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sábado, 30 de septiembre de 2023

Los otros secretos (aparte de la comida) de la dieta mediterránea, la más recomendada para la salud

Abuelo, padre e hijo comiendo

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

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Compartir, un ingrediente fundamental.


Verduras, hierbas y frutas gloriosas que llegan directo de la huerta a la mesa para acompañar una abundancia de peces y mariscos recién capturados asados o a la parrilla, que se sirven con sabrosos cereales y legumbres, pan casero crujiente, vino...

Ese menú fresco y vibrante, aderezado con aceite de oliva, y consumido con admirable moderación, ha sido por décadas un ideal que no sólo conjura momentos memorables compartidos con seres queridos sino que promete bienestar físico.

Eso porque contiene muchos de los ingredientes de la famosa dieta mediterránea, aquella que constantemente recibe las mejores calificaciones de los profesionales de la salud por ser uno de los planes de alimentación más saludables y prácticos que existen.

Y uno de sus componentes cruciales no tiene nada que ver con comida.

Su nombre fue acuñado hace casi seis décadas, y desde entonces ninguna otra dieta tiene tanta evidencia documentada respaldando sus efectos positivos.

La investigación continúa mostrando una gama cada vez mayor de beneficios, incluyendo una mejor salud cardiovascular, menos posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y cáncer. El estudio más reciente muestra que esta forma de comer también puede proteger contra la demencia.

Pero la ciencia también muestra que aunque los alimentos del menú mediterráneo son imprescindibles, hay otros ingredientes no comestibles que son cruciales.

Y es que la mediterránea no es precisamente una dieta, es una forma de comer de manera que se extiende más allá de una lista de alimentos.

La comida es cultural y social, está cargada de historias personales, familiares y regionales.

Y dado que la dieta mediterránea no fue inventada de la nada sino basada en tradiciones desarrolladas con el tiempo por millones de personas, incluye componentes de estilo de vida.

Eso contribuye a que se logren los beneficios mencionados y varios otros, entre ellos la reducción del riesgo de depresión.

Prehistoria con 7 países

Niño recogiendo limónes
Un niño con una naranja

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY

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Alimentos frescos, de temporada, preparados con cariño.

Cuando cesaron los combates de la Segunda Guerra Mundial, Haqvin Mamrol, un investigador de Suecia, demostró que la mortalidad por enfermedad coronaria disminuyó en los países del norte de Europa durante la guerra.

Su hipótesis fue que era el resultado de las restricciones impuestas durante la guerra a la leche, la mantequilla, los huevos y la carne.

Casi al mismo tiempo, un científico de Minnesota, Estados Unidos, llamado Ancel Keys, que había estado estudiando los efectos del hambre en un grupo de sujetos voluntarios, pasó a estudiar las dietas de los empresarios del Medio Oeste de su país.

Encontró que esos estadounidenses bien alimentados eran más propensos a las enfermedades cardíacas que los hombres privados de alimentos en el norte de Europa durante la guerra.

Keys sospechó que convenía reducir drásticamente las grasas saturadas.

Para comprobarlo, reclutó investigadores en varios lugares del mundo y se embarcó, a fines de la década de 1950, en un ambicioso proyecto que se conocería más tarde como el Estudio de los Siete Países o SCS, por sus siglas en inglés.

El equipo multinacional examinó las dietas y los estilos de vida de miles de hombres de mediana edad en EE.UU., Países Bajos, Finlandia, Yugoslavia, Japón, Italia y Grecia.

Al final de la década de 1970 se publicaron los primeros resultados confirmando asociaciones entre las grasas saturadas, los niveles de colesterol y la enfermedad coronaria.

Pero hubo otro resultado notable: los que vivían en el Mediterráneo y sus alrededores, en países como Italia, Grecia y Croacia, tenían tasas más bajas de enfermedad cardiovascular que los participantes de otros lugares.

Sus dietas, ricas en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, proteínas magras y grasas saludables, parecían tener un efecto protector.

Keys, su esposa y sus colegas del estudio fueron fundamentales para el reconocimiento, la definición y la promoción del patrón de alimentación que se llamaría popularmente "dieta mediterránea".

Algo que, como dice incluso el sitio web del SCS, no existe.

"El mar Mediterráneo limita con 18 países que difieren notablemente en geografía, situación económica, salud, estilo de vida y dieta".

