Fueron tantos, que no cabían todos. Muchos aguardaron bajo la lluvia su turno para poder despedirse. El auditorio madrileño Marcelino Camacho se ha llenado esta tarde de gente que quería o admiraba a Marcos Ana, el preso político que más tiempo pasó en las cárceles franquistas, 23 años. Falleció el pasado jueves, ya cumplidos los 96, y pese a su avanzada edad, uno de los comentarios más repetidos en el homenaje de esta tarde ha sido la sorpresa que les había causado su muerte. El líder de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, ha recordado que el poeta era el último en irse de todas las manifestaciones. "Pensábamos que era eterno", ha dicho el secretario general del Partido Comunista, José Luis Centella. En el centro del escenario, cubrían el ataúd de Marcos Ana dos banderas: la republicana y la roja.
Juan Diego Botto ha recitado, muy emocionado, el poema que da título a la autobiografía de Marcos Ana, Decidme cómo es un árbol. "Es un hombre que permitió que este país pudiera mirarse a la cara y sostenerse la mirada. Porque él es lo que este país debería haber sido", ha añadido el actor de origen argentino.
Marcos Ana se hizo poeta en la cárcel. Escribía en el revés del plato de la comida y se apañaba para sacar sus poemas de prisión con la ayuda de un guardia o haciendo que otro preso que iba a salir en libertad memorizara los versos. Poetas en el exilio, como Rafael Alberti, y el comité de ayuda a los presos ayudaron a difundir su obra. Cuando salió de la cárcel, en 1961, dedicó todos sus años de libertad a homenajear a sus compañeros presos, especialmente, a los que no lograron salir de la cárcel porque murieron antes de hambre, de frío o fueron ejecutados por el Régimen.
La cantautora Lucía Sócam ha intepretado durante el homenaje un poema que Blas de Otero compuso para Marcos Ana cuando el poeta cumplió 22 años entre rejas.
El ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo ha leído sobre el escenario fragmentos de este discurso del poeta: "Conocí, como tantos compañeros, la pérdida de la libertad. Sufrí la tortura, viví al borde de la muerte... podía haberme convertido en una bestia, pero al contrario, mi experiencia personal me llevó a la conclusión de que nunca sería capaz de ejercer la violencia contra nadie precisamente porque la he sufrido. La única venganza a la que yo aspiro es ver triunfando algún día los nobles ideales por los que yo he luchado y por los que miles de demócratas antifranquistas perdieron su vida o su libertad".
Uno de los momentos más emotivos ha sido cuando el hijo del poeta ha recitado, junto al ataúd de su padre, sus versos. "El mejor homenaje que le puedo hacer es leer un poema suyo. Los he leído muchas veces, pero creo que él nunca me oyó". Durante una entrevista con este diario, Marcos Ana explicaba que el peor momento de su vida en prisión eran los días de visita, cuando veía a sus compañeros presos abrazar a sus niños. "A mí se me caían las lágrimas pensando que yo nunca iba a tener eso. Mi hijo ha sido, sin ninguna duda, el amor de mi vida", decía. Fue Vida Sender, hija de unos anarquistas aragoneses, la mujer que le permitió cumplir el sueño de ser padre tras salir en libertad, en 1961. Hoy, en el auditorio Marcelino Camacho, apretaba emocionada la mano de su hijo, que también se llama Marcos, y es documentalista.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se acercaron durante el día al auditorio para despedir al poeta. Durante el homenaje, esta tarde, dirigentes del Partido Comunista han incluido referencias a Fidel Castro, fallecido este viernes. Entre el público había militantes del Partido Comunista, de Izquierda Unida y representantes del mundo de la cultura, como Luis García Montero o Almudena Grandes. La actriz Pilar Bardem, también muy emocionada, recordaba así al poeta: "Su corazón era su casa y la tenía abierta a todos. Marcos no ha muerto, sois todos vosotros, todos los jóvenes que tenéis que seguir luchando contra las injusticias, para que ningún viejecito muera de frío".
