_--Hay tantas razones para enseñar como hay maestros. Para algunos, es una vocación de por vida, otros tropiezan con una carrera que encuentran (a menudo para su sorpresa) en la que son buenos.
Ser parte de la fuerza transformadora que es la educación puede ser algo poderoso, pero también lo es experimentar la recompensa de los momentos cotidianos compartidos con las mentes jóvenes. Para la mayoría de los profesores, la atracción es una mezcla de muchas cosas diferentes.
Aquí hay siete poderosas razones por las que los maestros enseñan.
1. Puedes cambiar vidas
Hannan Al Hroub, ganadora del Premio Global 2016 de Maestros, creció en los campos de refugiados palestinos, donde fue regularmente expuesta a actos de violencia. Entró en la educación primaria después de que sus hijos quedaron profundamente traumatizados por un incidente de tiroteo que presenciaron en su camino a casa desde la escuela. La experiencia la llevó a ayudar a otros niños afectados de manera similar. Un comentario de Lana Al Saka, cuyo chico problemático es un estudiante de Hannan es típico: "La señora Hannan realmente salvó a mi hijo".
2. Su trabajo dura toda la vida
Nadie olvida a un buen maestro, ni siquiera a los niños que van a dirigir el mundo. Bill Clinton dijo al Global Teacher Prize en 2016, "Todavía recuerdo a mis maestros favoritos de la escuela primaria y secundaria. Escribí sobre ellos en mis memorias; Lo que aprendí y la experiencia y la inspiración que proporcionaron. Eso es lo importante que fueron mis maestros en mi vida. Nunca los olvidaré."
3. Usted tiene una voz
Nancie Atwell, la primera ganadora del Global Teacher Prize en 2015, ha viajado por todo el mundo hablando de su trabajo. Desde 1976, ha escrito nueve libros sobre la enseñanza, ha editado cinco colecciones y ha impartido 120 conferencias magistrales sobre su enseñanza.
Nancie ha ganado premios de la Asociación de Lenguaje Moderno, la Asociación Internacional de Lectura y el Consejo Nacional de Profesores de Inglés. En 2011, recibió un Doctorado Honorario de Cartas Humanas de la Universidad de New Hampshire.
4. Usted está haciendo uno de los trabajos más gratificantes que hay
Como dice Nancie Atwell: "Me siento validado todos los días sólo por las experiencias que tengo con los niños en el aula ... Animo a cualquier persona en cualquier lugar que disfrute trabajando con los jóvenes a considerarlo como una carrera".
5. Usted puede ayudar a cambiar el mundo
Hannan Al Hroub ve la no violencia como la única manera de transformar la turbulenta región en la que vive. "Debemos enseñar a nuestros niños que nuestra única arma es el conocimiento y la educación." Ella es una apasionada para convencer a otros de que sólo el conocimiento puede realmente provocar cambios. "Sólo queremos paz; Sólo queremos que nuestros hijos disfruten de su infancia en paz".
6. Puedes decir cosas como esta sobre tu trabajo
"Ver a un niño enamorarse de algo, verlos ir de cabeza por un concepto o una idea, estar completamente cautivado en un momento de alegría - la curiosidad se derrama, su emoción se vuelve contagiosa y nace un buscador de toda la vida.": Bob Knipe, maestro.
7. Y esto
"Ser un maestro es un trabajo profundamente desafiante y gratificante. Me despierto todos los días sonriendo, sabiendo que puedo crecer, influir en una vida, amar a un niño y amar lo que hago.": Colette Byrne, maestra.
¿Puede usted decir eso acerca de su trabajo?
http://www.globalteacherprize.org/ever-wondered-teachers-teach-7-excellent-reasons/
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domingo, 19 de marzo de 2017
sábado, 11 de mayo de 2013
Entrevista a Arcadi Oliveres, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la ONG Justicia y Pau
“Nuestra obligación moral es perder el miedo y rebelarnos contra el sistema”
Eduardo Azumendi eldiario.es
“Se ha deteriorado tanto la situación que no hay otra alternativa que la desobediencia civil”. “No se puede decir que hay que cambiar las cosas y no intentarlo”. “Si el capitalismo no ayuda a las personas a cubrir sus necesidades tendremos que hacerlo desaparecer porque está en juego la supervivencia de la humanidad”. Arcadi Oliveres (Barcelona, 1945) no puede reprimir la indignación cuando habla del actual sistema político y económico, de cómo se “dilapida” el dinero en ayudar a salvar bancos mientras se permite que miles de familias se hundan. Este profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la ONG Justicia y Pau ha participado en las jornadas sobre energía organizadas por la Plataforma Fracking Ez, en Vitoria. Además de hablar sobre la situación y las desigualdades energéticas Norte-Sur, Oliveres concedió una entrevista a El Diario Norte en la que aboga por “perder el miedo y rebelarse” contra el sistema político actual, al que considera enfermo y caldo de cultivo para la corrupción.
Pregunta: Parece que eliminar las disfunciones de la crisis pasa por basar la economía en una menor rentabilidad y en un reparto más justo de la pobreza. ¿Estos preceptos son compatibles con el capitalismo?
