martes, 12 de marzo de 2024

8 casas extraordinarias galardonadas por ser bellas y sostenibles

El diseño de "hogar pasivo" se trata de edificios de bajo consumo energético diseñados para explotar la energía solar y establecer una temperatura interior confortable.

Es un tema recurrente entre los arquitectos preseleccionados del World Architectural Festival (WAF).

El director del programa, Paul Finch, le dice a BBC Culture que ha visto "una preocupación mucho mayor por la sostenibilidad, reflejada también en el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente y la adopción de principios de diseño de casas pasivas".

Celebrado anualmente durante tres días en ciudades de todo el mundo, el festival y su evento hermano, Inside World Festival of Interiors, ofrecen un estudio global de los desarrollos en arquitectura y diseño de interiores, respectivamente.

Alrededor de 550 arquitectos preseleccionados presentan sus proyectos ante un jurado, desde arquitectos e interioristas hasta ingenieros.

El proceso de evaluación de los eventos es inusualmente transparente, y los asistentes al festival también lo presencian.

El último día, los arquitectos preseleccionados presentan sus proyectos a otro jurado y compiten por los premios de Edificio Mundial del Año, Paisaje del Año, Proyecto Futuro del Año e Interior del Año.

En su más reciente versión, en Marina Bay Sands en Singapur, "muchas casas y villas preseleccionadas adoptaron un enfoque imaginativo de los sitios y sus diversas limitaciones, convirtiendo las dificultades en oportunidades", dice Finch.

"Existe un mayor interés en saber cuánta energía se gasta en la fabricación de materiales", añade Finch.

"La madera se ha vuelto cada vez más popular debido a sus propiedades de absorción de carbono. Los arquitectos también suelen preferir ahora los proyectos de modernización, en lugar de los que implican demolición y nuevas construcciones".

BBC Culture analiza ocho proyectos destacados por WAF e Inside.

1. 19 Waterloo Street, Sídney, Australia

Casa en 19 Waterloo Street

FUENTE DE LA IMAGEN,ANSON SMART

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La casa en 19 Waterloo Street creada por SJB en Sydney no se sobrecalienta en verano pero deja entrar la luz en invierno.

Esta casa, ganadora del premio WAF al Interior Mundial del Año 2023, fue diseñada por SJB, con sede en Sídney.

Tiene una fachada excéntrica con sus ventanas espaciadas y de tamaño irregular, y un mosaico de materiales recuperados y ladrillos rotos.

Adam Haddow, director de SJB, tomó ideas de su tesis universitaria que exploraba cómo se ha utilizado el cine para crear una ilusión de mayor espacio.

Sus puntos de referencia incluyen las películas de Jacques Tati "Mon Oncle" y "Playtime", que satirizaron la obsesión por la uniformidad reglamentada en la arquitectura modernista.

El proyecto gira principalmente en torno a la sostenibilidad a través de la reutilización de materiales.

Las innumerables aberturas de la fachada fomentan la ventilación natural, obviando la necesidad de aire acondicionado.

2. Casa de Piedra Maciza, Jaipur, India


Casa de Piedra Maciza

FUENTE DE LA IMAGEN,BARATH RAMAMRUTHAM

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En Jaipur, la Casa de Piedra Maciza de Malik Architecture fue creada con arenisca de una cantera cercana.

Este proyecto recupera un material que los arquitectos locales han dejado de lado durante mucho tiempo: la piedra arenisca, cuyas cualidades robustas y sostenibles han sido ignoradas durante décadas en la región.

"Nos dimos unas instrucciones sencillas: para su construcción sólo debía utilizarse piedra. El lugar parecía más una excavación arqueológica que una obra de construcción, donde la línea entre lo 'encontrado' y lo 'hecho' era borrosa", dice Arjun Malik, arquitecto principal de Malik Architecture.

Los arquitectos utilizaron piedra extraída de una cantera cercana usando herramientas tradicionales.

La piedra de tonos neutros se dejó expuesta en todo el interior para lograr un efecto unificador.

3. Casa Ward, Sarnano, Italia


Casa Ward

FUENTE DE LA IMAGEN,DAN GLASSER

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Casa Ward en Italia ha sido diseñada para resistir temblores de tierra por Carl Fredrik Svenstedt Architecture.

Esta casa de vacaciones, propiedad de una pareja sueca, personifica la tendencia actual de los arquitectos a reutilizar materiales existentes encontrados en el sitio.

En este caso, circunstancias dramáticas proporcionaron las materias primas: una granja con vistas a las montañas Sibillini cerca de Sarnano, un pueblo al este de Perugia, quedó casi reducida a escombros por un terremoto en 2016.

La nueva casa fue diseñada por el arquitecto parisino Carl Fredrik Svenstedt y su estructura de hormigón está revestida con los restos de la granja original en el interior y el exterior.

Su forma básica sigue el modelo de una casa típica pero con un giro poco ortodoxo, que hace que parezca cortada en segmentos separados.

Está construida para resistir temblores, y su conexión entre el interior y el exterior se refuerza con enormes ventanales que enmarcan vistas pintorescas, mientras que una piscina infinita refleja el cielo.

4. Galería residencial Three Spring, Bunurong Land, Australia

Galería Residencial Three Spring

FUENTE DE LA IMAGEN,PETER BENNETS

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El techo abovedado es una característica principal de la Galería Residencial Three Spring de KGA Architecture.

Esta residencia familiar cerca de Melbourne, diseñada por los arquitectos locales KGA Architecture, alberga una colección de obras de artistas australianos.

El asimétrico y extravagantemente orgánico edificio tiene dos áreas distintas conectadas indirectamente por pasillos oblicuos en lugar de puertas convencionales.

Hay una espectacular biblioteca de doble altura con altas ventanas arqueadas que dan a un jardín con enormes piscinas y un piso ornamentado dominado por un entrepiso semicircular sostenido por columnas de madera.

En el interior se eligió una paleta cálida y terrosa (principalmente ocre, terracota y berenjena) para hacer eco de los colores naturales del paisaje circundante.

5. Casa LRM, São Paulo, Brasil

casa LRM

FUENTE DE LA IMAGEN,FRAN PARENTE

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La geométrica casa LRM de Studio AG en São Paulo está llena de luz con una sala de estar de planta abierta.

Esta casa rectangular, claramente geométrica, ocupa un sitio largo y estrecho intercalado, en sus lados más largos, por edificios inmediatamente adyacentes.

