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domingo, 9 de noviembre de 2014

“La RDA tuvo una mentalidad de asedio, y en una ciudad asediada es difícil que se alcen torres”

No todos cruzaron el Muro de Berlín en la misma dirección. Victor Grossman (Nueva York, 1928) fue uno de los que lo hizo en dirección contraria. Stephen Wechsler llegó a Baviera como soldado del ejército estadounidense a comienzos de los cincuenta, en el momento álgido del maccarthismo. Cuando el ejército descubrió su pasado como militante del Partido Comunista de EEUU, Wechsler decidió desertar. Lo hizo por Austria, cruzando el Danubio a nado. En la otra orilla, Stephen Wechsler cambió su nombre por el de Victor Grossman, y comenzó a trabajar como periodista. Como estadounidense en la primera línea de frente de la Guerra Fría, Grossman fue testigo de privilegio tanto de la construcción como de la desaparición de la RDA...

Es interesante, porque las historias que leemos son casi siempre sobre quienes desertaron a Occidente...
Aunqué había desertado del ejército, siempre me consideré un patriota estadounidense, pero no en el sentido habitual del término, sino en el de aquellos que lucharon y luchan por un país mejor, desde John Brown hasta Angela Davis, pasando por Martin Luther King, Malcolm X o Pete Seeger. Ésa era mi América.

...¿En qué trabajó en la RDA?
En Leipzig estudié periodismo. De hecho, como he dicho en alguna ocasión, soy la única persona en el mundo que tiene un diploma de Harvard y otro de la Universidad Karl Marx. Y seguiré siéndolo, porque esa universidad ya no existe. [Risas] Mi trabajo en la RDA era básicamente informar de la vida en EE UU. No de la manera simplista y negativa que aparecía en los libros de texto o en los medios de comunicación, pero tampoco de la manera igualmente simplista, pero positiva, que aparecía en la televisión occidental, que mucha gente se creía. Traté de ofrecer una imagen de EE UU como un país lleno de conflictos y contrastes, con estándares de vida relativamente mejores que los de la RDA, pero también en el que vivía mucha gente con unos estándares de vida muy inferiores a los de la RDA.

¿Cómo ve el 25 aniversario de la caída del Muro?
Viví en la RDA casi desde su fundación hasta el final. Viajé por todo el país. Vi todos los aspectos negativos, y habían muchos. Algunos eran simplemente estúpidos, otros trágicos –como toda la gente que murió intentando cruzar el Muro–, otros podrían haberse evitado, otros no podían haberse evitado. La RDA era más débil que Alemania occidental y tenía que estar a la defensiva. Vi todos esos aspectos negativos y no tengo ninguna necesidad de embellecerlos. Pero al mismo tiempo, siempre vi a la RDA como la Alemania moral. Por cuatro motivos: 

1. El primero, la RDA era la Alemania antifascista. En Alemania occidental, la cúpula del partido nazi había muerto o desaparecido, pero el resto ocuparon sectores importantes de la sociedad en el ejército, la diplomacia, los servicios secretos, la universidad o el periodismo. La mayoría de ellos ni siquiera se arrepentían, simplemente guardaron silencio. Durante los primeros años de posguerra, la opinión mayoritaria en EE UU era antifascista. Pero en 1947, y especialmente a partir de 1950, el Gobierno estadounidense decidió que Alemania occidental era demasiado importante y que había que transformarla en un bastión contra el comunismo. Aceptaron a todos los nazis por su experiencia y permitieron que Alemania occidental estuviese gobernada por gente que o bien habían sido nazis o bien no habían hecho nada para combatirlos. La RDA, en cambio, los expulsó a todos...

2. El segundo motivo es que la RDA creía en la solidaridad internacional. Ya fuese con Vietnam o España. La RDA apoyaba los movimientos de liberación nacional en África. Alemania occidental estaba en contra de Mandela, la RDA estaba con Mandela.

3. El tercer motivo es que la RDA comenzó siendo más pobre que Alemania occidental. Tuvo que pagar todas las reparaciones de guerra a Polonia y la URSS. Alemania occidental sólo pagó un 5%, más o menos. El Este de Alemania era la zona más rural y pobre del país. Y no recibió el Plan Marshall. Pero construyó una economía que logró ofrecer una sanidad y educación hasta la universidad universal y gratuita. El aborto era libre y gratuito. Los alquileres eran bajos. Había seguridad laboral, nadie tenía miedo de perder su trabajo. Y nadie podía ser desahuciado de su casa, como ocurre ahora en EE.UU. o en España. Estaba prohibido.

4. El cuarto motivo es más personal. Como antifascista y judío estadounidense odiaba a los nazis. Mientras las grandes compañías que habían colaborado con el Tercer Reich, como Siemens, Thyssen, Krupp o IG-Farben (ahora BASF) seguían haciendo negocios en Alemania occidental, en la RDA fueron desmanteladas por completo. Eso hacía a la RDA más moral...
Fuente: http://www.eldiario.es/internacional/RDA-mentalidad-asediada-dificil-torres_0_320568283.html