jueves, 14 de junio de 2018

La derecha en Europa del Este.

Entrevista a Jakub Patocka, periodista y fundador de la página web checa de información Deníku Referendum

Por qué las oligarquías y la extrema derecha toman progresivamente el poder en la Europa del Este

 Rachel Knaebel
Basta!
 Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

En comparación con la Hungría del presidente de extrema derecha Victor Orban y de la Polonia del partido Dignidad y Justicia, la República Checa da poco de qué hablar.

Con todo, las elecciones legislativas del pasado mes de octubre llevaron a la cabeza del Gobierno al oligarca Andrej Babiš, una de las personalidades más ricas del país que creó su propio partido hace unos años. Un “Donald Trump checo” que no duda en utilizar el poder para fines personales. Basta! Ha entrevistado a Jakub Patocka*, periodista y fundador de la página web checa de información Deníku Referendum y autor de una obra sobre la trayectoria del oligarca de Praga.

Basta!: ¿Puede explicarnos cuál es la situación política que prevalece actualmente en la República checa tras las elecciones legislativas de octubre de 2017?
Jakub Patock: La situación de la República Checa es sombría, aunque no es desesperada. El frágil sistema político establecido tras la revolución democrática de 1989 se ha desmoronado prácticamente. Es cierto que este sistema tenía muchos defectos, pero se trataba de una democracia que se parecía más a la de los países del Oeste que al caos postcomunista del que ahora formamos parte. Actualmente nuestro sistema político conserva los rasgos formales de la democracia, pero se trata de la fachada de un régimen autoritario sofisticado, que sirve a los intereses del nuevo líder checo Andrej Babiš [de centro-derecha, ndlr]. Su único rival es el nuevo presidente Miloš Zeman [social-demócrata, ndlr], que sin lugar a dudas es aún peor en ciertos aspectos.

¿Puede hablarnos de Andrej Babiš?¿Quién es?
Es uno de los ciudadanos más ricos de la República Checa. El partido de Andrej Babiš está organizado como si fuera de su propiedad, lo mismo que los medios de comunicación que compró para apoyar su carrera política. Al principio sus negocios eran la agricultura y la agroquímica. Construyó su fortuna sobre todo utilizando a su favor las subvenciones europeas. Cuando el modelo neoliberal checo se desmoronó tras las elecciones de 2010 y el modelo de empresa de Babiš se debilitó, entonces decidió tomar directamente el control del Estado. Se sumó a la demanda de una alternativa política que hacía la población checa frente a una clase dirigente política en parte corrupta. Babiš comprendió perfectamente que él podría comprar esta posición de principal alternativa, aunque él mismo fuera uno de los vectores que habían provocado la corrupción de la clase dirigente.

¿Cómo se creó su fortuna?
Andrej Babiš era el responsable de la adquisición de mercancías estratégicas para el antiguo bloque del Este. Cuando cayeron los regímenes comunistas utilizó su situación privilegiada, sus contactos, para expropiar la empresa nacional eslovaca de agroquímica Petrimex, que se convirtió en el centro de su propio grupo industrial, Agrofert. Después Babiš creó paso a paso un imperio comprando otras empresas estatales liquidadas e infravaloradas. La siguiente etapa consistió en empezar a comprar propiedades agrícolas privadas y cooperativas.

¿Cómo entró en política?
En 2010 Andrej Babiš se dio cuenta de que la ganga postcomunista estaba llegando a su fin porque la gente también se empezaba a dar cuenta de que la élite en el poder estaba comprada por la nueva oligarquía. Cuando se dio cuenta de que su influencia estaba en peligro porque todo el andamiaje político de la República Checa postcomunista estaba a punto de desmoronarse, entonces decidió entrar en el juego. Así es como nació su proyecto político. Durante las elecciones de 2010 los nuevos movimientos populistas habían obtenido unos resultados magníficos por primera vez en la República Checa. En 2011 Babiš creó su propio partido, llamado “Acción de los Ciudadanos Insatisfechos”, cuyas siglas en checo son ANO, que también significa “sí”. Compró algunos de los medios de comunicación más influyentes y contrató a algunos de los más ágiles responsables de relaciones públicas. De forma absurda, aunque eficaz, se ha creado una imagen de solución alternativa al sistema corrupto. Y ello un año antes de Donald Trump en Estados Unidos.

¿Qué defiende su partido político?
Aparte de los intereses de Andrej Babiš, ¡no defiende nada verdaderamente! De hecho, esta formación política es muy débil en todos los aspectos. La estrategia general del partido ANO consiste en recabar el apoyo de la opinión pública para cuestiones que son importantes para la gente, pero que carecen de consecuencias para los intereses económicos del grupo que dirige Babiš, Agrofert. Hay muchas cuestiones de este tipo, sobre las que su partido adopta posturas muy populares. Y hay otras cuestiones que son verdaderamente importantes para Babiš y Agrofert, acerca de las cuales Babiš cambia las leyes a su favor y utiliza su brazo mediático para apoyarlo.

¿Cuáles son las actividades de su sociedad, Agrofert?
El grupo de Babiš opera sobre todo en la República Checa, aunque también tiene actividades importantes en Alemania y Eslovaquia. Babiš posee además un restaurante de lujo en Francia. Pero lo fundamental de sus negocios es la agricultura industrial y la química que la acompaña. Maniobra políticamente para asegurarse de que el sector agrícola utiliza la mayor cantidad posible de productos químicos.