El objetivo principal de sus arquitectos, Studio AG, con sede en São Paulo, era crear una sensación de más espacio, lo que se logró principalmente instalando abundantes cristales y conectando la casa con un jardín, e incorporando dos plantas adicionales.

La larga planta baja contiene una cocina, sala de estar y comedor. Un césped más allá del comedor conduce a un área cubierta para cenar al aire libre.

Arriba están los dormitorios y otro piso encima alberga una oficina, gimnasio, sauna y piscina al aire libre.

Los ventanales esmerilados del piso al techo permiten privacidad y proporcionan ventilación natural.

6. Casa Mawhitipana, isla Waiheke, Nueva Zelanda

Casa Mawhitipana

FUENTE DE LA IMAGEN,SIMON WILSON

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La Casa Mawhitipana en Nueva Zelanda diseñada por MacKay Curtis acerca a los habitantes a un estrecho contacto con la naturaleza.

Los propietarios de esta casa de vacaciones le dijeron a los arquitectos de MacKay Curtis, con sede en Wellington, que querían estar en estrecho contacto con la naturaleza, con áreas al aire libre soleadas para pasar más tiempo afuera que adentro.

Situada en lo alto de una pendiente pronunciada, la casa tiene vistas panorámicas de la bahía de Mawhitipana. Una larga terraza exterior se extiende por el estrecho sitio y se asienta entre árboles maduros de Pōhutukawa sin perturbar sus raíces.

El edificio de dos plantas tiene contraventanas de madera con huecos que permiten que la ventilación natural y el sonido de las olas de la playa impregnen el interior.

7. Apartamento Orla, Río de Janeiro, Brasil 



La impresionante vista panorámica de la playa de Ipanema es uno de los principales atractivos de este apartamento.

Fue diseñado para una pareja con dos niños pequeños, por los arquitectos Studio Arthur Casas, con sede en São Paulo.

El uso extensivo de materiales naturales en toda la casa, incluidos pisos de piedra en la sala de estar y paredes revestidas de madera, así como los tonos arena, elegidos para todo, desde tapizados hasta cerámicas, contribuyen a crear un ambiente relajante.

Al enmarcar vistas del aire libre, estos colores tranquilos ayudan a atraer la atención hacia el exterior.

8. Casa de la Bandera, Whistler, Canadá 

Casa de la Bandera

FUENTE DE LA IMAGEN,FERNANDO GUERRA

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La Flag House o Casa de la Bandera se mezcla con su entorno en Whistler.

El estudio brasileño Studio MK27 diseñó Flag House, una casa de vacaciones en Whistler, al norte de Vancouver. Sus clientes habían visto algunos proyectos de MK27 en Brasil y encargaron al estudio el diseño de su casa.

El estudio, fundado por Marcio Kogan en los años 1970, es conocido por sus villas modernistas adaptadas a un clima tropical. Pero, sin inmutarse, los arquitectos aplicaron uno de los principios clave de su práctica a este nuevo entorno: establecer una fuerte conexión entre el interior y el exterior.

La casa horizontal, relativamente baja, se integra perfectamente con el paisaje.

Consta de dos formas cuadradas, una apoyada sobre la otra. La más grande, un espacio habitable con fachada de vidrio, está sostenido por una base revestida de madera oscura; el piso superior está en voladizo y parece flotar sobre la caja inferior.

El Festival Mundial de Arquitectura 2024 se llevará a cabo en Singapur a finales de este año.

TRABAJAR CANSA. Un último detalle del 11-M. Es significativo que ni en el País Vasco, ni en Cataluña, ni en Galicia, ni el extranjero, la prensa picó con la versión de Aznar. Solo en Madrid

Es significativo que ni en el País Vasco, ni en Cataluña, ni en Galicia, ni el extranjero, la prensa picó con la versión de Aznar. Solo en Madrid.

Estos días se ha hablado mucho del 11-M, y voy tarde, para variar, pero hay algo que no se ha dicho. Y creo que merece la pena señalarlo, ahora que a los 20 años estamos en plan de decirlo todo, como esa frase del comienzo de Pedro Páramo (“Ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo”). Aunque tiene pinta de que a los 40 años seguiremos dándole vueltas, y algunos, aún en plan de negarlo todo. De hecho, de eso quiero hablar, de qué se sabía realmente aquel día. En su espléndido documental, Jordi Évole mostraba La Voz de Galicia diciendo que fue el único periódico que al día siguiente atribuyó la masacre a Al Qaeda. Luego, Enric Juliana precisó que La Vanguardia fue el único diario de gran tirada que no dijo en portada que fue ETA. Lo que quiero añadir es que tampoco lo hizo El Correo, de Bilbao. Y también allí llamaron de Moncloa para comerles el coco. Pero tituló: “Masacre en Madrid”. Y en el subtítulo: “Al-Qaida reivindica la matanza, que el Gobierno atribuyó en principio a ETA”.

Tiene su interés, pues El Correo es el primer periódico vasco, que sufría la barbarie de ETA en primera línea, y en carne propia, pero supo mantener la cabeza fría y hacer buen periodismo. Llevaba toda la vida haciéndolo en medio de esa locura. Yo trabajaba entonces allí, y en los noventa, siendo un pardillo ―aún más que ahora, quiero decir―, mi redactor jefe, José Miguel Santamaría, me dijo ante mi primer artículo sobre el tema terrorista que no diera nada por sentado, porque podían mentirme tanto unos como otros. Yo aluciné un poco, cómo iban a mentir los buenos, las autoridades (ya digo que estaba empezando). El 11 de marzo de 2004, a media tarde había ya serias dudas en la redacción sobre la versión oficial. Cuando llamó Aznar podía decir misa. Es más, aumentó las dudas y el director, Ángel Arnedo, cambió el periódico entero. Es decir, donde más padecían a ETA, no se veía claro. Lo curioso es que donde menos, en el extranjero, tampoco. Yo era corresponsal en Italia, y allí se vio pronto como un atentado yihadista, tenían una perspectiva global. Moraleja: no había que ser un genio para optar por la tesis islamista, menos aún si tenías buenos contactos en la policía, que ese mismo día ya apostaba por ella. Digo yo que el Gobierno los tendría, así que la pregunta, como sabemos, es por qué los periodistas creyeron a la policía y el Gobierno no. Ves ahora las ruedas de prensa de Acebes y recuerdan a los hermanos Marx, cuando Chico replica a quien dice haber visto algo con sus propios ojos: “¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?”. Es significativo que ni en el País Vasco, ni en Cataluña, ni en Galicia, ni el extranjero, la prensa picó. Solo en Madrid. Esa presión ambiental y esa diferencia se sigue viendo hoy, los diarios conservadores de Bilbao y Barcelona son serios y no se flipan.

