domingo, 1 de mayo de 2016

Reino de España: una radiografía de la situación del movimiento obrero. Miguel Salas. Sin Permiso


El movimiento huelguístico sigue estancado. La crisis económica ha golpeado duramente al movimiento obrero: el paro masivo, la precariedad y el descenso de los salarios junto a la reforma laboral impuesta por el PP, ha logrado debilitar la respuesta obrera a la crisis. Esta es la evolución del movimiento en los últimos años:
AÑO
NÚMERO DE HUELGAS
PARTICIPANTES
JORNADAS PERDIDAS
2009
1.001
653.483
1.290.852
2010
984
340.776
671.498
2011
777
221.974
485.054
2012
878
323.871
1.290.111
2013
994
448.024
1.098.480
2014
777
217.047
620.568
2015
615
170.528
497.483
* Fuente Ministerio Trabajo
Como se puede apreciar, hay una tendencia descendiente desde que se desató la crisis, con la salvedad en cuanto a jornadas perdidas por la huelga general del 2012.
Durante el año 2015 continuó la tendencia. De las 615 huelgas declaradas, 587 fueron por motivos laborales (148 por negociación de convenios y 439 por otros motivos, expedientes de empleo, despidos, etc.) y 28 por motivos  no estrictamente laborales (solidaridad…). La Comunidad autónoma con mayor porcentaje de huelgas fue el País Vasco, 154 (38 menos que el año anterior); seguida de Catalunya, 125 (33 menos que en el 2014); Galicia, 83 (23 menos que el año anterior); Andalucía, 75 (29 menos); y Madrid 71 (31 menos). Industria y servicios son los sectores mayoritarios afectados por las huelgas.
La negociación colectiva
La reforma laboral asestó un duro golpe a la negociación de los convenios y facilitó a los empresarios imponer una enorme presión a la baja de las condiciones de trabajo. Entre 2009 y 2014 los salarios bajaron un 5,3%, pero los salarios más bajos descendieron hasta un 25,6%. La crisis ha golpeado a toda la clase trabajadora, pero las grandes empresas y los sectores con mayor organización sindical han aguantado mejor, mientras que los sectores de empresas pequeñas, precarios y sectores más dispersos y con menor organización han sufrido mucho más.
La combinación de crisis y reforma laboral redujo al mínimo la negociación de convenios: sólo alrededor de un 50% de trabajadores y trabajadoras están manteniendo la negociación colectiva.

TRAB. SECTOR PRIVADO
CONVENIOS
TRAB. AFECTADOS
AUMENTO SALARIAL
2014
11.555.500
1.728
4.755.972
0,57%
2015
11.988.100
2.268
6.484.829
0,74%
Existe un repunte en la negociación de convenios y también una cierta recuperación en los aumentos salariales (hay que tener en cuenta la inflación a cero) y aún se está lejos de recuperar lo perdido. Como es habitual, los aumentos salariales fueron superiores en los convenios sectoriales (un 0,58% en 2014 y un 0,88% en el 2015). El sector público sigue pagando la austeridad impuesta por el PP y, a falta de libertad para negociar colectivamente, se ha logrado recuperar parte de alguna paga extra o juicios que se han ganado por recortes que no correspondían.
La no aplicación de convenios colectivos que permite la reforma laboral del PP se ha impuesto en 2.073 casos en 2014, y en 1.437 en 2015, pero ha afectado a pocos trabajadores, a 66.203 en el 2014 y a 43.173 en el 2015. En la mayoría de los casos la inaplicación ha afectado a las cuantías salariales que el empresario debía pagar.
Expedientes de regulación
Otro medio que las patronales han utilizado para cargar la crisis sobre la clase trabajadora han sido los expedientes de regulación (ERE).
AÑO
EMPRESAS
TRABAJ. AFECTADOS
2009
14.009
549.282
2010
13.029
302.746
2011
16.094
343.629
2012
27.570
483.313
2013
21.228
379.972
2014
10.637
159.566
2015
7.336
100.522
Fuente: Ministerio de Trabajo
El descenso de expedientes de regulación, que incluye cierres, despidos y reducciones de jornada, da a entender que puede estar acabando el ciclo de reorganización de la economía en el país, que no hay que confundir con el final de la crisis. Nuevos recortes impuestos por la Unión Europea o una nueva caída en la crisis podrían agudizar la pérdida de capacidad productiva y del tejido industrial y productivo.
Elecciones sindicales
El resultado a finales de 2015 confirma el mantenimiento de CCOO y UGT como los sindicatos con mayor representación en el conjunto del Reino. CCOO gana con 92.836 delegados y delegadas (ha perdido un 1,6%) y UGT ha obtenido 84.475. Ambos sindicatos suman el 70% de la representación sindical. CCOO gana en Andalucía, Catalunya, Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla La Mancha y Castilla y León, Extremadura y Canarias. UGT en Asturias, Cantabria Baleares, Navarra, Murcia y Rioja. ELA gana en Euskadi. Por federaciones, CCOO gana en Enseñanza, Industria, Sanidad, Servicios y Agroalimentaria. UGT en Construcción y Servicios Ciudadanía. No aparece, ni por la derecha ni por la izquierda, una alternativa sindical: CSIF ha crecido un 0,6% mientras que CGT lo ha hecho en un 0,3%.
Recuperar salarios y derechos
El proceso de recuperación de la movilización trabajadora pasa por la lucha por mejorar sus condiciones de trabajo, que incluye los salarios, la lucha contra la precariedad y los derechos arrebatados durante la crisis. La negociación de los convenios será un elemento central para recuperar la confianza de la clase trabajadora. Otro lo será la lucha contra los cierres de empresas, despidos, etc. Como vimos con el ejemplo de Coca Cola, resuelto victoriosamente, o la actual movilización para evitar el cierre de Arcelor en Zumárraga, tales movilizaciones no sólo afectan a las plantillas sino que pueden ser el catalizador de movimientos de solidaridad y de relación entre el movimiento obrero y la acción política. Porque la recuperación de derechos exige la movilización lo más amplia posible, pero también la acción política, la presión para cambiar las leyes. La exigencia de derogación de la reforma laboral aprobada por el PP en el 2012 implica esa combinación entre acción social y acción política, al final tiene que ser un nuevo gobierno y un nuevo parlamento quienes lo decidan.
Los comunes y las huelgas
La experiencia de la huelga del Metro de Barcelona, y también la de autobuses de Zaragoza, ha planteado el conflicto entre el gobierno de las instituciones y las reivindicaciones trabajadoras, por un lado, y el de las relaciones políticas entre el movimiento obrero organizado y las nuevas expresiones políticas de confluencia de izquierdas y ciudadanistas, por otro. Estos problemas hay que enmarcarlos en el proceso de cambio necesario tanto en el ámbito de la política como en el sindical. Gobernar las instituciones es un medio para el cambio y la satisfacción de las exigencias de la mayoría de la población y, por lo tanto, debe ponerse en función de esos objetivos. El movimiento sindical debe mantener su independencia y la defensa de las reivindicaciones obreras, pero también debe comprender que las confluencias y los movimientos ciudadanistas son aliados, y que los conflictos deben servir para reforzar ambas partes, pues solo así se logrará sumar la fuerza necesaria para los cambios políticos y sociales.  

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