Las repeticiones de curso vuelven a niveles prepandemia en la mitad de las autonomías. La subida se concentra sobre todo en las que endurecieron las condiciones para promocionar en contra de la Lomloe.
La enérgica reducción de alumnos repetidores que se produjo hace dos años ha acabado siendo un espejismo. Los problemas que los estudiantes tenían para seguir las clases durante la pandemia llevaron a los responsables educativos a relajar las reglas de evaluación. Y ello se tradujo, en el curso 2020-2021, en una histórica caída a la mitad de la tasa de repetición, que acercó a España a los estándares europeos, donde repetir se considera una herramienta ineficaz y ha ido cayendo en desuso. Los datos que acaba de publicar el Ministerio de Educación y Formación Profesional reflejan, sin embargo, que pasada la excepcionalidad del coronavirus, los niveles vuelven a subir con fuerza. El curso pasado la tasa pasó en primaria del 1,2% al 2,1%; en la ESO, del 4,2% al 7,6%, y en bachillerato, del 3,4% al 6,9%. Es decir, que crecieron en porcentajes que oscilan entre el 75% y el 103% según la etapa educativa.
El repunte se produjo a pesar de que la nueva ley educativa, la Lomloe, que entró en vigor en 2021, establece que la repetición debe ser un recurso excepcional y desvincula la promoción del hecho de haber aprobado un número determinado de asignaturas. En torno a la mitad de las comunidades autónomas recuperaron niveles bastante parecidos a los que tenían antes de la covid. En Murcia incluso aumentaron; es decir, repitieron más alumnos que antes de que se aprobara la Lomloe.
En nueve autonomías las tasas de repetición volvieron en el curso 2021-2022 a cotas no muy alejadas de las que tenían en el último curso que no se vio afectado por la pandemia, el 2018-2019. En realidad, salvo Murcia, en ese periodo todas experimentaron descensos, pero fueron inferiores a un punto en el caso de la ESO (alumnos de 13 a 16 años), y cabe inscribirlos por ello en la lenta disminución de las repeticiones que viene produciéndose en el conjunto del país desde hace 15 años, una dinámica ajena, por tanto, a los cambios en la legislación educativa que se han aprobado en esta legislatura. Este artículo toma como referencia la ESO al considerarla la etapa más representativa en la materia; en primaria (estudiantes de 6 a 12 años) las tasas de repetición llevan tiempo siendo bajas, y el bachillerato (17 y 18 años) no es una etapa obligatoria y tiene muchos menos alumnos.
Casos especiales
El análisis requiere, en todo caso, de matices. El más importante es que entre esos nueve territorios hay dos que antes de la pandemia ya presentaban niveles bajos de repetición, y tenían menos margen para seguir disminuyéndolos. Se trata de Navarra, donde del 5,9% que tenían en la ESO en 2019 se ha pasado al 5,6% en 2022. Y el País Vasco, donde la evolución ha sido del 5,8% al 5,1%. Cataluña demuestra, aun así, que es posible seguir reduciendo drásticamente la repetición pese a partir de cotas bajas: antes de la covid la tasa catalana se situaba en el 4,4% y el curso pasado la redujo al 2,7%. “Creo que es un tema cultural y también político”, opina Eduard Cirera, director del instituto público Neus Català, en Cornellà del Llobregat (Barcelona). “Aquí ha habido desde hace tiempo una línea clara en el sentido de que la repetición no proporciona grandes beneficios. Que más vale que el alumnado promocione y trabajar con un plan individualizado y una atención más personalizada a la diversidad”.
Entre las nueve comunidades que han vuelto a cotas parecidas a las de antes de la pandemia se encuentran cuatro de las cinco gobernadas por el PP (Murcia, Madrid, Andalucía y Castilla y León, la excepción es Galicia). Tanto estas autonomías como otras dos gobernadas por el PSOE, Aragón y Castilla-La Mancha, que han tenido una evolución similar, aprobaron el año pasado normativas que desvirtuaban en buena medida el mandato de la Lomloe para convertir la repetición en algo realmente excepcional.