El Correo pagó un duro precio aquellos años. El consejero delegado, Javier Ybarra, fue asesinado en 1977. En 2000 colocaron una bomba casera en la puerta de los padres de un compañero, y atacaron con cócteles molotov las redacciones de Getxo, Vitoria y Bilbao. En 2001, fue asesinado Santiago Oleaga, director financiero de El Diario Vasco, el periódico hermano de San Sebastián. En 2002, ETA envió un paquete bomba al vicepresidente del Grupo Correo, Enrique de Ybarra. Todavía en 2008, anteayer,  una bomba en la rotativa del diario abrió un boquete de 40 metros cuadrados. Había 50 personas dentro y no avisaron. Aquel día salió el periódico. Nadie ha dicho por allí ahora, supongo que por su carácter, que el 11-M también hicieron bien su trabajo, así que lo digo yo. Un abrazo a mis antiguos y queridos compañeros.< div>

Destruyendo la red de la vida. La sexta extinción masiva de especies

 

Fuentes: Viento sur


Para entender la importancia que tiene sobre los seres humanos la biodiversidad o, mejor dicho, el resto de la biodiversidad, es interesante remontarnos a 1992, a la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, donde se propuso la definición de biodiversidad que usamos en la actualidad.

Si bien la respuesta automática que solemos tener al pensar en este término hace referencia a la variedad de animales y plantas existentes en la Tierra, en Río se hizo referencia a los otros dos componentes de la biodiversidad: no solo la variedad del conjunto de especies, sino también la variedad dentro de las especies, lo que se conoce como variedad genética, y la variedad ecosistémica, es decir, cómo se organizan las distintas especies en su medio.

Dentro de ese componente ecosistémico destaca la diversidad funcional, clave para entender la relación entre composición, estructura y funcionamiento de los ecosistemas. La diversidad funcional hace referencia a la diversidad de roles que desempeñan los organismos en sus ecosistemas, a qué procesos contribuyen y, en consecuencia, a sus interacciones con otros organismos y a las modificaciones de su propio hábitat. Por supuesto, esto no es exclusivo de animales y plantas: el resto de seres vivos, como las bacterias, los hongos o las algas, también tienen importantes funciones en el mantenimiento de la biosfera.

Si retomamos la pregunta de por qué debería importarnos la biodiversidad, la respuesta es clara. Toda esa diversidad en las formas de vida da como resultado la generación de procesos ecosistémicos. Estos procesos son independientes del ser humano pues, estemos presentes o no, los pinos acumulan carbono en sus troncos, las abejas transfieren el polen de unas flores a otras y las bacterias se alimentan de los desechos orgánicos, degradándolos en moléculas de menor tamaño. Sin embargo, los seres humanos sí que somos dependientes de esos procesos. Sin la inmensa mayoría de los mismos no podríamos vivir, ya que de la polinización depende que podamos cultivar alimentos, de la fotosíntesis que podamos tener leña en invierno y de la descomposición, algo tan sencillo como que los ecosistemas sean capaces de reciclar los nutrientes que los sostienen. A estos beneficios para el ser humano es a lo que llamamos servicios ecosistémicos.

El cuidado y la protección de la biodiversidad tienen una fuerte dimensión ética, pues nada más allá de una cosmogonía antropocéntrica, que nos separa y pone por encima del resto de especies, nos permitiría moralmente masacrar al resto de seres con los que compartimos este momento en la historia de la Tierra. Sin embargo, dado que esta cosmogonía ha terminado por derivar en una brecha metabólica como derivado de los procesos de producción y acumulación capitalista, hasta desde la visión más antropocéntrica sigue siendo una necesidad reconciliar lo que es bueno para nosotras con lo que es bueno para el resto de especies.

Por ello, cuando hablamos de biodiversidad, no nos referimos solo a aquello que ocurre en los bosques, sino que también observamos de cerca los efectos sobre la vida humana. Y, en consecuencia, hablar de pérdida de biodiversidad es hablar de pandemias, de migraciones masivas y de hambre. Y en última instancia, es hablar de extinción humana.

La crisis que no es un meteorito, sino humanos quemando petróleo

Aceptada la importancia de la biodiversidad sobre la vida humana, la siguiente pregunta es referente al estado de conservación de ésta y, en consecuencia, cuál es el nivel de seguridad de nuestra especie. Si bien la respuesta es predecible por el propio título del artículo, es necesario desgranar a qué nos referimos al hablar de sexta extinción masiva y justificar que esta vez la historia de la Tierra no está marcada por volcanes o meteoritos, sino por humanos quemando petróleo, de forma desigual y a una velocidad tristemente impresionante.

La propia dinámica evolutiva lleva a algunas especies a extinguirse y a otras a emerger, en un balance más o menos constante geológicamente y capaz de mantener relativamente estables los nichos ecológicos 1. Esto es lo que entendemos como extinción de fondo. En contraposición, las extinciones masivas suceden en espacios de tiempo más cortos y son capaces de eliminar miles de especies, cambiando completamente la dinámica y estructura de muchos ecosistemas. La última extinción masiva ocurrió hace 65 millones de años, la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, y en ella desapareció el 70% de las especies terrestres a lo largo de un periodo de tiempo en discusión (Sahney y Benton, 2008), pero cuyo valor inferior es de un millón de años, que en tiempo geológico es efectivamente un periodo corto.

En la actualidad, no podemos hablar de extinción de fondo, pues la tasa de pérdida de especies es entre 1.000 y 10.000 veces superior a la que correspondería. Por otra parte, la sexta extinción masiva no está ocurriendo en 1 millón de años, sino en poco más de 200 si tomamos como referencia la Revolución Industrial. En cuanto a la magnitud de la pérdida, según el Informe Planeta Vivo (Almond, Grooten y Petersen, 2020), estamos viviendo una disminución del 70% de las poblaciones de animales salvajes en las últimas décadas. Animales salvajes que no representan más de un 4% de la biomasa animal actual. Es por esto que cuando Rokstrom (2009) presentó los límites planetarios, los márgenes de seguridad para la especie humana en este marco de degradación ambiental, si bien todos los límites sobre los que teníamos datos nos situaban en claro riesgo, había uno que sobrepasaba el nivel de riesgo de los demás, la pérdida de biodiversidad. Y por supuesto, en estos 14 años, no es solo que las tendencias no hayan mejorado, sino que han seguido empeorando.

