Tras su análisis detallado de las cuentas disponibles de Banif, Ricardo Cabral dedujo las conclusiones siguientes:
"1. Si las cuentas de Banif estaban tan 'limpitas y claritas', como defiende el ex presidente del banco, a continuación, después del rescate, utilizando estimaciones conservadoras, el capital propio del antiguo Banif aumento en 3,6 millones de euros y los ratios de capital CET1 en aproximadamente el 40%, es decir, 5 veces los coeficientes mínimos legalmente obligatorios - algo similar ocurre, a pesar de que existen deterioros adicionales significativos, en el balance general.
2. La información que se hizo pública es, pues, insuficiente porque oculta las razones y las formas de la intervención y sus consecuencias;
3. El Santander compra un banco supercapitalizado pagando mucho menos que el valor contable del banco - la intervención parece haber sido diseñada para recapitalizar al Santander con algunos miles de millones de euros;
4. Es extraño que la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea, después de un análisis que duró menos de un día, afirme que no hubo ayudas estatales al Santander y, después de todo, que la ayuda estatal Banif, de 1.100 millones de euros, concedido en enero de 2013, era legal, tres días después de declarar que tenía dudas de que esa ayuda hubiera sido legal".
Estas conclusiones son importantísimas y llamo la atención del lector sobre lo que significan.
Demuestran que la operación impuesta por la Comisión Europea, con la intervención del Banco de Portugal y la aprobación del gobierno, tenía un objetivo claro: beneficiar al Santander. Se sabe sin embargo que las autoridades europeas pusieron pegas a todos los demás competidores en la venta de Banif y que la propuesta del Santander era inferior a las otras. El Santander ganó todo lo que quería de la manera más fácil.
Y se hizo con un banco con una ratio de capital que se acerca al 40%, comprando a un precio inferior a su valor contable. Como si en la lotería de Navidad se emitiese un solo número y se vendiese al cliente preferido, así que estaba seguro de ganar.
Lo que tiene cuatro consecuencias políticas.
La primera es que hace más sorprendente las prisas de muchos candidatos presidenciales para apoyar esta decisión, con las razones más extrañas (no había otra opción, hay que darle el beneficio de la duda, creo en el gobierno, acepto la elección del Banco de Portugal, ya provengan de Marcelo Rebelo de Sousa, de Sampaio da Nóvoa, de Maria de Belém o de Edgar Silva).
La segunda es que el gobierno, si no lo sabía, ahora tiene la oportunidad de corregir y revertir su decisión, o de imponer nuevas condiciones al Santander.
La tercera es que el Banco de Portugal, una vez más, ha quedado expuesto en un negocio de dimensiones preocupantes. El gobernador había aceptado la sugerencia del ministro de finanzas del gobierno anterior de evitar cualquier intervención antes de las elecciones, lo que constituye un incumplimiento grave de sus funciones, y ahora ha cerrado el proceso con una intervención equivocada y perjudicial.
La cuarta es que la Comisión Europea es lo que es.
Los cuatro conclusiones políticas merecen ser discutidas con todas sus implicaciones.
Francisco Louça catedrático de economía de la Universidad de Lisboa, ex parlamentario y miembro del Bloco de Esquerda.
Fuente:
http://blogues.publico.pt/tudomenoseconomia/2016/01/06/a-trama-do-banif-adensa-se/
Traducción: G. Buster
Portugal: La trama de la venta de Banif al Santander se complica, en Sin Permiso.
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