En estos territorios, en lugar de dejar a los equipos docentes la decisión sobre si un estudiante debía promocionar y titularse, guiándose por lo que el profesorado considere más beneficioso para su trayectoria académica, como prevé la ley, los ejecutivos autonómicos introdujeron requisitos adicionales. En general consistieron en exigir mayorías reforzadas de dos tercios en el equipo docente para que un alumno pueda pasar de curso con más de dos suspensos. Una condición extra que ha favorecido en muchos centros el mantenimiento del criterio que tradicionalmente ha funcionado en España, por el cual que si un alumno tiene más de dos suspensos no puede pasar y debe repetir todas las asignaturas.
El Ministerio de Educación ha intentado que las autonomías retiren dichas limitaciones mediante la negociación, pero ha llevado a dos de ellas, Madrid y Castilla-La Mancha, a los tribunales ante su negativa a hacerlo. La Junta castellanomanchega ya aceptó modificarlo. Y también lo hizo Murcia, que en diciembre aprobó un nuevo decreto ajustado a la Lomloe. Los resultados de este curso dirán si dicho giro normativo se traduce en un cambio de tendencia en sus tasas de repetición. La región tiene los niveles más elevados en primaria (4,9%) y ESO (11,7%), y en bachillerato (10,3%) solo la supera Castilla y León (11,6%).
Las comunidades autónomas que han aplicado la ley sin trucos han experimentado, en general, mayores descensos en las tasas de repetición respecto a la etapa precovid. Así ha sucedido, por ejemplo, en Canarias, donde la tasa de repetición en la ESO se ha reducido un 2,5%, hasta quedarse en el 6,5%. O en la Comunidad Valenciana, donde ha bajado un 2,4%, pero que como partía de tan alto continúa situada por encima de la media, con una tasa del 8,1% de repetidores en la secundaria obligatoria.
España tiene ahora una normativa “similar a la de otros países donde apenas hay repetición, como Dinamarca”, señala José Saturnino Martínez, director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa. El sociólogo especializado en educación cree, sin embargo, que vencer la resistencia de la tendencia a hacer repetir en España llevará tiempo, porque existe una fuerte “inercia cultural que viene de muy antiguo”. Y hace que, según el último informe PISA (una fotografía un tanto antigua, porque es de 2018), un 29% de alumnos españoles de 15 años ha repetido, casi el triple que la media de la OCDE. Martínez menciona dos razones que ayudan a entenderlo. “Una es la visión de la repetición como un castigo. Una amenaza que sirve para disciplinar al alumnado y abordar los problemas de actitud que algunos muestran en el aula. Y otra es la idea de que todos los problemas provienen de que el alumno o es torpe o no se esfuerza, que no caben muchas más intervenciones, y que lo mejor es dejarlo ahí, para ver si con lo poco que hizo un año y lo poco que haga el siguiente sale para adelante. El problema de esta concepción, que podríamos llamar brutalismo educativo, es que es compartido no solo por una parte del profesorado, sino de las familias y del conjunto de la comunidad educativa”.
https://elpais.com/educacion/2023-04-06/el-numero-de-alumnos-repetidores-vuelve-a-niveles-prepandemia-en-la-mitad-de-comunidades.html
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jueves, 13 de abril de 2023
sábado, 1 de diciembre de 2018
“Hay profesores que suspenden a sus alumnos porque creen que les da prestigio”. El experto en Educación, Lucas Gortázar, cree que hay que adelgazar los programas académicos y profesionalizar la figura del director de escuela.