A pesar de esta situación grave de por sí, a la pérdida de biodiversidad se suman distintas crisis ecosociales. La misma industria de los pesticidas que genera el declive de los polinizadores contamina el suelo y los cursos de agua, contribuye a acelerar las emisiones de gases de efecto invernadero y rompe la promesa de la revolución verde de lograr parar el hambre en el mundo, como si esta fuese resoluble a través de la tecnología y no de una redistribución de la riqueza y los recursos. La misma industria de la moda, tantas veces criticada por las deplorables condiciones laborales que la sustentan, también es una de las principales responsables del aumento de microplásticos o de vertidos químicos sin tratar. El impacto del ser humano es tan grave que ya ha dejado su huella en el registro geológico. Que una sola especie genere toda esta complejidad de cambios es una anomalía histórica que nos lleva a catalogar este periodo de la historia de la Tierra como el Antropoceno.

Esta situación de cambio global está mediada por distintos motores, interrelacionados entre sí, entre los que se suele destacar el cambio en los usos del suelo, el cambio climático, las especies invasoras, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos. Estos motores tienen tendencia temporal cambiante, con un impacto creciente del cambio climático y, también, efectos distintos según el hábitat, dependiendo en gran medida de la influencia humana. Por poner un ejemplo, el cambio climático está generando que la termoclina, la zona que separa las cálidas aguas superficiales de las zonas profundas, más frías, se fortalezca (Barba Campos y Rojo, 2023). El refuerzo de ésta supone que las corrientes marinas, que mueven los nutrientes de los fondos oceánicos, donde se acumulan como fruto de la descomposición de la materia orgánica, no sean capaces de llegar en la cantidad necesaria a las zonas cálidas. La reducción de nutrientes limita la materia orgánica que pueden generar las plantas o las algas y altera, en consecuencia, el resto del ecosistema. La consecuencia de todo esto es muy clara para el ser humano: la disminución de los peces que muchas comunidades necesitan para alimentarse. Peces que, por la sobreexplotación a la que están sometidos sus caladeros, son ya más escasos que nunca.

Otro ejemplo que nos ha tocado muy de cerca es el relacionado con las enfermedades transmitidas por animales, las zoonosis, como la covid-19. Los virus siempre han estado en la naturaleza; sin embargo, la propia Organización Mundial de la Salud reconoce el aumento claro de las enfermedades zoonóticas en las últimas décadas. Representan el 75% de las enfermedades surgidas en los últimos 40 años y generan pandemias tan conocidas como el Ébola o la gripe A. ¿Qué ha pasado entonces? Pues podemos destacar la pérdida de complejidad de las redes tróficas o alimenticias, que hace que sea mucho más difícil que haya una especie que se alimente de otra que porta el virus; el aumento sin control de la urbanización, que nos pone en mayor contacto con animales transmisores, o la brutal expansión de la ganadería industrial que genera condiciones para los animales, además de muy poco éticas, proclives a la transmisión de enfermedades y a la creación de cepas víricas resistentes a los antibióticos.

Por toda esta complejidad es importante salir del túnel de carbono en el que nos encontramos como sociedad, e incluso como movimiento ecologista. La oleada de acciones que comenzó en 2018 con el surgimiento de Fridays for Future y Extinction Rebellion, incluidos en el movimiento climático alineado con otros movimientos internacionales, ha servido para mover la ventana de Overton 2 y ha puesto la crisis climática en el centro del debate social, haciendo que quienes nos preocupamos por estas cuestiones no seamos únicamente el espectro radical del tablero político. Pero es necesario trascender esto y que el movimiento valore como igualmente crítica la situación de la pérdida de suelo fértil o de polinizadores, ambos con una importancia determinante en la estabilidad agrícola y, en consecuencia, en la seguridad alimentaria.

Del mismo modo que necesitamos una comprensión más amplia y sistémica de los retos ecológicos que tenemos por delante, es imperativo tratarlos como los retos ecosociales que son, no únicamente por los impactos de estos motores sobre la vida humana, sino por ser la causa principal de estos. Aquí el ecologismo también ha tardado mucho tiempo en desarrollar una posición crítica. La Primavera Silenciosa de Rachel Carson (1962) ya dejaba entrever los vínculos entre el sistema económico y la pérdida de biodiversidad y, diez años después, los Límites del crecimiento de Donella Meadows (1973) ya nos confirmaron esto. Por no hablar de toda la crítica de movimientos decoloniales e indígenas, muy anterior a estas autoras, y que alertaba de cómo el capitalismo y otros ejes de opresión se alineaban y conjugaban dando resultado a la destrucción de los cuerpos y de la Tierra. En cambio, el movimiento conservacionista, que ha sido el actor principal en ese conjunto de movimientos que hoy entendemos por ecologismo, tiene limitaciones de análisis y, por tanto, una tendencia muy fuerte a tratar de resolver las consecuencias de la destrucción de la naturaleza sin prestar especial atención a las causas subyacentes. Tendencia que aún se mantiene en muchos colectivos y organizaciones.

Por ello, globalmente, necesitamos dar dos pasos. El primero, asumir que hablar de cambio climático debe implicar hablar de quema de petróleo, de cambios de uso del suelo, de agricultura industrial y deforestación, o que hablar de especies invasoras implica hablar de comercio internacional. El segundo, entender que esa quema de petróleo, esa agricultura industrial o ese comercio, no son resultados del azar, sino de una compleja maquinaria construida para la acumulación de capital.

Además, creo que esto es importante por tres cuestiones. En primer lugar, asumir que las dinámicas de acumulación son la causa de la crisis ecológica nos permite desterrar esa idea de que el ser humano es malo/negativo para la naturaleza. Cientos de pueblos y civilizaciones han convivido nutriendo y nutriéndose del territorio que habitaban. Esos mensajes que tanto escuchamos en 2020, y que llegaban a equiparar al ser humano con un virus, no son más que retórica ecofascista que profundiza en la separación entre nosotras y la naturaleza y nos aleja de cualquier posibilidad de cambio de conductas. En segundo lugar, porque es necesario ser certeras en el objetivo de nuestras acciones. El 1% más rico del mundo produce el doble de emisiones que el 50% más pobre (Harrabin, 2021). Las élites contaminantes no solo no nos dejan vivir dignamente, ni a las clases trabajadoras ni a los países del Sur Global, sino que están fulminando, con cada vuelo privado y cada campo de golf, cualquier esperanza de esa vida digna en el futuro. Es necesario cambiar nuestro modo de vida, pero es imperativo para esa transición obligar a pagar a quienes la han causado. En tercer lugar, y casi como conclusión, el ecologismo no debe luchar por salvar la naturaleza, sino que debe hacerse cargo de la misma tarea que siempre nos ha encomendado la historia, la lucha de clases. Pero esta vez tenemos una anomalía: que la degradación ambiental no solo es un motivo central en este proceso, sino que nos da un margen temporal para llevarlo a cabo.

