Escribir no es difícil, lo difícil es no escribir. L. Tolstói (1828-1910). Saber no es suficiente tenemos que aplicarlo. Querer no basta tenemos que hacerlo. Goethe (1749-1832). No conozco ningún otro signo de superioridad que la bondad. Beethoven (1770-1827). Ni lamentar ni detestar, sino comprender. Spinoza (1632-1677). La única soledad es la ignorancia. Shakespeare (1582-1616). Nada tan vil como ser altivo con el humilde. Séneca (4 a. C. - 65 d. C.).
domingo, 8 de septiembre de 2024
SENDERISMO Seis bosques en España para una excursión bajo los árboles más grandes.
Una persona disfruta del paseo en el Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal (Cantabria).
Del Roblón de Estalaya a los tejos del arroyo Barondillo, caminatas a la sombra de gigantes verdes que permiten esconderse del sol cuando más pica. Y, para rematar, un chapuzón en aguas dulces y frías.
España no es un páramo pelado rodeado de playas y sombrillas, sino el tercer país más boscoso de la Unión Europea, con 18,5 millones de hectáreas de superficie arbolada. Quizá las ardillas ya no puedan atravesarla saltando de rama en rama, como en tiempos de Estrabón, pero tampoco desfallecen de una insolación. Hemos seleccionado seis bosques sombríos y asombrosos, de robles copudos, secuoyas inmensas y tejos milenarios, ideales para pasear en verano. Además, son propuestas en las que no solo es preciso vestir un buen calzado, también hace falta llevar un bañador en la mochila, porque donde hay un bosque suele haber un río y alguna poza para zambullirse. Aunque tampoco es una prenda obligatoria.
El Roblón de Estalaya (Palencia)
El Roblón de Estalaya es un ejemplar enorme de roble albar de 17 metros de alto y unos 10,6 metros de perímetro, hay expertos que le echan 800 años.
Un rayo lo hirió y hace 60 años estuvo a punto de ser talado, pero ahí sigue este ejemplar enorme de roble albar, en lo alto del cerro de San Cristóbal, dominando un hermoso panorama de la Montaña Palentina. El río Pisuerga, que acaba de nacer, se para con respeto a sus pies, en el embalse de Requejada. Al Roblón de Estalaya, un coloso de 17 metros de alto y unos 10,6 metros de perímetro, hay expertos que le echan 800 años, de modo que puede ser coetáneo de la colegiata de San Salvador de Cantamuda, joya del románico del norte de Palencia, que no anda lejos (a unos 10 kilómetros en coche). La senda del Roblón —circular, de 4,6 kilómetros y una hora y media de duración— lleva hasta él por un camino sombreado por otros robles albares, rebollos, hayas, acebos, espinos, serbales y mostajos. La caminata comienza en el kilómetro 5 de la carretera PP-2173, a 500 metros de Estalaya, donde hay un aparcamiento y un panel informativo. Y se describe con detalle en la web de Palencia Turismo.
Fraga de Catasós (Pontevedra)
A cuatro kilómetros de Lalín, yendo por la carretera N-525 hacia Ourense, se descubre a mano izquierda la Fraga de Catasós, un bosque de cinco hectáreas (como 10 campos de fútbol), poblado por robles y castaños monstruosos. Cuenta con una senda perimetral bien señalizada, muy cómoda y andadera, de poco más de un kilómetro, cuya mayor dificultad es no contracturarse el cuello de tanto levantar la cabeza para admirar estos árboles gigantescos, que solo un cataclismo puede derribar. De hecho, junto al camino se halla el tocón de uno abatido en 1984 por el huracán Hortensia, en el que se ven y se cuentan 300 anillos de crecimiento, uno por año, hasta llegar a su corazón, formado en tiempos de Carlos II El Hechizado. Entre todos estos gigantes, destacan algunos castaños de hasta 30 metros de altura y cinco de perímetro. Protegidos bajo la figura de Monumento Natural, su tamaño formidable se explica porque tienen la mayor tasa de crecimiento anual de Europa, gracias a un clima y a un suelo ideales, y porque no han sufrido poda alguna, pues nunca se trató de mejorar ni aprovechar sus frutos. En cambio, eran muy apreciados para labrar las vigas de los pazos señoriales. La madera de roble se consideraba peor: era para la plebe.