Alberto Garzón, de Izquierda Unida, ha alabado la poesía militante de Marcos Ana, y ha lamentado que haya jóvenes que no conozcan su vida y obra. El poeta dedicó precisamente su último libro, escrito en 2013, en el contexto de la crisis económica, "a la juventud". Su título: Vale la pena luchar.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/11/26/actualidad/1480185432_869998.html
“A Marcos Ana”
¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?
Quevedo
No hablo por hablar. Escribo
hablando sencillamente:
como en un cantar de amigo.
Nãzim, Marcos, Lina Odena,
Nina van Zandt, compañeros,
en la libertad más bella.
La libertad del que forja
un pueblo libre: Miguel
Hernández cavó la aurora.
¡Ah de la vida! Preguntas
a tientas: «el mar», «el campo»…
Las olas se han vuelto mudas.
Veintidós años… Decidme
cómo es un árbol. Quién silba
arriba en el aire libre.
Quién me recuerda. Quién llama
desde el fondo de una mina.
Espaciosa y triste España.
La libertad por el suelo.
Tú la levantas, la apoyas
en el hombro del obrero.
El olivo y las espigas
te dan la mano, se pasan,
brisa a brisa, la consigna.
Como en un cantar de amigo,
escribo lo que me dictan
la fábrica y el olivo.
Blas de Otero
De: “Que trata de España” – 1960-1964
Recogido en “Blas de Otero – Obra Completa” – 1935 – 1977
Ed. Galaxia Gutenberg – 2013©
Blas de Otero Muñoz nació en Bilbao, el 15 de marzo de 1916.
Miembro de la llamada Generación de los 50′, fue uno de los principales representantes de la poesía social o la conocida como poesía desarraigada, fruto de los tiempos duros que le tocó vivir, la guerra civil española y la terrible dictadura franquista.
Fue un duro opositor de la dictadura franquista, que vio nacer, crecer y morir, lucha que fue constante hasta el final de su vida. Anheló y cantó la democracia durante 40 años, aunque no llegó a ver completamente realizado su sueño, murió en Majadahonda, Madrid el 29 de junio de 1979.
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http://trianarts.com/blas-de-otero-a-marcos-ana/#sthash.R7Xrkdn0.dpuf
Marcos Ana, comentó que estando en prisión, le llegó desde fuera el sonido de una melodía que le gustó especialmente, cuando salió la buscó y al fin un día díó con ella; resultó ser Candilejas de Charles Chaplin. Aquí la tenéis.
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domingo, 27 de noviembre de 2016
domingo, 20 de marzo de 2011
"En Argentina tuvieron a Garzón. En España no tenemos a nadie"
Actores, escritores, cantantes, políticos y los secretarios generales de UGT y CC OO acompañan a las víctimas del franquismo en un multitudinario acto de apoyo al juez en la Plaza Mayor de Madrid.
"He venido sin rencor, pero también sin resignación", ha proclamado esta mañana Concha Carretero, represaliada del franquismo y superviviente de la saca por la que fueron fusiladas las 13 Rosas, al subirse a la tribuna colocada en la Plaza Mayor de Madrid para celebrar un acto de apoyo al juez Baltasar Garzón. "Deberíamos tener muchos garzones.¡Seguid, camaradas!", animó la anciana, ex militante de la JSU, a la multitud congregada en solidaridad con el magistrado.
En primera línea le aplaudían a rabiar actores, como Juan Diego, escritores, como Eduardo Mendicutti, Almudena Grandes y Luis García Montero, cantantes, como Miguel Ríos, Ana Belén y Víctor Manuel, políticos, como Gaspar Llamazares e Inés Sabanés y los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente. Detrás de ellos, una multitud de víctimas del franquismo coreaba el nombre del juez que va a sentarse en el banquillo por haber querido atender sus demandas de verdad, justicia y reparación.