¿Y de esta cómo salimos?

En términos generales, queremos transformar y reparar las relaciones de nuestras sociedades con los sistemas ecológicos, de los cuales la humanidad forma parte. Es hora de un cambio transformador en la manera en que organizamos nuestras sociedades y economías y de la forma en que éstas se relacionan entre sí y con la naturaleza. Tenemos que acabar con siglos de injusticia, revertir las normas que protegen privilegios y liberarnos de los paradigmas que han dejado atrás a demasiada gente durante demasiado tiempo.

La base es la necesidad de un cambio de sistema, pero también el desmantelamiento del resto de ejes de opresión, como única forma de parar y reparar el daño que hemos causado globalmente. Con estos mimbres, quiero dejar una serie de apuntes que desde la perspectiva de la biodiversidad considero interesantes en este proceso.

De entre los múltiples escenarios de conservación de la naturaleza que nos quedan, creo que es importante apostar por el ecologismo de la convivencia. Esta propuesta, desarrollada por Büscher y Fletcher (2020), asume lo imprescindible de unir al ser humano con el resto de la naturaleza, así como de cambiar el modelo de producción y consumo. Esto nos facilita evitar tanto los esquemas de conservación de la fortaleza, que al considerar que la protección de la naturaleza depende en gran medida de la no influencia humana han expulsado a miles de personas del territorio, sin valorar el grado de influencia, a veces incluso positiva, sobre la naturaleza, como los esquemas de protección dentro del capitalismo, que nos llevan a falsas soluciones, por no decir soluciones ridículas, como los mercados de carbono, que además de ineficaces e injustas, siguen sin resolver el problema de base.

Igual que la definición de paisaje ha trascendido la idea de ecosistema, añadiendo al medio físico y biológico y sus interacciones cuestiones como la historia, la percepción humana o la economía, el concepto territorio nos permite entender también la interacción de la biodiversidad con nuestras formas de vida (Díaz Carro, 2022). De esta manera, entendemos que los procesos de extracción y acumulación que se dan en el marco del sistema político y económico y que, a su paso, destruyen la biodiversidad, lo hacen también con el medio, con las tradiciones e historias de los pueblos, o con las relaciones sociales que se dan sobre éste, lo que nos da un marco de análisis mucho más completo y aterrizado en nuestra cotidianidad. Aquí, el movimiento francés de Les Soulèvements de la Terre ha convertido el análisis en praxis, congregando a más de 30.000 personas el pasado marzo, entre las que se encontraban activistas ecologistas, pero también organizaciones agrarias formadas por agricultores que ven cómo cada día se dificulta su modo de vida.

Es necesario cambiar la forma en la que nos movilizamos. Desde cambiar los objetivos políticos, donde tenemos que asumir la ambición de cambiar la historia, pero también reconocer todo aquello que ya hemos dejado por el camino, lo que en muchos casos significa incluso condicionar el mantenimiento de la diversidad de la vida para mantener las condiciones para la complejidad de la biosfera. Pero también cambiar nuestras tácticas y estrategias, desafiándonos a nosotras mismas a ser más resilientes, a superar los egos que dificultan el avanzar en común. Aquí, quizá una de las cuestiones más prioritarias es la de aprender a pensar, no en organizaciones, sino en competencias (Tufekci, 2017); ningún colectivo o movimiento va a conseguir por sí mismo el cambio que necesitamos, por lo que nuestra intervención no debe solo valorarse en términos de qué queremos conseguir, ni de cómo queremos conseguirlo, sino también en: de todas las condiciones necesarias para que nuestro objetivo político ocurra, ¿cuáles están sucediendo y cuáles no? ¿El ecologismo ha conseguido una capacidad de disrupción suficiente? ¿Somos un movimiento resiliente capaz de afrontar el reto que tenemos por delante? ¿Estamos coordinadas para lograr lo que nos proponemos? Como indicaba el activista Sinan Eden (2021), un movimiento puede tener diversos grupos organizando un montón de acciones disruptivas mientras otros consolidan algunas de sus victorias dentro de las salas de reuniones. Mientras tanto, otros pueden estar transmitiendo el mensaje. Todos estos grupos pueden ser muy poderosos, simultáneamente. Seguirán fracasando si no se hablan entre ellos. Y no hablarán entre ellos si no invierten en recursos para hablar entre ellos. Y su conversación no tendrá ningún propósito si los grupos no crean un mandato para que esa conversación produzca decisiones en cada grupo.

Quizá el miedo al fracaso es el mayor condicionante del movimiento por la justicia ecológica. Sin embargo, parafraseando a Donella Meadows (1973), la situación es demasiado mala como para justificar la complacencia, pero existen suficientes posibilidades de vida buena como para que no caigamos en la desesperación.

Referencias:

Almond, Rosamunde; Grooten, Monique y Petersen, Tanya (eds.) (2020) Informe Planeta Vivo 2020: Revertir la curva de la pérdida de biodiversidad. Gland, Suiza: WWF.

Barba Campos, Emilio y Rojo, Carmen (2023) “Mucho más que cambio climático: otros motores del cambio global” en Barba Campos, Emilio. La biodiversidad valenciana ante el reto del cambio global. València: Universitat de València.

Büscher, Bram y Fletcher, Robert (2020) The conservation revolution: radical ideas for saving nature beyond the anthropocene. Londres: Verso Books.

Carson, Rachel (1962) Primavera Silenciosa. Barcelona: Crítica.

Díaz Carro, Miguel (2022) Manifiesto por la biodiversidad. Amigos de la Tierra.

Eden, Sinan(2021) “System Change Not Climate Change as a directive”, Abstrakt Journal, Dossier 9.

Harrabin, Roger (2021) “La ‘élite contaminante’: cómo los más ricos están en ‘el centro del problema del clima’”, BBC News, 22/04. Disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-56734297

Meadows, Donella (1973) Los límites del crecimiento. México: Fondo de Cultura Económica.

Rockström, Johan et al. (2009) “Planetary Boundaries: Exploring the Safe Operating Space for Humanity”, Ecology and Society 14, p. 32.