A los 26 años, el matemático Lucas Gortázar (Bilbao, 1986) se incorporó a la plantilla del Banco Mundial, en Washington, para investigar sobre la financiación y evaluación de los diferentes sistemas educativos. Venía de estudiar un máster en la prestigiosa escuela financiera del Banco de España. Con 30, regresó a España y desde entonces se ha involucrado en diferentes proyectos para modernizar la educación del país. Cree que lejos del debate político sobre la religión en el aula, la prioridad debe ser adelgazar los programas académicos o regular la figura de los directores de centro para que asuman más responsabilidades.
En 2017, participó en la subcomisión por el pacto educativo en el Congreso de los Diputados para ofrecer soluciones técnicas y ahora está impulsando una red de expertos (REDE) para elaborar propuestas “consensuadas” y elevarlas a los gobernantes. Religiosos y ateos, defensores y detractores de la concertada, un total de 10 colectivos educativos se han sumado al proyecto, que cuenta con el respaldo de la Fundación Cotec y el Proyecto Atlántida, una organización creada en los noventa que promueve la innovación educativa.
Pregunta. En los últimos años hay menos diversidad social en la escuela en lo que respecta al nivel socioeconómico. ¿Dónde está la raíz?
Respuesta. En 2015, España salía en las posiciones más bajas en inclusión social de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Eso quiere decir que la composición social en los centros está más fragmentada por el origen socioeconómico. La probabilidad de que te encuentres con alguien de tu misma condición social en el colegio es mayor que en otros países. Las escuelas no reflejan la diversidad social de la población.
P. ¿Sucede especialmente en la pública?
R. Una de las hipótesis es el papel que juega la enseñanza concertada en esa segregación social. Estos colegios siguen sin ser del todo un servicio público por las cuotas que pagan los padres, las trampas en los sistemas de acceso o los baremos, aunque no todos quieren hacer negocio. El pago al centro de los polémicos 100 euros al mes, es un problema que revela la falta de equidad del sistema. La primera consecuencia es que imposibilita la movilidad social: tu compañero no te hace aspirar a más porque es igual que tú. Las metas de unos se contagian a otros, el esfuerzo, o la aspiración de llegar a etapas educativas posobligatorias. Si no vives en un entorno donde existen esas expectativas, la escuela no te va a llevar a un sitio mejor, sino al que digan tus padres.
No hay consenso sobre cuál es el papel de la concertada y qué límites se le deben poner
P. ¿Qué solución hay desde el punto de vista técnico?
R. La segregación se da en las ciudades grandes como consecuencia del fenómeno urbanístico. Eso no es culpa del consejero de Educación ni del ministro, sino de políticas públicas de vivienda o de prestaciones sociales. Hay otro problema grave: la falta de consenso sobre cuál es el papel de la concertada y los límites que se le deben poner. Por ejemplo, para acceder a un colegio las familias suman puntos según los requisitos que cumplen. Los centros no pueden otorgar arbitrariamente ni uno solo de esos puntos, como está ocurriendo, porque eso rompe la igualdad de oportunidades. Y el anteproyecto de reforma de la Lomce (actual ley educativa aprobada por el PP en 2013) que ha presentado el Gobierno no regula ese extremo. Hay que resolver el problema de financiación de la concertada [subvencionada con fondos del Estado], destinar más dinero para que sea un servicio público. Mi estimación es una inyección 2.000 millones de euros.
P. Usted también ha tratado en sus estudios la alta tasa de repetidores en España. ¿Cuál es la solución?
R. El 30% de los alumnos repiten durante la ESO, un porcentaje muy superior al del resto de Europa (11%) y de la OCDE (11%). La repetición no mejora el rendimiento del alumno, solo pierde un año y aumenta su probabilidad de abandonar. Además, estamos gastando un año más de escolarización, unos 6.000 euros, en una medida que genera problemas. España es campeona del mundo en inequidad en cuanto a repetición: los estudiantes que viven ligeramente por debajo del umbral de la pobreza, tienen una probabilidad de más de un 50% de repetir que los más aventajados. La repetición está en la mentalidad de los centros educativos, sobre todo en secundaria. Si no, ¿cómo se explica que la tasa de repetición en primaria sea del 3% y en secundaria del 10%? ¿Los niños se vuelven menos listos de un año para otro?
