martes, 31 de diciembre de 2019

La historia de la adolescente experta en computación cuántica. Por Montse Hidalgo Pérez

La canadiense Brianna Gopaul no ha terminado la adolescencia y ya es experta en computación cuántica e inteligencia artificial. Este es su camino.

Brianna Gopaul durante su intervención en el Web Summit

Brianna Gopaul no tiene nada en contra de Taylor Swift. "Es muy buena persona", afirma. Pero no entiende por qué los niños de 11 años vuelcan su devoción en ella en lugar de celebrar las hazañas de científicos famosos. "¿Por qué no admiran a Taylor Swift y no a Michio Kaku o Neil deGrasse Tyson? Creo que ellos son el tipo de persona que admiras si quieres encontrar maneras interesantes de pensar en el mundo y aprender nuevas cosas", explica.

Eso es lo que hizo la joven canadiense cuando tenía 11 años. Eso y hacerse preguntas sobre el funcionamiento del mundo. "¿Qué es la luz?". Estas y otras cuestiones las fue planteando ante el oráculo del siglo XXI. "Por suerte, tenía internet y podía simplemente caer por la madriguera y aprender un montón de cosas en cuestión de minutos", recuerda. Ahora tiene 16 años, es la segunda vez que visita el Web Summit y ya puede rellenar su currículum con experiencias profesionales en dos empresas centradas en las tecnologías del momento.

Becaria cúantica El verano pasado estuvo en Vancouver, trabajando con el equipo de Sanctuary AI, una compañía entregada a la causa de desarrollar una inteligencia artificial general -equiparable a la humana-, y el año antes lo pasó trabajando en Xanadu, una startup de computación cuántica con sede en su Toronto natal. ¿Cómo se pasa de ser una niña que admira a un astrofísico a ser una adolescente que trabaja con las tecnologías emergentes llamadas a revolucionar nuestro futuro próximo?

Gopaul admite que sus padres pusieron la primera piedra. "Mi madre trabaja en el sector inmobiliario y mi padre es ingeniero. Mientras crecía, siempre fueron muy estrictos: las notas eran la prioridad número uno. Querían darme la mejor educación que pudiera tener", recuerda. Pero, aunque agradece el apoyo, no ve tan claro que sus medios fueran los más adecuados. "En realidad, tu prioridad tendría que ser aprender, encontrar cosas interesantes y buscar oportunidades".

Eso lo intuía cuando a contactó con The Knowledge Society, una especie de aceleradora para jóvenes estudiantes que aspira a entrenar a la próxima generación de Elon Musk's. Y lo confirmó después de completar el programa. ¿Cómo se forman los gurús del futuro? Con menos tecnología de la que piensas. "Yo creía que era un programa en que vas a clases y aprendes sobre tecnologías emergentes", asegura Gopaul. En su lugar, aprendió filosofía: "Te enseñan a vivir y a aprender de cierta manera. Estudiamos las opiniones de filósofos como Sócrates y Platón y la mentalidad del estoicismo... No esperaba nada de eso".

Lo que no se aprende en clase
Gopaul lo define como un entrenamiento para "convertirse en una persona mejor" en líneas generales. Esto pasa por ser más agradecido todo lo que tienes en comparación con otras personas y aprender a construir relaciones significativas. "En el colegio no te enseñan empatía, es algo que desarrollas como adulto", razona. Otra cosa que no aprendió en la escuela, además de computación cuántica e inteligencia artificial, es la motivación para aprender. "Solo te dicen que tienes que aprender ciertas cosas", señala.

De hecho, antes de entrar en The Knowledge Society, Gopaul ya había coqueteado con la física cuántica que le resultaba tan fascinante como inaccesible. "Creo que la brecha era que no tenía ninguna motivación interna para empezar a hacer cosas con ella. Nunca pensé que tuviera la capacidad de trabajar en una empresa, pensando maneras de aprovechar la mecánica cuántica para construir tecnologías significativas", razona. Con el empujoncito de la escuela de gurús, que además incluye programas de asesoramiento experto con profesionales de distintas tecnologías emergentes, se puso manos a la obra. "Por suerte, hay muchísimos recursos online. Esta es la vía principal. Además, una de las lecciones más importantes que he aprendido es que la gente mayor que yo es muy generosa con su tiempo. Pueden dedicar horas a tratar de ayudarte a entender un concepto. Estoy muy agradecida por tener este tipo de gente en mi vida. Personas y recursos online. Así es como aprendes", sentencia.

Planes de futuro
¿Y ahora qué? "Lo que más me fascina es la idea de encontrar maneras de hacer a la humanidad exponencialmente más inteligente", afirma. Desde su punto de vista con el intelecto expandido, nuestra especie será por fin de abordar y resolver sus problemas más importantes. "Hay dos maneras de hacer esto: una es usar la inteligencia de las máquinas, entendida como inteligencia artificial general, y la otra es usar interfaces cerebro máquina, como chips en el interior de tu cerebro. Esas dos tecnologías nos ayudarán conseguir este objetivo". Para sumarse a estos esfuerzos, Gopaul aspira a hacerse un hueco en empresas como OpenAI o Neuralink, que ya llevan la delantera.

La brecha de género la ha visto, pero también ha visto los esfuerzos para cerrarla por parte de The Knowledge Society y otras entidades canadienses. "Conozco mi valor y si esto es algo que quiero hacer, voy a seguir haciéndolo", concluye. La joven tiene claro el consejo que daría a su yo aún más joven: "No pongas límites a tu potencial. Cuando somos pequeños, se nos dice lo que podemos y lo que no podemos hacer. Yo tuve suerte de darme cuenta de esto antes que la mayoría de la gente: muchos de los límites que nos ponemos a nosotros mismos no existen realmente. Los ha creado la sociedad y la gente que está en nuestras vidas", asegura.

El problema está en la percepción. Desde su punto de vista, las montañas en cuya cima imaginamos todo lo que podemos no está a nuestro alcance cambian de tamaño en función de las barreras que nosotros mismos creamos. "En la mayoría de los casos, nuestras metas no están tan lejos como creemos. Literalmente ayer conocí a alguien que está conectado a Elon Musk. Ese es mi enlace. Ahora esta montaña que creía muy escarpada -Neuralink- no lo es en absoluto".

https://retina.elpais.com/retina/2019/11/07/talento/1573127765_972627.html?rel=str_articulo#1575472237649

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