Sahney, Sarda y Benton, Michael J. (2008) “Recovery from the most profound mass extinction of all time”, Proceedings of the Royal Society: Biological 275, 1636, pp. 759-765.

Tufekci, Zeynep (2017) Twitter and tear gas: the power and fragility of networks protest. New Haven: Yale University Press.

Notas:

1.Espacios que ocupan los organismos en su ecosistema.

2. Para más información se puede consultar The Overton Window en la web de Mackinac Center for Public Policy

Miguel Díaz-Carro es responsable de Biodiversidad y Territorio en Amigos de la Tierra

lunes, 11 de marzo de 2024

Los 6 mejores alimentos para el cerebro según una experta de la Universidad de Harvard

Azafrán

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El azafrán es una de las especias que recomienda la psiquiatra


Hay alimentos que pueden mejorar el estado de ánimo, agudizar la memoria y ayudar a que el cerebro funcione de manera más eficiente.

Eso argumenta Uma Naidoo, psiquiatra nutricional y profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

La salud mental y la dieta están vinculadas de la misma manera que el cerebro y el intestino, en una relación que tiene importantes consecuencias para el organismo.

Uno de los fundamentos biológicos para entender esa relación tiene que ver con que el cerebro y el intestino tienen su origen en las mismas células del embrión y permanecen conectados a medida que el ser humano se desarrolla.

Se comunican en las dos direcciones enviándose mensajes químicos. De hecho, entre el 90% y el 95% de la serotonina, un neurotransmisor relacionado con la regulación del apetito y otras funciones, se produce en el intestino.

Si la dieta no es saludable, el intestino se inflama y sufre las consecuencias de una mala alimentación. Esto influye en el desarrollo de la ansiedad, la falta de atención y en enfermedades como la depresión.

Así, cuanto más cuidas tu alimentación y tu intestino, más cuidas tu salud mental, dado que “existe una conexión directa entre la comida y el estado de ánimo”, dice la especialista en diálogo con BBC Mundo.

Uma Naidoo

Uma Naidoo

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Uma Naidoo, en la imagen, dice que el cerebro y el intestino están relacionados desde la gestación.

Naidoo, directora de psiquiatría nutricional y de estilo de vida en el Hospital General de Massachusetts, cuenta que toda su vida le gustaron la comida y la cocina.

Como venía de una familia de médicos, siempre tuvo un acercamiento científico a las cosas que le parecían atractivas.

Al estudiar medicina se dio cuenta de que no había suficiente formación en el aspecto nutricional, y cuando se especializó en psiquiatría, se le hizo evidente que faltaba más investigación para establecer las conexiones entre la comida y la salud mental.

“Este es un campo emergente que está comenzando a expandirse”, afirma.

En octubre de 2022 la experta conversó con BBC Mundo sobre los beneficios de la vitamina B para mantener el cerebro joven y saludable, especialmente la B-12, B-9 y B-1.

Cuál es la "mejor vitamina" para mantener tu cerebro joven y saludable, según una psiquiatra nutricional de Harvard 12 octubre 2022

En esta ocasión, la psiquiatra se refiere a una selección de alimentos que considera beneficiosos para mejorar el estado de ánimo y reforzar el poder del cerebro.

1. Especias
Las especias son conocidas por sus propiedades antioxidantes. Algunas, como la cúrcuma, tienen efectos beneficiosos en la reducción de la ansiedad.

Cúrcuma

Cúrcuma

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La cúrcuma puede ayudar a disminuir la ansiedad.

La curcumina, el ingrediente activo de la cúrcuma, puede disminuir la ansiedad al cambiar la química cerebral y proteger el hipocampo.

Otra especia que a la psiquiatra le gusta mucho es el azafrán. Investigaciones han demostrado, explica Naidoo, que el azafrán tiene efectos en el trastorno depresivo mayor.

Los estudios han demostrado que consumir azafrán reduce significativamente los síntomas del paciente afectado por el trastorno.

2. Alimentos fermentados

Hay una gran variedad de alimentos fermentados. Se elaboran combinando leche, verduras u otros ingredientes crudos con microorganismos como levaduras y bacterias.

El más conocido es el yogur natural con cultivos activos, pero también hay otros como el chucrut, kimchi y kombucha.

Yogur

Yogur

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Lo que tienen en común son fuentes de bacterias vivas que pueden mejorar la función intestinal y disminuir la ansiedad.

Los alimentos fermentados pueden proveer varias ventajas cerebrales.

Un análisis de 45 estudios realizado en 2016 mostró que los alimentos fermentados pueden proteger el cerebro, mejorando la memoria y disminuyendo la velocidad del deterioro cognitivo, cuenta la doctora.

El yogur rico en probióticos puede ser una parte poderosa de la dieta, agrega Naidoo, pero no aquel que es sometido a un tratamiento con calor.

3. Nueces

Los efectos antiinflamatorios y antioxidantes de los ácidos grasos omega-3 en las nueces son muy prometedores para mejorar el pensamiento y la memoria.

Por otro lado, las nueces tienen grasas y aceites saludables que nuestro cerebro necesita para funcionar bien, junto con vitaminas y minerales esenciales, como por ejemplo el selenio en las nueces de Brasil.

Nueces

Nueces

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Naidoo recomienda comer 1/4 de taza al día, como agregado a la ensalada o los vegetales.

También se pueden mezclar con una granola hecha en casa o con frutos secos, porque estas combinaciones son más saludables que las que se venden en el comercio, que suelen contener altos niveles de azúcar y sal.

4. Chocolate amargo

El chocolate amargo es una excelente fuente de hierro que ayuda a formar la cubierta que protege las neuronas y ayuda a controlar la síntesis de los químicos que influyen en el estado de ánimo.

Mujer comiendo chocolate

Mujer comiendo chocolate

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Una encuesta realizada entre más de 13.000 adultos en 2019 arrojó que las personas que comen chocolate amargo con regularidad tienen un 70% menos de riesgo de síntomas depresivos.

El chocolate amargo también contiene muchos antioxidantes y es altamente beneficioso.

5. Aguacates

Con cantidades relativamente altas de magnesio, que es importante para el funcionamiento del cerebro, los aguacates (o paltas) son otra fuente de bienestar.

Existen innumerables análisis que sugieren que la depresión está relacionada con la deficiencia de magnesio.

Hombre cortando aguacates

Hombre cortando aguacates

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El aguacate, o palta, es rico en magnesio.

