viernes, 19 de mayo de 2023

CUADERNO DEL JARDINERO. Mar Alonso, bióloga: “Si el problema de nuestras plantas son los insectos, serán de gran ayuda el ajo, la cebolla, guindillas o vinagre”.

La también especialista en el control fitosanitario en las plantas lo conoce todo sobre los bichos y las enfermedades que pueden dañarlas. Además, aporta consejos útiles para no tener que gastar mucho en el cuidado de nuestros vegetales

Mar Alonso es bióloga y especialista en el control fitosanitario en las plantas, lo que significa que sabe de todos aquellos bichillos y enfermedades que pueden dañar a las especies que se cuidan en las casas. Desempeña con pasión su trabajo en J.M. Escolar, en Fuenlabrada, un vivero productor de plantas hortícolas que comercializa también todo tipo de productos de jardinería. Entre sustratos, abonos, semillas y plantas de interior, Alonso recorre con su habitual amabilidad y profesionalidad los aspectos que hay que tener en cuenta en el mantenimiento de nuestros vegetales.

PREGUNTA. De bichos que traen de cabeza a los jardineros sabe un rato.
RESPUESTA. Tengo que decir que, a pesar de los años de experiencia en el asesoramiento de plagas y enfermedades, cada día sigues aprendiendo algo nuevo. Y aún me causa mucha ternura la típica pareja de ancianos que confiesa tener un “gran problema” y con manos temblorosas te enseña el paquetito de papel de aluminio donde primorosamente te trae unas hojitas amarillas de un naranjo o las de un cerezo que ha sido presa del pulgón.

Clivia, la planta prima de los ajos que florece tanto en el salón como en la terraza (si le das vacaciones) P. ¿Qué es lo que más suele preocupar a los aficionados y profesionales en el cultivo de las plantas? ¿Hay diferencia entre unos y otros a la hora de percibir los problemas fitosanitarios?
R. En general, en los profesionales —tanto agricultores como jardineros— prima la motivación económica al ser las plantas su fuente de ingresos. Intentan adelantarse a los problemas, aprender de sus errores y hacer su negocio rentable. Sin embargo, los aficionados se implican de una manera más emocional, quieren a sus plantas e intentan darles los mejores cuidados. Algunas de esas plantas son herencia de seres queridos, por lo que poseen un gran valor sentimental.

P. ¿Las plagas y enfermedades en las plantas dependen de cómo venga el año climatológico?
R. Sin duda. Primaveras lluviosas nos traerán problemas con los hongos y una gran cantidad de pulgón sobre la vegetación exuberante, para dar paso al ataque de orugas, al estabilizarse las temperaturas y alargarse los días. En los veranos secos y cálidos se producirán explosiones demográficas, al depositarse mayor número de huevos y acortarse los ciclos. La araña roja, la mosca blanca y los trips —pequeños insectos neópteros de color negro o marrón— camparán a sus anchas, poniendo a prueba nuestra paciencia.

P. ¿Qué es lo que beneficia al pulgón, por ejemplo, que es una de las plagas más habituales en jardinería?
R. El pulgón deforma las hojas de las plantas, llenándolas de una melaza pegajosa que atrae a las hormigas y a los hongos. Además, puede inyectar virus y toxinas que complican aún más la situación. Para evitarlo, deberemos limitar el uso de abonos minerales ricos en nitrógeno, ya que producen exceso de crecimiento en la planta. Es ahí donde el pulgón se alimenta con facilidad; por eso, es más adecuado el abonado a base de materia orgánica. Por otra parte, potenciaremos la presencia de sus depredadores naturales mediante la instalación de hoteles de fauna útil, como son las flores y plantas aromáticas, y, si es necesario, aplicaremos un tratamiento con productos respetuosos con las abejas y demás insectos, como son el jabón potásico, el aceite de neem —un aceite vegetal extraído de las frutas y semillas del árbol de nim—, o un purín—fertilizante natural— de ortigas.

P. ¿Qué enfermedades se encuentran con más frecuencia en un jardín?
R. Básicamente, dependerá de las plantas que conformen ese jardín. De ahí la importancia de una cuidadosa selección a la hora de planificarlo, evitando especies a priori conflictivas en cuanto a plagas y enfermedades o que requieran un alto consumo de agua, dada la situación actual.