¿Qué diferencias hay entre su política y la de un Viktor Orban en Hungría (extrema derecha), o la del partido polaco Derecho y Justicia (extrema derecha católica)?
Babiš está en la misma línea política que estos movimientos aunque con algunas diferencias. Ante todo, existen diferencias culturales importantes relacionadas con la evolución de las modernas naciones húngara, polaca, checa y eslovaca. Nunca ha existido el concepto de “Gran Chequia”, como en el caso de Hungría o de Polonia. Este tipo de nacionalismo no existe en la República Checa, por lo que Babiš no puede apostar por este tipo de argumentos. Él mismo es de origen eslovaco. El aspecto patriótico no es un componente tan importante en la política checa. El hecho de que la postura de extrema derecha esté representada en el tablero político por un hombre de negocios japonés, Tomio Okamura, es muy significativo. Pero al mismo tiempo Babiš es como un Orban o como el partido Derecho y Justicia porque es una antítesis de la democracia del oeste de Europa. No quiere un gobierno demócrata, del pueblo para el pueblo, sino que ha declarado abiertamente que quiere cambiar el país para que sea dirigido como una empresa.

Andrej Babiš (izquierda) en 2015, con Sebastian Kurz, que se convirtió después en canciller del Gobierno austriaco (coalición entre conservadores y extrema derecha) - CC Bundesministerium für Europa.

En mi opinión, esta es la clave para entender la situación actual de la Europa Central postcomunista. La mayoría de los habitantes de estos países no han interiorizado el modelo de la Europa Occidental basado en la democracia. Hay muchas razones para ello, una de ellas es que Europa Occidental y Estados Unidos no han logrado desarrollar una verdadera estrategia de integración de los países postcomunistas en el sistema democrático occidental. Algunos lo intentaron y fracasaron, otros simplemente querían convertir estas regiones en semicolonias. Por consiguiente, ahí es donde nos encontramos. Hoy en día unas oligarquías locales toman el control de nuestras políticas, junto con Rusia y China. Los poderes occidentales han perdido terreno al observar con incredulidad cómo pueden ser tan “ingratos” los países postcomunistas. Puedo entender este sentimiento, pero eso no nos ayuda. Babiš, como Kaczynski y Orban, representan las fuerzas de la autocracia contra la democracia.

¿Ha recibido amenazas por ser director de un diario independiente?
He sido amenazado por haber publicado un libro en el que mostraba cómo utilizaba Babiš su poder político para su beneficio personal. El diario se enfrenta ahora a acusaciones de difamación. Además, una brigada financiera está controlando nuestras cuentas por primera vez en ocho años de existencia. Los medios de comunicación de Babiš también han empezado una campaña de difamación contra mí y contra mi periódico con el objetivo de cortarnos nuestros recursos financieros publicitarios. El diario pasa por un periodo de graves problemas económicos que podrían ser fatales.

De manera más general, ¿cuál es la situación económica en al República Checa?
Todo depende de la perspectiva que se adopte. A excepción de la clase oligárquica, que es minúscula y desmesuradamente rica, hay muchas personas en una situación acomodada, una clase media alta que se concentra sobre todo en las grandes ciudades. Pero al lado de esto hay una clase inferior que es cada vez mayor y que está cada vez más desencantada porque su situación ha empeorado con el advenimiento del nuevo régimen democrático, que se asimila al capitalismo desregulado. Millones de familias viven con el miedo constante a gastos inesperados a los que no podrán hacer frente. El hecho de que a la gente aquí se le pague mucho menos que a sus homólogos del Oeste por el mismo trabajo es parte del problema y también es una de las explicaciones de la actitud repugnante que han demostrado los países postcomunistas respecto a los refugiados: las personas que no se benefician de una solidaridad generosa raramente son susceptibles de demostrarla ellas mismas.

¿Qué espera usted de la Unión Europea respecto a la situación política actual de la República Checa?
No tengo la menor duda de que la Unión Europea actúa de buena fe, pero en realidad sus políticas tienen aquí un efecto desastroso. Hay que revisar totalmente la estrategia. Cuando entramos en la Unión Europea todo el mundo estaba obsesionado por la economía y nadie prestó la menor atención a los aspectos políticos. La Unión Europea debe entender que va a tener que luchar. Rusia, China, las oligarquías nacionales, las empresas multinacionales… todas estas fuerzas creen que Europa Central ser ha convertido en su terreno de juego. Consideran que tienen las manos libres para hacer lo que quieran. La Unión Europea tiene que actuar rápidamente si no quiere que desaparezcan las jóvenes democracias del Este de Europa. Hoy en día el dinero europeo que abunda en la región sirve de hecho para fomentar las autocracias.

No obstante, se pueden hacer dos cosas: en primer lugar, reorientar algunos de los recursos financieros de la Unión Europea para apoyar a la sociedad civil y a los medios independientes. Es necesario que estos recursos sean administrados por estructuras de la Unión Europea, no por políticos locales corruptos o por sus amigos. Puede que sea difícil, pero la alternativa a este cambio de rumbo de la Unión Europea en Europa Central es mucho peor, para nosotros y para la propia Unión Europea. En la República Checa la batalla por la democracia sigue abierta porque se ha formado un movimiento fuerte contra Babiš y porque este se enfrenta a cargos criminales. Casi cuatro meses después de las elecciones, todavía no ha logrado formar gobierno por falta de suficiente apoyo en el Parlamento.

Entrevista realizada y traducida del inglés [al francés] por Rachel Knaebel.

* Jakub Patocka es un periodista checo, fundador de la página web de información independiente Deník Referendum y coautor del libro Žlutý baron sobre la trayectoria del oligarca Andrej Babiš.

Fuente: http://www.bastamag.net/Pourquoi-oligarques-et-droites-extremes-prennent-progressivement-le-pouvoir-en

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

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