Varios estudios de casos en los que los pacientes fueron tratados con una dosis de entre 125 a 300 miligramos de magnesio mostraron una recuperación más rápida del trastorno depresivo.

“Me encanta mezclar aguacates, garbanzos y aceite de oliva como una sabrosa pasta para untar en una tostada de pan integral de centeno, o como aderezo para verduras recién cortadas”, cuenta la médica.

6. Verduras de hojas verdes

Las verduras de hoja verde, como por ejemplo, la col rizada, marcan una diferencia en la salud, explica la experta.

Aunque no sea muy conocido, lo cierto es que las verduras de hoja verde contienen vitamina E, carotenoides y flavonoides, que son nutrientes que protegen contra la demencia y el deterioro cognitivo, dice Naidoo.

Espinacas

Espinacas

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Otro beneficio de estos alimentos es que son una gran fuente de folato, una forma natural de vitamina B9 que es importante en la formación de glóbulos rojos.

La deficiencia de folato puede ser la base de algunas afecciones neurológicas. Es por eso que esta vitamina tiene efectos beneficiosos sobre el estado cognitivo y es importante en la producción de neurotransmisores.

“Las verduras como las espinacas, las acelgas y las hojas de diente de león también son una excelente fuente de ácido fólico”, agrega la experta.

Margarita Nelken, socialista y feminista

 

Margarita Nelken Mansberger, nació en Madrid el 5 de julio de 1894 y murió en el Distrito Federal de México el 8 de marzo de 1968. Fue una figura destacada de la militancia femenina española.​ Y se destacó en particular por su actuación como diputada, que se extendió de 1931 hasta 1939. Luego se dedicaría sobre todo a la crítica de arte, sin por eso cejar en su compromiso con causas de la esfera política que consideraba justas.

Hija de una francesa y de un acaudalado joyero español, ambos descendientes de judíos alemanes, había nacido en pleno corazón madrileño. La acusación de ser extranjera la perseguía, sumada a su condición de judía. De nada sirvió que demostrara una vez tras otra que había nacido en España.

Margarita recibió una educación esmerada que se tradujo en tempranas inclinaciones hacia la pintura, las letras y la música. De inteligencia precoz, su primer artículo crítico sobre los frescos de Goya en San Antonio de la Florida lo escribió a los quince años para la prestigiosa revista de arte londinense The Studio.​

Abandonó sus primeras aficiones en plena juventud para dedicarse al activismo político y social, aunque seguiría siendo siempre una destacada escritora. Se le ha atribuido la primera traducción de Franz Kafka al español, de La metamorfosis, publicada en la Revista de Occidente en 1925, de forma anónima.

En 1914 se enamoró del malogrado escultor Julio Antonio, que falleció prematuramente a los veintinueve años, con quien tuvo una hija: Magda. Fruto de una relación posterior, iniciada en 1917, nació su otro hijo: Santiago. Mujer libre por principios, eludió el matrimonio, fue orgullosa madre soltera y estableció las relaciones sentimentales que sus deseos le dictaron.

En 1919 encabezó una huelga de mujeres, del gremio de cigarreras, que fue la primera en su tipo en España.

Inquieta por la realidad social española, ese mismo año publicó su primera obra larga, La condición social de la mujer en España. Su estado actual: su posible desarrollo, un incisivo estudio feminista que causó fuerte impresión y polémica. En esta obra valiente y reveladora, Nelken analiza la opresión y desigualdad que enfrentaban las mujeres en la sociedad española de la época. Denuncia al patriarcado y aboga por la emancipación femenina, defendiendo la igualdad de derechos y oportunidades.

Continuó esta línea de trabajos con Maternología y puericultura (1926), En torno a nosotras (diálogo socrático) (1927), Las escritoras españolas (1930) y La mujer ante las Cortes Constituyentes (1931). En el libro sobre las escritoras hispanas se remontó desde autoras de la Edad Media hasta escritoras entonces recientes, como Emilia de Pardo Bazán.

En 1927 se convirtió en directora de la revista Nuevo Mundo, destacada publicación literaria. Fue un logro significativo para ella, un reconocimiento a su ya vasta actividad.

Bajo su liderazgo, la revista se convirtió en una plataforma para promover movimientos artísticos y literarios vanguardistas. Nelken hizo hincapié en la inclusión de voces femeninas y destacó a escritores y artistas marginados. Fomentó la publicación de textos innovadores, ensayos políticos y críticas de arte.

Los días de la segunda república.
En los primeros meses de 1931, ingresó en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y participó, como candidata de la Agrupación Socialista de Badajoz, en las elecciones parciales de octubre de 1931. Resultó elegida entonces y de nuevo en noviembre de 1933 y febrero de 1936. Fue así la única mujer que consiguió ser elegida tres veces durante la Segunda República. Ya diputada destaca en el medio rural por su defensa de las masas campesinas. ​

Se le culpó, injustamente, de tener parte de responsabilidad en el desencadenamiento de los sucesos de Castilblancon cuando fueron masacrados guardias civiles después de provocar la muerte de un obrero (diciembre de 1931), a causa de los apasionados discursos que había pronunciado en la provincia de Badajoz a finales de año. ​ Durante esta época fue muy crítica con los abusos de la Guardia Civil y de los terratenientes. ​

Fue contraria a otorgar el derecho de sufragio a las mujeres en 1931, al igual que la también diputada Victoria Kent y en contraposición a la otra mujer parlamentaria, Clara Campoamor. Sostenía que «poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario».​

Entusiasta y vehemente, se dedicó plenamente a la defensa del campesinado extremeño que sobrevivía en malas condiciones. Siempre siguió atenta a los sufrimientos de esos varones y mujeres del campo, quienes con su voto la habían conducido a la representación parlamentaria.

Durante el llamado “bienio negro”, entre fines de 1933 y principios de 1936, denunció la creciente brutalidad de la represión en el ámbito rural, estimulada y apañada por el gobierno conservador. Sus denuncias y reclamos eran ignorados por las autoridades de ese signo.

A raíz del fracaso de la Revolución de Octubre de 1934, la diputada socialista es acusada de incitar y promover las huelgas campesinas de Badajoz y de haber estimulado a los campesinos a sumarse a la huelga general con epicentro en Asturias. Se le retiró la inmunidad parlamentaria y fue procesada. Le dictaron una condena a veinte años de prisión, pero entretanto había huido a Francia. Viajó posteriormente a la Unión Soviética en donde recogió una impresión muy favorable, que preparó su posterior paso al comunismo.

