El discurso nacional que Francia construyó después de la II Guerra Mundial es que el país fue liberado por la Resistencia, con cierta ayuda de los aliados, y que "salvo un puñado de miserables", en palabras del general Charles de Gaulle, el resto de los ciudadanos se comportaron como auténticos patriotas. Nada más lejos de la realidad. El profesor británico Robert Gildea desmonta esta imagen nacional, que se encontraba ya bastante resquebrajada, en su nuevo libro, Combatientes en la sombra, que traza un minucioso retrato de la ocupación en el que más que de Resistencia francesa prefiere hablar de "resistencia en Francia" por la enorme cantidad de extranjeros que se sumaron a la lucha contra el nazismo, entre ellos miles de republicanos españoles.
"Francia fue derrotada y ocupada por Alemania . Cuando fue liberada y unificada de nuevo, se crea una historia única que mantiene que todo el país alcanzó la libertad unido bajo el liderazgo de De Gaulle y ese relato fue propagado a través de medallas, ceremonias, títulos", explica Robert Gildea, profesor de Historia Moderna del Worcester College de la Universidad de Oxford, cuyo libro será publicado esta semana en España por Taurus en traducción de Federico Corriente. Los olvidados en ese relato no fueron sólo aquellos españoles que huyeron del franquismo, sino también judíos de Polonia o Rumanía, los comunistas, así como las mujeres, cuya labor como resistentes también ha sido infravalorada.
El libro todavía no ha sido publicado en Francia —está previsto para la primavera de 2017—, pero recibió excelentes críticas el año pasado en el mundo anglosajón en medios como The Economist o The New York Review of Books, cuya reseña firmada por el gran historiador de Vichy Robert O. Paxton se titulaba "la verdad sobre la Resistencia". Gildea, que ha publicado otros ensayos sobre la historia de Francia en los que estudia el mismo periodo, reconoce que la imagen ideal de la sociedad francesa había sido ya puesta en duda en películas como el documental La pena y la piedad o el filme de Louis Malle Lacombe Lucien, que tuvo como guionista al premio Nobel Patrick Modiano. Sin embargo, su estudio de 650 páginas, en el que maneja tanto fuentes documentales como entrevistas, es el más completo que se ha escrito hasta ahora desde un punto de vista crítico sobre la Resistencia durante la ocupación, entre 1940 y 1944. El enorme éxito alcanzado en Francia por las seis temporadas de la serie Un pueblo francés demuestra hasta qué punto sigue siendo un tema delicado y siempre actual.
"Tenemos que estudiar lo que ocurrió en Francia en el contexto de la lucha en Europa contra el nazismo, pero también del Holocausto y de la Guerra Fría. Mucha gente de la Resistencia combatió en las Brigadas Internacionales, son lo que Arthur Koestler, que compartió cautiverio con ellos, llamó La escoria de la tierra en un libro, gente que no tenía ningún sitio al que ir. Muchos republicanos se quedaron atrapados en Francia. Su objetivo era acabar primero con los nazis y luego con Franco, de hecho protagonizaron un intento fallido de invadir España en 1944. El relato simplista de la liberación nacional francesa sólo proporciona una parte de la historia, no toda", prosigue Gildea en conversación telefónica.
"El papel de los comunistas fue también muy importante, especialmente durante la liberación de París. Durante muchos años se produjo un enfrentamiento entre las dos versiones, la gaullista y la comunista. En 1944 los nazis capturaron a un grupo de resistencia que estaba formado por comunistas y judíos de Europa del este y lo utilizaron como propaganda diciendo que eran "criminales extranjeros", pero había algo de verdad en ello", afirma.
Combatientes en la sombra, no sólo estudia los grandes movimientos históricos, sino que está lleno de personajes como Jean-Pierre Vernant, uno de los grandes helenistas franceses, que fue un personaje muy importante en la Resistencia, pero que nunca quiso alardear de ello. Cuando acabó la guerra, durante la que se jugó muchas veces la vida, volvió a sus libros y a sus clásicos. También está Lew Goldenberg, hijo de revolucionarios rusos de origen judío cercanos a Rosa Luxemburgo, que se negó a aceptar el armisticio o León Landini, un joven toscano que participó en el descarrilamiento de un tren alemán en octubre de 1942 cuando tenía 16 años.
Y, naturalmente, están los republicanos españoles, no sólo los miembros de La Nueve, la mítica brigada que fue la primera en entrar en París en agosto de 1944 y cuyo papel fue silenciado durante años —ha sido necesario esperar hasta 2008 para que se inaugurasen placas que mostraban su recorrido—. En el libro aparecen combatientes como Vicente López Tóvar, nacido en Madrid en 1909, que pasó su juventud en Buenos Aires, luchó en la Defensa de Madrid y en la Batalla del Ebro y, tras escapar a Francia, participó en la organización del Maquis. "La Guerra Civil nos había endurecido mucho", relató el propio López Tóvar a Gildea.
"Después del desembarco de Normandía, en junio de 1944, se produjo una guerra civil dentro de la II Guerra Mundial, no sólo entre los resistentes y los nazis, sino también con la milicia, la fuerza paramilitar de Vichy", señala el profesor de Oxford. En cuanto a la ocultación del papel que tuvieron las mujeres, Gildea explica que sólo fueron galardonados con medallas aquellos que participaron en acciones bélicas, mientras que muchas mujeres trabajaron en la organización de la resistencia, un papel tan peligroso como el combate, pero nunca totalmente reconocido. Todo esto no quiere decir que los franceses no tuvieron ningún papel, pero no fueron los únicos héroes de aquella guerra.