"He venido sin rencor, pero también sin resignación", ha proclamado esta mañana Concha Carretero, represaliada del franquismo y superviviente de la saca por la que fueron fusiladas las 13 Rosas, al subirse a la tribuna colocada en la Plaza Mayor de Madrid para celebrar un acto de apoyo al juez Baltasar Garzón. "Deberíamos tener muchos garzones.¡Seguid, camaradas!", animó la anciana, ex militante de la JSU, a la multitud congregada en solidaridad con el magistrado.
En primera línea le aplaudían a rabiar actores, como Juan Diego, escritores, como Eduardo Mendicutti, Almudena Grandes y Luis García Montero, cantantes, como Miguel Ríos, Ana Belén y Víctor Manuel, políticos, como Gaspar Llamazares e Inés Sabanés y los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente. Detrás de ellos, una multitud de víctimas del franquismo coreaba el nombre del juez que va a sentarse en el banquillo por haber querido atender sus demandas de verdad, justicia y reparación.
"Ahora que la justicia vale menos que el orín de los perros y merece menos categoría que el estiércol", decían los versos de León Felipe que recitó Juan Diego, "¡exigimos al Tribunal Supremo que no juzgue al juez Garzón y le restituya en su puesto! Investigar los crímenes del franquismo no es un delito, lo que es delito es no buscar a más de 150.000 desaparecidos", proclamó Víctor García Cardiel, de Unión Cívica por la República. "Que no se hagan juicios políticos. Que esto no vuelva a cerrarse en falso, como en la transición. ¡No se nos puede engañar dos veces!" ha añadido.
Mar Soriano, portavoz de una plataforma de afectados por el robo de niños, subió a la tribuna acompañada por Carla Artés, la primera nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo argetinas. "Ellas, en Argentina, tuvieron a Garzón. Nosotros en España no tenemos a nadie", aseguró Soriano, que busca a su hermana Beatriz, robada en la clínica de O'Donnell en 1964. "Esos médicos que robaron niños siguen ejerciendo y no pedimos dinero, pedimos justicia". Artés añadió: "Cuando tocan a Garzón, es como si tocaran algo nuestro. Las Abuelas de Plaza de mayo vamos a estar siempre con él. ¡Gracias a este gran señor!"
El poeta Marcos Ana, el hombre que más tiempo estuvo preso en las cárceles del franquismo, 23 años, criticó junto a la actriz Pilar Bardem, "la inacción del Gobierno y los tribunales españoles" a la hora de castigar los crímenes del franquismo y recordó que quizá sea la justicia argentina la que "suplante" a la española y los juzgue si prospera la querella interpuesta en Buenos Aires por víctimas españolas.
El poeta Marcos Ana, el hombre que más tiempo estuvo preso en las cárceles del franquismo, 23 años, criticó junto a la actriz Pilar Bardem, "la inacción del Gobierno y los tribunales españoles" a la hora de castigar los crímenes del franquismo y recordó que quizá sea la justicia argentina la que "suplante" a la española y los juzgue si prospera la querella interpuesta en Buenos Aires por víctimas españolas.
El cantante Miguel Ríos contribuyó al acto cantando un poema de Luis García Montero escrito en contra de la guerra de Irak.
Más sobre información sobre el caso Garzón.
domingo, 14 de febrero de 2010
Marcos Ana. Poeta.
La hoguera del pueblo tiene
aún esparcidas sus aguas.
Ay, como el fuego se junte,
¿quién apagará sus llamas?
¿quién sujetará los bosques
del pueblo ardiendo en sus armas?
Tomad la mano que el pueblo
os ofrece en paz, tomadla.
No esperéis que se maduren
en el dolor las espadas.
Los diques también se rompen
bajo el martillo del agua;
el viento descuaja el árbol
por hondas que estén sus plantas;
y hay volcanes que deshacen
el pecho de las montañas.
Escuchad la voz de un pueblo
que busca la luz del alba,
con la paz en sus banderas
y el amor en sus gargantas.
