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martes, 25 de enero de 2022

_- A bulo limpio

_- Cada día se hace más necesario disponer de criterios para discernir qué tipo de información es la que nos llega. En primer lugar porque la cantidad de información que recibimos es abrumadora. A través de la televisión, de las redes, de la radio, de la prensa, de libros y revistas, de conversaciones con amigos y conocidos, recibimos tanta información que no podemos asimilarla en su integridad. Y menos, analizarla. En segundo lugar porque hay muchos intereses en juego en la información que circula. Intereses de muy diverso tipo: políticos, económicos, religiosos, ideológicos, comerciales, publicitarios… En tercer lugar porque abundan los especialistas en el engaño y porque, esos especialistas manejan con maestría los secretos de la información.

Decía Aldous Huxley que una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante. Tenemos la tendencia a aceptar como ciertas aquellas noticias que apoyan nuestras creencias y a rechazar las que las cuestionan. “¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido entre el conocimiento? ¿Dónde el conocimiento que hemos perdido entre la información?”, dice T. S. Elliot.

En Francia, una insidia transfóbica se está utilizando como munición electoral. El bulo en cuestión afecta a la primera dama, Brigitte Macron, 23 años mayor que su esposo. Según el bulo, la esposa del presidente sería originariamente un hombre llamado Jean-Michel Trogneux, lo que es completamente falso. El episodio revela un transfondo de carácter más general. La deriva trumpista de la vida política francesa promovida por la ultraderecha sería el más importante de ellos, especialmente si las presidenciales de 2022 terminan enzarzadas en perversas teorías de la conspiración como ha sucedido con las dos últimas estadounidenses.

El equipo de abogados de la primera dama francesa pretende realizar una tarea complicada. Rastreará a todos los usuarios que han compartido este bulo en las redes sociales y también investigará el origen del mismo. Algunas informaciones apuntan a que el origen del rumor estaría en el medio de comunicación de extrema derecha, Faits et Documents.

En diciembre de 2020 una imagen se viralizó bajo el mismo argumento que se ha empleado con Brigitte Macron: la exprimera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, nació con sexo masculino. En esa imagen se ve al expresidente del país, Barack Obama, junto a su mujer, la cual aparece con el pelo rapado y los rasgos faciales cambiados. En este caso, la imagen que pretendía servir para demostrar que Michelle era una mujer transexual era un montaje realizado a partir de una fotografía compartida por Obama en su perfil de twiter.

Durante el mes de mayo en “Maldita sea” comenzaron a recibir capturas de pantalla de una publicación que comparaba dos supuestas imágenes de la esposa del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, Begoña Gómez: una actual y una antigua. La publicación afirmaba que el presidente del país se había casado con un trans.

Lo bulos se crean, se difunden y se mantienen. Ayer mismo le oí decir a Donald Trump que en las últimas elecciones se había producido un fraude que le había arrebatado la presidencia. Es decir que, contra todas las evidencias y contra la decisión de los tribunales, sigue alimentando ese bulo que utiliza para promoverse como candidato a las próximas elecciones.

En España, las declaraciones del Ministro Alberto Garzón en The Guardian han sido manejadas tan arteramente por el Partido Popular que se han convertido en un auténtico bulo. Un bulo que se ha transformado en el eje de la campaña electoral de la comunidad de Castilla y León. El Ministro de consumo no está contra los ganaderos, ni ha dicho que España exporte carne de mala calidad, ni ha pretendido dañar los interés del país. No. Ha dicho que la carne que se produce en las macrogranjas es de peor calidad que la que procede de la ganadería extensiva. Una obviedad con la que todos estamos de acuerdo. No está contra los ganaderos sino a favor de unas posiciones que promueve la Unión Europea. Con la cantidad de ocasiones en las que la oposición ha echado pestes del gobierno y del país! Ahora están en la denuncia al gobierno por la distribución de fondos europeos.