Las familias tienen la visión de que repetir es bueno: no te has esforzado, te lo mereces
P. ¿El problema es de los profesores?
R. Hay un número importante de docentes que deciden de antemano que un 70% de los estudiantes aprobará y un 30%, no. Es un fenómeno cultural, creen que suspender mucho les da prestigio. Las familias tienen la visión de que repetir es bueno: no te has esforzado, te lo mereces.
P. De una de sus investigaciones se desprende que la Lomce ha incrementado la tasa de suspensos en primaria.
R. Ha subido de un 2% a un 3%. La Lomce estableció que se pudiera repetir en cada curso, antes era cada dos años, por ciclo. Si le das la opción al profesorado de hacer repetir al alumnado, la va a utilizar. Según diferentes investigaciones, los estudiantes no repiten porque no entiendan los contenidos, sino por problemas de comportamiento. El que llega tarde y tiene ausencias es el que acaba repitiendo.
P. ¿Cómo habría que modificar el programa académico?
R. España tiene un currículum demasiado extenso, muchas horas de todo que resultan agotadoras tanto para alumnos como para profesores. Hay que trabajar lo importante: la comprensión lectora y el razonamiento matemático. Hay un exceso de regulación, mucha burocracia, y hay asuntos relevantes que no se están tratando. Podríamos aspirar a lo que ha hecho Portugal en los últimos diez años: un cambio en la gestión de los centros que da mayor responsabilidad a la figura del director. En la reforma que ha presentado el ministerio, se regula el proceso para la elección de los directores, pero esa parte no es tan importante como las funciones que se les atribuyen. Tenemos que reforzar la carrera profesional docente, profesionalizarla. Ahora cualquiera puede ser director y nadie quiere serlo.
https://elpais.com/sociedad/2018/11/22/actualidad/1542889223_705354.html
El Gobierno entierra la ley Wert con la nueva reforma educativa
En 2017, participó en la subcomisión por el pacto educativo en el Congreso de los Diputados para ofrecer soluciones técnicas y ahora está impulsando una red de expertos (REDE) para elaborar propuestas “consensuadas” y elevarlas a los gobernantes. Religiosos y ateos, defensores y detractores de la concertada, un total de 10 colectivos educativos se han sumado al proyecto, que cuenta con el respaldo de la Fundación Cotec y el Proyecto Atlántida, una organización creada en los noventa que promueve la innovación educativa.
Pregunta. En los últimos años hay menos diversidad social en la escuela en lo que respecta al nivel socioeconómico. ¿Dónde está la raíz?
Respuesta. En 2015, España salía en las posiciones más bajas en inclusión social de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Eso quiere decir que la composición social en los centros está más fragmentada por el origen socioeconómico. La probabilidad de que te encuentres con alguien de tu misma condición social en el colegio es mayor que en otros países. Las escuelas no reflejan la diversidad social de la población.
P. ¿Sucede especialmente en la pública?
R. Una de las hipótesis es el papel que juega la enseñanza concertada en esa segregación social. Estos colegios siguen sin ser del todo un servicio público por las cuotas que pagan los padres, las trampas en los sistemas de acceso o los baremos, aunque no todos quieren hacer negocio. El pago al centro de los polémicos 100 euros al mes, es un problema que revela la falta de equidad del sistema. La primera consecuencia es que imposibilita la movilidad social: tu compañero no te hace aspirar a más porque es igual que tú. Las metas de unos se contagian a otros, el esfuerzo, o la aspiración de llegar a etapas educativas posobligatorias. Si no vives en un entorno donde existen esas expectativas, la escuela no te va a llevar a un sitio mejor, sino al que digan tus padres.