NOTA:
Da la sensación de que hay, si no un complot, si una coincidencia en desvalorizar a Francia toda, desde su aporte a la cultura a su aporte a la liberación y progreso de la humanidad. Cierto que su ejercito sufrió un shock, pero hay que analizar el por qué. Qué hicieron las clases dominantes en Francia y cómo presentaron cara al nazismo; el general "héroe" de la I Gran Guerra en la práctica se entregó a Alemania y la política de defensa llevada a cabo, fue todo un fracaso,... También la política de defensa inglesa en su retirada de Europa fue una farsa, y la llamada batalla de Dunkerque (*) donde poco más de una docena de carros, no podían hacerle frente al Ejercito alemán con visos de éxito o ¿aquello no parecía un teatro?. Lo menos que se puede decir, por número de soldados, tanques y armamento puesto en juego, es que aquello no fue serio. Las clases dominantes claramente entregaron al país. Lo cual, después de la carnicería de la I G M., era muy fuerte. No se olvide que hacía poco del triunfo electoral del frente popular, con la euforia de las reivindicaciones que desbordaban al gobierno francés, las primeras vacaciones obligatorias de la clase obrera del mundo, etc. La guerra franco alemana pareció más una entrega (acordada?) que una encarnizada defensa de un país con una trayectoria que no gustaba a las clases dominantes. Lo que ya había ocurrido durante la guerra franco prusiana de 1871, ante el levantamiento popular de la Comuna de París, las dos burguesías, alemana y francesa, se pusieron de acuerdo en suspender su guerra para dirigir como aliados una que acabase con el éxito alcanzado por el pueblo de la Comuna de París.
Hay, por parte del neoliberalismo rampante una lucha contra los derechos ciudadanos conquistados a partir de la Revolución francesa. Y, como nos tienen acostumbrados, lo hacen por etapas, es parte de la estrategia, todo de golpe se haría muy evidente. Así, la minusvaloración de la resistencia, tan difícil y precaria, sería un primer paso para acabar desprestigiando en esta terrible y dura luchas de ideas -aunque camuflada- con el desprestigio de la ilustración y la Revolución Francesa de 1789. El revisionismo más burdo ya comenzó la tarea. Es la lucha contra la democracia como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. A cambio, los que gobiernan de hecho son unas élites al servicio del poder financiero, de los más ricos, para hacer una política a su favor, y lo están consiguiendo,...
La Resistencia Francesa fue, sin duda, y de forma inequívoca una gloriosa muestra más de la lucha popular por su libertad, a pesar de los poderosos enemigos que tenían en contra y de los "tibios amigos". Fue un duro y largo proceso desde una lucha casi exclusivamente popular, pues las clases privilegiadas estaban en su enorme mayoría (antes muertos que rojos) con la Francia de Vichy, hasta convertirse en una lucha nacional popular en la que fueron entrando -o apuntándose al caballo ganador- todas las clases.
El hecho de que en ella tuviesen un destacado papel, judíos del este, que no se resignaron como la mayoría oficial de su etnia -e incluso muchos dirigentes judíos colaboraron-, españoles republicanos y comunistas de múltiples países, no les quita ni un ápice de mérito. Al contrario, es un ejemplo de la solidaridad internacional y del internacionalismo proletario. Una página más que llena de gloria a judíos, comunistas y republicanos españoles, en la lucha por la liberación de los pueblos y la igualdad y fraternidad de los mismos.
(*)
Luego de dominar Bélgica, los alemanes entran en Francia a través de las Ardenas. Las tropas británicas, junto a las francesas, son acorraladas y retroceden hacia el norte de Francia. Los alemanes ya habían ocupado Francia, pero aún quedaban muchos soldados británicos y franceses en el territorio. Estas tropas debieron retirarse por el Canal de la Mancha desde la ciudad de Dunkerque hasta Inglaterra.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/10/07/actualidad/1475858612_013991.html
¿QUÉ HACEN TODOS ESOS ESPAÑOLES DESFILANDO?"
La liberación de Toulouse, el 19 de agosto de 1944, fue coordinada por el fuerzas lideradas por Jean-Pierre Vernant, pero los republicanos tuvieron un papel esencial. De hecho, en regiones como el Perigor o ciudades como Foix fueron liberadas directamente por los españoles, cosa que De Gaulle no le hizo mucha gracia. Gildea relata que el general visitó Toulouse muy rápidamente, porque no quería perder un ápice de control sobre los territorios de los que iban siendo expulsados los nazis. Los republicanos participaron en el desfile de la liberación, con los cascos de los soldados alemanes pintados de azul. Cuando De Gaulle lo vio, exclamó: "¿Qué hacen todos esos españoles desfilando con las Fuerzas Francesas Libres?". Es un anécdota que, para el historiador británico, refleja el profundo cambio que se estaba produciendo en la narración de la Resistencia y en la toma de poder en Francia.
http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-08-18/los-espanoles-que-liberaron-paris-silenciados-y-olvidados-en-francia_177174/