Castaños de la Pesanca (Asturias)
Algunos de los castaños del área recreativa de La Pesanca, junto al río del Infierno, en Asturias.
Otros castaños de aúpa son los que asombran las mesas y las praderas ribereñas del área recreativa de La Pesanca, junto al río del Infierno, en el concejo asturiano de Piloña. A 11 kilómetros de la población de Infiesto, al final de la carretera PI-4, se encuentra esta zona de pícnic, la más antigua y encantadora del Principado, donde acaba el asfalto y nace una pista forestal que invita a seguir avanzando a pie valle arriba, como por un túnel abierto en la espesura de castaños, robles, alisos y hayas. En media hora, chapuzón obligado en las pozas que forma el río en el estrecho de la Lanchosa, al pie de preciosas cascadas. Se puede continuar subiendo un par de horas para admirar la espectacular Foz de Moñacos o regresar al área recreativa de La Pesanca para bajar en coche a Espinaréu, que es un pueblo bien bonito, el que más hórreos tiene de todo el Principado: 26. Son antiquísimos: ¡hay uno de 1548! No hace falta decir de qué madera están hechos.
Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal (Cantabria)
El Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal, en Cantabria, es estupendo para abrazar árboles.
ANDRÉS CAMPOS
Como todos los montes situados cerca de la costa, este de Cabezón de la Sal fue esquilmado por la Marina: construir un navío de 70 cañones exigía talar una superficie arbolada equivalente a 50 campos de fútbol. Para repoblarlo, en los años cuarenta del pasado siglo, se plantaron árboles más productivos que el roble autóctono: pinos, eucaliptos, abetos de Douglas, castaños japoneses, robles americanos... Entre ellos, también 850 secuoyas que hoy dejan atónitos a quienes se acercan a conocerlas, no tanto por su enorme tamaño, sino por lo poco que les ha costado alcanzarlo. 80 años, para seres que viven 3.000, son dos telediarios. Este insólito bosque está a tres minutos de Cabezón, muy cerca de la autovía A-8, bien indicado junto a la carretera que lleva a Comillas (CA-135). Hay un aparcamiento, paneles informativos, cinco sendas señalizadas e incluso un par de pasarelas para adentrarse en él en silla de ruedas. Aunque las sendas marcadas suman más de cinco kilómetros, el cogollo del monte, donde se yerguen majestuosas las secuoyas, se recorre cómodamente en una hora, sin necesidad de indicaciones ni posibilidad de extravío. Y es que difícilmente uno puede perderse ni perder de vista un bosque —declarado Monumento Natural por decreto del Gobierno de Cantabria en 2003— donde las secuoyas destacan sobre los demás árboles como Pau Gasol en un parvulario. Tres personas hacen falta, como poco, para abrazar a estos gigantes con una altura media de 40 metros.
Hayedo de Altube (Álava)
Desde el puerto de Altube, en Álava, una sencilla senda permite recorrer este fabuloso hayedo en un par de horas.
ANDRÉS CAMPOS
No como Gasol en un parvulario, sino como un luchador de sumo en una sala de neonatos: así destacan las gruesas hayas centenarias, rodeadas de miles más jóvenes, que salpican la falda suroccidental del Gorbea, el monte más alto (1.481 metros) del País Vasco y su parque natural más extenso (20.016 hectáreas). Desde el puerto de Altube, una sencilla senda permite recorrer este fabuloso hayedo en un par de horas. Si no queremos andar ni eso, frente a la Casa del Parque de Sarria, junto al aparcamiento, hay un área recreativa extraordinaria asombrada por hayas colosales, a orillas del río Baias. Paseando un cuarto de hora por la pista forestal que sube cerca del río, veremos más hayas corpulentas, robles también grandecitos y las cascadas y pozas de Zaldibartxo, idóneas para saltar y nadar en sus aguas puras y profundas. Eso sí: calientes no están.
