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viernes, 11 de agosto de 2023

Sociedad Líquida. Umberto Eco.

La sociedad líquida

Como es bien sabido, la idea de modernidad o sociedad «líquida» se debe a Zygmunt Bauman. Al que desee entender las distintas implicaciones de este concepto le será útil leer Estado de crisis, obra en la que Bauman y Carlo Bordoni debaten sobre este y otros problemas.

La sociedad líquida empieza a perfilarse con la corriente llamada posmodernismo (término «comodín», que puede aplicarse a multitud de fenómenos distintos, desde la arquitectura a la filosofía y a la literatura, y no siempre con acierto). 

El posmodernismo marcó la crisis de las «grandes narraciones» que creían poder aplicar al mundo un modelo de orden; tenía como objetivo una reinterpretación lúdica o irónica del pasado, y en cierto modo se entrecruzó con las pulsiones nihilistas. No obstante, para Bordoni también el posmodernismo está en fase decreciente. Tenía un carácter temporal, hemos pasado a través de él sin darnos cuenta siquiera y algún día será estudiado como el prerromanticismo. Se utilizaba para señalar un fenómeno en estado de desarrollo y ha representado una especie de trayecto de la modernidad a un presente todavía sin nombre.

Para Bauman, entre las características de este presente en estado naciente se puede incluir la crisis del Estado (¿qué libertad de decisión conservan los estados nacionales frente al poder de las entidades supranacionales?). Desaparece una entidad que garantizaba a los individuos la posibilidad de resolver de una forma homogénea los distintos problemas de nuestro tiempo, y con su crisis se ha perfilado la crisis de las ideologías, y por tanto de los partidos, y en general de toda apelación a una comunidad de valores que permitía al individuo sentirse parte de algo que interpretaba sus necesidades.

Con la crisis del concepto de comunidad surge un individualismo desenfrenado, en el que nadie es ya compañero de camino de nadie, sino antagonista del que hay que guardarse. Este «subjetivismo» ha minado las bases de la modernidad, la ha vuelto frágil y eso da lugar a una situación en la que, al no haber puntos de referencia, todo se disuelve en una especie de liquidez. 

Se pierde la certeza del derecho (la magistratura se percibe como enemiga) y las únicas soluciones para el individuo sin puntos de referencia son aparecer sea como sea, aparecer como valor, y el consumismo. Pero se trata de un consumismo que no tiende a la posesión de objetos de deseo con los que contentarse, sino que inmediatamente los vuelve obsoletos, y el individuo pasa de un consumo a otro en una especie de bulimia sin objetivo (el nuevo teléfono móvil nos ofrece poquísimas prestaciones nuevas respecto al viejo, pero el viejo tiene que ir al desguace para participar en esta orgía del deseo).

Crisis de las ideologías y de los partidos: alguien ha dicho que estos últimos son ahora taxis a los que se suben un cabecilla o un capo mafioso que controlan votos, seleccionados con descaro según las oportunidades que ofrecen, y esto hace que la actitud hacia los tránsfugas sea incluso de comprensión y no ya de escándalo. No solo los individuos, sino la sociedad misma viven en un proceso continuo de precarización.

¿Hay algo que pueda sustituir esta licuación? Todavía no lo sabemos, y este interregno durará bastante tiempo. Bauman observa que (desaparecida la fe en una salvación que provenga de las alturas, del Estado o de la revolución) es típico del interregno el movimiento de indignación. Estos movimientos saben lo que no quieren, pero no saben lo que quieren. Y quisiera recordar que uno de los problemas que se les plantean a los responsables del orden público a propósito de los «bloques negros» es que no es posible etiquetarlos, como se hizo con los anarquistas, con los fascistas o con las Brigadas Rojas. Actúan, pero nadie sabe cuándo ni en qué dirección, ni siquiera ellos.

¿Hay algún modo de sobrevivir a la liquidez?
Lo hay, y consiste justamente en ser conscientes de que vivimos en una sociedad líquida que, para ser entendida y tal vez superada, exige nuevos instrumentos. El problema es que la política y en gran parte la intelligentsia todavía no han comprendido el alcance del fenómeno. Bauman continúa siendo por ahora una vox clamantis in deserto.

