viernes, 30 de octubre de 2009

Un otoño de visitas gastronómicas.

Uno de los encantos de este largo verano o suave otoño, del que disfrutamos, es acercarse los fines de semana a Portugal a hacer una visita o excursión, tomar fotos y comer en un acogedor restaurante uno de los platos típicos como puede ser, un bacalao dorado, un plato que nos gusta, sobre todo, a los extremeños.
 
Lejos de nuestra frontera no se suele conocer con este nombre de dorado. El bacalao que más se aproxima, por su elaboración y sabor, se llama normalmente á Braz, como en Lisboa o el Norte.
Sobre los mejores sitios para comer bacalao dorado existen muchas opiniones y ahora con esto de las TIC incluso una página web llamada bacalao.desdeinternet.es dedicada exclusivamente a este plato.
Página Web en la que dos ingenieros industriales pacenses, José Alberto y Víctor Espejo, ofrecen una guía para informar donde comer bacalao dorado en Badajoz y alrededores.
 
Ellos ponen la máxima nota a los bacalaos dorados de “El Real”, en el 15 de Sinforiano Madroñero, a la “Cocina Portuguesa”, en Muñoz Torrero, y al restaurante del hotel Varchotel, en el km. 4 de la carretera de Elvas a Lisboa.
 
Es evidente que cada uno tiene su particular bacalao dorado, para mi el de "El Cristo", en Elvas y el de "La Pousada Santa Luzia", de la misma ciudad lo preparan pero que muy bien, aunque el plato varia de un día a otro por su textura y sabor. Prefería el de La Pousada, pero la relación precio/calidad considero que beneficia a El Cristo. Una advertencia; pedir un plato por persona es anti dieta y anti todo, no se puede acabar. Hay que pedir media dosis (dose) y, aún así, es mucho; se impone compartir.

Otro buen lugar para degustarlo es El Restaurante Pompilio de San Vicente, a 20 minutos de Badajoz. Un lugar de primera para degustar los platos típicos de la comida alentejana. Os lo recomiendo, y con generosas raciones que puedes llevar para casa.

En Casa A María de Alandroal, con huevos de corral muy amarillos, patatas caseras muy bien fritas y muy recientes, y bacalao de primera deshilachado con mimo. El resultado es un bacalao dorado suave y cremoso que se come con gusto. Otra versión que recomiendo es el “bacalhau espiritual” que sirven en el restaurante Don Pipas de Mourão, entrando en Portugal por Villanueva del Fresno. Es una elaboración de consistencia parecida a las croquetas, con bacalao desmigajado, con patata y zanahoria y lleva un gratinado final al horno. Está muy bueno.

(Existe otra página con este nombre de dorado donde podemos encontrar recetas con bacalao y la historia sobre su pesca, métodos de conservación etc.)

Pero si hablamos de comidas, como los chipirones en su tinta y el bacalao a la vizcaína o la plancha del Restaurante Ascona (parecido a un bacalao al pil-pil, en trozos de lomos exquisitos), pocos lo superan. Es verdad que, de moda como se ha puesto, si es que alguna vez la perdió, sus precios se han visto reservados para bolsillos generosos. A su favor juega el hecho de que la calidad es indiscutible y lo aconsejo sin ninguna duda. La pierna de cordero al horno, tan jugosa como no lo he tomado en ninguna otra parte, las judías con perdiz, el arroz caldoso, la ensalada de perdiz, incluso el vino de la casa está muy aceptable, el trato,... todo.

Y para mi, de los platos de restaurantes cercanos en Portugal, el mero a la braza o las sardinas asadas -en su época, los meses sin "r"- del Cristo y su sopa de verduras, constituyen una comida exquisita y sana, acompañada por un blanco Joao Pires de uvas moscatel con un sabor muy afrutado, resulta excelente. Aunque muchas personas se acercan para degustar la zapateira preparada (buey de mar), los carabineros, cigalas, bogavantes, langosta, percebes, almejas, buzios, navajas, ostras, etc. El bacalao dorado en este caso puede ser una tapa, como resultado de compartir una media entre varios. A su favor tiene el hecho de la gran demanda que mantiene, lo que le facilita la venta y reposición del pescado y marisco y, por tanto, su frescor y calidad. Una relación precio /calidad muy alta, para mi, la mejor del otro lado de la frontera.

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