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miércoles, 17 de enero de 2024

Por qué hay gente que aún cree que la Tierra es plana

La Salida de la Tierra, tomada por el astronauta William Anders el 24 de diciembre de 1968, durante la misión de Apollo 8.

La "Salida de la Tierra", tomada por el astronauta William Anders el 24 de diciembre de 1968, durante la misión de Apollo 8.

Se le ha llamado "la reina de las teorías de conspiración". Sólo que ambas partes de este debate se acusan de ser precisamente eso: una teoría de la conspiración.

Para ser justos, el peso de la balanza se inclina aplastantemente en contra de los que creen que la Tierra es plana.

Además de todo el acervo de pruebas científicas de larga data, hay muestras gráficas.

Por ejemplo, la foto que se conoce como "Earthrise" o "Salida de la Tierra", en la aparece nuestro azul planeta claramente globular, ya cumplió 50 años. Y esta es sólo una de las tantas imágenes enviadas por satélites desde entonces.

Entonces, ¿cómo puede ser que en el siglo XXI existan personas que genuinamente piensan que nuestro planeta no es redondo?

'Lo seguiré hasta los extremos de la Tierra', sollozó. ' Sí querida. Pero la Tierra no tiene extremos. Colón se ocupó de eso"

¿Cómo es?
Efectivamente, hay creyentes que desafían la teoría dominante.

Estas personas son discriminadas, le dijo hace un tiempo a la BBC John Davis, experto en informática y teórico de la Tierra plana.

"Muchos utilizan el término 'flat-earther' (terraplanista) con connotaciones que implican fe ciega, ignorancia y hasta antiintelectualismo".

Davis se empezó a interesar en esta teoría cuando se topó con unos escritos de la Flat Earth Society (Sociedad de la Tierra Plana).

El misterioso “monolito” avistado en una de las lunas de Marte

"Empecé a darme cuenta de cuánto aceptamos sin cuestionar, a pesar de que vaya en contra del sentido común", señaló.

Ahora, está convencido de que "la Tierra es plana, horizontalmente infinita y tiene al menos 9.000 kilómetros de profundidad".


De "La Atmósfera" de Camille Flammarion, de 1873, muestra a un peregrino observando la mecánica celestial.

La idea del planeta que tiene James McIntyre, de la Flat Earth Society, es sutilmente distinta.

"La Tierra es, más o menos, un disco de 24.900 millas de diámetro", declara. "Obviamente no es perfectamente plana, debido a los fenómenos geológicos como valles y montañas".

Fotos y barcos
¿Cómo se explican los terraplanistas las fotos de la Tierra desde el espacio?

"Las agencias espaciales del mundo están involucradas en una conspiración internacional para engañar al público en pos de vastas ganancias", asegura McIntyre.

"Las fotos son falsas", señala Davis.

¿Y qué del hecho de que nadie se ha caído jamás al llegar al borde de ese disco que es el mundo?

"Una examen somero del mapa de la Tierra plana explica la razón: el Polo Norte está en el centro y Antártica en el borde de toda la circunferencia de la Tierra. La circunnavegación es viajar en un círculo muy ancho por la superficie de la Tierra", explica McIntyre.

La misteriosa "luna" que nos ha acompañado durante un siglo sin que nos diéramos cuenta




Mapa de la Tierra Plana

Si viajas alrededor del mundo cerca de la gruesa línea blanca -Antártica- le darás la vuelta al mundo sin caerte, según McIntyre.

Ni tan nueva ni tan vieja
Christine Garwood, autora de "Tierra Plana: la historia de una idea infame" afirma que es "una falacia de la historia" que todos desde la Antigüedad hasta el Oscurantismo creían que la Tierra era plana y que únicamente se desengañaron de esa "idea loca" cuando Cristóbal Colón logró llegar a América "sin caerse en el filo del mundo".

"Con extraordinarias pocas excepciones, ninguna persona educada eh la historia de la civilización occidental desde el siglo III en adelante creía que la Tierra era plana", afirmó en 1997 el historiador Jeffrey Burton Russell.