No hay consenso sobre cuál es el papel de la concertada y qué límites se le deben poner
P. ¿Qué solución hay desde el punto de vista técnico?
R. La segregación se da en las ciudades grandes como consecuencia del fenómeno urbanístico. Eso no es culpa del consejero de Educación ni del ministro, sino de políticas públicas de vivienda o de prestaciones sociales. Hay otro problema grave: la falta de consenso sobre cuál es el papel de la concertada y los límites que se le deben poner. Por ejemplo, para acceder a un colegio las familias suman puntos según los requisitos que cumplen. Los centros no pueden otorgar arbitrariamente ni uno solo de esos puntos, como está ocurriendo, porque eso rompe la igualdad de oportunidades. Y el anteproyecto de reforma de la Lomce (actual ley educativa aprobada por el PP en 2013) que ha presentado el Gobierno no regula ese extremo. Hay que resolver el problema de financiación de la concertada [subvencionada con fondos del Estado], destinar más dinero para que sea un servicio público. Mi estimación es una inyección 2.000 millones de euros.
P. Usted también ha tratado en sus estudios la alta tasa de repetidores en España. ¿Cuál es la solución?
R. El 30% de los alumnos repiten durante la ESO, un porcentaje muy superior al del resto de Europa (11%) y de la OCDE (11%). La repetición no mejora el rendimiento del alumno, solo pierde un año y aumenta su probabilidad de abandonar. Además, estamos gastando un año más de escolarización, unos 6.000 euros, en una medida que genera problemas. España es campeona del mundo en inequidad en cuanto a repetición: los estudiantes que viven ligeramente por debajo del umbral de la pobreza, tienen una probabilidad de más de un 50% de repetir que los más aventajados. La repetición está en la mentalidad de los centros educativos, sobre todo en secundaria. Si no, ¿cómo se explica que la tasa de repetición en primaria sea del 3% y en secundaria del 10%? ¿Los niños se vuelven menos listos de un año para otro?
Las familias tienen la visión de que repetir es bueno: no te has esforzado, te lo mereces
P. ¿El problema es de los profesores?
R. Hay un número importante de docentes que deciden de antemano que un 70% de los estudiantes aprobará y un 30%, no. Es un fenómeno cultural, creen que suspender mucho les da prestigio. Las familias tienen la visión de que repetir es bueno: no te has esforzado, te lo mereces.
P. De una de sus investigaciones se desprende que la Lomce ha incrementado la tasa de suspensos en primaria.
R. Ha subido de un 2% a un 3%. La Lomce estableció que se pudiera repetir en cada curso, antes era cada dos años, por ciclo. Si le das la opción al profesorado de hacer repetir al alumnado, la va a utilizar. Según diferentes investigaciones, los estudiantes no repiten porque no entiendan los contenidos, sino por problemas de comportamiento. El que llega tarde y tiene ausencias es el que acaba repitiendo.
P. ¿Cómo habría que modificar el programa académico?
R. España tiene un currículum demasiado extenso, muchas horas de todo que resultan agotadoras tanto para alumnos como para profesores. Hay que trabajar lo importante: la comprensión lectora y el razonamiento matemático. Hay un exceso de regulación, mucha burocracia, y hay asuntos relevantes que no se están tratando. Podríamos aspirar a lo que ha hecho Portugal en los últimos diez años: un cambio en la gestión de los centros que da mayor responsabilidad a la figura del director. En la reforma que ha presentado el ministerio, se regula el proceso para la elección de los directores, pero esa parte no es tan importante como las funciones que se les atribuyen. Tenemos que reforzar la carrera profesional docente, profesionalizarla. Ahora cualquiera puede ser director y nadie quiere serlo.
https://elpais.com/sociedad/2018/11/22/actualidad/1542889223_705354.html
El Gobierno entierra la ley Wert con la nueva reforma educativa
miércoles, 11 de abril de 2018
La tasa de repetidores es muy superior en la escuela pública que en la privada. Un estudio de Educación alerta de la horquilla de más del 15% entre alumnos de la ESO según su centro escolar.