Tejos del arroyo Barondillo (Comunidad de Madrid)
Tejos del arroyo Barondillo (Comunidad de Madrid)
Nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo llevan los tejos en el alto valle del Lozoya, en Rascafría.
ANDRÉS CAMPOS
1.200 años, 1.500, 1.800, 2.000… Nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo llevan estos tejos en el alto valle del Lozoya, en Rascafría, pero viendo lo que miden sus troncos —9,10 metros de perímetro, el mayor— y lo lentísimo que crece esta especie —23 centímetros, también de cintura, cada 30 años—, cabe suponer que una eternidad. Para verlos, se ha de aparcar en el área recreativa de La Isla, en el kilómetro 32 de la carretera M-604, que une Rascafría y el puerto de Cotos, y hacer una ruta a pie de un par de horas, tal como se describe en la página web de Wikiloc. Es un plan perfecto para el verano: todo el camino discurre a la sombra de un magnífico bosque de pinos silvestres —el histórico pinar de los Belgas— y, después, podemos darnos un baño en las pozas que hay un poco más arriba del puente de la Angostura, en las primeras aguas del Lozoya.
"No se escribe para ser escritor, ni se lee para ser lector. Se escribe y se lee para comprender el mundo. Nadie, pues, debería salir a la vida sin haber adquirido esas habilidades básicas". J. J. Millás.
"Nada curo llorando y nada empeoraré si gozo de la alegría" (Arquílaco).
Tome color. El año pasado, los investigadores alemanes hallaron que sólo echando un vistazo a los tonos de verde pueden impulsar la creatividad y la motivación. No es difícil adivinar por qué: asociamos colores verdes con vegetación, alimentos - tonos que prometen alimento. Esto podría explicar en parte por qué las vistas de paisajes desde la ventana, en programas de investigación, puede acelerar la recuperación del paciente en los hospitales, ayuda al aprendizaje en las aulas y estimula la productividad en el lugar de trabajo.
Esta lluvia amiga... A la tierra la volvió jardín, dicen que el campo se cubrió de verde, el color más bello, el color de la esperanza. Y la isla de mi corazón en pocos días es tempestad que ya viró a bonanza. (De la canción Regreso, de Cesarea Evora).
Joan Manuel Serrat. Aquellas pequeñas cosas,...Uno se cree/que las mató /el tiempo y la ausencia. /Pero su tren/ vendió boleto/ de ida y vuelta./ Son aquellas pequeñas cosas,/que nos dejó un tiempo de rosas/en un rincón,/en un papel/ o en un cajón./Como un ladrón/te acechan detrás/de la puerta./Te tienen tan/a su merced/como hojas muertas/que el viento arrastra/ allá o aquí,/que te sonríen tristes y...
Violeta Parra.
Gracias a la vida (Thanks to the life)
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco, ...
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro al fruto del cerebro humano
Cuando miro al bueno tan lejos del malo
cuando miro al fondo de tus ojos claros.
...
Volver a los 17.
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo ...
"Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica". Albert Einstein (1879-1955)
Libros
50 Cosas que hay que saber sobre Física, 2009. Joanne Baker
50 Cosas que hay que saber sobre Matemáticas, 2009. Tony Crilly
50 cosas que hay que saber sobre psicología, 2008 Adrian Furnham
A Física en Banda Desenhada. 2005. Larry Gonick e Art Huffman
Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler. Philip Ball. 2014
Ángel González
Antología, Federico García Lorca
As Pequenas Memórias, José Saramago
Belén Gopegui, El lado frío de la almohada
Blas de Otero
Campos de Castilla, Antonio Machado
Canto General, Pablo Neruda
Cantos Iberos, Gabriel Celaya
Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
De Arquímedes a Einstein. 2007. Manuel Lozano Leyva
Einstein et la relativité, Jean Eisenstaedt
El enigma cuántico. Encuentros entre la física y la conciencis. B. Rosenblum y F. Kuttner. Tusquets, 2010.