Pero no sólo es eso.

Diaita del Mar Medi Terraneum

Madre e hija cocinando
Madre e hija cocinando

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Desde comprar hasta cocinar y comer en compañía. Recetas que pasan de generación en generación.

En primer lugar, no es una dieta, en el sentido de que no hay reglas estrictas, abstenciones de grupos de alimentos, ni restricciones en los tamaños de las porciones ni recetas especiales a seguir.

Es más bien una diaita, la palabra griega para estilo o forma de vida, pues su magia no está sólo en sus nutritivos componentes sino en la manera de obtenerlos, y de crear y consumir platos coloridos y aromáticos, gustosos para el paladar y el espíritu.

Fue diseñada basada en la observación de comunidades en lugares como la isla de Creta hace unas seis décadas, cuando el quehacer cotidiano involucraba más actividad física.

Además, los únicos alimentos generalmente disponibles eran los que la naturaleza local proveía, así que tendían a ser frescos y de temporada.

De ahí una de las ventajas de la dieta: no se trata de comprar los alimentos que se producen en una región, sino de usar los de cualquiera al estilo mediterráneo.

Ni siquiera el aceite de oliva es indispensal; lo que importa es evitar grasas saturadas, así que pueden ser ciertos aceites de semillas (como canola, soya y linaza) y aceites de nueces (nueces, avellanas y almendras).

Pero quizás el ingrediente más mágico es que tanto cocinar como disfrutar lo cocinado es tradicionalmente un evento compartido, una celebración cotidiana con familiares y amigos sin más razón que el placer de hacerlo.

No se trata solo de qué comes, sino también de cómo y con quién lo haces.

Y sí, también hay estudios sobre los beneficios de esos otros factores para la salud.

En uno reciente, cuyos resultados fueron publicados en febrero de 2023, los investigadores se preguntaron cuál era la repercusión de acoger el enfoque de cenas relajadas y familiares, siestas por la tarde y fuertes lazos comunitarios en otras culturas.

Para ello, se alejaron 2.500 kilómetros del Mar Mediterráneo, y exploraron qué sucedería si adultos británicos adoptaran no solo la dieta, sino también el estilo de vida mediterráneo.

Los 110.799 participantes, de 40 a 75 años, no tenían cáncer ni enfermedades cardiovasculares cuando se inscribieron entre 2009 y 2012. Se les dio seguimiento hasta 2021.

Se examinaron cuestiones como si comían con familiares y amigos (convivencia); participan en actividades físicas con otros, por ejemplo, dando paseos juntos; con qué frecuencia se reunían con familiares y amigos (hábitos sociales); y cuánto dormían, tanto de noche como en siestas (descanso).

Y descubrieron que cuanto más se adherían a ese estilo de vida, menor era el riesgo de morir de cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras afecciones de salud.

"Este estudio indica que adoptar un estilo de vida mediterráneo adaptado a las características locales de las poblaciones no mediterráneas es posible y puede ser parte de un estilo de vida saludable", dijo la investigadora principal del estudio, Mercedes Sotos-Prieto, de la Universidad Autónoma de Madrid, España, y la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston.

De manera que, así como la dieta mediterránea es una guía que te permite incorporar los alimentos de tu tierra, el estilo de vida que refuerza sus beneficios es uno que puedes replicar aunque vivas muy lejos del que los romanos nombraron Mar Medi Terraneum.

domingo, 28 de enero de 2018

_- ¿Cuáles son las bondades de las nueces y otros frutos secos?

_- Repletas de proteínas, fibras y grasas esenciales, los frutos secos son unos de los mejores ingredientes para consumir.

Una porción del tamaño de una bola de golf -unos 30 gramos- de ellos sin sal es un tentempié que da vigor y, a diferencia de la mayoría de las otras opciones, aporta una mezcla de vitaminas y minerales valiosos.

Cada tipo de fruto seco tiene credenciales nutricionales distintas y ofrece varios beneficios para la salud.

Encuentra tu fruto seco perfecto en este capítulo de nuestra serie sobre los beneficios de ingredientes populares de BBC GoodFood, con la nutricionista Kerry Torrens.

Almendras
Para quienes evitan consumir productos lácteos, las almendras son una buena alternativa pues son ricas en calcio, un mineral que sirve para reforzar los huesos.