El porcentaje de alumnos que pasa de curso, ya sea con todas las asignaturas aprobadas o con algunas suspensas, varía entre los centros públicos y privados, llegando las diferencias hasta a 17 puntos porcentuales a favor de los segundos. El 83,3% es el porcentaje medio del alumnado que pasa de curso o promociona para el conjunto de los cuatro cursos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en los centros públicos, porcentaje que se eleva al 91,5% en la enseñanza concertada y al 98,1% en la enseñanza privada no concertada.
Además, dentro del alumnado que promociona, el porcentaje medio del que lo hace con todas las materias superadas es del 68,2% para los centros públicos, del 78,5% para la enseñanza concertada y del 92,7% para la enseñanza privada no concertada. Por tanto, el alumnado de ESO de los concertados y privados repite menos que el de los públicos o pasa de curso con menos suspensos.
Son datos recogidos en un informe del Ministerio de Educación (con los resultados académicos del curso 2014-15), donde se especifica que en Segundo de la ESO las diferencias señaladas llegan a 17,2 puntos porcentuales. Esto ocurre en Segundo de la ESO; si la tasa media que pasa de curso es del 85% del alumnado, la cifra en los centros públicos es del 81,2%, en los concertados el 92% y en los privados no concertados del 98,4%.
Por otra parte, en el curso 2014-15 los alumnos promocionaron menos en Segundo de la ESO y Segundo de Bachillerato ya que sólo pasó de curso el 85% y el 78,2%, respectivamente. En Segundo de Bachillerato aprobó el curso el 73,8% del alumnado de los públicos y, en cambio, el 89,9% de los privados.
http://www.diariodesevilla.es/sociedad/repetidores-superior-escuela-publica-privada_0_1231677265.html
P.D.: Esta noticia unida a la que hoy aparece en varios diarios (entre ellos el Hoy y El País) donde "el Constitucional avala la educación segregada", cierra el círculo del injusto y desigual tratamiento de la educación en España; ¿eres pobre? pues te aguantas con una educación de tercera. ¿Eres rico? pues tú tienes libertad de elección de centro y además te subvencionamos la educación privilegiada de tus hijos. Con lo cual se le da la vuelta al hecho de que los impuestos están para compensar la desigualdad e integrar más y mejor a los desfavorecidos de la fortuna y disminuir las desigualdades y la pobreza. Aquí los impuestos de TODOS, están para conceder privilegios a los poderosos, subvenciones a los colegios privados, a los campos de golf, a los viajes en el AVE, a las universidades privadas, a los toros, a la organizaciones de exaltación fascista de la dictadura de 40 años, a determinadas religiones, etc, etc.
Por otra parte, el estudio que presenta el actual Ministerio del PP, que está claramente a favor de la enseñanza privada y concertada, sirve sutilmente para sesgar a favor de los suyos "el éxito escolar". Claramente muestra, sin más, que en "sus centros" imparten "mejor educación" pues tienen más éxito. Sin adentrarnos en las estrategias de los diferentes centros a favor de criterios "flexibles" para conseguir más o menos porcentajes de aprobado (cómo "el caso Cifuentes" ha mostrado que la manipulación de las notas para que "los suyos" aprueben incluso sin cumplir los criterios exigibles, llegan hasta los grados y maestrías de la Universidad). Sabemos por múltiples investigaciones y estudios, que el principal factor de éxito académico colectivo es el factor económico, dicho de forma más simple y sencilla, del dinero de los padres,... No es el centro educativo el más importante, aunque tenga su importancia. Pero este hecho se oculta deliberadamente, con lo cual, las notas parecen depender más del centro que del factor realmente más importante; el nivel adquisitivo. Y de alguna manera, al subvencionar aún más la enseñanza privada y concertada, aumentamos el nivel económico de las clases más pudiente, "defendamos a los nuestros" (como afirmó la ministra Cospedal, del PP) y por lo tanto mejoremos más las notas y aumentemos más la desigualdad, las diferencias y las injusticias, con nuestra acción de gobierno.
