DOLORES DELGADO
9 AGO 2019 - 12:00 CEST
Desde que estuve en mayo en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen, hoy conservado como lugar de memoria europea, las imágenes tétricas de la extensa y amplia avenida central del primero y la configuración siniestra del segundo, vienen a mi memoria como un escenario de tortura y muerte inapelable. Son imágenes que jamás deberían borrarse de nuestras mentes para tener muy presente lo que ocurrió, que nunca debe repetirse.
Hoy es uno de esos días en los que un diario oficial hace algo grande que quedará para la historia como día de reparación simbólica. El BOE publica los nombres de 4.427 españoles asesinados en ese campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Algo tan aséptico y frío como un edicto del Registro Civil Central, que incluye el listado provisional de los nombres, su procedencia geográfica, sus fechas de nacimiento y también de fallecimiento en este complejo diseñado para el exterminio por el régimen nazi, puede convertirse en bálsamo para las víctimas y para la conciencia colectiva de un pueblo que, con demasiada frecuencia, olvida a sus héroes.
Como ministra de Justicia es un honor impulsar esta iniciativa que constituye un paso más para cumplir uno de los objetivos del Gobierno, la devolución de su ciudadanía a nuestros compatriotas víctimas del nazismo, y en este procedimiento en concreto, la inscripción de su defunción en el Registro Civil. Se abre un proceso público de alegaciones que tiene como finalidad permitir a familiares e investigadores hacer constar posibles errores. En este proceso de identificación que ahora ve la luz, debo agradecer la colaboración que el Gobierno francés hizo en los años cincuenta, remitiendo los nombres a las autoridades franquistas de la época, que hicieron caso omiso, y el minucioso trabajo de cotejo realizado por un equipo de la Complutense de Madrid, encabezado por el profesor Gutmaro Gómez Bravo, con la asistencia de la Amical de Mauthausen y otros campos y de las víctimas del nazismo en España.
La intención del Gobierno es continuar trabajando el registro incluyendo a víctimas españolas de otros campos. Esta iniciativa, junto con el acuerdo del Consejo de Ministros de 26 de abril declarando el 5 de mayo como “día de homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos y a todas las víctimas del nazismo en España”, pretende rendir tributo a la memoria de un colectivo que defendió valores democráticos frente al totalitarismo. Ese contingente estaba compuesto en su inmensa mayoría por exiliados republicanos que quisieron continuar luchando por las libertades y la democracia en Europa una vez perdida la guerra en España. Su compromiso y su sacrificio por aquellas conquistas que se lograron finalmente en Europa tardarían en fructificar 40 años en nuestro país. Es el momento de finalizar la tarea pendiente de reivindicación de su memoria en su patria, por la que tanto dieron. Llegamos tarde: la mayoría de los supervivientes han desaparecido. Sin embargo, su memoria y ejemplo permanecerán en la conciencia colectiva de los demócratas españoles, especialmente en las nuevas generaciones. Su legado representa una parte sustancial de lo mejor de España y son, por derecho propio, pilares fundamentales de nuestra memoria democrática. Y, aunque sea de forma simbólica, damos así cumplimiento a nuestro deber de Justicia.
Dolores Delgado García es ministra de Justicia en funciones.
https://elpais.com/politica/2019/08/09/actualidad/1565338790_713275.html?rel=str_articulo#1567414560370
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