Umberto Eco

martes, 8 de mayo de 2018

Libertino. El legado de la Ilustración pende del frágil hilo de una visión secularizada del mundo.

Benedetta Craveri (Roma, 1942) ha centrado su atención sobre el mundo cultural francés del siglo XVIII. Sin salirse de este siglo crucial, en el que se ha cimentado nuestro mundo, acaba de editarse en castellano Los últimos libertinos (Siruela) de esta misma autora, donde, a través de la historia de siete aristócratas franceses de la segunda mitad de esta centuria, nos adentra en el ambiente de la fragua y el desarrollo de la Revolución de 1789, cuyos ideales básicos siguen por el momento rigiendo nuestros destinos.

El término “libertino” tiene dos usos esenciales: el que define a alguien que convierte en un arte la capacidad de gozar de los placeres carnales, pero también una forma de pensar sin ataduras dogmáticas, propia de la Ilustración. Ninguno de los siete nobles estudiados por Craveri se privó de cultivar ambas tendencias, a pesar de que la segunda comprometía sus intereses materiales. Leyendo el bien informado y ameno libro de esta escritora italiana, no se puede evitar establecer el contraste entre la aristocracia francesa y la española de este mismo momento histórico, pues, en la mayoría de los casos, la nobleza y la burguesía ilustradas de nuestro país eran bien libertinas de pensamiento, pero castas o hedonistas a la par que incultas. Quizás esto explique la causa de que el uso del término “libertino” en nuestra lengua actual se siga aplicando unilateralmente a quien lleva una vida disoluta. Aunque Francia fuera entonces un país de confesión católica, es obvio que su interpretación de la religión fue más honda y laxa que en España, donde incluso los que se consideran ateos defienden sus convicciones con el fervor fanático de los creyentes sin atisbo de piedad, algo por lo que seguimos pagando un alto precio.

Sea como sea, el legado perenne de la Ilustración occidental pende del frágil hilo de una visión secularizada del mundo, pero siempre y cuando se conciba la forma inclusiva, no excluyente. Una parte importante de estos aristócratas franceses acabaron en la guillotina en la época radical del terror, a pesar de sus ideales liberales, pero acierta Craveri a definir su novelesco destino como el de los últimos de su especie, no tanto por su trágico final sino porque, desde ese momento hasta la actualidad, se ha impuesto el puritanismo moral de la burguesía, hoy más agobiante por mor de lo “políticamente correcto”.

En principio, sin ninguna atadura moral ni política en sí mismo, por su gratuidad y su abierta voluntad inquisitiva, el arte es quizás hoy la única instancia mediante la cual el ser humano escarba críticamente en su oceánica zona oscura, o, si se quiere, que se muestra como una actividad genuinamente libertina. Así lo hizo siempre afrontando las dificultades censorias correspondiente de cada época, pero se explayó más en la nuestra, sobre todo a partir del comienzo de éste durante el siglo XVIII. Lo refrenda el también especialista italiano Renato Barilli (Bolonia, 1935), en su ensayo Lo posmoderno, pasado y presente (Casimiro), en el que acertadamente reconfigura la modernidad a partir del renacimiento, considerando que lo que llamamos posmoderno arranca del último tercio del siglo XVIII, con lo que para él este último término tiene tras de sí una larga historia y lo que ahora vivimos al respecto se halla, no en su primavera sino en su invernal momento final. Detrás de ellos se apunta que el uso social de la libertad está al borde de la congelación.

https://elpais.com/cultura/2018/04/09/actualidad/1523295890_233884.html

lunes, 28 de marzo de 2016

Europa, 1945: literatura tachada. Siempre a medias entre la ficción y la realidad, Pron ha escrito otra novela espléndida entrelazada a un ensayo magistral sobre la perversa alianza de fascismo y modernidad

Patricio Pron ha escrito en su reciente ensayo El libro tachado una historia de aquella parte de la literatura caracterizada “por la interrupción, la inexistencia, la borradura, el silencio, la negación de sí misma”; unas veces, por designio suicida del autor, y otras, por la pulsión destructiva ajena. Y, sin embargo, resulta patente que Pron está a favor de lo escrito, de su necesario conocimiento y sobrevivencia, quizá porque, como argentino de 1975, proviene de una literatura asombrosamente rica pero también reiteradamente tachada. La novela que le dio a conocer en España, El comienzo de la primavera (2010), fue una deslumbrante parábola sobre el valor de lo escrito y, a la vez, sobre las turbias fuentes de la escritura. Un joven investigador argentino, Martínez, recorre toda la geografía de la Alemania reciente en pos de un filósofo, que fue discípulo de Heidegger. Su propósito es dialogar sobre el libro que quiere traducirle —una reflexión sobre la historia basada en la esencial discontinuidad de los hechos y la importancia de la decisión individual—, pero nunca logra sino conocer a testigos contradictorios y, a la postre, recomponer la ejecutoria vergonzosa de su escurridizo autor.