Respuesta: No sé si son compatibles, pero sí sé que es absolutamente necesario para la humanidad. Si no es compatible, será el capitalismo el que tenga que desaparecer porque está en juego la supervivencia de la humanidad. Si el capitalismo no permite esta supervivencia, hagámosle desaparecer y dotémonos de un sistema que facilite la cobertura de necesidades básicas de la ciudadanía y el sostenimiento del planeta.
P. ¿Y cuál es la alternativa al sistema capitalista?
R. Nunca en la historia ha habido alternativas preparadas. Cuando desapareció el feudalismo y llegó el capitalismo no avisaron que a las doce terminaba uno y a las doce y un minuto comenzaba el otro. Se fueron cambiando las estructuras económicas, los señores feudales fueron perdiendo su poder, los burgueses de las ciudades lo fueron ganando. Nació el capitalismo comercial, después otro financiero e industrial. Y estamos en ese proceso hacia un capitalismo más humano que permita que la gente pueda cubrir sus necesidades.
P. Con más de seis millones de parados, ¿cómo es posible que no se produzca un estallido social?
R. Los medios de comunicación han metido el miedo a los ciudadanos y la gente todavía tiene el temor a perder las pequeñas cosas que le quedan. Si la historia de la humanidad hubiera funcionado así, nunca se hubiera progresado. Si los primeros objetores de conciencia al servicio militar no hubieran asumido la voluntad de ir tres años a la cárcel, el servicio militar seguiría vigente en la actualidad. Si las personas de color en Estados Unidos no se hubieran rebelado contra la discriminación racial, los negros todavía irían de pie en los autobuses. Nuestra obligación moral es perder el miedo y rebelarnos contra este sistema enfermo, caldo de cultivo para la corrupción y con políticos y bancos que tanto daño están haciendo.
P. ¿La desobediencia civil puede ser una forma de rebelión?
R. Sí, siempre que sea pacífica y no violenta.
P. ¿Está preparada la sociedad para ese movimiento?
R. Sí. Creo que ahora las circunstancias son muy favorables para que esto se emprenda. Se ha deteriorado tanto la situación que no hay otra alternativa. Le voy a contar un caso que ocurrió en Barcelona hace unos años. Cuando concluyó la guerra de Irak se formó un consorcio de 24 bancos a nivel mundial para captar fondos para su reconstrucción. ¿Curioso no? Que los que más han ayudado a destruir Irak ahora también se quieren lucrar con su reconstrucción. La Caixa formaba parte del consorcio y en Barcelona no gustó nada esa idea. Así que organizamos una campaña en tres fases. En la primera, repartimos pegatinas con el lema ‘La Caixa gana dinero con la sangre de los iraquíes’. En un segundo momento, un grupo de 80 voluntarios visitaron oficinas de la Caixa para entrevistarse con sus directores y preguntarles por Irak. Y la tercera fase consistió en que un grupo de 25 personas se acercaban en horas punta a las oficinas de la Caixa y se ponían a gritar que rompían sus cuentas con la entidad por su actitud en Irak. Al cabo de unas semanas, nos llamaron los responsables y nos pidieron que dejáramos la campaña. ¿A cambio de qué?, les preguntamos. Unos días más tarde abandonaron el consorcio. Siempre se puede conseguir que la sociedad secunde iniciativas organizadas de desobediencia civil, de respuesta al poder establecido.
P. Usted ya ha buscado una fórmula para Cataluña, una plataforma que reúne a ciudadanos indignados y movimientos de izquierda con el que pretende participar en las próximas elecciones al Parlamento catalán.
R. Yo he creído en eso, pero puedo equivocarme. Hay tanta gente que protesta que sería positivo que se uniese. A la crítica le falta dimensión política para tirar hacia adelante. La izquierda debería aprender y preparar más este tipo de actuaciones, porque con la derecha es imposible ya que solo mira la cartera. Yo no pertenezco a ningún partido, por eso en Cataluña he planteado una fórmula de coalición electoral: movimientos sociales, personas individuales y corrientes de izquierda. Todos se han subsumido en una candidatura de protesta con vistas a las elecciones en Cataluña. Ya se han adherido más de 30.000 personas y hemos empezado por reuniones en pequeños grupos locales. Dentro de dos años celebraremos unas primarias para formalizar una candidatura. Así, nos habremos quitado la mala conciencia de decir que hay que cambiar las cosas y no intentarlo.
Fuente: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/obligacion-perder-rebelarnos-sistema-politico_0_130887541.html
Eduardo Azumendi eldiario.es
“Se ha deteriorado tanto la situación que no hay otra alternativa que la desobediencia civil”. “No se puede decir que hay que cambiar las cosas y no intentarlo”. “Si el capitalismo no ayuda a las personas a cubrir sus necesidades tendremos que hacerlo desaparecer porque está en juego la supervivencia de la humanidad”. Arcadi Oliveres (Barcelona, 1945) no puede reprimir la indignación cuando habla del actual sistema político y económico, de cómo se “dilapida” el dinero en ayudar a salvar bancos mientras se permite que miles de familias se hundan. Este profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la ONG Justicia y Pau ha participado en las jornadas sobre energía organizadas por la Plataforma Fracking Ez, en Vitoria. Además de hablar sobre la situación y las desigualdades energéticas Norte-Sur, Oliveres concedió una entrevista a El Diario Norte en la que aboga por “perder el miedo y rebelarse” contra el sistema político actual, al que considera enfermo y caldo de cultivo para la corrupción.
