En tumores metastáticos y resistentes a los fármacos, la presencia o ausencia de una proteína predeciría la eficacia de las diferentes estrategias terapéuticas.
Una proteína, detectable mediante un simple análisis de sangre, podría ayudar a predecir la respuesta terapéutica en pacientes con cáncer de próstata metástatico. En concreto, la presencia de la molécula potenciaría la eficacia de la quimioterapia, mientras que su ausencia favorecería el tratamiento con inhibidores hormonales.
La revista JAMA Oncology publica las conclusiones del trabajo realizado por Glenn Heller y su equipo, del Centro para el Cáncer Memorial Sloan Kettering en Nueva York, en colaboración con investigadores del Colegio Universitario en Londres y la compañía de diagnóstico molecular Epic Sciences con sede en San Diego.
En el estudio, ejecutado entre el 31 de diciembre de 2013 y el 1 de septiembre de 2016, participaron 142 hombres, de entre 60 y 80 años de edad, tratados previamente con supresores de andrógenos. Estas hormonas masculinas contribuyen al desarrollo y crecimiento de los tumores de próstata. Por consiguiente, su inhibición constituye la primera línea de tratamiento para este tipo de neoplasia. En ocasiones, sin embargo, las células cancerosas desarrollan resistencia a dichos fármacos represores y proliferan de nuevo. Ello plantea la necesidad de diseñar nuevas pautas de medicación, si bien, hasta la fecha, no existe criterio alguno a fin de seleccionar la mejor opción.
Esta necesidad médica condujo al desarrollo de un nuevo ensayo que permitiera analizar y predecir la respuesta al tratamiento de las células tumorales circulantes, responsables de la expansión del cáncer.
Según los resultados, la administración de quimioterapia dobló la esperanza de vida de aquellos pacientes cuyas células expresaban, en su núcleo, la proteína variante 7 de corte y empalme del receptor de andrógenos, AR-V7 por sus siglas en inglés. En cambio, una segunda dosis de fármacos antihormonales prolongó 7 meses la supervivencia de los enfermos AR-V7 negativos.
En un futuro, Heller y sus colaboradores evaluarán la posibilidad de realizar la prueba en etapas más tempranas del cáncer, con el objeto de diseñar estrategias terapéuticas personalizadas. Asimismo, estudiarán su aplicabilidad en otros tumores, como los de mama o pulmón.
Marta Pulido Salgado
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