Por su parte, el eminente científico Stephen Jay Gould escribió en el mismo año que "nunca hubo un período de 'oscurantismo de Tierra plana' entre los eruditos. El conocimiento griego de la esfericidad nunca desapareció y todos los estudiosos medievales aceptaban la redondez de la Tierra como un hecho establecido de cosmología".

El cambio se dio en el siglo XIX.

La Iglesia dice que la Tierra es plana, pero yo sé que es redonda, porque vi su sombra en la Luna. Y tengo más fe en una sombra que en la Iglesia"

Fernando de Magallanes (148-1521)

Escépticos

Con el ascenso del racionalismo científico, que parecía minar la autoridad de la Biblia, algunos pensadores cristianos decidieron lanzar un ataque contra la ciencia establecida.

Un inventor inglés llamado Samuel Birley Rowbotham (1816-1884) asumió el pseudónimo de "Parallax" y fundó la nueva escuela de "Astronomía Zetetica" (que significa "escéptico", del griego antiguo zētētikós, "inquisitivo").

Rowbotham recorrió Inglaterra argumentando que la Tierra era un disco estacionario y el Sol estaba a sólo 400 millas de distancia.

En 1870, el holandés John Hampen, famoso por encabezar polémicas, escribió acerca de la Tierra plana y describió al científico Isaac Newton -autor de la teoría de la gravedad- como "un borracho o un demente".

Las ideas de Hampden como las de muchos terraplanistas se basaban en la religión: muchas de las pruebas de su teoría provenían de las Sagradas Escrituras.

La ciencia y la religión quedaron enfrentadas.



Globo Terráqueo

Desde hace miles de años los eruditos sabían que vivíamos en un globo.

Más escépticos
Sin embargo la anterior es una versión de la historia.

Según el historiador Russell, todo empezó cuando escritores con prejuicios antirreligiosos del siglo XIX reescribieron la historia, tergiversándola de manera que los padres de la Iglesia y sus sucesores medievales parecieran creer que la Tierra era plana.

Los misteriosos rayos X que emite Plutón y desvelan a los científicos Apenas "de dos a cinco Papas tempranos negaban la esfericidad de la Tierra", asegura.




Imágenes de la Tierra a todo color y en alta calidad como esta tomada desde la Estación Espacial Internacional son comunes hoy en día, pero no hace 50 años. "La razón para promover tanto la mentira sobre la esfericidad de la Tierra y la mentira general de que la religión y la ciencia están en un conflicto eterno y natural en la sociedad Occidental es para defender al darwinismo", opinó.



Un mapa de la Tierra plana del siglo XX.

"La mentira de la Tierra plana era munición contra los creacionistas. El argumento era simple y poderoso, aunque no elegante: 'Miren cuán estúpidos son estos cristianos. Esos que niegan la evolución son los mismos que por al menos mil años han negado que la Tierra sea redonda".

Entonces, ¿los religiosos construyeron la teoría de la Tierra plana para desafiar a la ciencia o los darwinistas se inventaron que los creacionistas tenían esa teoría para desacreditarlos?

Todo es discutible, pero ¿incluso la idea de que la Tierra es globular? Alguno parecen creer que sí.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-37954365

miércoles, 6 de enero de 2016

Aristarco de Samos




Aristarco (griego antiguo: Ἀρίσταρχος, Arístarchos o Aristarjos; latín: Aristarchus; c. 310 a. C.-c. 230 a. C.) fue un astrónomo y matemático griego, nacido en Samos, Grecia. Él es la primera persona, que se conozca, que propone el modelo heliocéntrico del Sistema Solar, colocando el Sol, y no la Tierra, en el centro del universo conocido.
Esta propuesta la hizo luego de estudiar la distancia y tamaño del Sol (determinó que el Sol es mucho más grande que la tierra).

Aristarco fue uno de los muchos sabios que hizo uso de la emblemática Biblioteca de Alejandría, en la que se reunían las mentes más privilegiadas del mundo clásico.

Los trabajos originales se perdieron probablemente en uno de los varios incendios que padeció la biblioteca de Alejandría. Del modelo heliocéntrico de Aristarco solo nos quedan las citas de Plutarco y Arquímedes.