Además, dentro del alumnado que promociona, el porcentaje medio del que lo hace con todas las materias superadas es del 68,2% para los centros públicos, del 78,5% para la enseñanza concertada y del 92,7% para la enseñanza privada no concertada. Por tanto, el alumnado de ESO de los concertados y privados repite menos que el de los públicos o pasa de curso con menos suspensos.
Son datos recogidos en un informe del Ministerio de Educación (con los resultados académicos del curso 2014-15), donde se especifica que en Segundo de la ESO las diferencias señaladas llegan a 17,2 puntos porcentuales. Esto ocurre en Segundo de la ESO; si la tasa media que pasa de curso es del 85% del alumnado, la cifra en los centros públicos es del 81,2%, en los concertados el 92% y en los privados no concertados del 98,4%.
Por otra parte, en el curso 2014-15 los alumnos promocionaron menos en Segundo de la ESO y Segundo de Bachillerato ya que sólo pasó de curso el 85% y el 78,2%, respectivamente. En Segundo de Bachillerato aprobó el curso el 73,8% del alumnado de los públicos y, en cambio, el 89,9% de los privados.
http://www.diariodesevilla.es/sociedad/repetidores-superior-escuela-publica-privada_0_1231677265.html
P.D.: Esta noticia unida a la que hoy aparece en varios diarios (entre ellos el Hoy y El País) donde "el Constitucional avala la educación segregada", cierra el círculo del injusto y desigual tratamiento de la educación en España; ¿eres pobre? pues te aguantas con una educación de tercera. ¿Eres rico? pues tú tienes libertad de elección de centro y además te subvencionamos la educación privilegiada de tus hijos. Con lo cual se le da la vuelta al hecho de que los impuestos están para compensar la desigualdad e integrar más y mejor a los desfavorecidos de la fortuna y disminuir las desigualdades y la pobreza. Aquí los impuestos de TODOS, están para conceder privilegios a los poderosos, subvenciones a los colegios privados, a los campos de golf, a los viajes en el AVE, a las universidades privadas, a los toros, a la organizaciones de exaltación fascista de la dictadura de 40 años, a determinadas religiones, etc, etc.
Por otra parte, el estudio que presenta el actual Ministerio del PP, que está claramente a favor de la enseñanza privada y concertada, sirve sutilmente para sesgar a favor de los suyos "el éxito escolar". Claramente muestra, sin más, que en "sus centros" imparten "mejor educación" pues tienen más éxito. Sin adentrarnos en las estrategias de los diferentes centros a favor de criterios "flexibles" para conseguir más o menos porcentajes de aprobado (cómo "el caso Cifuentes" ha mostrado que la manipulación de las notas para que "los suyos" aprueben incluso sin cumplir los criterios exigibles, llegan hasta los grados y maestrías de la Universidad). Sabemos por múltiples investigaciones y estudios, que el principal factor de éxito académico colectivo es el factor económico, dicho de forma más simple y sencilla, del dinero de los padres,... No es el centro educativo el más importante, aunque tenga su importancia. Pero este hecho se oculta deliberadamente, con lo cual, las notas parecen depender más del centro que del factor realmente más importante; el nivel adquisitivo. Y de alguna manera, al subvencionar aún más la enseñanza privada y concertada, aumentamos el nivel económico de las clases más pudiente, "defendamos a los nuestros" (como afirmó la ministra Cospedal, del PP) y por lo tanto mejoremos más las notas y aumentemos más la desigualdad, las diferencias y las injusticias, con nuestra acción de gobierno.
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