No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles vuelve sobre la expresión literaria del fascismo y sobre la búsqueda de una obra tachada y perdida. Por un lado, rastrea los pasos de un legado oculto —las obras del escritor ficticio Luca Borrello, misteriosamente muerto en los días finales de la Segunda Guerra Mundial— y de un infatigable grupo de futuristas de Perugia, que todavía soñaban en 1978 con lo que pudieron llegar a ser. Acudieron a un Congreso Internacional de Literatura Fascista que la República de Salò convocó en Pinerolo, en abril de 1945, y que recibió a escritores de todo el mundo (entre ellos hay una nutrida selección de españoles: Giménez Caballero, Eugenio d’Ors, Luys Santa Marina y Juan Ramón Masoliver), pero que no llegó a celebrarse. El rastreo de aquellas jornadas corre de cuenta de un joven activista de las Brigadas Rojas que en 1978 recoge los testimonios de quienes asociaron fascismo y modernidad y creyeron que el futuro estaría ligado a los desafueros vanguardistas. Sus testimonios sobre el pasado y sobre el imaginario Congreso de Pinerolo, lúcidos a veces, nostálgicos otras, desengañados y hasta cínicos a menudo, ocupan la primera parte del relato.

Siempre a medias entre la ficción y lo real, Patricio Pron ha escrito otra novela espléndida entrelazada a un ensayo magistral sobre la perversa alianza de fascismo y modernidad, que extiende sus raíces letales hasta nosotros. Luego sabemos que el encuestador, el joven Pietro Linden, acabará siendo denunciado a la policía por uno de sus serviciales informantes y que reencontrará en sus pesquisas la historia de su propio padre: un partisano que conoció al de­sa­parecido escritor Luca Borrello. Las páginas más hermosas y conmovedoras de esta novela son precisamente aquellas en las que los dos enemigos potenciales —un escritor sin futuro y un carpintero (el padre de Linden) que lo espera todo del futuro— conviven en un pueblecito de montaña al sur de Turín, escondidos de todos y esperando. Inmediatamente después, un capítulo —fechado en 1947— se presenta como parte de una conferencia anónima que reseña aquellas obras inéditas de Luca Borello que guarda la misteriosa caja de madera que el padre de Linden construyó; Pron ha sabido resumir en ellas todo lo que fue aquella explosión futurista que incendió imaginaciones en la Italia fascista, en la Rusia comunista y hasta en el México de la revolución. Y es que el espíritu de la rebeldía —amasada de sueños, negación y violencia— sopla donde quiere y así llega hasta nosotros, gracias a una novela tan insomne como sus personajes. Por eso, un breve epílogo nos presenta al último de la estirpe de los Linden, heredero del piadoso partisano de 1945 y del hijo terrorista de 1978: se trata de un desnortado okupa milanés de 2014 que, a la vista de una manifestación contra la política laboral del primer ministro Renzi, siente “como el comienzo de algo, algo impreciso al que no se tomará la molestia de poner un nombre (…), incluso el hecho mismo de pensar en ello le parece absurdo”. Y toma un bastón que halla en el suelo para atacar a un policía que se lanza sobre él…

Cuando esto ocurre, cuando el pasado se repite y el futuro se va eclipsando, parece indudable que la mejor solución es escribirlo todo en una novela. Patricio Pron —otra vez en pos de los confusos pasos del siglo XX— ha conseguido en estas páginas el más intenso y complejo de sus libros: sin duda, una de las grandes novelas de los últimos años.