P. ¿Se está notando el cambio climático en la aparición o recesión de plagas y de enfermedades?
R. El aumento de la temperatura favorece el establecimiento de especies tropicales en zonas en las que antes no podían vivir, con la consecuente pérdida de biodiversidad y alteración de los hábitats. La dispersión e intensidad con que afectarán las plagas, a consecuencia del cambio climático, es un problema de primera magnitud que pone en riesgo la producción de alimentos a nivel global. Por ello, debemos actuar antes de que sea demasiado tarde. Como dijo Martin Luther King, ministro y activista bautista estadounidense: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, todavía hoy, plantaría un árbol”.

P. Es sorprendente cómo a lo largo de los años aparecen nuevos problemas en las plantas que antes no estaban presentes.
R. En muchos casos, el tratamiento indiscriminado con insecticidas de síntesis química ha causado la aparición de resistencias, que producen la ineficacia de los tratamientos de control. Por otro lado, la introducción de nuevas plagas es un fenómeno que se ha visto favorecido por el comercio internacional y el calentamiento global, con graves consecuencias económicas y medioambientales y de difícil solución. Así, desde mediados del siglo pasado, luchamos contra plagas de distinta procedencia, como la filoxera —parásito de la vid—, el piojo rojo en los cítricos, la cochinilla del laurel o el picudo rojo de las palmeras, entre otras muchas.

P. ¿Qué botiquín básico se debería tener en las casas para cuidar a las plantas?
R. En España tenemos grandes empresas biotecnológicas, como Seipasa e Idai Nature, con una amplia variedad de productos de residuo cero para su cuidado. Para los más manitas, y sin salir de la cocina de nuestras casas, disponemos de remedios para muchos de los problemas habituales del huerto y jardín. Así, para luchar contra los hongos podríamos realizar preparaciones con manzanilla, leche entera, bicarbonato de sodio o cola de caballo. Si nuestro problema son los insectos, serán de gran ayuda el ajo, cebolla, guindillas, vinagre, perejil, cáscaras de cítricos o diluciones de jabón. Incluso las cáscaras de huevo y la cerveza nos ayudarán contra caracoles y babosas. No hay que gastar mucho para cuidar de nuestras plantas.

P. ¿Qué lugar ocupa la lucha integrada y el control biológico en los jardines actuales?
R. En líneas generales, consiste en la utilización de organismos vivos o de sus productos para luchar contra plagas y enfermedades. Así, podemos controlar plagas fomentando o introduciendo sus depredadores, como también microorganismos patógenos para la plaga. La utilización de machos estériles también ha resultado beneficiosa, lo mismo que las trampas con feromonas. No se pretende tanto la eliminación total de las plagas, sino mantenerlas dentro de unos niveles de tolerancia con la mínima intervención. Y todo ello, con la premisa de la protección del medioambiente y la biodiversidad.

Un jardín libre de biocidas se convierte en un lugar más seguro para la fauna y para las personas que lo disfrutan. EDUARDO BARBA

P. ¿En qué se convierte un jardín en el que haya una menor presencia de productos químicos?
R. En un sitio donde disfrutar de la naturaleza con nuestra familia y mascotas, libre de tóxicos, donde poder recolectar frutos, hierbas y flores con seguridad para nuestro consumo, con un suelo fértil y lleno de vida, un ejército de aves insectívoras y fauna auxiliar que mantienen a raya a las plagas. En definitiva, un ecosistema en armonía donde cada organismo tiene su importancia y su lugar.

P. Luego está el controvertido tema de los herbicidas…
R. Desde los años setenta, en los que se introdujo el empleo del herbicida glifosato, se han vertido miles de toneladas, contaminando tierras y aguas de todo el mundo. Está reconocida su relación con el cáncer, retrasos en el desarrollo, enfermedades intestinales y daño hepático y renal, además de afectar negativamente al sistema reproductor, neurológico y hormonal. Parece que el 15 de diciembre de 2023 pasará por fin a estar prohibido su uso, lo que abre un esperanzador horizonte de transición agroecológica en la gestión de las malezas. A partir de aquí, esperamos que se apliquen técnicas alternativas respetuosas con el medioambiente, como los métodos mecánicos, manuales y térmicos, los herbicidas ecológicos y la creación de cubiertas vegetales que evitan la erosión del suelo y aumentan la biodiversidad.

P. En su día a día, ¿de qué le ha servido tener una visión tan amplia del sector de los fitosanitarios?
R. Creo que las prácticas agrícolas de los últimos 50 años han creado daños medioambientales, en muchos casos irreversibles. Con los conocimientos adquiridos ahora toca cambiar, por el bien de todos.

https://elpais.com/estilo-de-vida/2023-05-07/mar-alonso-biologa-si-el-problema-de-nuestras-plantas-son-los-insectos-seran-de-gran-ayuda-el-ajo-la-cebolla-guindillas-o-vinagre.html

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