El factor humano, John Carlin
El libro de las matemáticas. 250 hitos de la historia de las matemáticas, 2011. Clifford A. Pickover. Ilus Books.
El olvido de la razón, Juan José Sebreli
El PCE y el PSOE en (la) transición, Juan A. Andrade Blanco, 2012. Siglo XXI.
El Prisma y el péndulo, Robert Crease
El Quijote, Miguel de Cervantes
El romancero gitano, Federico G.Lorca
Emma. 2001. Howard Zinn.
Eric J. Hobsbawm, Política para una izquierda racional
Eternidades, Juan Ramón Jiménez
Evaluación de la lengua escrita y dependencia de lo literal. 2009. Maite Ruíz Flores
Feynman, Richard P. El carácter de la ley Física
Geometría para turistas. 2009. Claudi Alsina
Giles Macdonogh. Después del Reich. Crimen y castigo en la posguerra alemana. 2011. Galaxia Gutenberg
Hacemos ciencia en la escuela. 2009. Grao
Imperialismo Humanitario. 2008. Jean Bricmont
Imposturas intelectuales, A. Sokal y J. Bricmont
José Hierro
Kosovo. La coartada humanitaria. Isaac Rosa y otros
L`Etat démantelé. 2010. L. Bonelli et W. Pelletier. La Découverte.
La Alemania nazi, Enzo Collotti
La CIA y la guerra fría cultural. Frances Stonor Saunders. Edt. Debate. 2001
La cocina de Menorca, Josep Borrás
La disciplina en la conciencia: Las Brigadas Internacionales, Mirta Núñez
La educación Lenta, 2009. Joan Domenech Francesch
La poesía española de 1935 a 1975. II de la poesía existencial a la poesía social 1944-50
La resistencia Alemana contra Hitler 1933-1945. 2005. Barbara Koehn
Las Ciencias en la escuela, M. Catalá, R. Cubero y otros
Las leyes del caos. Ilya Prigogine. Critica. Drakontos bolsillo, 2008
LEONARDO DA VINCI Walter Isaacson. 2018
Los caminos cuánticos. Feynman. J. Navarro Faus. Nivola, 2007
Los versos del capitán, Pablo Neruda
Marinero en Tierra, Rafael Alberti
Más allá de las imposturas intelectuales. Ciencia, filosofía y cultura. 2009. Alan Sokal
Momentos estelares de la ciencia, 2008. Isaac Asimov
Odas y Sonetos, John Keats (ed. bilingüe)
Odifreddi, Piergiorgio. 2007. Juegos Matemáticos Ocultos en la Literatura. Octaedro.
Pablo Neruda. Antología General, 2010. Real Academia Española
Paroles, Jacques Prévert
Poesía, Miguel Hernández
Poeta en Nueva York, Federico G. Lorca
Qué significa todo eso. Reflexiones de un científico ciudadano. Richard P. Feynman. Crítica. Drakontos, 2010
Science 101 Physics. 2007. Barry Parker.
Sed sabios, convertíos en profetas, G. Charpak y R. Omnès
Seis piezas fáciles, 2008. Richard P. Feynman
Soberanos e intervenidos, Joan E. Garcés. Siglo XXI Editores, 2000. (original del 96)
Sobre la guerra. La paz como imperativo moral, 2008. Howarrd Zinn
Walter Benjamin. 2010. Revista Anthropos
Weinberg Steven, 2010. El sueño de una teoría final. Drakontos
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