Por el tiempo de Aristarco, la creencia obvia era pensar en un sistema geocéntrico. Los astrónomos de la época veían a los planetas y al Sol dar vueltas sobre nuestro cielo a diario. La Tierra, para muchos, debía encontrarse por ello en el centro de todo. Los planteamientos del reconocido Aristóteles hechos unos pocos años antes no dejaban lugar a dudas y venían a reforzar dicha hipótesis. La Tierra era el centro del universo y los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas se encontraban en esferas fijas que giraban en torno a la Tierra. Pero existían ciertos problemas a tales afirmaciones. 

Algunos planetas como Venus y, sobre todo, Marte, describen trayectorias errantes en el cielo, es decir, a veces se mueven hacia adelante y otras hacia atrás, lo cual está en flagrante contradicción con la tradición aristotélica, que decía que todos los movimientos y las formas del cielo eran círculos perfectos. Antes que Aristarco, Heráclides Póntico encontró una posible solución al problema al proponer que los planetas podrían girar alrededor del Sol y éste a su vez alrededor de la Tierra. Esto ya fue un gran salto conceptual pero aún era un modelo parcialmente geocéntrico.

El paradigma dominante era el que consideraba a la Teoría (a La Tierra la tenían como el centro del universo) geocéntrica de Aristóteles, desarrollada a fondo años más tarde por Ptolomeo. No fue hasta los trabajos de Copérnico, unos mil setecientos años más tarde, que empezó a plantearse el modelo heliocéntrico como una alternativa consistente.

El único trabajo de Aristarco que ha sobrevivido hasta el presente, De los tamaños y las distancias del sol y de la luna, se basa en una cosmovisión geocéntrica. Sabemos por citas, sin embargo, que Aristarco escribió otro libro en el cual avanzó una hipótesis alternativa del modelo heliocéntrico. Arquímedes escribió:

"Tú, rey Gelón, estás enterado de que el universo es el nombre dado por la mayoría de los astrónomos a la esfera cuyo centro es el centro de la Tierra, mientras que su radio es igual a la línea recta que une el centro del Sol y el centro de la Tierra. Ésta es la descripción común como la has oído de astrónomos. Pero Aristarco ha sacado un libro que consiste en ciertas hipótesis, en donde se afirma, como consecuencia de las suposiciones hechas, que el universo es muchas veces mayor que el universo recién mencionado. Sus hipótesis son que las estrellas fijas y el Sol permanecen inmóviles, que la Tierra gira alrededor del Sol en la circunferencia de un círculo, el sol yace en el centro de la órbita, y que la esfera de las estrellas fijas, situada con casi igual centro que el Sol, es tan grande que el círculo en el cual él supone que la Tierra gira guarda tal proporción a la distancia de las estrellas fijas cuanto el centro de la esfera guarda a su superficie.

Aristarco creyó así que las estrellas estaban infinitamente lejos, y vio esto como la razón por la que no había paralaje visible, es decir, un movimiento observado de unas estrellas en relación con otras en tanto la Tierra se mueve alrededor del Sol. Las estrellas están, de hecho, mucho más lejanas de lo supuesto en la Antigüedad, y el paralaje estelar solamente es perceptible con los mejores telescopios. Pero el modelo geocéntrico fue elegido como una explicación más simple y mejor de la carencia de paralaje. El rechazo de la visión heliocéntrica era al parecer muy fuerte, como el pasaje siguiente de Plutarco sugiere (En la faz de la Luna-De facie in orbe lunae,):

"Cleantes, un contemporáneo de Aristarco pensó que era el deber de los griegos procesar a Aristarco de Samos con el cargo de impiedad por poner en movimiento el Hogar del universo (es decir, la Tierra) [...] suponiendo que el cielo permanece en reposo y la Tierra gira en un círculo oblicuo, mientras que rota, al mismo tiempo, sobre su propio eje." Sin embargo, el Profesor Lucio Russo afirma en su libro "The forgotten Revolution" (Springer Verlag) que el filólogo francés del s. XVII Gilles Ménage, influenciado probablemente por la persecución a heliocentristas como Giordano Bruno o Galileo, tradujo erróneamente esta cita de Plutarco (cambiando un acusativo por un nominativo y viceversa), como demuestra el hecho de que todas las versiones anteriores a la traducción de Ménage, que es la que se difundió desde entonces, presentan los términos claramente invertidos: es Aristarco quien sugiere que Cleantes debe ser juzgado por impiedad y no al contrario.