No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles. Patricio Pron. Literatura Random House. Barcelona, 2016. 348 páginas, 20,90 euros.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/14/babelia/1457954473_951237.html

sábado, 30 de mayo de 2015

“Debemos liberarnos de la modernidad”. Entrevista a Sadri Khiari con ocasión de los 10 años del Partie des Indigènes de la République

Azzédine Benabdellah/Amia Moucharik/Selim Nadi
Les Indigènes de la Republique

Breve introducción del traductor
La vida de los inmigrantes negros y árabes en Francia no es nada fácil. Víctimas del racismo, del desprecio, de la indiferencia de las instituciones, de la explotación y de la marginación, se han organizado políticamente. Primero en el MIR (Mouvement des Indigènes de la République) y después en el PIR (Partie des Indigènes de la République), que acaba de cumplir 10 años de vida. Sadri Khiari uno de los referentes del PIR, es entrevistado aquí por Azzédine Benabdellah, Samia Moucharik y Selim Nadi, del periódico Les Indigènes de la Republique.

–Según tú, ¿cuáles son los principales aportes del MIR y el PIR?
–Lo primero que podría decir es que para una organización originada en la inmigración, que tiene la pretensión de desempeñar un papel político a escala nacional, ya es importante durar 10 años; que son 10 años de actividades prácticas y continuas elaboraciones. Quizás sería presuntuoso decir algo más que eso; en el plano político, el PIR ha abierto una nueva continuidad en la historia de las luchas de la inmigración que de momento está en sus primeras etapas. Una nueva continuidad cuya expresión ha sido la revuelta de noviembre de 2005. Es la primera expresión de algo más que unas reivindicaciones. Es un movimiento político que plantea, por un lado, la cuestión del poder indígena integrando en una dinámica autónoma a los diferentes sectores de la población indígena, y por otro, vinculándolos con las luchas de descolonización, y no solo en términos de solidaridad sino también en el marco de una aproximación estratégica articulada. El PIR actúa ciertamente para satisfacer las reivindicaciones más urgentes de la población indígena, incluso si apuntan a una gestión integracionista. No obstante, se esfuerza por atraerla al seno de una alternativa global de la civilización dominante, es decir, la modernidad colonial. El PIR no tiene como única ambición la conquista de la legalidad individual; el Partido dice “el mundo dominado por los blancos está podrido; nosotros trabajamos por el surgimiento de un nuevo mundo”. Todo eso no podríamos haberlo concebido sin haber empezado por la crítica del carácter colonial de la república [francesa] y sin haber actualizado las relaciones raciales e imperiales de poder sobre las que ella descansa. Esta lectura le permite al PIR aportar respuestas innovadoras en las que, en todo caso, trazar cursos de acción inéditos que no son la simple repetición de los problemáticos derechos del hombre tal como se piensan habitualmente en la izquierda. No me avergüenza nada decir que aunque hoy día el PIR sea una organización pequeña sin grandes medios de militancia y si mañana por una razón u otra hubiera de desaparecer... muy bien, en Francia aún queda la fuerza del futuro de las poblaciones no blancas. El PIR, lo recuerdo, apareció y se desarrolló en un contexto de estabilización en el nivel de las terceras generaciones, que no solo están encerradas en los barrios de chabolas, las ciudades de tránsito o en las fábricas. Estas generaciones permanecen sobre todo confinadas en lasbanlieues* pero su extensión en todas las esferas de la sociedad no está en duda. El PIR es una fuerza que expresa esos cambios. Sin duda es por eso que a menudo somos acusados de no ser otra cosa que una organización de “pequeños burgueses” salidos de la inmigración, impacientes por trepar más alto en la pirámide social. Entonces, en pocas palabras, pienso que en los años que vienen el campo político indígena será compartido por el integracionismo en sus diferentes expresiones, sin duda durante mucho tiempo todavía mayoritario, y una o varias fuerzas indígenas descolonizadoras que se apoyarán en parte sobre el aporte del PIR y estarán en continua expansión. Es por eso que digo que el PIR es el futuro. Entonces se verá que su aporte no puede reducirse a su participación en tal o cual batalla, tal o cual combate, que ya no está en el orden de lo intelectual sino que es exactamente el pensamiento en la práctica, que transforma el orden de la real. Para terminar con esta cuestión, agrego que, como en una línea de puntos, las reflexiones del PIR y otros movimientos descolonizadores del mundo bosquejan una línea saludable, fecunda, para los mismos blancos, si al fin se deciden a abandonar esta modernidad que les degrada y les desfigura. Digo que la izquierda radical debería seguirnos con más atención. Eso le haría bien.

