Mostrando entradas con la etiqueta Te doy una canción. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Te doy una canción. Mostrar todas las entradas

lunes, 11 de noviembre de 2013

_- “España nos roba”

_- Si El Corte Inglés reduce un 10% sus precios en un edificio de nueve plantas, ¿de cuánto es la rebaja? Para todos, del 10%. Para el eximio nuevo económetra Ignacio González González —también famoso como presidente de la Comunidad de Madrid, CAM—, el descuento será del 90% (9 x 10). Al menos si aplica el baremo de su rebaja fiscal: es del 0,4% en cada uno de los cuatro tramos del IRPF, por lo que la ha vendido como del (0,4 x 4=) ¡1,6%! Genial.

Lo mejor de esta rebaja es que solemniza el principio de autonomía, incluso para la competencia fiscal, algo normal en un Estado compuesto, si no genera deslocalizaciones de sujetos y bases imponibles o desviaciones de flujos económicos exagerados, distorsionadores o provocados por ventajismos. Ninguna patronal acusa a González de romper la unidad de mercado, ya se sabe que no es Oriol Junqueras. Ni siquiera el presidente de la CEIM, Arturo Fernández, el que creó ex-novo, aposta, un puesto de empleada de postín para Lourdes Cavero, esposa del económetra, en la organización empresarial madrileña.

Lo peor es lo demás.
Técnicamente, es dudoso que esta rebaja (y la de otros impuestos) ayude a cuadrar las cuentas madrileñas, este año y en 2014. Es verosímil lo contrario. A final de agosto, su déficit ascendía al 0,91% del PIB, superando el objetivo del 0,7% con que se elaboró el presupuesto para todo 2013. Y si los cuatro meses restantes siguen a igual ritmo, (0,11 puntos/mes) superará el 1,36%, desbordará el -1,07% que le autorizó el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Acertaba la ironía de Cristóbal Montoro: “Será que les sobra el dinero”. Y el recordatorio de Luis de Guindos a quienes compiten en rebajas: “Hay que cumplir con el déficit”.

Socialmente es discutible que se rebajen impuestos (incluso el IRPF, exorbitante con las rentas del trabajo) si se recortan prestaciones sanitarias y educativas. Y llueve sobre inequidad mojada, pues los impuestos de donaciones y sucesiones gozan en la CAM de exenciones del 99%. Acertaba Soraya Sáenz de Santamaría al advertir que de la “obtención de ingresos” depende “la financiación de los servicios básicos”.

“Queremos el dinero que nos corresponde a los madrileños”, blande González desvelando sus propósitos: presionar ante la reforma de la financiación autonómica e iniciar la carrera preelectoral. Otros denostan la “persecución (¡!) a la que somete el Gobierno central” a los madrileños, escribe el director de la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar, Antonio Barderas (Expansión, 29 de octubre). Nos vamos acercando al “España nos roba”, ese delicado, sutil lema del sector más recalcitrante del secesionismo catalán.

Quiere el azar del calendario que este victimismo coincida con la socialización de pérdidas de las cuatro autopistas radiales de Madrid, la AP-41 a Toledo y la M-12 a Barajas (3.600 millones potenciales), amén de otras (hasta 4.500 millones de deuda a los bancos). Es un rescate público a las constructoras, pues su inclusión en la Empresa Nacional de Autopistas implica la garantía pública de esas deudas privadas, un segundo mini-rescate a la banca (¿ayuda de Estado?) y un capote a la capital.

O sea: desde ya habrá que incorporar los costes de la radialidad (para los demás) al debate financiero territorial. Las ventajas de la capitalidad (contando inconvenientes) debieran descartar al Madrid-Distrito-Central de la lista de autonomías normales: por su dotación de infraestructuras públicas; por sus mayores huestes en el sector público, estabilizador del consumo en las crisis; por sus sedes corporativas (60% de las empresas del Ibex); por su monopolio en organismos centrales de la Administración central. ¿Persecución? ¡Mamma mia!
Fuente: El País.

viernes, 9 de abril de 2010

Yo sé que hay gente que me quiere, yo sé que hay gente que no me quiere. (De la canción de Silvio Rodríguez, "Esta Canción")

Eso mismo ocurre con Cuba, hay gente que la quiere y hay gente que no la quiere.
Y, curiosamente, la mayoría de la gente que no la quiere, es gente de derechas y de extrema derecha. Pero ahora, en esta debacle de lo que consideramos izquierda, que entre errores y traiciones -el dinero es muy atractivo y más en tiempos de crisis- no sabemos todavía hasta cuando durará la caída, hay momento que no sabemos incluso quienes son “los nuestros”. En este maremagnun nos quieren hacer creer que en Cuba se tortura cuando todos sabemos que es verdad, si hablamos de territorio cubano, pero sólo en Guantánamo y que se mata en Honduras, en Colombia, en México (más de 30.000 asesinados) y muchos otros países o Palestina por no ir lejos, se encarcela sin acusación en cárceles secretas de Polonia, en Hungría y otros países “democráticos” de la antigua URSS, pero eso no se denuncia. O que en Irak se sigue matando, después de comprobar que no había nada de las llamadas armas de destrucción masiva, etc., etc. Por no hablar de esa muerte indigna y terrible que causa el Hambre. Y no se denuncia, parece que debemos mirar todos como papanatas con orejeras de burro hacia Cuba y, ante todo lo demás, que es gravísimo, ni mirarlo, ni caso. Por lo que se ve, ahora solo toca Cuba, aplicando la teoría del eslabón más débil, es a Cuba a la que toca denunciar y es únicamente ella la que se debe “democratizar” olvidando que su población tiene educación, medicina, y servicios sociales mejores que muchos países del llamado primer mundo. Evidentemente algo huele a podrido en esta polémica. `Jamás´, me escribió una vez un amigo y lo suscribo palabra por palabra, `podremos devolverle a Cuba todo lo que nos ha dado y nos da (hechos y esperanzas)[Belén Gopegui]´”. Para aclararnos algo veamos unos pasajes del programa de RTV 59 segundos sobre Cuba.