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sábado, 3 de abril de 2021

_- Por qué debes dejar de pensar que "no naciste para las matemáticas"


_- Hay estudios que derrumban la idea de que nacemos (o no) con cierta afinidad hacia las matemáticas.

En 2013, tres investigadores italianos acompañaron a 120 niñas de 6 años que cursaban el primer grado de la escuela primaria.

Los científicos percibieron que las niñas que pensaban que las matemáticas no son para las mujeres tenían un desempeño peor en la disciplina que las demás alumnas.

Unos años antes, en 2007, un estudio realizado en Estados Unidos con 373 estudiantes (hombres y mujeres) de séptimo grado descubrió que los estudiantes que creían que "no podían cambiar mucho sobre la inteligencia que tenían" no sobresalían en matemáticas, a diferencia de los estudiantes que entendieron que su inteligencia era maleable.

Estos son algunos de los estudios que, en los últimos años, han tratado de anular la idea de que la afinidad por las matemáticas es algo con lo que se nace o no.

En lugar de eso, el "cerebro matemático" parece estar construido en gran medida por nuestras percepciones sobre nuestras habilidades y esfuerzos y, sobre todo, por la forma en que nos enseñan las matemáticas en la escuela.

"Hay algunas razones por las que creemos que somos malos en matemáticas, y la primera es la idea errónea de que uno nace con un 'cerebro matemático' o que no tiene esa aptitud", le dijo a BBC Brasil Jo Boaler, investigadora de la Universidad de Stanford en EE.UU.

"Mucha gente cree esto, y la primera vez que se encuentran con problemas piensan que simplemente no son aptos para las matemáticas y desde entonces consolidan una visión negativa de sí mismos".

Otra razón, piensa Boaler, es que las matemáticas a menudo se enseñan "de una manera increíblemente aburrida" y eso aleja a la gente. "Esta combinación (de percepciones personales y modelo de enseñanza) ha hecho mucho daño", dice la investigadora.

Apreciar los errores
Boaler argumenta que las matemáticas tienen más sentido si se enseñan visualmente (con dibujos, cubos, cuerdas), con creatividad y trabajo en equipo y exaltando los errores cometidos en lugar de condenarlos.

Y dice, además, que muchas clases de matemáticas tradicionales enfatizan demasiado la rapidez con la que los estudiantes resuelven los ejercicios, lo que desalienta a aquellos que no pueden seguir ese ritmo.

Por qué es importante que los niños aprendan matemáticas desde la guardería "Muchos niños que podrían tener un gran futuro en matemáticas piensan que no son lo suficientemente rápidos", señala Boaler.

"Otro descubrimiento liberador de la neurociencia es que nuestro cerebro crece más cuando cometemos errores, aunque la sensación (durante este proceso) sea mala".
Una investigadora de la Universidad de Stanford sugiere diseñar ejercicios colaborativos para potenciar la enseñanza de las matemáticas.

Muchas veces la noción de que los ejercicios matemáticos deben aprenderse con rapidez perjudican a los estudiantes que no pueden seguir ese ritmo.

En 2017, Boaler y su equipo aplicaron estas técnicas de enseñanza a 84 estudiantes entre 11 y 13 años en California.

Los jóvenes participaron en 18 clases en el proyecto Youcubed, aprendiendo matemáticas de una manera más colaborativa. El resultado, según la Universidad de Stanford, es que durante este período aumentaron su conocimiento matemático en el equivalente a 2,4 años de educación escolar.

El truco matemático para hacer cálculos más fácilmente que se hizo viral (y que nadie nos enseñó en la escuela) Sin embargo, esto no significa que las matemáticas sean fáciles o que el aprendizaje no sea frustrante.

Ayuda desde casa
Jo Boaler considera que en el entorno familiar se pueden potenciar las aptitudes matemáticas de los estudiantes y por eso sugiere que los padres "den un mensaje positivo" a sus hijos.

"Incluso si odias las matemáticas, sé un entusiasta del aprendizaje, aunque lo finjas", recomienda.

"Los juegos también son geniales, por ejemplo, dados. Solo les pido que tengan cuidado con los juegos que requieren velocidad. Es más importante fomentar la creatividad y la flexibilidad. Un cálculo matemático puede hacerse de muchas maneras".

BBC


domingo, 26 de febrero de 2012

Huesca y La reina de los ultramarinos, María Jesús Sanvicente, regenta una tienda que abrió en 1871. En Huesca, los restaurantes con estrella Michelin se mezclan con esculturas republicanas y el local donde se lanzó el dúo Amaral