–¿Ha sido útil a la organización el pasar de un movimiento a un partido? ¿Por qué?
–Cuando se está oprimido, la modestia es contrarrevolucionaria. Asimismo, prefiero comenzar diciendo que el pasaje del movimiento al partido ha sido útil al conjunto de los no blancos de Francia. Me parece que a partir del momento en que un grupo de indígenas planta su bandera en suelo francés y dice “a partir de ahora, esta tierra también es mía”, debemos formar parte del Estado en nombre de nosotros mismos; he aquí nuestra alternativa global, que nada tiene que ver con el derecho sino con la descolonización. Se ha dado un paso decisivo que permite y anuncia otros pasos en el mismo sentido. Cuando decidimos formar un partido, esa necesidad de acción política ya se hacía sentir pero que esa necesidad se exprese como grupo de presión o con listas electorales..., todavía estamos en una óptica de presiones, de reivindicaciones, de integración y no de poder ni de alternativa. Por otra parte, por eso es cierto que en el momento en que fundamos el PIR, no pudimos atraer a multitudes de militantes y que seguimos siendo incapaces de eso, aunque nuestra audiencia e influencia se extiendan progresivamente. Mientras tanto, estoy convencido de que hay acciones que solo tienen eficacia futura si son prematuras. Es el caso de la fundación del PIR. Desde el punto de vista de nuestra dinámica interna, la transformación del MIR en PIR ha tenido esa ventaja, inmensa a mis ojos, de obligarnos a pensar, a empezar a pensar para ser más exacto, de manera no estrictamente protestativa y reivindicativa. Tampoco puede uno estar toda la vida repitiendo “Los negros y los musulmanes son hermosos”; es necesario pensar en un poder “negro” o “musulmán”, o mejor un “poder indígena” que llegue a ser realidad y actúe relacionándose con las fuerzas nacionales y dentro de las instituciones, ¡de ningún modo dentro de una “vivienda oficial de bajo alquiler” (HLM, por sus siglas en francés)! Así, nosotros aprendemos a pensar sobre la conquista del poder y, consecuentemente, la combinación autonomía/alianza de una manera muy diferente...
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domingo, 4 de abril de 2010

Defensor de la Ciencia y grande en el Campus.

Un provocador en Ciencia y grande en el Campus
Por JOHN SCHWARTZ

Ver vídeo aquí. AMES, Iowa - Cuando el coche se detuvo en el estacionamiento de un Starbucks, William Sanford Nye desanudó la pajarita del cuello y se la quitó.
"Esto nos podría hacer ganar un par de minutos", dijo.

Aproximadamente dos minutos más tarde, antes de que su bebida estuviera lista, fue reconocido de todos modos. Dos mujeres jóvenes atemorizadas se acercaron para preguntarle si era él realmente Bill Nye the Science Guy. Al igual que más de una docena de estudiantes universitarios que se acercarían a él en las próximas horas, le preguntaron si podían hacerse una foto con él. Él sonrió, tomó un iPhone que le ofrecían, enfocó los estudiantes y, en un gesto practicado, extendió su brazo para tomar una foto de los tres que ya sabía que sería inmediatamente subida a Facebook.

Nye había venido a hablar con ellos, y unos pocos miles de sus amigos, de la Universidad del Estado de Iowa. Si fuera un político, los estudiantes universitarios serían sus seguidores de base. En cambio, es algo más: una figura desde sus primeros días al frente del televisor familiar, un maestro querido y, cada vez más en estos días, un luchador de la ciencia. Ellos, a su vez, son sus fans, sus estudiantes y su ejército.

Han pasado de verlo explicar el magnetismo y la electricidad a la defensa de la evidencia científica sobre el cambio climático, la edad de la tierra y otras cuestiones que han visto polemizadas por razones religiosas, políticas e incluso económicas.