La prueba de la trampa es el insidioso lema que ha resumido la historia: Ganadería o comunismo. Una dicotomía disparatada y tramposa. Es decir lo bueno y lo malo. Es decir, nosotros estamos con los buenos y ellos son los malos. Y se han lanzado a las granjas como si nunca hubieran pensado en otra cosa. Están queriendo decir que solo les importan las vacas, los ganaderos y la patria. Cuando lo único que les importa son los votos. Qué burda trampa. Lo que más me sorprende es que haya una sola persona que se la trague. ¿Alguien puede pensar que esta maniobra es completamente ajena a la campaña electoral de la comunidad de Castilla y León?

Tengo delante de mí un libro titulado “Bulos científicos. De la tierra plana al coronavirus”, de Alexandre López-Borrull, Doctor en Química y Licenciado en documentación. Se presenta, curiosamente, como “experto en desinformación y revistas científicas”.

Los dos términos que configuran el título del libro parecen contradictorios. O es un bulo y, por consiguiente, no es una noticia científica o es un dato científico y entonces no se puede calificar de bulo. Un bulo es una noticia falsa que se difunde, generalmente, con el fin de hacer daño a alguien.

El autor analiza quince bulos. Sobre el origen del virus, la llegada del hombre a la luna, el negacionismo de las vacunas, la existencia del Sida, el creacionismo frente al evolucionismo, el corte de digestión al bañarse, el cambio climático, la clonación humana, la homeopatía, las curas contra el cáncer, los transgénicos…

Hay un capítulo en el que me quiero detener, aunque sea brevemente. El título ya nos dice muchas cosas. “Trump y Bolsonaro. Cuando tu presidente es el bulo científico”. ¿Por qué estos perfiles por encima de otros?, se pregunta el autor. Y lo explica así: “Principalmente porque, aunque estos presidentes fueron elegidos de forma democrática, existe un debate político, social y académico de cómo se ayudaron en mayor o menor medida de las fake news difundidas por campañas masivas de desinformación, tanto en Estados Unidos donde se investigó la “trama rusa” como en Brasil con un uso intensivo de whatsapps. Nadie como Donadl Trump ejemplifica el uso del concepto fake news para situar en la otra orilla (la de la mentira) a los medios que le son críticos”. Ambos mandatarios se convirtieron en negacionistas activos. Jair Bolsonaro tachó la crisis de “truco mediático”. Todo el mundo sabe que Trump aconsejaba el desinfectante como un buen remedio contra el virus y Bolsonaro apostaba por la hidroxicloroquina. ¡Qué barbaridad!

Existe otra forma de burlarse de la verdad. Consiste en negar un hecho cierto o de darle la vuelta a unas declaraciones y considerarlas bulos, cuando no lo son.

¿Qué hacer ante los bulos? El Informe de la OCDE, “Lectores del siglo XXI: desarrollo de habilidades de alfabetización en un mundo digital”, presentado en mayo de 2021, señalaba que el 54% de los estudiantes no saben distinguir entre noticias verdaderas y falsas, y que carecen de los conocimientos necesarios para navegar con criterio por internet y para hacer un uso responsable de las tecnologías.

Esta situación es sobradamente conocida desde mucho tiempo atrás: organismos internacionales como la UNESCO, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo están reclamando a los gobiernos desde hace décadas que introduzcan en sus sistemas educativos contenidos relacionados con la educación mediática. Por ello, no debe extrañarnos que, en noviembre de 2020, en plena pandemia, el Parlamento Europeo aprobara el Informe sobre el refuerzo de la libertad de los medios de comunicación: protección de los periodistas en Europa, discurso del odio, desinformación y papel de las plataformas, una muestra indudable que expresa la enorme preocupación que existe en la Unión Europea sobre la necesidad de avanzar en el campo de la alfabetización mediática.

Una de las tareas de la educación es facilitar las herramientas necesarias para interpretar la realidad que nos llega, para discernir lo que es verdadero y lo que es falso, para descubrir los hilos ocultos que mueven la realidad y la información, para detectar los bulos creados. La educación es el mejor detector de mentiras.

El Adarve.