En Huesca no hay un Zara de ropa de adultos, y la gente joven lo vive como una tragedia. La capital se viste en las numerosas boutiques burguesas con su dulce aire anticuado. Un apego a los locales de toda la vida que se torna en un placer, especialmente a la hora de comer: la ciudad aragonesa, de unos 50.000 habitantes, cuenta con dos restaurantes con estrella Michelin, algunas de las mejores pastelerías españolas y una histórica tienda de ultramarinos modernista que ha salido en The New York Times y cuya insuperable tendera acaba de regresar de Bruselas de recoger el premio a la mejor empresaria del año.
10.00 Moneo, a las afueras
Trenza o pastel ruso. Este es el primer dilema gastronómico al que se enfrenta el visitante cuando amanece en la ciudad. Estos dulces resumen una tradición pastelera de siglos. En Ascaso (1) (Coso Alto, 9), la tahona data del siglo XIX, cuando el bisabuelo de la actual propietaria comenzó a hornear. La repostería aparece en la lista de las 50 mejores pastelerías de Europa, y sus variedades invitan a la glotonería. Tras el dulce habrá levantado la niebla que cubre Huesca por la noche y no se desprende de sus elegantes edificios hasta que los primeros rayos de sol los calientan. El teatro Olimpia (2) (Coso Alto, 40-42; www.fundacionanselmopie.org) es uno de ellos. De 1925, cerró en 2003 y, tras una profunda reforma, en 2008 reanudó su programación.
Alejándose de la solera, casi en las afueras (25 minutos caminando), sorprende el CDAN (3) (Centro de Arte y Naturaleza. Avenida del Doctor Artero s/n; www.cdan.es). Proyectado por Rafael Moneo, este impresionante espacio abrió en 2006 para albergar la colección de arte contemporáneo Beulas-Sarrate. Una visita imprescindible.
12.00 Trufas con estrella
La ciudad huele a montaña, y la banda sonora de sus calles es el trino de los estorninos. Son tantos, que el Ayuntamiento ha llegado a considerarlos una plaga. En la botería La Fuente (4) (plaza de San Lorenzo, 7; 974 22 44 88), el cuero toca la nariz. En sus talleres, abiertos hace más de cien años por el bisabuelo de la actual dueña, esquilan, marcan la piel, la untan de pez y la dejan secar. En la plaza que hay a su puerta, frente a la iglesia de San Lorenzo, bailan, durante las fiestas populares, Los Danzantes de Huesca (www.danzantesdehuesca.es), una tradición folclórica del siglo XV.
Tuber melanosporum, o trufa negra, es otra maravilla que esconde el suelo de los Pirineos. Y el restaurante Lillas Pastia (5) (plaza de Navarra, 4; 972 22 16 91; www.lillaspastia.es), que este año recuperó la estrella Michelin, está especializado en usar los hongos en sus exquisitos platos. "Somos cocineros; con estrella o sin ella, lo importante es que la gente coma bien y disfrute", dice Roberto Aragón, jefe de cocina del restaurante de Carmelo Bosque. Antes de sentarse a la mesa hay que pararse en el rellano; el restaurante está en la planta baja del Círculo Oscense (plaza de Navarra, 4) o Casino. En este edificio modernista, de principios del siglo XX, se citaba la vanguardia de la época, entre ellos el escultor Ramón Acín. En 1932, el artista ganó la lotería; ese año el Gordo cayó en Huesca porque Doña Manolita envió desde Madrid una serie completa del número ganador. Con ese dinero, Acín financió Las Hurdes, de Buñuel. Aunque su Monumento a Las Pajaritas, situado en el parque municipal de Miguel Servet (6), se transformó en emblema de la ciudad desde su instalación en 1929, la dictadura consideró que el libertario Acín merecía la muerte.
15.00 El avión trashumante
A Eduardo Cajal le fascinan los aviones. En 1992 encontró uno partido en dos y, desde entonces, el escultor, dedicado al arte industrial, trabaja dentro de él. "Recompuse la estructura y lo planteé como una instalación basada en la trashumancia cultural: los artistas podrían intervenir en el interior", explica Cajal desde su nave-estudio (7), repleta de piezas de diversos tamaños, en un polígono de la capital (Polígono Sepes; calle de la Ganadería, nave 9).
16.00 Azafrán a granel
Tras la impresión del DC-9, parada en el Palacio de Deportes (8) (prolongación de la calle de San Jorge, s/n). El proyecto, del genial Enric Miralles, inaugurado en 1994, consiguió el León de Oro en la Bienal de Venecia. En La Anónima (9) (Cabestany, 19; www.libreriaanonima.es), algún libro habla sobre la obra del arquitecto catalán. Su club de lectura es famoso, y hace tres años, Chema Aniés, su propietario, ganó el Premio Nacional de Librero Cultural. Otra celebrity local es María Jesús Sanvicente. Regenta La Confianza (10) (plaza de Luis López Allué, 8; http://ultramarinoslaconfianza.com), que se proclama la tienda más antigua de España. "El local se abrió en 1871 por Hilario de Vallier, luego lo cogió mi abuelo. Es algo familiar; una tienda de toda la vida", cuenta mientras pesa unos garbanzos. En el comercio se venden legumbres, azafrán a granel y todo tipo de especialidades locales; en su cueva organizan eventos y se puede comer algo si se reserva. Su fama trasciende: el año pasado recibió el Premio a la Mujer Empresaria Europea por su asombroso ultramarinos.
19.00 Alternativa, el Matadero
Como muestra del panorama alternativo nos dirigimos al Matadero (11) (avenida de Martínez de Velasco, 4). Las naves del edificio industrial, de los años veinte, acogen representaciones teatrales y algunos de los mejores conciertos de la ciudad. Da Vinci (12) (Padre Huesca, 13) es un buen lugar para las tapas. Y para cenar, otro restaurante con estrella Michelin: Las Torres (13) (María Auxiliadora, 3; www.lastorres-restaurante.com), comandado por Fernando Abadía.
23.00 Microfiestón y Amaral
La noche oscense se divide en dos partes: el Tubo de arriba y el Tubo de abajo. Distan cinco minutos y concentran la marcha nocturna. En Juan Sebastián Bar (14) (Roldán, 27) sirven buenas copas y tienen una gramola con una divertida selección de vinilos. La música en directo se cita en la Sala Edén (15) (pasaje de Avellanas; www.salaeden.com), donde Amaral dio sus primeros pasos. Si se quiere alargar la fiesta, Flow Microclub (16) (Roldán, 25) es pequeño, pero matón. En el escueto local pinchan la mejor electrónica de la capital, y los fines de semana tienen disc jockeys invitados. Si se piensa bien, con todo esto, ¿quién necesita un Zara? De El Viajero en El País.