Toma a los que exigen que las escuelas públicas enseñen teorías alternativas de la evolución y los orígenes de la tierra - el más famoso, en un videoclip de la BigThink.com sitio que ha sido visto unos cinco millones de veces. En él, dice rotundamente a espectadores adultos que "si se quiere negar la evolución y vivir en el mundo - en su mundo que es completamente inconsistente con todo lo que observamos en el universo - está bien. Pero no hacer que sus hijos lo hagan, porque los necesitamos. Necesitamos los votantes con conocimientos científicos y de los contribuyentes para el futuro. "En cualquier semana, es muy probable ver al Sr. Nye, de 57 años, en algún lugar en la televisión, con calma contrarrestar los argumentos presentados por gente como Marc Morano, el ex funcionario republicano del Senado, cuya organización financiada por la industria, climatedepot.com, rechaza la conexión cada vez mejor comprendida entre el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y el calentamiento. En un intercambio hace varios meses en "Piers Morgan Tonight" de CNN, el Sr. Morano negó que el calentamiento se esté produciendo, y se burló de que los argumentos del Sr. Nye estaban "el nivel de su horóscopo diario."

Nye en silencio refutó a su oponente con la gravedad de consenso científico. "Estas van a ser las dos décadas más calientes de la historia", dijo. "Tengo que estar en desacuerdo con usted."

A veces, su defensa puede salir delante del consenso científico, sin embargo. En mayo, después de un tornado monstruoso que devastó gran parte de Moore, Oklahoma, dio un golpe en Twitter en uno de los Estados a los senadores de ese estado, James Inhofe, quien ha escrito un libro llamando al cambio climático, "el mayor engaño". Reflexionó: "¿Alguien ha preguntado a Oklahoma senador Inhofe" acerca de la frecuencia de estas tormentas destructivas? Sin embargo, no se ha establecido un vínculo entre el cambio climático y la actividad de tornados.

En la noche del tornado golpeó a Moore, Sr. Nye explica el Sr. Morgan que "no se puede decir de cualquier tormenta que este es el resultado de, digamos, el cambio climático. "Sin embargo, señaló que" si hay más calor de conducción en la tormenta, entonces no va a ser más tornados", y añadió que la pregunta" ¿vale la pena investigar. "Neil de Grasse Tyson, director del Planetario Hayden del Museo Americano de Historia Natural, dijo que consideraba que el Sr. Nye "entre mis mejores amigos", y lo felicitó por "golpear a los temas controvertidos en la cabeza."

Pero, dijo, su propio estilo es un poco menos agresivo: "Estoy buscando estimular la curiosidad para que mucha gente pueda salir y aprender por su cuenta."

Phil Plait, el creador del blog Astronomía del Slate.com y un feroz defensor de sí mismo, es más como el señor Nye, dispuesto a quitarse los guantes para refutar a los que podría negar que los hombres aterrizaron en la luna, o las pruebas de efectos humanos sobre el cambio climático.

Sr. Plait dijo con admiración del señor Nye, "Él con mucha calma los separar", y agregó: "Su gran ventaja es que tiene razón. Sabemos que el cambio climático es real. Sabemos que el creacionismo es incorrecto. Ya no son controversias científicas".

Cuando las personas llaman a estos "temas polémicos", eso es engañoso, continuó. "Son sólo controversias políticas. Y la política no está necesariamente basada en la evidencia".

No había nada en los primeros días del Sr. Nye que sugiriera que podría ser una luminaria para la ciencia. Nacido en Washington, DC, estudió ingeniería mecánica en Cornell, donde conoció a un profesor llamado Carl Sagan. Se mudó hacia el oeste para hacer ingeniería para Boeing, donde pasó unos tres años en el diseño de un tubo de admisión de aire para el 747 que sirvió para amortiguar las vibraciones en el mecanismo de dirección. Él se refiere a ella con cariño como "mi tubo".

Probó suerte en la comedia stand-up - su primera vez en el escenario fue durante una competencia con Steve Martin, el cual ganó. Se lograría velocidad de escape de Boeing con una idea para un programa de televisión que enseñara ciencia a los niños de una manera extravagante. La versión más conocida de "Bill Nye the Science Guy" se desarrolló entre 1992 a 1996, y ganó 18 premios Emmy en cinco años.

Enseñanza del pasado de Nye y la cruzada presente le hizo una estrella de rock para los estudiantes con inclinaciones científicas de todo el país. Esa celebridad le ha permitido, como director ejecutivo de la Sociedad Planetaria, para impulsar el tipo de exploración interplanetaria eso, dijo en una entrevista, "lleva a la reverencia que tenemos a nuestro lugar en el cosmos". "El espacio", añadió, "saca lo mejor de nosotros".