No dejéis que se maduren
en el dolor las espadas.
Tomad la mano que el pueblo
os ofrece en paz. TOMADLA.
... ... ...
Triste es luchar en una misma casa,
romper la mesa donde el pan se come,
vivir entre paredes, enfrentados
tercamente en un mismo territorio.
Y más triste es ser ciego,
sordo al llanto de una madre,
tener un tacto de áspera corteza
para su corazón en carne viva.
Hay que tener los pulsos amarillos,
la sangre sin vertientes, seca el alma,
para dejar oscuros nuestros pechos
sin esa luz urgente que España necesita.
Ni un paso más, hermano:
que no pueda "el ayer" o sus cenizas
sus odios oponer a nuestro encuentro.
porque ni tú ni yo apagamos la lumbre,
ni robamos el pan,
ni dejamos sin techo y sin puertas nuestra Patria.
"Con Marcos Ana vengo sintiendo desde hace tanto tiempo que la memoria se confunde. Un vez escribí que a Antonio Machado lo conocía sin conocerlo cuando, siendo un adolescente perplejo, miraba la guerra de España en un mapa que me había fabricado y en el que ponía banderitas de papel según iba avanzando el ejército de Franco, que ganaba siempre, o al menos eso decían las radios de la dictadura de mi país. Entonces también debí de conocer a Marcos Ana porque ya ambos estábamos en el mismo lugar. Luego, mucho más tarde, cuando supe que Marcos Ana preguntaba, y no a gritos, sino directamente a nuestros corazones, tal vez al mío, cómo es un árbol, he de reconocer que no pude decírselo aunque quizá él me oyera y diera por buena la respuesta de que un árbol, amigo mío, es lo que estamos haciendo para que salgas de la cárcel, para que no haya presos políticos, para poder ser, en tu país y en el mío, a pleno pulmón, militantes de todos los partidos, ya sin miedos y sin complejo, seres libres gozando de árboles que crezcan con nosotros, que nos pongan sombra al caer la tarde y nosotros los regaremos cada mañana para que el mundo no se acabe.
Eso le decía a Marcos Ana y es probable que me oyera, porque lo poetas conocen lo que no se dice con palabras, pero está y ellos lo saben. Por eso cuando escriben nos hacen más humanos.Con Marcos Ana, ya digo, vengo sintiendo hace tanto que no se mide por años. A Marcos Ana, que es nombre de hombre y de mujer juntos, le hemos oído las mejores palabras y hemos sido más buenos. ¿A Marcos Ana le falta el Premio Príncipe de Asturias? No: al Premio Príncipe de Asturias le falta Marcos Ana y ese premio nunca estará completo sin el luchador español, el hombre sin rencor que amó la libertad desde la cárcel y que hoy, desde la vida recuperada, sigue honrando la libertad, que no es un concepto sino un modo de estar en el mundo que a todos nos dignifica.
Marcos Ana, Premio Príncipe de Asturias. Cuando oigamos esa proclamación nos saludaremos en la calle, aplaudiremos en las plazas y en las casas y diremos, haciendo sonar las bocinas de nuestros coches, que hemos ganado la batalla contra el olvido y a la inercia, que somos, por fin, protagonistas de la historia, porque somos, hombres y mujeres, dueños de nuestro tiempo y tenemos voz y la usamos. Como estamos haciendo ahora." José Saramago
Marcos Ana ha contado que, estando en la cárcel, un día oyó una música que llegaba desde la calle y le gustó tanto y le impresionó en tal medida por su belleza que nunca la olvidó. Con el tiempo, ya fuera, la pudo encontrar y saber que se trataba de Candilejas de Charles Chaplin
aún esparcidas sus aguas.
Ay, como el fuego se junte,
¿quién apagará sus llamas?
¿quién sujetará los bosques
del pueblo ardiendo en sus armas?
Tomad la mano que el pueblo
os ofrece en paz, tomadla.
No esperéis que se maduren
en el dolor las espadas.
