jueves, 25 de junio de 2009

El mal estaba en todas partes

Que “el mal estaba en todas partes” e incluso que aún está, ya lo sabíamos o mejor lo sospechábamos algunos.


Sí, es verdad que entre tanta propaganda se nos hacía algo difícil conocer la verdad y, sobre todo, la mayor parte de la verdad, si no “toda la verdad”. La cantidad de películas que llevamos con personajes no ya “malos” sino necios, idiotas al lado de los “listos y buenos” confundían al más despierto. Pero con la extensión de los viajes y las facilidades para visitar Europa, algunos habíamos viajado a Alemania. Y empezamos a ver ciudades como Hamburgo y visitamos su museo municipal, o Berlín, o Munich y su museo de la Ciencia, donde se ven fotos del estado en que quedó la ciudad o Leipzig o Dresde donde nos encontramos la destrucción aún, en parte, sin reconstruir. Y nos hicimos preguntas sobre la necesidad y la "bondad" de bombardear ciudades con fósforo, y sobre la suerte de aquellos ciudadanos, en su mayoría niños, mujeres y mayores, pues los jóvenes y hombres de mediana edad estaban en el frente. Eran muchas preguntas,... y no podíamos hacerla en voz alta para que no nos confundiesen con pronazis, nada más alejado de la realidad. Aceptada la maldad del régimen dictatorial nazi, ¿eran culpables todos los alemanes? En este todo, también se incluían a los viejos, mujeres, ¿y los niños? Era evidente que había cosas que no cuadraban... Ahora, en una reciente publicación, Nicholson Baker, muestra en “Humo humano” cómo la pulsión destructiva de la II Guerra Mundial no era sólo de un bando - El autor rinde homenaje al pacifismo. No obstante, parece que no acaba de dar en el hueso duro del fenómeno del fascismo europeo; por qué surgió, quienes lo fomentaron y lo sostuvieron y, sobre todo, para qué y por qué. Esos que lo apoyaron, ¿fueron juzgados? Tanto sufrimiento, tanta destrucción y crimen ¿para nada? ¿seguimos igual?. Me refiero a que los que lo trajeron, siguen ahí. ¿Recordáis la película "El huevo de la serpiente"?.

... Es probable que quienes defienden la interpretación de la II Guerra Mundial como una "guerra buena", como una lucha escatológica contra el Mal Absoluto, reprochen a Baker la selección de los textos que ha incluido en su provocador Humo humano. Pero, aun así, esos textos seguirán estando donde están, y obligan, cuando menos, a repensar la relación entre la historia y el tan traído y llevado "trabajo de memoria".
LOS BOMBARDEOS

- Un informe de la RAF, en 1936. "Si nuestros ataques pudieran desmoralizar al pueblo alemán, empleando métodos parecidos a los que prevemos que los alemanes utilizarían contra nosotros, su Gobierno podría verse obligado a desistir (...). Pero es probable que una dictadura militar sea menos susceptible a las protestas populares que un gobierno democrático".

- Capitán Philip Mumford, ex oficial en Irak, en 1937. "¿Qué diferencia hay entre arrojar 500 bebés a una hoguera y arrojar fuego desde un avión sobre 500 bebés?".

- George Bell, obispo de Chichester, en 1941. "Las incursiones nocturnas inglesas sobre suelo alemán habían precedido a los bombardeos nocturnos alemanes sobre suelo inglés".

- Winston Churchill, en 1941. "Hay millones de alemanes que son curables y otros matables".

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(El video musical adjunto, de la Ópera de tres centavos, el tango para dos, canción y música que evoca bien aquella época previa, dura desgarrada, sin lugar para el humanismo, la piedad o la benevolencia. Las luchas se acentuaban y la balanza fue inclinada hacia la extrema derecha del fascismo, el nazismo. Lo que vino luego es más conocido; la guerra con más de 60 millones de muerto, cientos de millones de inválidos, lisiados y los campos de concentración. Todo aquel sufrimiento fue necesario para intentar imponer el nazismo, no lo consiguieron entonces y se pagó por ello un altísimo precio. Esperamos y, sobre todo, luchemos para que no vuelva a suceder.) Foto de Hamburgo bombardeada.

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