En el día de la visita del Sr. Nye al campus del Estado de Iowa, los estudiantes comenzaron a hacer cola a media tarde para asegurarse de que entraría en la conferencia por la noche. El Auditorio Stephens tiene cerca de 3.000 plazas, y hasta un millar en última instancia, se dio la vuelta.

Vinieron, dijeron muchos, porque "Bill Nye the Science Guy" ayudó a dar forma a sus vidas. "Probablemente fue el que me inspiró a seguir adelante en la pista de la carrera de la ciencia", dijo Betsy salmón, la primera persona en la fila de una entrada al auditorio. Se especializó en ecología animal.

Kaci McCleary, un "aspirante a neurobiólogo, o neuro-algo", dijo que el señor Nye era "una persona muy inspiradora en el campo de la ciencia - le estimula a la gente a tomar parte de las ciencias de la vida, incluso si no es su carrera". La Sra. McCleary, que hacía punto, mientras esperaba que le dejaran entrar, dijo que un amigo había bromeado con ella: "Espero ser capaz de tocar el borde de su bata de laboratorio, por lo que me podía curar de mi estupidez."

Nye no defraudó. En una conferencia que dio pruebas de sus raíces de pie, empezó a salir con senderismo apartes de su su familia y sus generaciones de duración fascinación con los relojes de sol. Habló de la coloración azulada de las sombras de la Tierra en comparación con las sombras Anaranjado en Marte, y describió el reloj de sol que convenció a la NASA para enviar al día con el rover Curiosity. Se puso un poco subido de tono con una broma sobre el gnomon - la parte del reloj de sol que pega para arriba, usted sabe - y rebotó en una discusión sobre el calor infernal de Venus y la alta concentración de ese planeta de gases de efecto invernadero.

Él les dijo a los estudiantes que si se dieran cuenta de las maneras de resolver problemas como los de los gases de efecto invernadero y el calentamiento global, "Usted podría - me atrevo a decir? - Cambiar el mundo "Y lo que es más, añadió, echando la cabeza hacia atrás con una abundante risa de científico loco", podría hacerse rico"!

Durante la hora y media de conversación, esas declaraciones que comenzó como una línea de risa que tiene más divertido con la repetición cada vez maníaca. Pero cambió de tono gradualmente, de ridículo al ferviente. Al final de su discurso, que era una exhortación, una orden: Cambiar el mundo.

Durante la sesión de preguntas y respuestas, un estudiante hizo educado comentarios del Sr. Nye sobre la evolución y la creación. El problema, explicó, es que algunas personas defienden que quieren que las escuelas públicas enseñen apología religiosa como ciencia.

"La tierra no tiene 4.000, 6.000 o 10.000 años de antigüedad", dijo. "No tengo ningún problema con la religión de nadie. Pero si vas a reclamar que la tierra tiene sólo 10.000 años, eso es un error ".

Los estudiantes rugieron su aprobación. Mientras el público entraba a cabo - qué esos tipos realmente abusen de sus camisas para mostrar que habían pintado, en letras mayúsculas, "Bill Nye" en el pecho y la "ciencia" en la espalda? - Sr. Nye parecía alguien que acababa de correr un triatlón. Y entonces llegó el momento para ver más fotos.

Horas antes, había maravillado en la cadena de acontecimientos que le hizo el Springsteen de los que hicieron. "Yo estaba haciendo un programa de televisión. Tenía anuncios de juguetes. "Sin embargo, señaló," Es resiste el paso del tiempo. Es muy gratificante".

Lo que hizo entonces, y lo que hace ahora, son todos parte de la misma cruzada, dijo. "No hay nada que creer con más fuerza de lo que los jóvenes se interesen por la ciencia y la ingeniería", dijo - "para un futuro mejor, para toda la humanidad".

Se detuvo, dándose cuenta de que sonaba grandioso, o al menos cursi. No estoy bromeando," dijo.
Fuente, NYT. http://www.nytimes.com/2013/06/18/science/bill-nye-firebrand-for-science-is-a-big-man-on-campus.html?_r=0