí: la pereza intelectual de sus dirigentes.

Vox intelectualmente no es nada. Es un ventrílocuo de las aberraciones que vienen de la extrema derecha de los Estados Unidos, recicladas con algunas aportaciones por las extremas derechas de varios países europeos, y nada más. La contribución de Vox al arsenal de la extrema derecha global es nula. No tiene nada que decir que no sea insultar. Por eso, rehúye cualquier tipo de debate sobre algún asunto en concreto.

Su participación, su no-participación habría que decir, en el debate de los Presupuestos Generales del Estado para 2023 es la prueba más inequívoca de lo que acabo de decir. Vox presentó una enmienda a la totalidad y ninguna enmienda parcial.

¿Hay mayor prueba de pereza intelectual que esa? ¿No hay nadie en la dirección de Vox que sea capaz de estudiar el Proyecto de Ley de Presupuestos y contrastarlo con su programa electoral para presentar enmiendas a las partidas presupuestarias que entran en contradicción con el mismo? ¿No hay nadie en la dirección de Vox que considere que es esencial hacer visible ante la opinión pública que tienen respuestas distintas a los problemas con los que tiene que enfrentarse el país y que están dispuestos a defenderlas en sede parlamentaria? Después de afirmar que el Gobierno con sus políticas está acercando al país al borde del precipicio, ¿no se cree en la obligación de explicarle a los ciudadanos por qué es así y qué habría que hacer para evitarlo?

Para presentar una enmienda a la totalidad no hay que estudiar nada. Simplemente se presenta y se acabó. Esto es una mierda y punto. Esto es todo lo que Vox tiene que aportar a un debate presupuestario en el que se están jugando infinidad de cosas para la economía en general y para el bienestar de los ciudadanos en particular.

La indigencia intelectual de Vox no sería preocupante si no estuviera acompañada por la cobardía del PP. Cuando el PP se enfrenta a esa indigencia intelectual, como lo hizo Pablo Casado en la moción de censura que encabezó Santiago Abascal, la desnudez de Vox resulta visible para toda la opinión pública. Cuando el PP se calla o subrepticiamente acepta dicha indigencia, como lo está haciendo el presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, o la presidenta de la Comunidad de Madrid o el actual presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, el problema deja de ser anécdota para convertirse en categoría.

En estos días lo estamos comprobando de nuevo con la respuesta de las derechas frente a la estrategia del Gobierno de coalición para superar el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, acompañado por los partidos que constituyeron la mayoría de investidura, que, en lo fundamental, se ha mantenido estable desde 2018 en centenares de ocasiones.

Vox recurre de nuevo a la moción de censura, que es la otra cara de la moneda de su no participación en el debate presupuestario. No hay nada que argumentar frente a las iniciativas del Gobierno. Basta con utilizar la tribuna del Congreso de los Diputados para insultar a Pedro Sánchez y para obligar al PP a posicionarse respecto de la iniciativa de Santiago Abascal, que es el otro objetivo que persigue la dirección de Vox.

Vox está consiguiendo arrastrar a toda la derecha española con su pereza intelectual. Pablo Casado intentó resistirse a ser arrastrado y Miguel Ángel Rodríguez e Isabel Díaz Ayuso lo liquidaron de manera sobradamente conocida. La vacuna de la defenestración de Pablo Casado está surtiendo efectos en su sustituto en la presidencia del PP.  Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia del PP “vacunado”. Por eso no puede extrañar que la pereza intelectual de Vox se haya traducido en la inanidad política de Alberto Núñez Feijóo.

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