Durante los meses de gobierno en paz del Frente Popular, entre febrero y julio de 1936, se alineó con las posiciones revolucionarias que había adoptado el sector del PSOE conducido por Francisco Largo Caballero. En nada le simpatizaban, en cambio, las posiciones moderadas del sector encabezado por Indalecio Prieto. Tras un nuevo viaje a la Unión Soviética defendió la unificación del PSOE y del Partido Comunista de España (PCE) para formar el «partido único del proletariado» que llevara a cabo la revolución socialista.

La guerra civil.
Tras el estallido de la guerra, Margarita Nelken colaboró regularmente en el diario caballerista Claridad. Estuvo en los frentes de Extremadura y Toledo, participó en la defensa de Madrid y colaboró en la organización de la Unión de Mujeres Antifascistas. Con creciente afinidad con los comunistas, se afilió a su partido en noviembre de 1936, ​ poco después de la formación del Gobierno de Largo Caballero.

La prensa franquista publicó injurias sobre ella: “’presunta intelectual, más ramera de cerebro que de quehacer sexual, No es española, afortunadamente. Ni mujer tampoco”. Le dirigieron toda suerte de improperios, como el periodista y poeta Juan Pujol, quien la calificaría de “vagabunda sin patria y sin Dios” y de “serpiente con faldas”.

Tras la caída de la república fue juzgada por el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Se la acusó de ambos delitos, masonería y comunismo. Y fue procesada en rebeldía. Se señalaron como indicios de masonería su relación con la Institución Libre de Enseñanza y su participación en la Liga de los Derechos del Hombre. Para la pseudojusticia franquista cualquier participación en organizaciones progresivas equivalía a delito.

Se señalaba asimismo su afiliación al PSOE, su condición de diputada socialista y su participación en la revolución de 1934, así como la campaña que había realizado en 1935 en favor de los represaliados de Asturias. También se aludía a sus estancias en la Unión Soviética, su pertenencia a la Asociación de Amigos de la URSS y su actividad para implantar el comunismo en España. En parte, el tribunal no hacía más que repasar su trayectoria militante.

La principal prueba física del sumario era una carta de recomendación de la logia Lealtad, de Barcelona, fechada en 1924, que en realidad correspondía a la cupletista Stella Margarita, con quien la confundieron. Pese a la falta de pruebas, se consideró en la sentencia que Margarita Nelken había ingresado en la masonería, a la que había dispensado “protección importante”.

El exilio.
Cruzó la frontera francesa junto a su hija durante la retirada general de Cataluña, en febrero de 1939. Ambas trabajaron intensamente en la asistencia a los refugiados republicanos internados en los campos de concentración franceses. Marchó luego a París y, a finales de 1939, a México, donde el presidente Lázaro Cárdenas la había invitado a radicarse.

El exilio significó dejar atrás su país, su trabajo y su lucha, pero no terminó con su espíritu de resistencia. Continuó su labor en defensa de los derechos humanos y mantuvo viva su voz en la lucha por la libertad y la justicia.

En México se ganó la vida escribiendo y traduciendo. Y retomó con pasión la crítica de arte. Trabajó en la Secretaría de Educación Pública, colaboró con el Gobierno republicano en el exilio, participó en las actividades de la Unión de Mujeres Españolas. Todo sin abandonar las actividades literarias y periodísticas, ocupándose de una página semanal sobre arte en el diario Excélsior. En octubre de 1942 fue expulsada del PCE tras haber criticado la política de la Unión Nacional Española, contra la opinión del grupo de dirección del partido establecido en Moscú.

A partir de entonces se mantuvo como independiente, y tomó parte en ese carácter de actividades auspiciadas por el gobierno de la república en el exilio. Durante 1948 viajó por Europa dando conferencias sobre arte latinoamericano en Ámsterdam y en París.

Fue una de las críticas de arte más influyentes y respetadas en México hasta su fallecimiento en 1968. Valoró la pintura pos-muralista mexicana. También recibió allí el homenaje por su defensa de los trabajadores de la tierra. Le fue conferida la Medalla de los Agraristas.

Durante casi treinta años Nelken se ocupó casi sin interrupción del arte mexicano. Analizó en particular la pintura femenina, que adquiere en esos años un notable valor, con figuras como Remedios Varo, Frida Kahlo, Leonora Carrigton, Lillia Carrillo y María Izquierdo.

A lo largo de su trayectoria vital, Margarita Nelken dejó una vasta labor literaria, periodística y de crítica de arte, además de su producción en el campo de la política o el reconocimiento de la mujer. Sus análisis de lo mejor del campo artístico de la España del primer tercio de siglo y del México del tercio siguiente resultan aún hoy de un gran interés para los estudiosos.

Nelken visitó Buenos Aires en varias ocasiones durante su exilio. En la capital argentina, participó en actividades culturales y políticas, manteniendo contacto con exiliados españoles y figuras relevantes de la época.

La muerte de sus dos hijos —Santiago en 1944, luchando en el Ejército Soviético durante la Segunda Guerra Mundial, y Magda en 1954, víctima de cáncer, la sumieron en una profunda depresión. Se quejó de que el PCE no le informó a tiempo de la muerte de su hijo. Fueron las autoridades soviéticas quienes al final de la contienda, le informaron el deceso en combate y le entregaron una condecoración. Pese a todo logró superar la depresión y se mantuvo activa hasta el final de sus días.

Retomó contacto con figuras disidentes del PCE como Enrique Líster, y con otras personalidades exiliadas como su viejo amigo Luis Jiménez de Asúa, que residía en Buenos Aires.

En un sucinto balance sobre su persona, África Cabanillas, una investigadora que la estudió sobre todo como crítica de arte sostiene: “Nelken fue una valiente y comprometida feminista, escritora, crítica de arte y política. Una mujer, transgresora y polémica, que se encuentra entre las más interesantes intelectuales y activistas por la mejora de la condición femenina y de los grupos sociales más desfavorecidos de las décadas de los veinte y principios de los treinta del siglo XX español. Sin olvidar el papel destacado que tuvo a partir de los años cuarenta en la cultura de México, el país que la acogió durante su exilio.”

Margarita Nelken es por sí misma un símbolo de la conjunción entre ideales feministas y objetivos socialistas. En ella la reivindicación de los derechos de las mujeres fue en paralelo con la persistente defensa de los campesinos y jornaleros extremeños. No hubo contraposición sino complementariedad. Sus discursos parlamentarios y sus investigaciones sobre las pintoras mexicanas fueron parejas demostraciones de su compromiso político e intelectual.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.