Este hecho, ya mencionado por Giacomo Leopardi en su "Historia de la Astronomía" (ver la voz "Aristarco" en la versión italiana) sugiere la necesidad de una reinterpretación de la recepción de las ideas de Aristarco.

Distancia al Sol
Aristarco argumentó que el Sol, la Luna, y la Tierra forman un ángulo recto en el momento del cuarto creciente o menguante de la Luna. Estimó que el ángulo opuesto al cateto mayor era de 87°. Aunque utilizó una correcta geometría, los datos de observación eran inexactos, por lo que concluyó erróneamente que el Sol estaba 20 veces más lejos que la Luna, cuando en realidad está 400 veces más lejos. Precisó que dado que la Luna y el Sol tienen tamaños angulares aparentes casi iguales, sus diámetros deben estar en proporción con sus distancias a la Tierra. Concluyó así que el diámetro del Sol era 20 veces más grande que la Luna, cuando en realidad es 400 veces mayor.

Fue quizá la idea de un Sol tan grande la que le indujo a pensar que debían ser el resto de cuerpos más pequeños los que girarán a su alrededor.

Críticas de sus contemporáneos al movimiento de la Tierra
Esta nueva representación del sistema astronómico fue, en la Antigüedad, severamente criticada. La idea de que la Tierra se movía resultaba inaceptable y parecía estar en contradicción tanto con el sentido común, como con las observaciones cotidianas. Además, la hipótesis se contraponía directamente a las doctrinas filosóficas clásicas aceptadas, según las cuales la Tierra debía tener un papel especial respecto de los demás cuerpos celestes, y su lugar debía ser el centro de Universo. Estos filósofos afirmaban, basándose en la teoría aristotélica, que los cuerpos pesados se mueven naturalmente hacia el centro de la Tierra. Otra implicación de la teoría de los movimientos naturales de Aristóteles era que el grave, una vez alcanzado su lugar natural se detenía o paraba. Las consecuencias de esta teoría llegaba a conclusiones en parte verdaderas y en parte falsas. Se deducía, por ejemplo, que la Tierra debía tener forma esférica, pero también que la Tierra permanecía del todo inmóvil en el centro del Universo.

Los científicos antiguos se daban cuenta de que si la Tierra gira sobre su eje cada 24 horas, la velocidad de un punto dado sobre la superficie de la Tierra debe ser muy alta. ¿Cómo podrían, entonces, las nubes o los proyectiles que se desplazaban por el aire superar la velocidad y el movimiento de la Tierra? Nunca se podría realizar ningún movimiento hacia el este porque la Tierra se adelantaría siempre.

El argumento principal de los astrónomos se basaba claramente en la fracasada observación del fenómeno del paralaje anual de las estrellas: si la Tierra gira alrededor del Sol debería haber algunas variaciones en las posiciones relativas de las estrellas, observadas desde diferentes puntos de la órbita terrestre. Si las cosas eran como Aristarco afirmaba, debía verificarse un desplazamiento de las estrellas fijas en el curso de un año, pero los astrónomos griegos no habían notado nada parecido en sus observaciones. Este hecho podía explicarse de dos formas:

La Tierra no gira alrededor del Sol.
La Tierra si gira alrededor del Sol, pero las estrellas están tan lejos que el desplazamiento es tan pequeño que no puede ser apreciado a simple vista.

Sabemos hoy que la segunda explicación era la correcta. Pero empleando los mejores instrumentos para observar las estrellas, el paralaje estelar anual no pudo ser descubierto hasta 1838, con las investigaciones de Bessel.

Es cierto que Aristarco no debió ser el único que creía en su hipótesis pero, en los textos antiguos se han borrado los nombres de sus sacrílegos seguidores. Al único al que se recuerda es a Seleuco, un astrónomo babilonio, que vivió un siglo después de Aristarco y que retomó la teoría heliocéntrica con bases argumentadas.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Aristarco_de_Samos