Las almendras también tienen un alto contenido de vitamina E, un nutriente que ayuda a mejorar la condición y apariencia de la piel.

Cuando puedas, come almendras enteras con la piel intacta pues es ahí donde están los compuestos llamados flavonoides, que tienen un efecto tónico para el corazón.

Nueces de Brasil
Ideal para quienes sufren de hipotiroidismo o baja en la función tiroidea, pues estas nueces son una buena fuente del mineral selenio, que necesitamos para producir la hormona tiroidea activa.

El selenio también apoya al sistema inmunológico y ayuda a curar heridas.

Sólo tres o cuatro nueces de Brasil al día proveen el selenio requerido.

Anacardo, castaña de cajú, marañón o merey
Los marañones son una opción excelente si uno está siguiendo una dieta vegetariana pues proveen un buen nivel de proteína y son una fuente útil de minerales como hierro y zinc.

Además son ricos en el mineral magnesio, que se piensa ayuda con la memoria y retrasa su pérdida por razones de edad.

Échale un puñado a tus vegetales o úsalos triturados como mantequilla en galletas o pan.

Castañas
Las castañas son de lejos el fruto seco con menos grasa y calorías.

Además, son ricas en carbohidratos almidonados y fibra y, si se comen crudas, una buena fuente de vitamina C.

Tienen menos proteínas que otros frutos secos pero proporcionan vitaminas B, incluida la B6.

La harina de castañas molidas puede usarse para hacer pasteles y panes libres de gluten.

Se pueden comprar frescas y tostarlas para comérselas como un delicioso aperitivo.

Avellanas
Opta por avellanas si estás preocupado por niveles altos de homocisteína, el aminoácido que ha sido asociado con problemas del corazón así como enfermedades como la de Parkinson.

Las avellanas son una buena fuente de ácido fólico o folacina, que juega un rol crucial en mantener a la homocisteína en niveles normales.

Macadamias
Con uno de los contenidos de grasa más altos, las macadamias se usan a menudo para añadirle sabor y textura a los platos tanto dulces como salados.

A pesar de tener tanta grasa, proveen buenos niveles de la saludable variedad monoinsaturada.

Son una fuente rica de fibra y contribuyen con minerales como el magnesio, calcio y potasio.

Compra pocas y guárdalas con cuidado para evitar que se pongan rancias.

Pacana, nuez de la isla o nuez encarcelada
Las pacanas están repletas de fitoesteroles, unos valiosos compuestos que son efectivos para bajar los niveles de colesterol.

Además, son ricas en antioxidantes que previenen la formación de la placa que endurece las arterias.

Tienen un alto contenido de ácido oleico, la grasa saludable que se encuentra en las aceitunas y los aguacates.

Por ser una buena fuente de vitamina B3, son una opción perfecta si uno está luchando contra la fatiga, pues esa vitamina ayuda a acceder a la energía que está en los alimentos.

Pistachos
Los pistachos son especialmente ricos en vitamina B6, que es importante para mantener las hormonas balanceadas y saludables, de manera que son recomendables para las mujeres que sufren con sus períodos.

Son además los únicos frutos secos que contienen niveles razonables de luteína y zeaxatina, dos antioxidantes que juegan un rol importante en la protección de los ojos.

Los pistachos también contienen potasio y fibra: 30 gramos tienen más de tres veces que la misma cantidad de ciruelas, las cuales son recomendadas para aliviar el estreñimiento y problemas digestivos.

Nueces
Las nueces son útiles en la lucha contra el cáncer gracias a su contenido de antioxidantes.

También son una buena fuente de grasas monosaturadas, convenientes para el corazón.

Hay estudios que muestran que ayudan a reducir el "colesterol malo" o "colesterol LDL".

Finalmente, son ricas en omega-3, así que son una rica alternativa para quienes no comen pescados grasos.

¿Le preocupa el contenido de grasa?
Las nueces y frutos secos tienen alto contenido de grasa pero la mayoría es de la variedad que no es dañina para el corazón.
Las cantidades de grasa saturada, el tipo de grasa que debemos evitar, varía entre ellas.

Aquí, las agrupamos por color, de manera que las rojas tienen un contenido más alto de grasa saturada; las amarillas, medio y las verdes, bajo.

Trata de comer las amarillas y verdes la mayoría del tiempo y disfruta de las rojas de vez en cuando.



BBC.
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/10/141010_bondades_nueces_finde_dv