Los diques también se rompen
bajo el martillo del agua;
el viento descuaja el árbol
por hondas que estén sus plantas;
y hay volcanes que deshacen
el pecho de las montañas.
Escuchad la voz de un pueblo
que busca la luz del alba,
con la paz en sus banderas
y el amor en sus gargantas.
No dejéis que se maduren
en el dolor las espadas.
Tomad la mano que el pueblo
os ofrece en paz. TOMADLA.
... ... ...
Triste es luchar en una misma casa,
romper la mesa donde el pan se come,
vivir entre paredes, enfrentados
tercamente en un mismo territorio.
Y más triste es ser ciego,
sordo al llanto de una madre,
tener un tacto de áspera corteza
para su corazón en carne viva.
Hay que tener los pulsos amarillos,
la sangre sin vertientes, seca el alma,
para dejar oscuros nuestros pechos
sin esa luz urgente que España necesita.
Ni un paso más, hermano:
que no pueda "el ayer" o sus cenizas
sus odios oponer a nuestro encuentro.
porque ni tú ni yo apagamos la lumbre,
ni robamos el pan,
ni dejamos sin techo y sin puertas nuestra Patria.
"Con Marcos Ana vengo sintiendo desde hace tanto tiempo que la memoria se confunde. Un vez escribí que a Antonio Machado lo conocía sin conocerlo cuando, siendo un adolescente perplejo, miraba la guerra de España en un mapa que me había fabricado y en el que ponía banderitas de papel según iba avanzando el ejército de Franco, que ganaba siempre, o al menos eso decían las radios de la dictadura de mi país. Entonces también debí de conocer a Marcos Ana porque ya ambos estábamos en el mismo lugar. Luego, mucho más tarde, cuando supe que Marcos Ana preguntaba, y no a gritos, sino directamente a nuestros corazones, tal vez al mío, cómo es un árbol, he de reconocer que no pude decírselo aunque quizá él me oyera y diera por buena la respuesta de que un árbol, amigo mío, es lo que estamos haciendo para que salgas de la cárcel, para que no haya presos políticos, para poder ser, en tu país y en el mío, a pleno pulmón, militantes de todos los partidos, ya sin miedos y sin complejo, seres libres gozando de árboles que crezcan con nosotros, que nos pongan sombra al caer la tarde y nosotros los regaremos cada mañana para que el mundo no se acabe.
Eso le decía a Marcos Ana y es probable que me oyera, porque lo poetas conocen lo que no se dice con palabras, pero está y ellos lo saben. Por eso cuando escriben nos hacen más humanos.Con Marcos Ana, ya digo, vengo sintiendo hace tanto que no se mide por años. A Marcos Ana, que es nombre de hombre y de mujer juntos, le hemos oído las mejores palabras y hemos sido más buenos. ¿A Marcos Ana le falta el Premio Príncipe de Asturias? No: al Premio Príncipe de Asturias le falta Marcos Ana y ese premio nunca estará completo sin el luchador español, el hombre sin rencor que amó la libertad desde la cárcel y que hoy, desde la vida recuperada, sigue honrando la libertad, que no es un concepto sino un modo de estar en el mundo que a todos nos dignifica.
Marcos Ana, Premio Príncipe de Asturias. Cuando oigamos esa proclamación nos saludaremos en la calle, aplaudiremos en las plazas y en las casas y diremos, haciendo sonar las bocinas de nuestros coches, que hemos ganado la batalla contra el olvido y a la inercia, que somos, por fin, protagonistas de la historia, porque somos, hombres y mujeres, dueños de nuestro tiempo y tenemos voz y la usamos. Como estamos haciendo ahora." José Saramago
Marcos Ana ha contado que, estando en la cárcel, un día oyó una música que llegaba desde la calle y le gustó tanto y le impresionó en tal medida por su belleza que nunca la olvidó. Con el tiempo, ya fuera, la pudo encontrar y saber que se trataba de Candilejas de Charles Chaplin
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