Pregunta: Parece que eliminar las disfunciones de la crisis pasa por basar la economía en una menor rentabilidad y en un reparto más justo de la pobreza. ¿Estos preceptos son compatibles con el capitalismo?
Respuesta: No sé si son compatibles, pero sí sé que es absolutamente necesario para la humanidad. Si no es compatible, será el capitalismo el que tenga que desaparecer porque está en juego la supervivencia de la humanidad. Si el capitalismo no permite esta supervivencia, hagámosle desaparecer y dotémonos de un sistema que facilite la cobertura de necesidades básicas de la ciudadanía y el sostenimiento del planeta.
P. ¿Y cuál es la alternativa al sistema capitalista?
R. Nunca en la historia ha habido alternativas preparadas. Cuando desapareció el feudalismo y llegó el capitalismo no avisaron que a las doce terminaba uno y a las doce y un minuto comenzaba el otro. Se fueron cambiando las estructuras económicas, los señores feudales fueron perdiendo su poder, los burgueses de las ciudades lo fueron ganando. Nació el capitalismo comercial, después otro financiero e industrial. Y estamos en ese proceso hacia un capitalismo más humano que permita que la gente pueda cubrir sus necesidades.
P. Con más de seis millones de parados, ¿cómo es posible que no se produzca un estallido social?
R. Los medios de comunicación han metido el miedo a los ciudadanos y la gente todavía tiene el temor a perder las pequeñas cosas que le quedan. Si la historia de la humanidad hubiera funcionado así, nunca se hubiera progresado. Si los primeros objetores de conciencia al servicio militar no hubieran asumido la voluntad de ir tres años a la cárcel, el servicio militar seguiría vigente en la actualidad. Si las personas de color en Estados Unidos no se hubieran rebelado contra la discriminación racial, los negros todavía irían de pie en los autobuses. Nuestra obligación moral es perder el miedo y rebelarnos contra este sistema enfermo, caldo de cultivo para la corrupción y con políticos y bancos que tanto daño están haciendo.
P. ¿La desobediencia civil puede ser una forma de rebelión?
R. Sí, siempre que sea pacífica y no violenta.
P. ¿Está preparada la sociedad para ese movimiento?
R. Sí. Creo que ahora las circunstancias son muy favorables para que esto se emprenda. Se ha deteriorado tanto la situación que no hay otra alternativa. Le voy a contar un caso que ocurrió en Barcelona hace unos años. Cuando concluyó la guerra de Irak se formó un consorcio de 24 bancos a nivel mundial para captar fondos para su reconstrucción. ¿Curioso no? Que los que más han ayudado a destruir Irak ahora también se quieren lucrar con su reconstrucción. La Caixa formaba parte del consorcio y en Barcelona no gustó nada esa idea. Así que organizamos una campaña en tres fases. En la primera, repartimos pegatinas con el lema ‘La Caixa gana dinero con la sangre de los iraquíes’. En un segundo momento, un grupo de 80 voluntarios visitaron oficinas de la Caixa para entrevistarse con sus directores y preguntarles por Irak. Y la tercera fase consistió en que un grupo de 25 personas se acercaban en horas punta a las oficinas de la Caixa y se ponían a gritar que rompían sus cuentas con la entidad por su actitud en Irak. Al cabo de unas semanas, nos llamaron los responsables y nos pidieron que dejáramos la campaña. ¿A cambio de qué?, les preguntamos. Unos días más tarde abandonaron el consorcio. Siempre se puede conseguir que la sociedad secunde iniciativas organizadas de desobediencia civil, de respuesta al poder establecido.
P. Usted ya ha buscado una fórmula para Cataluña, una plataforma que reúne a ciudadanos indignados y movimientos de izquierda con el que pretende participar en las próximas elecciones al Parlamento catalán.
R. Yo he creído en eso, pero puedo equivocarme. Hay tanta gente que protesta que sería positivo que se uniese. A la crítica le falta dimensión política para tirar hacia adelante. La izquierda debería aprender y preparar más este tipo de actuaciones, porque con la derecha es imposible ya que solo mira la cartera. Yo no pertenezco a ningún partido, por eso en Cataluña he planteado una fórmula de coalición electoral: movimientos sociales, personas individuales y corrientes de izquierda. Todos se han subsumido en una candidatura de protesta con vistas a las elecciones en Cataluña. Ya se han adherido más de 30.000 personas y hemos empezado por reuniones en pequeños grupos locales. Dentro de dos años celebraremos unas primarias para formalizar una candidatura. Así, nos habremos quitado la mala conciencia de decir que hay que cambiar las cosas y no intentarlo.
Fuente: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/obligacion-perder-rebelarnos-sistema-politico_0_130887541.html
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